Ellos han sido definidos, entre otras cosas, como el Pink Floyd del nuevo milenio. El Mago Alberto trajo, no hace mucho, el último disco de esta banda, y les quiero dejar, porque también me gusta mucho, el anterior, un disco doble donde los tipos se explayan con su estilo denso, lento, melódico. Un supergrupo de post-rock oscuro se despacha con 13 temas, donde el concepto completo lo resumen ellos mismos de la siguiente manera: "‘Bonefire’ está dirigida a los políticos, que son algunas de las personas más ricas del mundo, y también los hijos de puta menos empáticos con los más pobres y vulnerables de nuestra sociedad. Estas personas en el gobierno tienen el poder de cambiar las cosas, hacer una diferencia, pero eligen no hacerlo. Es una elección ideológica que hacen. La conclusión es… a estas personas simplemente no les importa nada más que ellos mismos. No todos son malos. Pero seguro que hay algunos huevos podridos. Tíralos a un fuego de huesos y déjalos contemplar sus acciones por un tiempo. ¡PD! Ningún político resultó herido durante la realización de esta canción". Cuando los trajo el Mago Alberto varios cabezones que no los conocían quedaron sorprendidos, y este es considerado como uno de los mejores trabajos del año 2022, así que espero que le den la bola que ameritan estos tipos. Ideal para terminar la semana con mucha música y de la mejor.
Artista: Crippled Black Phoenix
Álbum: Banefyre
Año: 2022
Género: Psychedelic / Space Rock / Post rock
Duración: 97:33
Referencia: Progarchives
Nacionalidad: Inglaterra
El regreso de Crippled Black
Phoenix con Banefyre a la primera plana (la nuestra al menos) es sin
duda una de las sorpresas más agradables de este 2022. Una de las que te
lleva al clásico bucle alrededor de su discografía, de sus grandes
momentos que hemos aupado por aquí, y finalmente a mí me ha llevado a
darme cuenta de que, igual, estamos dando por sentado que la gente
conoce este grupo.
Porque los ingleses son clásico ejemplo de banda
de culto-culto, muy relevantes si estás metido en la esfera del rock
progresivo y parcelas colindantes. Y digo progresivo porque es realmente
el nicho más propenso a aceptarles y porque su influencia más clara va
por ahí, pero realmente son un increíble verso libre que los hacen una
de las bandas más llamativas de estas última década y media. Valga este
repaso para motivarte de una vez a sus fascinantes sonidos que son menos
de nicho de lo que cabría pensar.
Una biografía breve
Justin
Greaves se había ganado el pan como batería de bandas de diferente
estatura, como Iron Monkey, Electric Wizard o Teeth of Lions Rule the
Divine, pero sus habilidades iban mucho más allá de eso. Entre dichos
proyecto iba experimentando con guitarras acústicas, sonidos primitivos
de folk inglés y otros elementos que daban lo que el llamaba como
"baladas del fin del mundo".
No fue hasta que su amigo Dominic
Aitchison, de Mogwai, le hizo ver que aquí había potencial para un grupo
de verdad que se lanzó a la aventura. Contó con diferentes músicos de
diferentes procedencias que iban rotando constantemente, tanto en
estudio como en directo. Greaves ha sido realmente el hilo conductor
principal, aunque los cambios de músicos es justo una de las cosas que
les han vuelto unos de los grupos más ricos e interesantes en su estilo.
¿Y esto a qué suena?
Sí,
rock progresivo. De hecho, la marmita del grupo se puede situar en el
disco Echoes de Pink Floyd, del que el grupo ha realizado diversos
homenajes, especialmente de la pieza homónima. Ese sonido
contemporizado, espacial en puntos, muy meticuloso y deliciosamente
construido que encuentra grandes puntos altos a través de guitarras,
puntos de euforia rabiosa en forma de falsos estribillos y también
urgencia política en las letras.
Pero hay mucho más que cabe en su
abanico. Las influencias de psicodelia espacial, también bastante
pinkfloydiana, los vuelven especialmente accesibles para gente poco
interesada en lo prog. El dark folk de raíces inglesas los vuelven
totalmente distinguibles de otros grupos en el género, y los puntos de
post-rock (muy ligero) crean fabulosos momentos de explosión que los
vuelven deslumbrantes.
Puerta de entrada: I, Vigilante (2010)
A
riesgo de ser obvio, el disco que más potencial tiene para causar el
flechazo es su mejor trabajo. Después de un par de discos notables (o
casi tres si tenemos en cuenta que The Resurrectionists & Night
Raider: 2007-2009 A.D. es doble) donde dejaban detalles de maestría pero
todavía camino por recorrer en desarrollo de sonido y en parir
canciones de gran nivel (un arte en el que destacan con respecto a otros
grupos prog), finalmente I, Vigilante les dio el salto que necesitaban.
Sobre el disco, es considerado por varios, incluso en Progarchives, como uno de los mejores trabajos de ese año.
