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El universo fantástico de Charly García

La orquesta dirigida por Mario Esteban presentó una nueva edición del espectáculo “Un concierto García”, un recorrido por lo más destacado de su obra. Con la dirección y los arreglos del maestro Mario Esteban, La Sinfónica Rock presentó una nueva edición de “Un concierto García”, un viaje musical por el universo de Charly con un recorrido por lo más destacado de su obra. El evento se desarrolló el sábado 30 en La Trastienda donde se puedo escuchar una adaptación del disco “Clics Modernos”.

Por Laura Dalto para Emergentes

El grupo realiza conciertos en lenguaje de música académica sobre el repertorio de las más importantes bandas de nuestro rock nacional. La propuesta propone la participación de orquesta de cuerdas, coro mixto, piano y solistas vocales, con todas las combinaciones posibles entre ellos.

La Sinfónica Rock es un proyecto que nació en el 2009 con “Un Concierto Redondo” y fue sumando algunos artistas como Divididos o Charly, desde ese entonces nunca frenó sus presentaciones.

Desde Emergentes estuvimos ahí, nos llenamos de música, recordamos a los recitales del flaco y también nos encontramos y volvimos a emocionar con “Los Dinosaurios” que fue especialmente celebrado y su finalización el emotivo grito de “Son 30.000” de una espectadora que fue acompañado de los aplausos de todxs.
En esta nota, hablamos con Mario Esteban para que nos cuente más sobre el proyecto:


¿Cómo llega la música clásica y el rock a tu vida?

Nací en la provincia de Mendoza, en el entorno de dos familias muy melómanas de ambos lados, padre y madre, escuchaban mucha música clásica, mucha música popular. Yo tardé mucho tiempo en discernir y diferenciar entre la música clásica y la música popular, a mí simplemente me apasionaba la música, me parecía o buena o mala, pero no sabía esa diferencia entre clásica y popular, eso lo fui aprendiendo en el transcurso de mi carrera. Cuando yo tenía 10 años, vinimos a vivir a Buenos Aires y mi mamá, vio que yo tenía capacidades para la música, me anotó en el Conservatorio Nacional de Música Carlos López Buchardo, que en ese momento era lo mejor que había acá en Argentina para estudiar música. Y ahí hice la carrera y me quedé del lado de la música clásica, pero nunca abandoné el gusto por la música popular. Más o menos a los 13 años empecé a gustar del rock y me dio por el lado de la música progresiva, mi banda preferida era Génesis, era la parte histórica de Génesis, que está con Peter Gabriel, está muy emparentado con obras grandes, con mucha complejidad melódica, armónica, rítmica. Y bueno, completaba eso con los Beatles, por supuesto, y siempre escuchando música clásica también. Incluso recuerdo de haberme quejado una vez en el conservatorio: “como nunca vemos algo popular, una zamba, cómo se rasguea”. Y bueno, me explicaron que no, que eso se estudiaba en otro lado. En fin, después busqué un poco ese aprendizaje en el Conservatorio de Música Popular de Avellaneda, pero no me daban los tiempos.

Mario Esteban dirige “La Sinfónica Rock”

Después de tantos años de “Un Concierto Redondo” ¿Cómo surge la idea de tocar a García?

Con la elección de Charly no hay mucha vuelta, digamos, yo cuando en la adolescencia empecé a escuchar rock nacional, lo primero que llegó por elección fue Charly, porque lo primero que llegó por radio capaz que fueron cosas que estaban muy de moda en ese momento, cuando yo estaba en séptimo grado por ejemplo estaba muy de moda Miguel Mateos, Soda Stereo y Viudas e Hijas y estaba bueno, me divertía, me gustaba, pero Charly me llegó de alguna manera y encontré inmediatamente la grandeza musical de este tipo. Él me llegó mucho antes que Los Redondos. Tuve un gran período de prejuicio respecto a la banda mirado del lado de un bicho de conservatorio que está educado con prejuicio, recién en tercer año de secundario me empezaron a gustar. Fue por insistencia de mis compañeros que me pasaban los discos.


