Una belleza sinfónica con aires tangueros. Y nos vamos para Córdoba, Argentina, porque tenemos el agrado de presentar un disco que es hermoso por donde se lo escuche, con una composición madura y lograda, basada en un concepto rico y profundo. Ya presentamos el anterior trabajo de Jano, y ahora éste, su último álbum que forma parte de un concepto presentados en cuatro discos, de los cuales es el segundo que continúa con las historias dibujadas en oníricos paisajes donde dominan los climas forjados por islas desiertas, soledades innombrables, faros que no guían sino que repelen, y donde fantasía y realidad se unen a través de la música, donde temas atmosféricos, hipnóticos y melancólicos fusionan de manera experta estilos de los 70 con marcas urbanas argentinas pero con un sonido moderno y una producción extremadamente cuidada. Musicalmente, estrictamente hablando, tiene un claro enfoque bastante metido en el rock progresivo sinfónico italiano y con influencias marcadas de bandas como Le Orme y Banco, más otros grupos universales que van desde Genesis hasta Pink Floyd, algunos momentos crimsonianos y melodías imposibles de resistir, pero con un bandoneón invitado que está muy presente en todo el disco y le da el toque original y al mismo tiempo bien argento, al más puro estilo Canturbe. Sorprendente y muy pero muy recomendado!
Artista: Jano
Álbum: Faros Eolos
Año: 2024
Género: Progresivo sinfónico
Duración: 62:33
Referencia: Amazon
Nacionalidad: Argentina
"Faros Eolos" es el quinto álbum de la banda cordobesa de rock sinfónico Jano, y constituye una valiosa adición a su discografía, con nueve temas que suman 63 minutos de duración. Este es, además, el segundo álbum de una tétrada que empezó con "Un rostro apócrifo", disco del 2023, y que ahora continúa con este "Faros Eolos" del 2024, le seguirá "Atlas" y posteriormente "La Isla de Nédema". Se basa en la novela de próxima publicación de un íntimo amigo del tecladista Horacio Tarragona; Omar Quijano, historia cyuya idea conceptual es de ambos pero yo soy un tronco escribiendo. Brevemente serìa así: una isla perdida en el sur, desconocida y misteriosa que tiene un faro en cada punta. Estos faros en lugar de arrojar luz arrojan viento para que nadie acceda. Y allí se tejen varias historias, enmarcadas por composiciones elegantes, desde una base sólida, precisa y sutil cuando se requiere, hasta guitarras y teclados que desatan una cantidad de melodías delicadas pero a la vez potentes e inventivas, a menudo con los sonidos del bandoneón (a cargo de Lisette Grosso Schmid, artista solista bastante conocida y de larga trayectoria) llevando la dirección de los temas, creando una atmósfera exuberante y sinfónica que es subrayada por el enorme aporte de la otra música invitada: Gabriela Folco en flauta traversa (que toca en la sinfónica de Córdoba). Toda la ejecución musical es excelente y de primer nivel.Un trabajo carismático, cálido y digno, que no está exento de una sofisticación clásica donde abunda un predominante tempo medio, un lado psicodélico con comparaciones de Pink Floyd y Eloy y, en sus momentos más oscuros, a bandas como Genesis o LeOrme. Su habilidad para combinar diversos elementos musicales y construir una experiencia coherente y envolvente brilla a lo largo de todo el álbum.Al disco lo puebla una brillante colección de nueve canciones, creando paisajes y horizontes sonoros que ofrecen todo un abanico de ideas y atmósferas que encandilan por la sutileza de sus melodías, que recorren un espectro de emociones e intensidades que se despliegan en cada tema, exhibiendo una mezcla de dinamismo y complejidad, destacando la habilidad de la banda para mantener una narrativa única no solo a través de sus interesantísimas líricas sino también a través también de la instrumentación, cosa que ya estaba presente en la música de Jano pero que ahora se hace más presente e interesante gracias a la inclusión de la flauta y el bandoneón.
Este enfoque permite permite que podamos disfrutar de toda su pureza instrumental y compositiva gracias a una producción excelente donde escuchamos de manera prístina cada instrumento en cada momento, junto con las agradables voces y líricas, de modo que la maestría musical de Jano se evidencia en la fluidez impecable del álbum, redondo desde muchas perspectivas que van incluso más allá de lo musical; se lo ve en la experimentación con los instrumentos, en el concepto y en el vuelo de sus poemas, más allá de su excelente producción.
