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La Pichanga Trío - Arriba de la Pelota (2006)

En Chile, la "pichanga" se refiere al juego de fútbol callejero, de barrio, pero también a una excelente banda de jazz fusión bien under que ahora nos trae nuevamente el bueno de Neckwringer. Un proyecto que tuvo bastante visibilidad en la primera mitad de la década pasada, un trío de jazz de vanguardia llamado "La Pichanga", un grupo que iba muy de frente a la improvisación con cierto enfoque del free jazz muy emparentado con la propuesta de los Akinetón Retard (dos de sus miembros vienen de los Akinetón), aquí le entramos al más profundo jazz experimental que se hizo en Chile.

Artista: La Pichanga Trío
Álbum: Arriba de la Pelota
Año: 2006
Género: Jazz fusión / Música experimental
Nacionalidad: Chile


La Pichanga fue uno de los proyectos más avanzados -e igualmente subvalorados- de la escena jazzística chilena a partir de los 2000. Nunca fueron parte de las comunidades más establecidas del jazz mainstream, siempre prefirieron seguir una línea musical underground. Ese espíritu de lleno en el "lado B", debutaron discográficamente con "Arriba de la pelota", un disco que ahora presentamos gracias a nuestro amigo Neckwringer que siempre nos trae una sorpresa.

Inicialmente, La Pichanga era un conjunto formado por el pianista Mario Feito (del grupo latin jazz Akimbao), el contrabajista Francisco Carvajal (ex Los Andes Big Band) y el baterista Cristián Bidart (miembro del grupo rock experimental Akinetón Retard). Adquirió su nombre no sólo a través de la descriptiva imagen del aperitivo criollo llamado “pichanga”, como mixtura de elementos que se traducía en una música de mezclas, sino además de la combinación de pases en un partido de fútbol informal, conocido también como “pichanga”.
Tras una temporada de actuaciones en el local capitalino Libro Café, Feito dejó el trío para seguir como solista, y así los dos tercios restantes reclutaron al por entonces muy joven saxofonista alto Edén Carrasco, descubierto en los talleres de jazz e improvisación del pianista inglés Martin Joseph. La Pichanga mantuvo su nombre y giró desde el bop inicial hacia el jazz de vanguardia, estableciendo un paralelo con el trío pianoless (sin piano como soporte armónico) de Ornette Coleman, que se presentó en Estocolmo en 1965. Es decir, saxo alto, contrabajo y batería. Con esta formación, el trío tuvo gran recepción en el circuito del jazz de Valparaíso desarrollado parte del material standard de los ’60 y un catálogo de composiciones liderada principalmente por Edén Carrasco (y donde contó con la colaboración del trompetista Sergio Contreras). Y luego de editar su primer álbum, Arriba de la pelota (2006), el ensamble reacomodó sus piezas mutando en 2007. Pasó de pianoless a bassless cuando Carvajal dejó el proyecto y se reintegró Feito en las funciones dobles de teclado y líneas de bajo para un sonido tipo Hammond en la línea soul-jazz.
Música Popular Chilena

Liderados por el saxofonista alto Edén Carrasco, un músico que por entonces estaba instalándose de lleno en el circuito de la vanguardia, tocando con los grupos de improvisación libre del pianista inglés Martin Joseph, y los grupos Turangalila y Payaya, completamente desconocidos en Argentina pero que en Chile fueron referentes absolutos hace diez años.
Así empezamos el día, a pleno jazz fusión experimental venido desde el profundo Chile, para seguir llenando de música los oídos cabezones. Ah, y a ver si agradecen a Neck como se merece.





Ne he escuchado el disco como para hacer una reseña, así que en vez de ponerme a decir boludeces sobre él, mejor copio algunas reseñas y entrevistas al grupo, como para entrar en un contexto un poco más real y con las palabras de gente que escribe mejor que yo.

