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Black Sabbath - Paranoid (1970)

El 18 de septiembre de 1970, el legendario cuarteto inglés publicó su fabuloso segundo álbum, el mismo diá que murió Jimi Hendrix. Y vamos con más Black Sabbath y otra vez de la mano de LightbulbSun, y con otro clásico del rock: el segundo álbum de Black Sabbath, el primer éxito de la banda, hasta hoy en día sigue siendo el disco más vendido de Black Sabbath y hasta nuestros días es un disco de culto. Otro clásico del rock, que en algún momento seguro ha abierto mentes e inquietudes, y que hoy no podemos dejar de recordarlo y darle su lugarcito en el blog cabeza!


Artista: Black Sabbath
Álbum: Paranoid
Año: 1970
Género: Hard rock
Duración: 41:35
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Inglaterra


El segundo trabajo de Black Sabbath incluye canciones fundamentales de su catálogo, necesarias en sus conciertos, y son piedras preciosas del género. Y como ya hay mucho escrito, no pienso inventar la pólvora, me voy a remitir a lo ya reseñado (solo algunas cosas porque hay mucho), que copio a continuación.

“Paranoid” es uno de los grandes discos de Black Sabbath en donde se configura una sombría perspectiva del género humano y su desarrollo en un contexto propicio a la violencia y la involución.
Crean imágenes apocalípticas, bélicas, corruptas… con sonidos ásperos y ritmos contundentes. Las atmósferas son oscuras con instrumentación enérgica e iterativa con pluralidad de tempos. La sonoridad posee bases hard rock y blues rock en una orientación épica con ramalazos góticos. La voz expone un aspecto inquisitivo en sus ilustraciones y personajes definidos con un desasosiego en base a un panorama insano alimentado por las altas esferas de la sociedad (en especial la clase política) y el aborregamiento general del respetable.
Su dibujo afligido del ser humano contemporáneo y la sociedad que está construyendo se advierte en casi todos sus cortes, desde el antibelicismo de “War Pigs” al desequilibrio emocional, derivado de su descontento existencial, en la frenética “Paranoid”.
La estupenda balada de trazos psicodélicos “Planet Caravan” es rica en imaginería natural con un escenario celeste, plácido pero melancólico, con guitarra de apuntes jazzísticos.
“Iron Man”, pieza con un sensacional riff, tiene como protagonista a un hombre de hierro que clama venganza contra esta humanidad violenta que sólo reacciona ante la amenaza del miedo y la propia vorágine de la vehemencia.
“Electric Funeral” es un tema en el que subrayan su mensaje apocalíptico con una instrumentación que pondera con foscas texturas y aspecto amenazador la diatriba en contra del armamento atómico.
En “Hand Of Doom” abordan el tema de las drogas. Aunque la postura es claramente contraria con la muerte siempre al acecho, advierten su consumo como evasión de un contexto alienante y peligroso. De nuevo el tratamiento es ceñudo y ahora con mayores fundamentos blues-rock.
“Rat Salad” es un corto y sencillo instrumental, de potente sonoridad y brillo para las seis cuerdas de Tony Iommi y, en especial, las baquetas de Bill Ward, que prologan la última pieza del álbum, un soberbio tema con jocosa lírica, exuberancia instrumental y temática de nuevo sobre el abuso en el consumo de drogas, punto y final para uno de los LPs cumbre de esta influyente formación británica.

Antonio Méndez

El éxito de "Paranoid" condujo a la banda a un programa de la televisión inglesa, esto incrementó su fama como una de las bandas más importantes del hard rock junto a Led Zeppelin y Deep Purple. Para octubre del 70 el grupo giró por primera vez por Norteamérica.