Pero nada de todo esto tiene sentido si no podés escuchar algo del disco...
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Datos Técnicos:
Las letras de Omar Quijano y música y arte de Horacio Tarragona, con arreglos de todo el grupo.
Mario Carnerero: Productor, mezcla y master (un groso de Córdoba)
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Se recomienda encarecidamente a cualquier amante del progresivo sinfónico y el progresivo italiano, y más si, como yo, aman esas incursiones vanguardistas a elementos del folclore y a la música ciudadana. Un álbum profundo, altamente emotivo y con múltiples capas que se revela mejor con cada escucha.
Cuentan las historias de navegantes
nómades que, en la inmensidad, donde el sol sangra en las heridas del
mar, las brújulas se alteran y los barcos errantes persiguen, en los
espejismos del agua, islas fantasmas. Cuando más se acercan las
embarcaciones a esos amasijos borrosos, más se alejan o rotan de
posición. Todas esas islas son una y la misma; se repite tantas veces se
la mire. En un movimiento intermitente, aparece y desaparece; su lugar
es anónimo, un espectro encubierto por la neblina. Los buscadores del
océano la han nombrado Isla Austral de Nédema.
Las bitácoras de estos
navegantes anónimos dejan una postal imaginaria: la isla se aleja
girando en el viento, en un viento propio que se confunde con las luces
de sus faros. Los faros, ubicados en el grotesco y abismal paisaje de
grandes rocas, parecen una imagen mitológica del dios Eolo. En el
crepúsculo, cuando las luces parpadean en el confín del mundo, los
vientos agitan el mar con grandes oleajes que sacuden las embarcaciones.
En
la isla hay indicios de vida a la que solo se puede acceder por un
extravío onírico,una fantástica aventura de la mirada. En la calma, el
mar revela el secreto de sus quimeras.El espejo de agua calca una vida
de un tiempo incierto, lateral e inaccesible, imagen que se levanta como
un géiser hacia las pupilas encantadas. «Dos jóvenes, Jano y Sofía,
emprenden un juego cuyas instrucciones encontraron olvidadas en la mesa
del bar San Telmo, en el centro de la pequeña ciudad. En una noche fría,
suben a la torre de los faros. Sofía mezcla unas cartas del tarot, Jano
extrae una caja con fotos, mientras en un pocillo sobre la llama del
calentador se evaporan esencias de flores azules. Aspiran el incienso y
juegan, siguen las instrucciones al pie de la letra, desafíos de nuevos
encuentros que no comprenden muy bien. En el desvanecimiento inicial,
Sofía mira a alguien que baila con un sombrero o gorro de arlequín;
luego, otra figura vestida de monje enciende una lámpara a querosén; un
telón con la luna detrás, se desvanece; al costado, cuerpos duplicados y
alados que saltan una cuerda, sin gravedad.
A la madrugada, ambos se
duermen largas horas por el efecto narcótico o mágico de las flores.
Duermen y sueñan,mientras las agujas de un reloj de faltriquera se
detienen.Cuando despiertan, Sofía aprecia en los ojos de Jano, que mira
fascinado el horizonte rojizo, la señal de una advertencia. Se acercan a
la baranda de la alta torre y miran la imagen de la ciudad que arde, un
caos en cada sector visible. Intentan salvar las falenas que caen sin
peso, como almas condenadas. A lo lejos, divisan la multitud correr
desesperadamente hacia el mar, escapando del fuego, pero el mar parece
esconderse en la bruma a través de la cual se levanta, como un aliento
del ocaso, el cisne boreal».
⎈Con el resplandor distante de los
arrecifes, la isla se asemeja a una inestable radiografía: luces y
sombras, contorsionadas en un espacio singular, simulan la realidad de
una maqueta. Besterra es una ciudad pequeña en el centro de la isla. Los
navegantes la nombran también «La ciudad feliz en el mar». El mapa de
la ciudad es un palimpsesto, una colección de croquis escondidos en un
mismo plano;lugares comunes que dejan esqueletos de trazos; geometría de
ocasión. Todo el mapa de la isla es una cartografía imaginaria, un
desvarío de la ciencia geográfica.También los calendarios, antiguos
diagramas, esconden la historia de la ciudad en un filtro del tiempo.
