Y para cerrar otra semana en el blog cabeza ¿Qué mejor que traer el último disco de los Mars Volta?. De mano de LightbulbSun, vamos con 18 temas que fluyen sin pausa en los 50 minutos que dura el disco, donde Omar y Cedric retoman sus raíces y fusionan su sonido con toques de jazz y electrónica. El disco tiene 18 canciones, pero la duración total es de menos de 50 minutos, así que te imaginarás, con un simple cuenta matemática, que acá los temas son cortos, además con un nombre estrambótico que seguramente tiene su significado (pero que no deja de ser un título bastante bizarro), y donde, al parecer, predominan los sonidos latinos, con sus clásicos toques de jazz e inventiva rítmica que han hecho clásico el sonido de estos tipos. No hace mucho salió y no lo podemos dejar de presentar en el blog cabeza para que lo conozcas en el fin de semana largo, y todo gracias a LightbulbSun que se nota los quiere mucho. Demasiado diría, no sé si ustedes se lo merecen, pero ya sabés que acá en el blog cabeza siempre damos todo para tu disfrute. Y con esta gratísima sorpresa nos despedimos hasta la semana que viene!
Artista: The Mars Volta
Álbum: Lucro Sucio: Los Ojos Del Vacío
Año: 2025
Género: Hard Rock Progresivo/Experimental
Duración: 49:29
Referencia: Discogs
Nacionalidad: EEUU
Pero pongamos un poco las ideas en contexto, que nos marea la psicodelia. The Mars Volta vienen de triunfar en una vuelta por todo lo alto en 2022 con su disco homónimo, el primero en diez años, una contestación punk a su manera, un disco pop (y magnífico, digámoslo) para los cánones habituales de la banda, tributos sobrados de secuencias en plan introspección-vuelo-alunizaje.
En esta ocasión, presentan un disco que es claro familiar de su predecesor, pero como en toda buena familia, siempre hay quien rompe el molde con lúcida rebeldía, a la cual, según los lentes con la que se la mire, se la puede calificar también de madurez. Y aquí aparece un primer punto clave: The Mars Volta es una banda que envejece maravillosamente y no lo digo por el hecho de que ninguno de sus integrantes esté falto de cabello o sobrado en grasas, sino porque la optimización de recursos que dan los años, por un lado, pero también la evidente cantidad de sed creativa incesante, hacen que la magia aparezca en estas canciones y se quede en ellas.
En anteriores obras de la banda –sobre todo en las comprendidas entre 2006 y 2012– los impulsos de inventiva súper poblaban las canciones y a ratos se perdían en ese lenguaje que hacía referencia unas líneas atrás, volviéndose algo inalcanzable. De algún modo, cuando uno llegaba a atestiguar esa magia única del grupo, la misma se le escapaba de entre los dedos como arena.
Pocos detalles se saben de “Lucro Sucio; Los Ojos del Vacío”. Aclaremos que es un disco que tocaron en directo por sorpresa en febrero de este año y que, previo a su lanzamiento, poco y nada se ha dado a conocer por parte de la banda o del sello, Clouds Hill, de Hamburgo. Pero hay algunas certezas que se desprenden de la propia escucha, claro, por ejemplo que es admirable y sorprendente el foco con el que Omar Rodríguez-López se desdibuja como guitarrista y asume un papel mucho más preponderante, el de director. De hecho, en la canción “Un disparo al vacío”, la número trece –de dieciocho en total que tiene el disco–, asoma la primera guitarra con ánimo de imponer mood, entre irresistibles percusiones. Esta canción contiene una particularidad extra: a pesar de que casi todos los nombres de las canciones son en castellano, esta es la única que tiene un puente en el idioma de Cervantes.
También hay luz en el trabajo de Cedric Bixler-Zavala, contoneando sus cuerdas vocales a ritmo cardíaco, sintiendo en distintos estadíos anímicos e interpretando con total solvencia. Está aquí otro músico que a esta altura se puede considerar como la joya de la corona del grupo, hablamos del pianista argentino Leo Genovese (también colaborador de Residente, Esperanza Spalding, Wayne Shorter y un infinito etcétera) que se encarga de pianos, sintetizadores y saxos, pero sobre todo se ocupa de asegurarse que las necesidades de las canciones sean satisfechas como lo merece la leyenda.