Por lo menos en Chile la pichanga se refiere al juego callejero, de barrio, que emula un partido de fútbol, y que sin duda, evocará a muchos, buenos momentos de infancia, donde con camaradería e inocencia, junto a los amigos, se iba tras una pelota en busca de hacer un gol en improvisados arcos marcados por árboles o algún polerón. Ahora, estar arriba de la pelota, nos lleva más a la juventud y sirve para describir esos estados mentales, cuando ya las copas y otras sustancias, han subido a la cabeza, provocando la alegría, las ganas de bailar o conversar hasta el amanecer.
Mucho de ambas experiencias futbolísticas, pero transformadas en un potente y crudo jazz acústico, podemos encontrar en este álbum debut del trío nacional formado por el contrabajista Francisco Carvajal y los integrantes de Akinetón Retard, el percusionista Cristián Bidart y el saxofonista Edén Carrasco, quienes además, participan en las bandas Akratarka y La Kut respectivamente. Dos proyectos para tener en cuenta.
Grabado en vivo el 17 de mayo del 2006 y compuesto por nueve composiciones que en total suman cerca de 70 minutos de música, los tres experimentados músicos nos llevan por un viaje musical que, aunque inserto en los cánones generales del free-jazz, lleno de melodías latinas y ritmos "pachangueros". Creo que eso es lo más apasionante de este debut, ya que aunque las referencias musicales van por el lado del avant-garde de Masada acústico y de otros insignes como Evan Parker, Steve Coleman, Peter Brötzmann y Ornette Coleman, La Pichanga, suena al mismo tiempo, como una sonora, que hace recordar a La Cubanacán y a Tommy Rey, en un cruce inédito de música actual.
Un disco encausado en el post-bop, el jazz experimental y los cruentos sonidos latinos, llenos de quiebres, síncopes y una ejecución de gran altura por parte de los tres músicos: el contrabajo de Carvajal suena sucio y trasteado, por momentos ejecutando los tradicionales "walkings" y por otros, haciendo acordes y complejas líneas; por su parte, la batería de Bidart lleva los tiempos con un pulso notable, repleto de contrapuntos y ritmos irregulares o "cojos"; finalmente, Carrasco en el saxo alto se desenvuelve con soltura con partes melódicas, experimentaciones ruidísticas y enmarañados solos, que en definitiva, le entregan al disco ese mix único de composiciones estructuradas e improvisación libertaria.
A jugarse una pichanguita arriba de la pelota. Una experiencia inolvidable. Lo mismo que este disco debut del trío nacional.
Héctor Aravena A.

