La banda de los mil detalles ha vuelto. Con una capacidad inventiva inagotable, buscando trascender como filosofía de vida. Volvemos con estas bestias, con su último disco de este mismo año. Increíble sonido para un disco, donde todos los instrumentos se notan claro, y donde los músicos son justos como un reloj (como siempre y ya hablamos mucho sobre ellos y su endiablada mecánica instrumental), interpretando sus intrincadas canciones que no son otra cosa que su exploración musical en búsqueda de la excelencia donde confluye mucho más que metal progresivo: Deathcore, jazz fusión, pop progresivo, elementos sinfónicos, todo desplegado por instrumentos acústicos, eléctricos, vientos y percusiones, y elementos que están fuera de los ámbitos del rock, y este disco (su décimo álbum de estudio) sea probablemente el más maduro, diverso y emocional de sus 25 años de carrera, y no puede quedar fuera del blog cabeza.
Artista: Between The Buried And Me
Álbum: The Blue Nowhere
Año: 2025
Género: Metal progresivo / Metalcore
Duración: 71:20
Referencia: Discogs
Nacionalidad: EEUU
Más allá de los datos generales, como la calidad de sonido y una información -muy subjetiva, por cierto- de la interpretación de ese concierto como ejemplo, no creo que agregue nada ningún comentario de un disco en vivo, y menos si es una interpretación de un disco completo, como en este caso. Son canciones que ya existen, quizás interpretadas de otra manera, , pero nada más. Y menos de una banda tan pulida que no dejan nada al azar, y todo está milimetricamente estipulado.
El nivel de los músicos no entra en discusión, la calidad de las composiciones tampoco, y los momentos de bestialidad sonora ya son conocidos, así como el buen gusto de las secciones más melódicas, así que creo que está todo dicho...
Between the Buried and Me es una banda que siempre estoy a la espera de un nuevo disco, donde a pesar de que la banda no tenga una discografía perfecta, debido a que tiene puntos altos y otros puntos bajos dentro de su carrera, la banda siempre tiene un buen maneja de canciones y sensaciones dentro de sus producciones, y eso usualmente los hace llegar a tener discos por encima de los regular, entonces, ahora tenemos “The Blue Nowhere” que viene antecedido de su tremendo “Colors II” (2021), un disco que hasta el día de hoy lo sigo escuchando de vez en cuando, pero los anteriores discos de la banda como los “Autmoata I y II” (2018) y “Coma Ecliptic” (2015) fueron álbumes para el olvido de la banda, y aunque algunas canciones tuvieron algo sólido, los discos pasaron desapercibidos debido a que antes de esos tenemos “The Parallax II: Future Sequence” (2012) y “Colors” (2007) o “Alaska” (2005). Óseas discos que solo fueron superados por su álbum de 2021. Entonces, luego de 4 años tenemos su undécimo disco en estudio editado a través de Insideout Music. ¿Qué es lo que tendremos en este disco?... Pues veamos.
Como se estuvo mencionando este “The Blue Nowhere” de Between the Buried and Me fue de aquellos discos que uno siempre tiene las ansias de escucharlo completamente, porque siempre existe un detalle que los estadounidenses hacen muy bien, brindar evolución a su música con nuevas ideas frescas, además desde aquella matriz marcada de influencias Dream Theater, la banda siempre tuvo el potencial de llevar al extremo esa idea y presionar mucho más esa influencia y tener su personalidad a través de los años, entonces, ¿Este nuevo disco supera a su anterior álbum del 2021?... Pues no, así de sencillo, porque como siempre la banda dentro de ese concepto de presionar su estilo, existe momento donde su música se pone muy intrínseca y carece de lo que tuvo anterior álbum a borbotones, ósea, la capacidad de quedarse en tus oídos por muchos meses, pero como siempre existen 71 minutos donde ellos tienen puntos muy álgidos que terminas cantando con la banda en cada momento, y curiosamente esos los sencillos lanzados del disco y quizá por ahí podamos seleccionar unas dos o tres canciones más, luego el disco se pone muy variado, teniendo puntos a favor como en contra al mismo tiempo, y muchos dirán que la duración puede estar en contra de sentir todo concreto, pero no, esto no influye a nivel general, ya que la banda siempre tuvo esta duración en sus discos.