Las letras dibujan mundos interiores, pensamientos que se hacen carne sonando en la deformidad de la voz de Bixler-Zavala, customizada por efectos que recuerdan a la época en que Jeremy Ward se encargaba de tal lisérgica tarea.
En cuanto a lo estrictamente sonoro, este es un paseo por varias de las obsesiones de Rodríguez-López: lo dramático se da la mano con lo compasivo, el candor latino con los paisajes lunares. Hay raíces en los tambores de “Enlazan las tinieblas”, en la que el saxo de Genovese hace de alfombra mágica sobrevolando un ritual tribalista. Sigue el alma caribeña en “Voice In My Knives” y su hermana melliza “Poseedora de mi sombra” que no son boleros, no, pero hace que nos preguntemos ¿cómo sonaría un bolero en manos de estos delirantes? La combinación de “The Iron Rose” y ”Cue The Sun” va desde lo litúrgico al post-punk mental.
En general el color del disco es del interior, el de las conexiones de un sintetizador vintage, ese aparato que revolucionó la tecnología musical, pero que más de uno asegura que tiene corazón. El final es para ponerlo en un cuadro: la preciosa y pianística “Morgana”, prepara el terreno para uno de los pocos arrebatos free-jazzeros de todo el minutaje, el reprise de “Cue The Sun” que abre el portal para el tema que lo cerrará “Lucro Sucio”, una odisea con señales de tránsito gobernadas por voces casi robóticas al reverso, percusiones macumberas y, otra vez, un saxo en plan deidad intocable. Mejor contar qué pone la letra y dar a saber que con estas palabras termina esta maravilla de trabajo: “El lucro más sucio reside en lo desconocido/Puedes esconderte en las colinas hasta que se nos hiele la sangre/Al tormento lo persigo con nitroglicerina/He sembrado la tierra con la fe de mis ojos de rifle/Esto lo sé porque viví las tierras remotas que vagamos”.
Los propios Omar Rodríguez-López y Cedric Bixler-Zavala lo han descrito como un trabajo sombrío y atmosférico, y nosotros agregaríamos que muy arriesgado. Y no precisamente por que sea el más experimental o dinámico, sino por la alta probabilidad de considerarse muy disperso. Sí, la banda conserva su espíritu innovador e impredescible al momento de estructurar sus notas musicales, pero parece que éste, al igual que su antecesor, es un disco más autocomplacientepara sus propios parámetros.
Nuevos elementos del jazz y rock progresivo se funden para ofrecernos unos momentos más afortunados que otros en un set de 18 temas. Y, aunque parece que la consistencia hace falta acá, el disco corre sin contratiempos. Es probable que los fans más clavados serán los que mejor comprenderán la nueva senda experimental de TMV, los que lleguen al final del viaje.
Después de decir esto, vamos con el último comentario y nos vamos despidiendo...
Hace veinte años un amigo me exhortó a escuchar Frances The Mute de unos tales The Mars Volta. Tras su escucha, mi vida cambió. Como el que toma en un ritual de iniciación ayahuasca o peyote. Ahora tras varias y reiteradas escuchas del último álbum de Omar Rodríguez- López y Cedric Bixler-Zavala digo con toda mi subjetividad que estamos ante el mejor disco de esta década. Quedan cinco años para que acabe y sólo confío en ellos para que mejoren lo casi inmejorable.
Su álbum de retorno, homónimo, de exquisito pop me gustó. La relectura acústica también, pero aquí han volado entre los más grandes. Con casi todos los títulos de canciones en español y recuperando en un par de temas versos en castellano, el grupo ha demostrado su superlativa cualidad de combinar géneros distintos entre sí a la perfección. Porque aquí se escuchan ecos de free jazz, kraut, rock industrial, pop, progresivo, trip hop, música latina… y todo está bien cohesionado. Es un álbum para escuchar todo seguido, teniendo en cuenta que hay transiciones entre las canciones. Consumiendo estupefacientes o sin nada en el cuerpo, da igual, el efecto va a ser impactante.
