Un vestido como una flor baila entre las ramas, empezando simplemente una danza en la penumbra feliz de los colores. Dos que son poesía en soledad acompañada, hacen de la poesía un ritual escénico. Hay pajaros de la música revoloteando en las palabras en la naturaleza quieta, en lo que todo un tiempo se hace momento, y en el aire libre interior que es un buen lugar para encontrarse en lo verdadero, en la simetría de lo verde ya amarillo que es el marco donde estar, allí donde quieren estar, y la percepción del tiempo, la continuidad que sugiere los momentos que son palabra y acción profunda cuando aparece la metáfora. Por Sandrina Gallego El anhelo hecho realidad, el sentido de las cosas, en una atmósfera conteniendo lo profundo. La madera donde el cuerpo y el alma también son unx y es otro lugar donde mostrar la obra, interviene en el movimiento. La luz dibuja fría en la pared otro parque, por donde también los deseos aparecen en la arquitectura precisamente definida. Las...