Pongámonos en situación un momento. Corría el año 1970, todo era color y alegría hippie, todos querían ir a San Francisco con una flor en la cabeza, los recién creados festivales pregonaban el amor y la paz mundial al son de los alucinógenos y la psicodelia...y de repente aparecen cuatro tipos de Birmingham con la idea de poner fin al verano del amor para siempre. Y no lo hicieron de una manera suave; para acabar con él crearon la música más dura y pesada que se había tocado hasta la fecha. Los pétalos de las flores se marchitaban a golpe de riff de guitarra, de oscuridad en su música, en su imagen y en su mente. Sus canciones hablaban de alucinaciones, del demonio, de los 'cerdos' de la guerra de Vietnam, de destrucción masiva y del apocalipsis nuclear. Querían dar miedo. Y lo consiguieron. 
En este contexto aparece como un puñetazo en la cara este disco llamado Paranoid, el segundo en la carrera de Black Sabbath, editado tan solo unos meses después de su álbum debut, sublime también, pero que no tiene la absoluta aureola de obra cumbre y definitiva de un estilo que sí tiene, y bien merecida, esta segunda entrega.   
Ya hemos comentado varias veces por aquí que hay ciertos álbumes que tras su aparición parecen convertirse en un libro de instrucciones a seguir por las otras bandas coetáneas. Sin duda alguna este disco consiguió este efecto ya que muchos hoy en día lo consideran como el 'big bang' del Heavy Metal y fue (y sigue siendo) copiado hasta la saciedad. Personalmente no me gusta etiquetar a nada ni a nadie dentro un estilo u otro pero lo que sí podemos afirmar es que si el rock se estaba endureciendo, los Sabbath lo convirtieron en auténtico acero gracias principalmente a la increíble facilidad para hacer riffs inolvidables del señor Tony Iommi, una auténtica máquina expendedora de frases de guitarra que te pueden taladrar el cerebro a primera escucha. Uno de los signos distintivos de esta banda es que en cada una de sus canciones conviven juntos muchos riffs que otras bandas usarían como motivo principal en su siguiente single. Así mientras lo común era tirar de un único riff los Black Sabbath unían tres, cuatro o los riffs que hicieran falta en una única canción y el peso que coge cada tema gracias a eso es increíble.  
Un buen ejemplo de esto que hablamos es War Pigs, la canción que abre el álbum y que originalmente iba a darle título. No fue así debido a la aparición in extremis del que sería su tema insignia para el resto de la eternidad. Cuentan que Ozzy y compañía solían picar a Iommi (que por entonces usaba una Gibson SG Special de 1965 y amplificadores de la marca Laney) para que no dejase de componer nuevos riffs diciéndole que no podría superar al anterior... Pues bien, cuando el disco entero estaba hecho de repente se dieron cuenta de que andaban un poco escasos de canciones para el álbum y le animaron a que probase a ver si se le ocurría algo...no hace falta decir que parece que sí se le ocurrió una cosa; concretamente el riff de Paranoid, uno de los inicios de tema más famosos de la historia y la canción que cambiaría el rumbo de la banda para siempre y la elevaría a lo más alto. A nadie le importó demasiado la similitud de ese riff con el de Comunication Breakdown de sus admirados Led Zeppelin. El disco llegó al top 10 tanto en Reino Unido como en Estados Unidos y a día de hoy sigue siendo su trabajo más vendido. No está mal para una canción que toda la banda coincide en que compusieron en cuestión de pocos minutos.
Continúa el disco con Planet Caravan tema que estuvo a punto de ser descartado porque era una canción muy relajada y lo más cercano que tenían los chicos a la psicodelia tan de moda por aquellos meses pero nos alegramos de que la mantuvieran primero porque es una magnífica canción con una preciosa línea de bajo con lo que probablemente sea un Fender Precision del 69 que se repite como un mantra a cargo de Geezer Butler (autor por cierto de las letras de siete de las ocho canciones del álbum así que se podría decir que es el responsable intelectual de la banda), segundo porque podemos escuchar a Iommi coquetear con el jazz y tercero porque crea la calma perfecta justo antes de que se desate la tormenta: Iron Man, el mejor tema del disco, y el resumen de todo lo bueno que hacen estos tipos en seis minutos de puro gozo.   
Continúa el disco con Electric Funeral y Hand of Doom, quizá los ejemplos más radicales de que si tienes unos buenos riffs debes usarlos aunque no creas que peguen uno demasiado con el otro, en el caso de Hand of Doom es bastante radical el cambio pero no nos importa porque a estas alturas del disco ya estamos enganchados a la voz de ultratumba de ese tipo de apenas veinte años llamado Ozzy Osbourne y que sin ser el mejor cantante del mundo consigue que los focos, y más lo importante, los oídos por momentos solo se centren en él. No concebimos estas canciones cantadas por otro tipo que no sea este señor.
Rat Salad llega al disco por la única razón de ser fieles a su directo ya que solían comenzar en sus directos una jam que desembocaba en un solo del gigantesco Bill Ward de hasta 45 minutos en algunas ocasiones. Y finalmente el disco acaba con otro clásico de la banda, Fairies Wear Boots, y única canción del álbum cuya letra lleva la firma de Ozzy Osbourne. 
La obra termina como empieza, con una magistral unión de riffs cada uno mejor que el anterior, una banda en estado de gracia endureciendo la música rock para siempre y un cantante que sabe que escribió la letra no porque se acuerde sino porque “porque todo el mundo le dice que fue él quien la escribió”. No tiene ningún recuerdo de haberlo hecho ni mucho menos de lo que trata pero nos da exactamente igual. Lo importante es que lo hizo, 'purito' rock and roll; lo demás es literatura barata; él, junto con los otros tres genios de la banda, nos dieron una lección magistral de como cabrear definitivamente la música tras demasiados años comiendo flores de San Francisco.