Los pases gol de La Pichanga
A pesar de que el trío de jazz acústico La Pichanga, editó su álbum debut "Arriba De La Pelota", el año recién pasado, su historia se remonta a 1998 cuando se inauguró la Sala Fech. En esa oportunidad, el baterista de Akinetón Retard, Cristián Bidart, formó parte de un grupo de jazz con estudiantes de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Sin haber mediados ensayo de por medio, comenzaron a tocar y según nos cuenta el mismo baterista, "el resultado los dejó muy contentos". Fue en esa época que Bidart conoció al contrabajista Francisco Carvajal, con quien no ha parado de asociarse a distintos proyectos desde entonces. En el 2000 conocieron al pianista Mario Feito que los invitó a tocar al Libro Café de Bellavista.
Primero partieron como un cuarteto con Maximiliano Alarcón en el saxo con el nombre de Icaro, pero al poco tiempo, se transformaron en un trío, lo que los obligó a afrontar la composición de otra manera. "Sin el saxo -nos cuenta Bidart-, la sección rítmica ya no tenía que acompañar a un solista, por lo que todos nos pusimos a improvisar y nos transformamos en solistas, descubriendo que podíamos jugar con mayor libertad". Así estuvieron tres años experimentando en el Libro Café, haciendo salidas de una hora, donde no paraban de tocar, uniendo un tema a otro.
"Muchas veces ni siquiera hacíamos lista de temas, y cada vez nos fuimos atreviendo más a improvisar. Lo que hacíamos era una verdadera pichanga, nos dábamos pases unos a otros, aparecían melodías y las contestábamos. Prácticamente todo estilo musical era válido. Entonces podíamos mezclar momentos intensos tipo Coltrane "A Love Supreme" con una cumbia, música de monitos animados o una melodía de Violeta Parra. Fue así como el nombre La Pichanga toma sentido, o un doble sentido; por un lado el juego espontáneo, alegre, cómplice, y por otro, la mezcla de estilos o ingredientes como una pichanga con queso, jamón, pepinillos, cebolla, etc".
Con este largo aprendizaje, finalmente la banda solidificó su formación de trío con la incorporación del saxofonista de Akinetón Retard y La Kut, Edén Carrasco, quien completó la banda junto a Carvajal y Bidart. Este último continúa: "La formación actual de La Pichanga se dio espontáneamente. Para poder seguir jugando con la música, más importante que el instrumento o sonido, es la capacidad de comunicación de cada integrante del grupo. El sonido de la banda es acústico, saxo alto, contrabajo y batería. Si se corta la luz podemos seguir sonando, pero no con la potencia que tiene el contrabajo amplificado. Creo que a pesar de ser pocos instrumentos, logramos crear distintas texturas sonoras como se puede apreciar en "Arriba de la Pelota".
Con la idea siempre presente de improvisar, pero en un contexto de composiciones más o menos estructuradas, por fin el 2006, con el apoyo del Fondart, la banda pudo editar su disco grabado absolutamente en vivo en la Sala SCD de Bellavista el 17 de mayo del año pasado. Bidart comenta: "Lo más importante para nosotros, es tocar siempre con espontaneidad, con sorpresa y un espíritu lúdico. La improvisación es muy importante en el grupo pero también ejecutamos composiciones originales y otras no tanto. Estas nos dan información para improvisar. La Pichanga no es un grupo de free-jazz, aunque en algunos pasajes suene así, nosotros tocamos muy rítmicamente, casi siempre siguiendo un pulso. Eso sí, tenemos harta libertad para improvisar en el sentido armónico. Lo importante es la fluidez y que una idea musical nos lleve a otra".
Para finalizar, les contamos que ahora la banda quiere comenzar una nueva etapa, incluir más instrumentos y probablemente expandir el trío hacia un quinteto. Bidart remata: "Hemos tenido muy buenas experiencias invitando algunos amigos músicos que enganchan bien con nuestra manera de tocar, así es que ya estamos pensando en nuevas composiciones y arreglos para más instrumentos".
Héctor Aravena A.