Los británicos supieron deslumbrarme cuando hace un par de años descubrí su anterior placa “Ellengæst” (2020), y desde allí fue un nombre que siempre seguí de cerca. Para este nuevo “Banefyre” encontramos más de su retorcida y densa iniciativa, tan rica en matices y sonidos oscuros y podridos, que ninguna etiqueta le hace justicia: es Post-Rock, es progresiva pero de la manera más visceral y vanguardista posible, y sobre todo es una placa generadora de atmósferas siniestras en donde cada escucha te transporta a un mundo sin esperanza, trazando paralelos con nuestra propia historia como humanidad. No te llegará a la primera, pero no dejes pasar esta propuesta única.
Y como sucede algunas veces con algunas bandas, acá también hay mucha gente que escribe sobre ellos cada vez que sacan algún disco, así que vamos a dejar varios de esos reviews, y si querés más solo tendrás que buscarlos por vos mismo.
Crippled
Black Phoenix es un colectivo artístico fundado en 2004 en el Reino
Unido por el compositor y multi-instrumentista Justin Greaves, con el
propósito de utilizar la música para “dar voz a quienes no la tienen”,
ya sean las minorías discriminadas, las clases oprimidas o los animales.
Este atravesamiento político continúa en “Banefyre”, su nuevo disco de
estudio editado por Season Of Mist. Además de comunicar un potente
mensaje, CBP desafía las fronteras entre géneros. Si bien lo más
sencillo es decir que hacen post-rock con una notable tendencia
progresiva, su propuesta es tan diversa que tiene trazos de bandas que
van desde Pink Floyd hasta Arcade Fire, pasando por Swans, Mogwai,
Godspeed You! Black Emperor y Sigur Rós, aunque pudiendo alcanzar
momentos realmente pesados. A su vez, por sus filas pasaron decenas de
músicos, ya sea como parte del grupo o como colaboradores, incluyendo
algunos de gran renombre como Geoff Barrow (Portishead), Mark Lanegan o
Gaahl. Por otra parte, la diversidad de instrumentos empleados a lo
largo de los discos es impresionante. Las voces siempre han ido
cambiando, siendo tanto masculinas como femeninas.
“Incantation For
The Different” es una introducción que consiste en un discurso blasfemo y
revolucionario, acompañado por arpegios de guitarra repetitivos.
“Wyches And Basterdz” ya empieza a demostrar la calidad compositiva de
CBP al momento de crear buenas canciones, con ideas subversivas y
estribillos maravillosos. La voz de Belinda Kordic es encantadora, pero
los encantos pueden tener oscuros efectos. En “Ghostland” todo adquiere
matices ominosos, ya que suena a una invocación coral en medio de un
rito destinado a conjurar misteriosas fuerzas de poder transformador.
Las melodías de guitarra son excelentes.
“The Reckoning” empieza con
samples hasta que la banda se impone, esta vez, con el canto de Joel
Segerstedt al frente. Un track que va escalando con actitud desafiante e
incorporando un violín y una trompeta. Le sigue “Bonefire”, quizás el
hit del disco. Una canción rockera, pegadiza, con la deliciosa voz de
Kordic secundada por la de Segerstedt, y una letra que es un llamado a
la rebelión contra los sectores sociales que concentran la riqueza a
costas del hambre de las masas. Hay un solo de guitarra que merece ser
destacado. Por si fuera poco, fue un single con un fantástico y violento
videoclip. Posteriormente, “Rose Of Jericho” tiene una primera parte
que baja el nivel de agresión con una intención mucho más atmosférica,
coral y con mayor protagonismo de los vientos, hasta que promediando el
track nos topamos con un ímpetu más directo en formato canción con
tintes dark wave.
“Blackout77” vuelve a usar samples con un clima
cinematográfico. Los mismos hacen referencia al gigantesco corte de
suministro eléctrico que ocurrió en Nueva York en 1977 y que dio lugar a
numerosos saqueos y actos de vandalismo, tal como puede verse en el
video con el que se difundió el track. Luego se siguen expresando
discursos agitadores vibrando en las cuerdas vocales masculinas y surgen
algunos de los pasajes más heavy, otra vez con la guitarra luciéndose.
Vale la pena resaltar la calidad del trabajo de Kordic haciendo coros.
Ella vuelve a ser la voz principal en “Down The Rabbit Hole”, canción
que alterna lapsos contundentes con otros sutiles y melancólicos. Los
sintetizadores cumplen un rol muy importante en casi todo el álbum. El
final es de un poderío épico.
Ya desde el mismo título “Everything Is
Beautiful But Us” nos lleva por la senda ambientalista, algo que es
confirmado por el videoclip que tuvo el single. Es otra de las grandes
canciones del disco. El trabajo melódico, los riffs, las voces, la
energía del bajo: tiene demasiadas virtudes. El lamento por la
destrucción de la naturaleza se alza con una belleza que entristece.