Desde que todo empieza con “Things We Tell Ourselves in the Dark” y termina con “Beautifully Human”, la música de la banda es como siempre en los estadounidenses, tiene bastante para explorar, y como siempre ese viene a ser su mayor punto a favor, pero como se mencionó, a comparación de su disco del 2021, las canciones por más vueltas que le das, no se quedan en la cabeza, salvo estemos hablando de la primera canción, “Absent Thereafter”, “Door # 3”, “Psychomanteum” y la última del álbum como “Beautifully Human”, pero de ahí otras como “Pause” o “Mirados Uncoil” más allá de cumplir un concepto extraído de otros álbumes, siempre que ambas estan como de relleno en el disco, o sino la titular del álbum “The Blue Nowhere” que pudo ser un poco más solida en sensaciones, ya que la idea tiene buena idea de conectar o bajar sensaciones cuando las dos pasadas canciones tuvieron bastantes ritmos metidos dentro de su música, porque tanto “Psychomanteum” como “Slow Paranoia” son las canciones más largas del disco, pero son aquellas que como siempre tienen esa belleza de la banda, poder seguir escarbando en estas para encontrar más cosas, lo cual son puntos a favor de la banda, y eso es lo que siempre levanta el disco a manera general. Luego, otras como “God Terror” que tienen un arranque genial, pero luego la misma canción comienza, no termina de conectar con el oyente, y eso que se tiene mucho para explorar.
“The Blue Nowhere” de Between the Buried and Me como siempre tiene bastante para explorar y al mismo tiempo esa es su falencia, no se concreta bien todas las exploraciones y algunas de estas no quedan en la cabeza como en su disco del 2021 o del 2007, 2005 y 2012, los cuales hasta el día de hoy tienen tremendas canciones y una sazón increíble. Pero, de todas maneras, es un disco de altas expectativas y siempre provee al oyente momentos geniales.
Ideal para darse un reseteo a pura música. Pero mejor lo vas escuchando...
No quiero repetirme otra vez, porque ya hablé mucho de ellos, así que los invito a disfrutar de su música.
Es usual cruzarse con muchas bandas del palo que se quedan girando sobre sus propios clichés, pero Between the Buried and Me es un caso aparte. Desde los dos mil vienen torciendo el metal progresivo con una mezcla improbable de death técnico, jazz fusión, pop y lo que se les cruce. Su fórmula siempre fue arriesgada: para algunos, un delirio inconexo; para otros, una de las propuestas más excitantes que dio el prog en dos décadas.
“The Blue Nowhere”, su undécimo álbum de estudio, llega con un peso específico. Primero, porque aparece justo después de la salida definitiva de Dustie Waring, guitarrista histórico, y la consolidación del grupo como cuarteto. Segundo, porque lo publican a través de InsideOut Music, un sello que se volvió referencia obligada para el progresivo. Y tercero, porque marca un cambio de lógica: menos historias conceptuales, más exploración de estados de ánimo.
Del concepto a la bitácora
Discos como “Colors” (2007) o “Coma Ecliptic” (2015) construyeron narrativas casi teatrales, con personajes, tramas y una continuidad interna que los volvía comparables a óperas rock. Acá la apuesta es distinta. Tommy Rogers se corre del rol de narrador omnisciente y escribe letras que funcionan como entradas de diario: pensamientos fugaces, paranoia, recuerdos y momentos de calma. La consecuencia es clara: cada canción se siente más autónoma, y el disco entero se vive como un mapa de posibilidades antes que como una historia lineal.
La banda ya había tanteado ese terreno en “Automata” I & II (2018), pero ahí la división en dos partes terminó jugando en contra de la cohesión. “The Blue Nowhere” retoma esa idea y la lleva más lejos, sin miedo a dejar espacios de vacío ni a contrastar brutalidad con sencillez.
BTBAM siempre fue sinónimo de eclecticismo. Pero lo que en “Colors II” (2021) a veces parecía exceso, acá suena más curado. Death metal, jazz fusión, pop progresivo, un intento de bossanova, música orquestal, ambient, interludios teatrales y hasta guiños de soft rock: todo entra, pero con un sentido de secuencia que evita el pastiche forzado.
El trabajo de Jamie King en la producción vuelve a ser clave. No hay saturación, los instrumentos acústicos se distinguen y la batería de Blake Richardson tiene un swing natural incluso en los pasajes más duros. El bajo de Dan Briggs, lejos de quedarse en soporte, lidera gran parte de los quiebres, y Paul Waggoner carga con la responsabilidad de las guitarras sin que se note el vacío que dejó Waring.