⎈
En los atardeceres soleados, el muelle en Besterra proyecta su sombra
en las gráciles olas que la arrastran erráticamente hacia la inmensidad
del océano, tajeando el horizonte, trazando caminos en dirección a otros
desiertos reflejados.
Las leyendas urbanas de Besterra relatan que
la ciudad tiene sus fantasmas, siluetas casi imperceptibles que se
desplazan con la luz en los vidrios de casas, edificios y estrías del
agua. La ciudad, a la vera del mar neblinado, parece un holograma
incrustado en el ombligo de la isla, aparece y se borra a medida que se
extravía en espacios insondables: «La imagen del muelle que se aleja con
el viento es la misma ciudad que se extravía encantada flotando en el
cristal de las aguas».
Cuentan que los pobladores de Besterra son
felices porque persiguen, como un capricho del destino, una extraña
aspiración: el impulso a extraviarse. La aspiración es parte del paisaje
urbano, todos los lugares son como escenas soñadas, todas las
experiencias se viven por única vez. En el trasfondo nuboso,la
irrepetible presencia de los faros es un aviso de lo que siempre vuelve.
Una vieja canción popular es parte de la creencia: «Si vas a hacer
incienso con la flor azul / no te duermas ni esperes al anochecer /
corre por la explanada de Alicante hacia el mar / Pues debes recordar el
juego / quemar y correr /el fuego siempre invoca al viento / Si en la
lejana altura de la noche cósmica /se levanta el cisne boreal / no
olvides /corre por la explanada de Alicante hacia el mar /Sobre la tenue
línea del horizonte / el mítico dios / abrirá el odre de los vientos».
En
la poética difusa de la vieja hechicera, conocida por su morada en lo
alto de la montaña, la vida en la isla se anima y extrema por el frío
viento del sur: «Esperen a que la noche se duerma sobre el muelle, al
viento seco enfriar los rostros; esperen al ángel aletear sobre las
grandes rocas, rodear los faros; esperen la señal de las cruces de
cenizas… y verán a los fantasmas de caídos llevar el fuego en procesión
hacia la isla austral».
⎈Los dibujantes de leyendas dejan series de
viñetas, sueños de los habitantes, historias vivas para los nómades
buscadores de fantasías lejanas. En el espejo infinito del amanecer
oceánico, un arte del cristal cura las heridas de las travesías, seca el
sudor de la sed, alimenta la imaginación del naufragio, recrea
pinceladas de una aspiración que busca renacer con la luz: «Albatros
sobrevuelan en el muelle. Flores de ceibo reflejadas como hojarascas en
el lago. Veletas de duendes en el ojo de la luna. Antorchas de cera.
Huellas de pies en la arena roja. Cientos de falenas muertas sobre un
altar. En la torre del faro un arlequín tapa el sol con la mano. De los
adoquines brota un océano.El fuego arde en el agua».
Jano
Seguimos codo a codo intentado meterle algo lindo o bello a este infierno llamado mundo. El disco es tremendo, no tiene desperdicio. Se los recomiendo...
Lo pueden escuchar desde su espacio en Bandcamp:
https://jano3.bandcamp.com/album/faros-eolos
Como dato al margen, en ese espacio en Bandcamp, haciendo click sobre cada del disco mismo se abren los textos con los relatos, y leyendo los relatos se entienden mejor las letras.
Lista de Temas:
1. Bar San Telmo
2. Torre Iglú
3. Cenizas
4. Faros Eolos
5. Los Hijos de Nédema
6. Un Cielo Austral
7. Visitante
8. Viento
9. Arde la Imagen (Viento bis)
Alineación:
- Yamil Baigorria / Guitarras
- Jonatan Cretari / Voz, Guitarras
- Ramón Páez / Batería, Percusión
- Esteban Rasjido / Bajo
- Horacio Tarragona / Teclas
Invitadas:
Gabriela Folco / Flauta Traversa
Lisette Grosso Schmid / Bandoneón




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