Después de casi 10 años sin lanzar disco aluguno, es una muy grata sorpresa que esta gran banda no solo saque un nuevo álbum después de tantos años, sino que además sea uno de los mejorcitos de este gran (musicalmente) 2025, y por ello nos toca cerrar otra semana a pura música, sorpresas y ganas de romper las pelotas, con este magistral "Breadcrumbs" que evoca mucho a VDGG. Y si hay palabras para describirlo, deberían ser: teatralidad (sello propio de la casa), elegancia, musicalidad, expresividad, todo ello construye un delicioso viaje sonoro, un álbum tan bien logrado que debería complacer a todos los fans del rock progresivo en todas sus formas, aunque musicalmente, aunque las canciones no son complejas nunca se sabe qué sucederá a continuación, siempre con consistencia y atractivo constante, por lo que aseguramos que Discipline ha tenido un regreso genial, creando uno de los grandes trabajos del 2025. Dale una oportunidad, vale mucho la pena. Y nos volvemos a ver la semana que viene!
Artista: Discipline
Álbum: Breadcrumbs
Año: 2025
Género: Neo progresivo sinfónico
Duración: 47:54
Referencia: Discogs
Nacionalidad: EEUU
Discipline siempre ha sonado como si viniera de Inglaterra, pero vienen de EEUU, con una amplitud, profundidad y originalidad que evoca más a VDGG que a una banda de rock progresivo melódico. Esto significa que, si bien su líder Mathew Parmenter (quien se encarga de la lírica, la voz, los teclados, el violín, las guitarras y la pandereta) tiene la habilidad de producir álbumes interesantes y disfrutables la primera vez, solo después de varias sesiones uno empieza a comprender la grandeza de lo que está sucediendo. Ah, sí, la voz de Matthew tiene el estilo de un verdadero artista, con mucha energía que transmite, transmitiendo emociones que invitan al oyente a lo más profundo.
Después de 25 años en su propio sello independiente, los de Detroit Discipline publican su álbum de estudio en 2025 en ProgRock.com's Essentials.
Mezclado por Terry Brown (Rush) y con portada de Hugh Syme, Breadcrumbs entrelaza influencias prog y art rock en una mezcla distintiva de melodías impactantes, arreglos cinematográficos y sutil complejidad polirrítmica.
El álbum está producido por el visionario compositor y líder de la banda, Matthew Parmenter, a quien se unen para este lanzamiento su compatriota y bajista Mathew Kennedy, el guitarrista de Tiles Chris Herin, y el galardonado músico y compositor Henry Parmenter a la batería.
Pero vamos a darle la palabra a nuestro eterno comentarista involuntario de siempre, que nos cuenta lo siguiente:
La pieza homónima ocupa un espacio de casi 17 minutos y es precisamente la encargada de abrir el repertorio. ‘Breadcrumbs’ cumple cabalmente la promesa de grandilocuencia inspirada y dinamismo sofisticado desde el punto de partida cuando se instaura un llamativo groove en 7/8, siendo así que cuando entran a tallar la guitarra y la batería, se termina de concretar el motif inicial. El primer cuerpo central refleja una aureola de solemnidad que se deja engalanar por recursos de teatralidad burlesca. A mitad de camino, sobre el apoyo de una letanía de piano, la atmósfera se torna etérea con matices de flotante ensoñación, aunque se preserva lo esencial del colorido sonoro. El canto es persistente sin llegar a ser abrumador, contando la instrumentación con una previsión de enriquecido embrujo. En una segunda instancia, la canción se vuelve más vivaz, algo a lo que contribuye la emergencia de un mágico solo de guitarra. La extensa sección final vira hacia una ceremoniosidad estratégicamente lánguida donde el compás lento en 12/8 es aprovechado por los instrumentistas para gestar un ambiente señorial de tenor envolvente. Una vez más, tenemos a la guitarra luciendo una hermosa serie de líneas que logran plasmar una espiritualidad evocativa. ‘Keep The Change’ es la canción que viene a continuación y su misión consiste en explorar una dinámica más acústica, casi coqueteando con el country-rock. La parsimonia reinante permite a Matthew Parmenter enunciar la letra con una emotividad contemplativa que se siente muy a gusto expresándose a través del bloque melódico diseñado para la ocasión, hasta que a poco de pasado el ecuador, el esquema instrumental se desvía momentáneamente hacia un subterfugio de sutil densidad. Aunque es breve, funciona muy bien como mecanismo de momentánea tonificación rockera, la misma que es dirigida eficazmente por los fraseos de la guitarra eléctrica. En nuestro parecer, esta canción muestra ciertas cercanías con los paradigmas de las bandas compatriotas ECHOLYN y RESISTOR.