Track by track
“God Terror”: El contraste inmediato. Oscura, gótica. La percusión suena mecánica, los sintetizadores suman densidad y el cierre entrega uno de los breakdowns más demoledores.
“Absent Thereafter”: La primera suite larga. Alterna pasajes brutales con momentos de lirismo que bajan la guardia. A mitad de camino, se permite un tramo acústico que remite al bluegrass y sorprende con su naturalidad. Una obra extraña, no hay duda.
“Pause”: Interludio ambiental que parece descanso, pero en realidad siembra inquietud. Funciona como inflexión.
“Door #3”: El lado más teatral del grupo. Entre ritmos folclóricos torcidos y riffs, la canción roza lo absurdo. Es un recordatorio de que BTBAM nunca quiso ser una banda pasiva: el humor también es parte del todo.
“Mirador Uncoil”: Una miniatura orquestal con un costado experimental. Dura menos de un minuto, pero actúa como un pasillo que te lleva directo al núcleo más intenso del disco.
“Psychomanteum”: El corazón del álbum. Once minutos de técnica, violencia y desborde. Blast beats, teclados que se cuelan, voces desgarradas y más. Es uno de los temas más exigentes, pero también de los que mejor resumen el core de BTBAM: caos con propósito.
“Slow Paranoia”: No se queda atrás en duración. Aquí el truco es el contraste: swing, jazz y metal en diálogo y tensión. El agregado de una tuba rompe cualquier expectativa y demuestra que todavía pueden sorprender con recursos no asociados al género.
“The Blue Nowhere”: El giro inesperado. Una balada soft rock, sencilla en comparación al resto, casi pop. En cualquier otro contexto sonaría conservadora, acá es radical: después de tanta densidad, ofrecer un respiro tan directo es un riesgo que funciona.
“Beautifully Human”: Cierre paciente. Una introducción extensa prepara el terreno para un final que busca más la resolución que la pirotecnia.
Comparaciones y balance final
Si “Colors” fue el manifiesto de una identidad y “Coma Ecliptic” la ópera, “The Blue Nowhere” es un album propio de su intimidad. Su mayor fortaleza es haber encontrado un balance entre la complejidad extrema y momentos de sencillez. A diferencia de “Colors II”, que en ocasiones jugaba sobre fórmulas ya conocidas, aquí se siente una búsqueda distinta, acá hay voluntad de riesgo: no todo está pensado para gustar.
Ese gesto se nota sobre todo en la canción título: en medio de un álbum lleno de quiebres imposibles, elegir una balada es, paradójicamente, el movimiento más audaz.
“The Blue Nowhere” no es accesible de entrada. Es largo, denso y a veces desconcertante. Pero con repeticiones revela una curaduría fina: los géneros no aparecen como capricho, sino como herramientas para sostener el viaje. La banda ya no necesita probar que puede tocar cualquier cosa. Lo que hace acá es demostrar que todavía tiene algo para decir.
BTBAM confirma que sigue siendo única. Con un pie aquí y allá en los universos musicales infinitos de los géneros y estilos, “The Blue Nowhere” es prueba de madurez y de atrevimiento. No busca agradar a todos, pero quienes se entreguen van a encontrar un disco que, a 20+ años de carrera, los muestra igual de inquietos que al principio.
Sofía Álvarez
Pueden escuchar el disco completo aquí:
https://open.spotify.com/intl-es/album/7qy9gnX5SXAeW9fO6pzwTh
https://btbam.bandcamp.com/album/the-blue-nowhere-24-bit-hd-audio
https://www.betweentheburiedandme.com/
Lista de Temas:
1. Mirrors (4:52)
2. Obfuscation (9:15)
3. Disease, Injury, Madness (11:27)
4. Fossil Genera (A Feed from Cloud Mountain) (12:59)
5. Desert of Song (5:40)
6. Swim to the Moon (19:19)
7. White Walls (bonus track) (15:53)
Alineación:
- Dan Briggs / bass
- Blake Richardson / drums
- Tommy Giles Rogers Jr. / vocals, keyboards
- Paul Waggoner / guitars
- Dustie Waring / guitars





Comentarios
Publicar un comentario