Decreto 682: "Vamos a dejar de recaudar retenciones a las exportaciones agropecuarias hasta el 31 de octubre porque necesitamos 7000 palos verdes"
La recesión sigue y se profundiza. No se trata de que lo digamos quienes deseamos que esta nueva versión del neoliberalismo (o cualquier sistema político) deje ya de joderle la vida a la inmensa mayoría de los argentinos, sino que lo están diciendo los propios factores que entronizaron a un demente en el gobierno (que no en el poder), con el inestimable apoyo de una buena parte del electorado. Apenas horas después del urnazo bonaerense el círculo rojo (por medio de la pluma de Morales Solá en "La Nación") empezó a hablar abiertamente de que Milei podría no terminar su mandato, y agitar el fantasma de la sucesión presidencial; mientras Clarín (el house organ de la AEA) empezaba a operar abiertamente para tal fin, señal inequívoca ésta última de que han percibido que otro experimento neoliberal (en su nueva versión que es más de lo mismo pero más cruel) fracasó.
Es una especie de experimento: a qué nivel de injusticia y crueldad se pude llevar una sociedad antes de que explote. Experimento que no llegó siquiera a la fase que alcanzó Macri en 2017, con un triunfo en las legislativas de medio término que le permitió impulsar las reformas laboral y previsional, antes de chocar la calesita y tener que acudir al FMI. Menos de una década después, parecemos estar en el mismo punto: el gobierno esperaba ganar las elecciones para impulsar las reformas a las que se comprometió con el FMI (que generan resistencias sociales y políticas hoy como entonces), y desde el Fondo advierten que esas reformas requieren de consenso políticos amplios y son el presupuesto necesario para que el país crezca: lo primero es imposible por definición, y lo segundo falso de toda falsedad, como se ha empeñado en demostrarlo una y otra vez la experiencia histórica.
El default ya existe, y vale preguntarse ¿es quiebra o fue fraude?. En la simple contabilización de dólares realmente disponibles y obligaciones ciertas a cancelar. Eso es lo que está diciendo el mercado con la suba del riesgo país. Solo resta oficializar su fecha efectiva. A punto tal que las únicas noticias que nos proporciona el gobierno por estos días son alquimias financieras inverosímiles para tratar de sostener el dólar en un nivel que es dos veces y media la que en su momento estimó el propio Milei que tendría, pero que ahora nos quieren vender como su cotización razonable, para que nos explote en otra aun mayor antes de las elecciones, dando por descontado a su vez que después de las elecciones la devaluación será inevitable.
Desde el anuncio de un posible préstamo del tesoro yanqui hasta la suspensión transitoria por un mes de todas las retenciones a los agroexportadores para que liquiden los dólares embolsados (anuncios a su vez contradictorios entre sí) todo apunta a ese único y excluyente objetivo. Y a ese objetivo se orientan todas las acciones de un gobierno inescrupuloso, dispuesto a cualquier concesión, y cualquiera es literalmente eso: cualquiera; incluyendo nuestro recursos naturales o nuestra autonomía como país en la toma de decisiones de política exterior.
Se pretende instalar como batalla cultural un nuevo ídolo de barro de una seudo ciencia de economía política: el déficit cero. Pero este cuento no es nuevo, ya lo vivimos, y así nos fue. Basta acudir a los registros periodísticos.
Por ejemplo el 10 de junio del año 2000 el ministro Domingo Cavallo anuncia el "déficit cero" en la Bolsa de Comercio consiguiendo el aplauso espontáneo y prolongado de los "bolsistas", solo comparable al brindado a Jorge Videla y a Javier Milei en la Sociedad Rural. Ya conocemos los resultados de quiebre institucional, social y económica de Argentina, en la peor crisis de nuestra historia. Y así podemos seguir encontrando ejemplos hasta el infinito de un siglo y no sólo en nuestro país.
Hoy la moneda (y nuestros salarios y jubilaciones) se devalúan al mismo ritmo de la palabra presidencial y la confianza en el gobierno, incluso entre quienes lo votaron; pero lo trágico es que el ciclo de endeudamiento, valorización financiera y fuga se repite -con escalofriante similitud- por tercera vez en un cuarto de siglo, y por segunda vez en menos de una década. Y en éste caso, con los mismos ejecutantes al comando de la estafa.
Lo cual debería llamarnos a la reflexión como sociedad, y en especial para aquellos que gustan de votar una y otra vez gobiernos que les dicen en la cara que serán sus verdugos, y condicionan el futuro del país y de la mayoría de sus habitantes. Que decir del "círculo rojo" (es decir, nuestra presunta élite económica), que como ha pasado antes y todas las veces, insiste en promover (y hasta organizar o inventar) alianzas y estructuras políticas y candidaturas que lleven adelante el mismo plan, para después cuando ese plan (previsiblemente) fracasa -y cada vez más rápido, y cada vez con peores consecuencias- intentar despegarse diciendo que le problema no es el plan (tanto que tratan de que lo ejecute cualquiera que tome el relevo del gobierno, sin importar lo que haya votado la gente), sino sus circunstanciales ejecutantes.
Ese círculo rojo local (cuyo núcleo de coincidencias básicas es exactamente el mismo que el del FMI y el propio Milei, con las reformas laboral y previsional al tope de la lista de demandas) no está dando ninguna señal de modificar su idea de país, sino en todo caso lo que está buscando en la política son nuevos ejecutores. Así que se espera más de lo mismo en el horizonte. Los pibes de Pedidos Ya (núcleo duro del voto a Milei) están reclamando aumentos de sueldos (así dicho). Y el gobierno, el círculo rojo, el nuevo sello de los gobernadores "Provincias Unidas" y el FMI insistiendo con la reforma laboral. La pregunta es que piensa hacer la oposición al respecto.
"También lo que pase de ahora en adelante puede considerarse algo que se nos ocurre para no morir de hambre, para que nuestros cadáveres no lleguen rodando a los pies de Milei, que sufriría un colapso o quizá una epifanía.
Se nos ocurrió darnos cuenta. Activar. Entender que el jubilado luchó por el Garrahan y el Garrahan luchó por la universidad. Y así debe seguir siendo si un pueblo decide reclamar un juicio político previsto en la Constitución cuando un presidente le declara la guerra. Sé claro Milei: al final del túnel no hay luz. Está tu sombra, que es tan oscura."
Tendremos que volver a llenar las calles para derrotar a Milei y que se vaya este gobierno de coimeros y ajustadores, como así también el FMI y su injerencia en nuestro suelo. Porque no se trata solo de derrotar a un gobierno, sino de abrir paso a un proyecto de fondo: un plan económico y social que ponga el eje en el ser humano y sus necesidades, y que la crisis la paguen los que la provocaron, y no el pueblo.
¿EN SERIO NO HAY PLATA?
— Hernán Letcher (@hernanletcher) September 22, 2025
Hoy mismo el gobierno de Milei sostiene que “no hay plata” para aplicar la emergencia en discapacidad, pero al mismo tiempo decide llevar a 0 las retenciones, resignando recursos fiscales claves.
Si los USD 7.000 M que se pretenden que se liquiden fueran… pic.twitter.com/09OhvWA68U





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