Miguel Ángel Ariza

Medio siglo después "Paranoid" se mantiene sólido. Creado por músicos marcados por sus limitaciones, desplegaron una magia que pocas bandas supieron conseguir, magia que dura hasta nuestros días.



Y claroq ue hay más reseñas, copio algunas por aquí abajo mientras le agradecen a LightbulbSun...

El segundo álbum de los de Birmingham fue grabado en 1970 y logró convertirse en el primer éxito de la formación. Inicialmente iba a ser titulado ‘War Pigs’, pero la discográfica logró mediante presiones que la banda lo cambiara por ‘Paranoid’, esgrimiendo el potencial del propio tema como single. Un álbum que atesora una enorme calidad, a pesar de la edad de sus protagonistas.
Inaugura el  plástico “War Pigs” (uno de los himnos absolutos de su discografía junto a temas de la talla de “N.I.B.” o “Iron Man” y “Paranoid” -piedras angulares, estos dos últimos, de este trabajo-). Una ácida crítica contra la guerra de Vietnam y sus actores. Le sigue “Paranoid” un tema compuesto por casualidad por un inspirado Tony Iommi mientras sus compañeros echaban unas birras y con el que reivindica su lugar en la formación con este legendario riff que se ha convertido en el himno más emblemático y representativo del grupo. Ineludible en cualquier show durante su carrera y en la de Ozzy Osbourne en solitario. En tercer lugar “Planet Caravan” donde la psicodelia se apodera de un tema delicado y apesadumbrado, con un Ozzy Osbourne ofreciendo lo mejor de si mismo. Continúan con otro de sus pesos pesados “Iron Man” cuyo riff se ha convertido en uno de los más reconocidos de la historia. No hay ningún aficionado que no haya comenzado a tocar la guitarra y haya trillado este riff hasta la saciedad.
Cambiando de tercio, sobresale uno de los temas más reclamados por los fans acérrimos “Electric Funeral”. Un soberbio trabajo del cuarteto que sacar a relucir su atmósfera más tétrica y seductora. En la linea de su predecesor sigue “Hand Of Doom” donde la mano de Geezer Butler relata las consecuencias de las adicciones a la drogas que sufrían los militares que fueron a Vietnam en su regreso a casa. Sus demenciales riffs y cambios de ritmo transmiten a la perfección esas vibraciones. Otra favorita reivindicada con tesón por muchos de sus seguidores más estrechos. Bill Ward comparte protagonismo y momento de lucimiento machacando las baquetas junto a Tony Iommi en el instrumental “Rat Salad” antes de llegar a otro de sus puntales y cierre de paso “Fairies Wear Boots”. Tonny Iommi firma un inmaculado trabajo para redondear el álbum, confeccionando un poderosos y rocoso riff que ve su contrapeso en una envolvente melodía que te captura desde el inicio. Se ha especulado mucho sobre sus letras y temáticas como un posible ataque que sufrieron de skinheads, pero parece que trata simplemente en clave cómica sobre una experiencia con las drogas que les provocó alucinaciones.
Este álbum fue numero 1 en Reino Unido y es a día de hoy el álbum más vendido de Black Sabbath. Es considerado como uno de los discos más influyentes dentro del género para muchísimos músicos y grupos. Una herencia que es palpable a kilómetros de distancia por cualquiera que haya coleccionado algunos discos del rollo.