Fue una epopeya en vivo. Después de una larga y dura itinerancia en escenarios capitalinos, el grupo llegó a la sesión desde donde obtuvo la música definitiva para su primer álbum. Se llama Arriba de la pelota y para escucharlo hay que ser "guapo", como en un clásico futbolero de barrio. Bidart, Carrasco y Carvajal: cebollín, aceituna y cubo de jamón. El primer disco de La Pichanga Trío, banda encabezada por el baterista de Akinetón Retard, Cristián Bidart, es como una sobredosis de saxofón. "Edén Carrasco (también de Akinetón Retard) ya no sabe qué más soplar", dice el propio Bidart. Aunque se "queja" de lleno. "A mí siempre me gustó tocar con saxofonistas. Con Max Alarcón hicimos un dueto de tenor y batería que era potente. Después cancheábamos con todo tipo de saxofonistas, sobre todo con los dos Claudios Rubio (uno es Claudio Rubio, quien toca en Nueva Jersey y el otro es Claudio Werner, en Newcastle). Y cuando apareció Edén Carrasco fue un encuentro fortuito, pero muy importante para nosotros". Bidart se refiere al momento en que el grupo La Pichanga Trío actuaba en los comienzos del Libro Café en Bellavista como número de la casa y estaba integrado por el pianista Mario Feito, el contrabajista Francisco Carvajal (actual contrabajista) y el propio Bidart en la batería. Algún auditor de aquellas noches en 2000, les había dicho "ustedes se pasan la pelota todo el tiempo: son como una pichanga de barrio". La banda quedó bautizada y para cuando Mario Feito decidió partir para liderar sus propios tríos, los tercios restantes incorporaron al entonces “mozuelo” Edén Carrasco a sus filas. "De los tres, Edén es quien tiene mayor claridad con respecto a la improvisación jazzística. Yo provengo del rock, con Akinetón, que es mi banda más fuerte y el Pancho (Carvajal) tiene una raíz popular y folclórica profunda aunque también ha tocado mucho jazz". La unión de estos tres ingredientes (tipo cebollín, aceituna y cubo de jamón) cuajó en La Pichanga Trío, un proyecto de jazz e improvisación libre, "que no es precisamente jazz ni improvisación libre, aunque sí lo son". Y ya está su primer disco: Arriba de la pelota.
-Ese formato de trío sin piano y con saxo alto lo utilizó Ornette Coleman en 1965 para hacer free jazz.
-Por sonido La Pichanga se parece mucho a ese grupo, pero por inspiración me inclino por algunos experimentos que hizo Branford Marsalis con el contrabajista Milton Hilton y Jeff Tain Watts en la batería. Es un disco increíble que se llama Trio jeppy (1988).
-En medio de las improvisaciones jazzísticas de pronto aparece un mambo de Pérez Prado y esa canción que dice "todos los negros tomamos café".
-Eso salió solo, como parte de la diversión de improvisar en vivo. Porque La Pichanga hace música que a veces es súper intelectual y compleja, pero también salen cosas como éstas. En el fondo La Pichanga siempre fue así. Así fue como partimos en los ensayos, donde había algunas ideas musicales claras pero que las poníamos en medio de cualquier cosa. Siempre fuimos improvisadores.
-¿Hay música compuesta por ti, como en Akinetón Retard?
-Son cosas bien distintas. Lo que pasa es que en Akinetón la improvisación es diferente a La Pichanga. En Akinetón todos son más autodidactas, no hay un estilo claro. Entonces cuando me tocó componer a mí para ellos siempre quise tirar ideas de improvisación desde el lado jazzístico “aplicado a Akinetón”. Me costó convencer a los cabros, porque yo les mostraba las partituras y eran pocas notas. Entonces fue un desafío lo de “Sentido común”, porque había que combinar el lenguaje musical con el visual, tenía que ser una obra continua que tenía que durar 45 minutos. Tuve que componer para una puesta en escena, no para un disco.
-¿Y con La Pichanga?
-Hice “Cindy-Llei” y básicamente son ideas para desarrollar a trío, con mucha libertad a los solistas y con ritmo tipo drum and bass pero acústico. Por eso es “Cindy-Llei”: “Sin DJ”.
-Una composición se llama "El catre de tres patas". ¿Tiene alguna lógica musical?
-Imagínate lo que debe ser estar en un catre de tres patas. Son ritmos absolutamente irregulares.
-¿Te suena a jazz chileno?
-En carácter a mí sí, siento que a pesar de todo lo intelectual y serio que puede sonar con improvisaciones libres es un disco “picarón”. Tiene una picardía que tal vez un gringo no va a tener. Desde el título mismo: Arriba de la pelota.
Iñigo Díaz



Lista de Temas:
1. El catre de tres patas
2. Solo para ti
3. Cindy-Llei
4. Tiro libre I
5. La pachanga
6. Senda pedregosa
7. Tiro libre II
8. De nuevo
9. De idea y vuelta

Alineación:
- Francisco Carvajal / Acoustic Bass
– Edén Carrasco / Alto Saxophone
– Cristián Bidart / Drums




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