¿Qué desafíos tiene llevar obras tan populares como la de Los Redondos o Charly García?

Y una vez que escuché a Charly y uno toma contacto con este disco “Clics Modernos”, es un parte de aguas, es un disco impresionante y también lleno de complejidad rítmica, melódica, que está un poquito más abrazado a lo que puede ser el rock progresivo, a diferencia de Los Redondos o Soda. Entonces en el camino de escucha que tengo yo desde la música clásica a la popular está más cerquita a Charly.


¿Hay diferencias sustanciales en cuanto a los arreglos que tenés que hacer o componer en cuanto a la música de Los Redondos con la de Charly? ¿Hay claves que faciliten o dificulten esta transformación?

Mira, las dificultades son variopintas y dependen de cuál es la banda o solista que querés traducir o que querés resignificar. Por ejemplo, en el caso de Los Redondos, la dificultad grande está a prescindir de la voz del Indio, porque es un timbre que le da la personalidad, le da la identidad a esa música. Entonces, al poner la voz del Indio en instrumentos que solamente se escucha la melodía y no la letra y que tienen un timbre que nada que ver con su voz, hay que hacer un esfuerzo para que el arreglo musical que uno hace le aporte identidad ricotera al tema desde otros lugares musicales que no son su voz. En el caso de Charly, la mayor dificultad, porque hay varias, hay muchas, está en este caso de “Clics Modernos” el prescindir de la máquina rítmica, porque está ahí donde le da gran identidad al disco. Entonces, al quitarla, hay que darle el corazón rítmico a otros instrumentos como el contrabajo, el chelo, el piano para que mantengan ese latido permanente. Y bueno, ahí hay una gran dificultad también, no solo para hacer el arreglo, sino para que después los músicos lo puedan tocar.

Ya sea con Charly o Los Redondos, hay que hacer un trabajo de escucha muy profunda para que no pierda la identidad.



En alguno de los casos ¿pudiste hablar con sus intérpretes o si lo escucharon?


Con respecto a Charly, en el contexto de una nota radial que nos hicieron en Radio Vorterix Rosario, yo estaba al aire por Zoom con ellos y lo contactaron a Charly García por vía telefónica y bueno, como que les compartían a él lo que estábamos haciendo con su música y nos tiró la mejor onda, le gustó la idea y tiró buena onda también para todo ese tipo de proyectos que surjan respecto a mezclar el rock con música académica, lo que le pareció productivo. Y después con Los Redondos hemos tenido posibilidades frustradas de hacerlo con SemiDawi, que ellos hacen una performance de música y pintura, estuvimos muy cerquita de poder juntar nuestro show con el de ellos, pero después por cuestiones de administración política de los teatros, cambios de gestión y bajadas de agenda, se frustró eso y al Indio le hemos mandado nuestro disco físico que se llama Episodio 1, que está agotado y ahora solamente está en Spotify. Ojalá le haya llegado, ojalá le haya gustado, creo que no hay más que eso.


¿Hay alguna anécdota que surja de estos conciertos?

Respecto a anécdotas, viste que son shows muy tranqui no hay vallas de seguridad en el escenario, no hay patovicas, es muy tranqui y eso se disfruta mucho, jamás pensamos que podría haber riesgo de que la gente se quisiera subir al escenario como a veces pasa con los artistas originales. Pero una vez nos pasó: un muchacho se salió de la platea, no podíamos creer cuando lo veíamos venir en medio del aplauso entre canción y canción, se subió al escenario y fue hasta donde está uno de los músicos, lo abrazó y le dijo “gracias”. Eso fue durante un concierto Redondo, fue muy divertido, muy impactante ver como esto también podía provocar eso que a veces generan los grupos mainstream.

Laura Dalto



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