Txema Garay

En junio de 1970, Black Sabbath entraba a los estudios Regent y Island de Londres para grabar su segundo disco, el punto medio de una tríada que es considerada por críticos y aficionados como esencial en la definición de eso que llamamos “heavy metal”
En 1968 Bill Ward, Geezer Butler, Tony Iommi y Ozzy Osbourne fundaban uno de los grupos más atractivos del rock duro. Un lugar donde confluían fantásticas letras y un sonido corrosivo al que llamaron Black Sabbath.
Durante su primer año en el terreno musical como “recording artists”, el cuarteto dejó tres excelentes discos: Black Sabbath y Paranoid ambos de 1970, y Masters of Reality del año siguiente.
La salida del carismático Ozzy en 1979, sería la primera de una serie de transformaciones que dejaría a Iommi como el único miembro fundador que estaría presente en cada encarnación del laureado grupo oriundo de Birmingham, Inglaterra.
Aunque el 18 de septiembre de 1970 irrumpía en las estanterías de las discotiendas este emblemático disco que tiene en su repertorio clásicos del grupo y el género como el tema título, “War Pigs” y “Iron Man”, el evento fue opacado por la muerte de Jimi Hendrix, por mala casualidad ocurrida el mismo día.
Esta icónica y, por ende, influyente obra, producida por Roger Bain, con ingeniería de Brian Humphries y el diseño gráfico y fotografía de Markus Reef , contiene ocho composiciones que abarcan cuatro composiciones por lado y que suman casi 42 minutos, a lo largo de los cuales Black Sabbath nos deleita con unas letras, en ocasiones urticantes, los distintivos riffs y eficientes frases de Iommi y el pulsado ritmo de Ward acompañado por el bajo de Butler.
Así, la primera pieza de esta gran obra discográfica es “War Pigs”, titulo que por un breve instante también fue el nombre del álbum pero que fue cambiado para no herir sensibilidades cuando la guerra de Vietnam entraba en su etapa final.
La metálica y desgarrada guitarra de Tony Iommi da las primeras notas de esta pieza donde Ozzy nos narra: “Los generales se reúnen en sus misas como las brujas en misas negras, mentes del mal que planean destrucción, brujos constructores de la muerte, en el campo arden cuerpos mientras la máquina sigue dando vueltas”
La desoladora imagen que se desprenden de los versos nos agobian, sobre todo por el excelente trabajo de Tony en la guitarra. Recuerdo como Osbourne nos presenta el primer verso que por una extraña razón me quedó incrustado en la mente.
Tras esa primera y extensa pieza donde Iommi es el armador del rompecabezas, surge el  tema título, más breve en extensión.
“Paranoid” es atractiva y adictiva: “Acabé con mi mujer porque no pudo ayudarme con mi mente, la gente me cree loco porque fruño el ceño todo el tiempo.”
La pieza es seguida por la cálida “Planet Caravan”, una canción con un delicado tratamiento instrumental con rasgos de jazz, psicodelia y colores latinos donde una distante voz nos dice: “Navegamos cielos infinitos, de estrellas que brillan como ojos, suspira la oscura noche… la luna entre plateados árboles cae en lágrimas, luz de la noche”
El último tema del primer lado lo inicia Ward y la distorsionada guitarra de Iommi, un abrupto contraste donde Tony y Ozzy van al unísono a través de una corrosiva atmósfera.
Es “Iron Man” donde Tony demuestra porqué es el eje de este super cuarteto. La voz de Osbourne se mueve creando cierto misterio. Nuestro personaje viaja en el tiempo encontrándose con el apocalipsis pero es convertido en metal por un campo magnético a su retorno.
En su origen el tema iba a llevar por nombre “Iron Bloke”. El conocido riff es una de las marcas indelebles de Iommi.
Nuestro master of riff inicia “Electric Funeral” para así abrir el lado B con este áspero tema cuya rítmica se vuelve cómplice de Iommi y en el cual Ozzy nos dice: “Reflejo en el cielo, advirtiendo que tú morirás, ve a esconderte porque ya viene la tormenta de la marea atómica…”
El tema pareciera inspirado en “Pictures of a City” de In The Wake of Poseidon, álbum de King Crimson publicado unos meses antes de aquel año 1970.
El set sigue con la segunda pieza de mayor en extensión del disco “Hand of Doom”, una canción llena de los mejores ingredientes de Black Sabbath, cambios abruptos, frases metaleras, letras provocadoras con espacios suficientes para que cada músico desgrane sin reservas una música atractiva aún 50 años después…
En fin, una música con intensidad e identidad. En ésta escuchamos: “¿Qué harás?, el tiempo te ha alcanzado, ahora esperas tu turno, sabes que no hay retorno… toma tus leyes escritas, únete a los otros tontos, para buscar algo novedoso, ahora te está matando”
La letra es alegórica a los soldados de la guerra de Vietnam y la adicción a la heroína.
Culminan el disco, “Rat Salad”, con un soberbio solo de batería de Bill Ward, y “Fairies Wear Boots” donde Ozzy y un espectacular Iommi nos narran el encuentro con unos “cabezas rapadas”.
“Yendo a casa, sentí miedo de repente, sí vi a través de la ventana y me sorprendió lo que vi, una hada madrina con botas bailando con un enano, todos ahora…
Black Sabbath culminaría la década de los 70 con la salida de Ozzy, un duro golpe que no acabó con el cuarteto pero que si marcó el inicio de varias transformaciones y que en tiempos recientes ha sido sujeto de especulaciones sobre un posible retorno.
Mientras, escuchamos esta gema del rock duro ¡una vez más!

Leonardo Bigott


Lista de Temas:
1. War Pigs (7:55)
2. Paranoid (2:47)
3. Planet Caravan (4:24)
4. Iron Man (5:53)
5. Electric Funeral (4:47)
6. Hand of Doom (7:07)
7. Rat Salad (2:29)
8. Fairies Wear Boots (6:13)

Alineación:
- Ozzy Osbourne / vocals
- Tony Iommi / lead guitar, keyboards, flute (?)
- Geezer Butler / bass
- Bill Ward / drums, congas (?)
With:
Tom Allom / piano (3)



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