Cedric realiza unos fraseos hipnóticos, en un disco que tiende más a lo atmosférico que al huracán sónico, lo cual no quiere decir que no haya partes aceleradas. Un álbum extenso en minutaje y canciones. Esa es otra cuestión. A pesar de ser un disco conceptual y a falta de entrevistas para leer de estos dos genios y saber de qué trata el álbum, las canciones no son extensas como en debut De-Loused In The Comatorium (acordaros de ‘Cicatriz’), el segundo citado o el maldito (por su grabación a través de una güija) The Bedlam In Goliath. Hay temas que duran nada más que dos minutos. Sólo hay cuatro piezas que sobrepasan los cuatro minutos: ‘Enlazan Las Tinieblas’, ‘Cue The Sun’ y las finales ‘Cue The Sun (reprise)’ y ‘Lucro Sucio’. Es cierto que el disco homónimo tampoco era extenso. También que siendo de pop no daba para un largo recorrido en cada canción.
Aquí estamos reseñando un álbum de dieciocho temas, con una dupla instrumental. Cada canción, desde la inicial ‘Fin’, son bellos arcanos sonoros. ¿Se podrían elegir singles con las canciones editadas para que no se escucharan las transiciones? Sí, el grupo tiene ese poder de decisión. Cada canción puede valer por sí misma sin contar con el resto. Pero es que el nivel en los temas es tan superlativo que sería injusto despojarlos de las transiciones y dejarlos autónomos, huérfanos de sus hermanos. Porque esto no es un disco para cualquiera, es uno de esos DISCOS con mayúsculas que tienes que escuchar preparado. Uno, que es coleccionista de la banda, hasta el nivel de tener varias copias de cada álbum en vinilo simplemente por el color de este último, aparte de la caja, desea ver cómo es el arte más allá de la portada.
Son el mejor grupo del milenio. Pocas bandas o artistas pueden presumir de no poseer un disco flojo en su trayectoria. Ni siquiera Radiohead o Steven Wilson en sus diferentes variantes. Massive Attack, Nirvana en su combustión espontánea, Soundgarden y no se me ocurren muchos más ejemplos. Si te gusta el Santana más espiritual y de jam, los Rush y King Crimson de los ochenta, el trip hop o Miles Davis, este es tu disco. Omar, recorrido memorable, en uno de los discos de todos los tiempos… Afro cósmico ¿de qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto gringo?
Y con este damos por cerrado esta semana cortita pero siempre dejándoles varias cositas para que disfruten mientras los invito a que nos vuelvan a visitar la semana entrante, donde tendremos más música, más sorpresas y seguiremos con más ganas de romper las pelotas, aunque a algunos no les guste y se quejen...
Lo podés escuchar desde su espacio en Bandcamp:
https://themarsvoltaofficial.bandcamp.com/album/lucro-sucio-los-ojos-del-vacio
Lista de Temas:
1. Fin (1:17)
2. Reina tormenta (1:06)
3. Enlazan las tinieblas (4:44)
4. Mictlán (1:05)
5. Nefilibata (3:44)
6. Cue the Sun (3:46)
7. Alba del orate (1:40)
8. Voice in My Knives (5:30)
9. Poseedora de mi sombra (1:21)
10. Celaje (2:35)
11. Vociferó (2:20)
12. Mito de los trece cielos (1:02)
13. Un disparo al vacío (3:34)
14. Detrás de la puerta dorada (0:28)
15. Maullidos (2:56)
16. Morgana (3:06)
17. Cue the Sun (reprise) (4:39)
18. Lucro Sucio (4:36)
Alineación:
- Cedric Bixler-Zavala / vocals
- Omar Rodríguez-López / guitar, backing vocals, keyboards, synth
- Marcel Rodríquez-López / keyboards, synth, percussion
- Eva Gardner / bass, double bass
- Leo Genovese / keys, piano, sax
- Linda-Philomène Tsoungui / drums




"La mejor banda del milenio", bueno, un comentario un poco desproporcionado, considerando que faltan 975 años para que acabe el milenio. Un optimista total el muchacho. Si no fuera porque ya he oído en el pasado dos discos del grupo, dicho comentario me haría alejarme ipso facto del mismo. Superlativos de ese tipo siempre me alejan de grupos que tal vez merecerían comentarios más mesurados y lógicos. En fin. Buen disco de los Mars Volta. Punto. Tampoco es como para volverse locos y pensar que están revolucionando la música en el mundo. Hay demasiada música y demasiados géneros y demasiados países como para oír todo lo que se produce y graba. Humanamente es imposible.
ResponderEliminarAhora que escuché el disco (y aún antes de escucharlo), estoy de acuerdo con vos
Eliminariguanas! pero sí está chingón el disco
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