Colonizados y empobrecidos: Patría mía, dame un presidente

Anoche el demente saltimbanqui Milei presentó su libro con un show de rock, después de haber delegado el gobierno a Scott Bessent y el FMI, pudo dedicarse a su pasatiempo favorito: hacer el ridículo. Si creían que habían visto todo el delirio y la sensación de vergüenza ajena que puede transmitir Milei, ese show musical bizarro demostró que aún se pueden asombrar de su estupidez. ¿Contará la historia que nos gobernó un idiota? ¿Que fue elegido por gente rota y perdida y fue ungido por las élites prestaras que nos señalan el camino desde que somos país? Al único que le sirve que el presidente sea un bufón patético y delirante es al poder económico, que necesita una política desprestigiada e institucional degradadas para imponer su voluntad sin frenos, y vale recordar que hace unos meses los verdaderos dueños del país se reunieron en el Llao Llao a expresarle su apoyo y palmearle la espalda al idiota que ayer degradó la institución presidencial hasta el límite del ridículo y la vergüenza ajena. Una vez fuimos un país, y hasta teníamos gobierno y presidente; que jóvenes éramos. Si con éste Clonapallooza no logran bajar el riesgo país deberían dejar de intentarlo.

Queda más que claro que la descomposición política no es solo del gobierno, sino del conjunto del sistema político, de la forma del ejercicio de la “democracia realmente existente” en el país. Atañe a los diferentes poderes del Estado, el ejecutivo, el legislativo y el judicial, tanto como al conjunto de los partidos que disputan la representación política institucional. Extensivo a la objeción a las formas históricas de la organización social y su burocratización, en el ámbito sindical, territorial, económico, cultural, etc.

Pero el engendro mileísta es la materialización de toda la podredumbre social e institucional, concentrada en una sola persona. Y ni con la Inteligencia Artificial me podría haber imaginado esto.

Primero me remito al hecho artístico, y el que le dijo a Milei que canta bien debe ser uno que le creyó cuando dijo que era experto en crecimiento de la economía con y sin dinero. Pero no contento con degradar la investidura presidencial con semejante ridiculez, se metió con los ídolos populares. Es tan irreverente como idiota. Y lo único que faltó es que Adorni cantara "El extraño del pelo largo".

Pensar que a éste mal imitador un montón de diputados y senadores le votaron facultades extraordinarias para que haga mierda al país según su antojo. Y no olviden que mientras el demente caníbal da vergüenza pretendiendo que canta, Caputo da vergüenza mendigando en Washington a cambio de entregar el país.

Un verdadero trabajo de equipo; Milei hizo de telonero de la entrega del país que está gestionando Toto Caputo en Washington. En unos años vamos a contar que estas cosas pasaron en el país y no nos van a creer.

¿Se animarán a ponerlo en los libros de historia? ¿Se animará la historia a vejar nuestra infame memoria sin concedernos acaso la trémula paz de espíritu que en casos así solo puede brindar el olvido? 

Antes que nada, debemos sobrevivir para ver esto será documentado como se debe...