‘When The Night Calls To Day’ inicia la segunda mitad del álbum con una recuperación de algunas de las atmósferas predominantes en la pieza homónima, pero esta vez, con una disposición un poco más grácil. Así las cosas, la batería tiene más espacios donde exhibir recursos de soltura a través del bien delineado desarrollo temático y el esquema rítmico inusual. El instrumental ‘Aloft’ se conecta con el sofisticado swing de ‘When The Night Calls To Day’ para dar rienda suelta a un jam que colorea eficientemente la paleta sonora de la banda con la inserción de solos de guitarra, violín y órgano sobre la sólida arquitectura armónica gestionada por el matrimonio de piano y bajo. Mientras tanto, la batería añade inteligentes ornamentos rítmicos a fin de animar consistentemente el esplendor elegantemente coqueto del swing en curso. Definitivamente, sólo se puede apreciar adecuadamente una pieza en compañía de la otra. ‘Aria’ concluye las cosas con una nueva manifestación de inquietudes solemnes y ceremoniosos esquemas melódicos que juegan con lo parco revestido de sobria suntuosidad. Siendo el piano el instrumento protagónico que cuenta con la complicidad del órgano para el refuerzo de las bases armónicas, su aura aristocrática puede remitirnos al paradigma de PROCOL HARUM, algo que no es muy ajeno a lo que Parmenter hizo en sus discos solistas. También podemos rastrear algunas huellas de la faceta más intimista del legendario álbum de 1997 “Unfolded Like Staircase”, especialmente en lo referente a los retazos de espectral densidad e sofisticados recovecos melódicos que van surgiendo a lo largo del camino. Un lento swing cuasi-jazzero en 6/8 abre camino a un epílogo introspectivo donde la guitarra y el piano intercambian turnos en el armazón de tonalidades adicionales para el motif que va rumbo al fade-out. Todo esto fue lo que se nos brindó en “Breadcrumbs” desde los cuarteles de DISCIPLINE, un disco muy refinado que sigue fielmente la senda estilística de los dos discos precedentes, tal vez con una aureola más grisácea y una soltura más grácil que el penúltimo disco. Como sea, se trata de un nuevo triunfo artístico para este grupo que tiene merecido un lugar privilegiado del rock progresivo de estas cuatro últimas décadas. ¡¡Muy recomendable!!
César Inca
Y tantas palabras no valen de nada si no son acompañadas de la música que las iluminan... por ello viene el siguiente video.
He aquí otro de esos grupos que reaparecen cuando nadie lo esperaba, y que lo hace para gusto de todo el mundo... por ello tenemos bastantes comentarios disponibles sobre este trabajo.
Formados en 1987, siguen fieles a su sello característico: un equilibrio entre teatralidad interpretativa y composiciones de arquitectura compleja. Al frente continúa Matthew Parmenter, responsable de voz, teclados, violín y guitarra, respaldado por Mathew Kennedy en el bajo, Chris Herin (Tiles) en la guitarra y el nuevo fichaje, Henry Parmenter, en la batería.
La producción, a cargo de Terry Brown (Rush), impregna el álbum de una calidez analógica que resalta los matices, mientras que la portada de Hugh Syme añade un toque visual icónico. El resultado es una obra con un pulso rítmico trabajado, arreglos ricos y un sentido casi cinematográfico en sus pasajes instrumentales.
El disco reúne cinco composiciones que muestran distintas caras del prog contemporáneo:
“Breadcrumbs” abre como un viaje introspectivo y dramático, con letras que reflexionan sobre la pérdida de privacidad en la era digital.
“Keep the Change” adopta un tono acústico y melancólico, cercano al folk-rock clásico, pero con un trasfondo crítico.
“When the Night Calls to Day” es una balada contemplativa que aborda la soledad y la resiliencia con delicadeza.
“Aloft” pieza instrumental, combina piano, violín y un ritmo contenido para crear un clima etéreo, aunque sin buscar un clímax evidente.
“Aria” cierra el álbum con un tema apasionado, centrado en el piano y una interpretación vocal cargada de emotividad.
En lo musical, Breadcrumbs se mueve entre armonías intensas, melodías refinadas y desarrollos instrumentales amplios, sin caer en el simple homenaje a las influencias clásicas.
Es un trabajo que, aunque fragmentado en su estructura, conserva un hilo narrativo sólido. Discipline demuestra que su capacidad para emocionar y construir atmósferas sigue intacta, entregando un álbum que exige escucha reposada y que recompensa con múltiples capas de detalle.
Espero les guste! Nosotros nos encontraremos nuevamente la semana que viene con todos los condimentos por los que venís una y otra vez al blog cabeza.
Y bien vendría hacer un festival de Discipline con algunos de sus mejores discos la semana que viene, no?
Lo pueden escuchar desde su espacio en Bandcamp:
https://disciplineband.bandcamp.com/album/breadcrumbs-24-bit-hi-res
Lista de Temas:
1. Breadcrumbs (16:56)
2. Keep the Change (7:06)
3. When the Night Calls (5:25)
4. Aloft (7:46)
5. Aria (10:41)
Alineación:
- Matthew Parmenter / vocals, keyboards, violin, guitars, tambourine
- Chris Herin (Tiles) / guitars
- Mathew Kennedy / bass
- Henry Parmenter / drums


Comentarios
Publicar un comentario