“The Pilgrim” recupera la veta post-punk con guitarras que despliegan
más y más recursos sonoros. Después, “I’m OK, Just Not Alright” expone
muchos rasgos del rock progresivo, con partes que recuerdan mucho al
Pink Floyd de “The Wall”. Koric estupenda, como siempre.
La última
pista, “The Scene Is A False Prophet”, es la más extensa y profundiza
las reminiscencias de la canción precedente, agregando dramatismo.
Hallamos otro espectacular solo de guitarra, capas de teclados y coros
acompañando un canto emotivo y así termina un álbum fantástico, que con
una duración de más de una hora y media, jamás aburre: todo lo
contrario. No hay canciones de relleno, aunque algunas son especialmente
brillantes. Y como si la calidad musical no fuera suficiente, hay todo
un trasfondo ideológico al que debe prestarse atención. Candidato a ser
uno de los mejores discos del año, en una escena que es un falso
profeta.
Música inclasificable, con un sonido épico que va fluyendo lentamente y cambia sin darte cuenta, y transcurre entre estilos variados, pero siempre completamente profundo y hermoso. Y dejá de pelotudear y empezá a escucharlo desde el siguiente video.
Y seguimos con los comentarios de terceros, y para ser honestos, al que escribió el siguiente análisis no le gustó mucho el disco por alguna razón, pero he de decir también que no estoy muy de acuerdo con su punto de vista, pero ya saben que las opiniones son como el culo, cada uno tiene el suyo y hace con él lo que quiere. Y si existe gente que no le gusta el "Close To The Edge", por supuesto que habrá otra gente que esta propuesta tampoco le va...
La música de Crippled Black
Phoenix es de aquellas que no necesitan mucho análisis, porque siempre
los británicos te dan ritmos progresivos, lentos y consumados en la
oscuridad de los instrumentos que usan, y esta vez “Banefyre” no es la
excepción. Porque te muestra música oscura y mezclada de muchos
ambientes post rock que tienen momentos álgidos, pero, así como tienen
estos momentos, todo baja y desciende de una manera fuerte. Entonces,
¿Podremos decir que es una banda de mucho sabor o color?... Pues veamos.
Siempre
dije que cuando el progresivo sea metal o rock cuando decide
aletargarse, puede tener errores fatales, porque encuentran sentidos
personales que solo los artistas entienden, y eso es muy perjudicial en
muchos espectros. Porque es como decir, a mi me gusta comer salado y a
otro no, simple, todo se hace cerrado, y eso es lo que pasa con este
“Banefyre” de Crippled Black Phoenix. Donde la música es buena, buena
grabación y buenas ideas en muchas de las canciones, pero luego como
suben, la música cae estrepitosamente en el mundo sencillo de prolongar
los ritmos, sintetizadores y más detalles que solo la banda entiende, y
no le crean muchas texturas dentro de ella sino perpetrar calmadamente
hasta que entiendas, y eso no es accesible. Quizá puede ser que la
música se enfoque en brindarte un enfoque global, pero una hora y 37
minutos de continuos ritmos y cosas estancadas no ayudan a verlo de otra
manera desde que todo empieza con “Intro/Incantation For The Different”
y termina con “The Scene Is A False Prophet”.
Es sencillo de
escuchar este “Banefyre” de Crippled Black Phoenix, no se complica y no
se arriesga a darle otro enfoque, pero aletargar las cosas en lugares
innecesarios, pues no ayuda a ver otras texturas en su mundo, solo una
maquina que extiende cosas sin sentido en momentos donde pudieron
colocarles más sabores en partes lentas, porque para eso existe el rock o
shoegaze de infinitos mundos que pueden crear cosas largas y lentas con
mundos y más, o sino colocarle Dark Wave para poder crear más dentro de
un mundo tibio.
Lo pueden escuchar desde acá:
https://crippledblackphoenixsom.bandcamp.com/album/banefyre
Me despido hasta el lunes, donde volveremos con más música, sorpresas y ganas de romper las pelotas. Como siempre, bah....
Lista de Temas:
CD 1 (38:41)
1. Intro / Incantation for the Different (2:49)
2. Wyches and Basterdz (4:57)
3. Ghostland (5:43)
4. The Reckoning (6:49)
5. Bonefire (4:36)
6. Rose of Jericho (13:47)
CD 2 (58:52)
1. Blackout77 (7:37)
2. Down the Rabbit Hole (10:32)
3. Everything Is Beautiful but Us (4:36)
4. The Pilgrim (6:19)
5. I'm OK, Just Not Alright (10:05)
6. The Scene Is a False Prophet (15:13)
7. No Regrets (4:30) *
Alineación:
- Justin Greaves / guitars, drums, bass, samples, saw
- Belinda Kordic / vocals, percussion
- Helen Stanley / grand piano, synthesizers, monochord, trumpet
- Andy Taylor / guitar, baritone guitar, 12-string guitar
- Joel Segerstedt / vocals, guitar






Comentarios
Publicar un comentario