Comenzamos el viernes con un lujo que nos presenta LightbulbSun: me refiero a un gran álbum de jazz argento editado por el sello nacional Melopea durante el 2010 y que, gracias al trabajo de Litto Nebbia, reunió a eximios músicos de jazz: el saxofonista tenor Gato Barbieri, el pianista Carlos Franzetti, el contrabajista yanky David Finck y el baterista Néstor Astarita, en una producción que estuvo a cargo del mismo Litto Nebbia. Grabado íntegramente en Estudio Twilz Record, Yankilandia, estos 4 grandes músicos interpretan clasicos de de John Coltrane, Astor Piazzolla, Miles Davis, Thelonoius Monk, Churchill y Gato Barbieri. Acá Barbieri y Néstor Astarita, compañeros inseparables en aquellos años sesenta de zapadas interminables donde compartieron escenario con ilustres visitantes como Ella Fitzgerald, Stan Getz, Jim Hall y Hermeto Pascoal, vuelven al jazz de impronta clásica. Este disco es muy especial porque fue la última grabación de Barbieri y Astarita, una vuelta al principio y también una despedida.
Artista: Gato Barbieri / Carlos Franzeti / David Finck / Néstor Astarita
Álbum: New York Meeting
Año: 2010
Género: Jazz
Duración: 49:56
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Argentina
Este testimonio producido por Litto Nebbia para discos Melopea Argentina, da paso a abrir los oídos y la sensibilidad. Todo lo que sucedió para que fuera posible este disco surgió de la mente de Néstor Astarita, y todo se puso en marcha cuando se lo contó a Litto Nebbia. A partir de ahí, las charlas entre Buenos Aires y New York (donde residía Barbieri) comenzaron a ser frecuentes y los viejos compañeros se pusieron de acuerdo rápidamente, los bocetos y el repertorio surgieron por teléfono y los amigos prontamente conformaron sumaron a dos destacados músicos para completar el cuarteto. Lo más complejo fueron los ensayos telefónicos.
"A pesar de que los temas son totalmente atemporales -y que son un pretexto para improvisar, como decía Baby López Furst- con respecto a Equinox se dio una cosa muy particular: cuando lo ‘pasamos’, yo comencé con un ritmo de milonguita muy sutil en los platillos a ver qué pasaba -forma que utilizaba mucho con el trío con Litto Nebbia - y Franzetti se prendió como loco y David también, ni lerdo ni dormido... imaginate Gato cuando escuchó esta base, con semejante línea melódica se prendió feliz a su juego con ese sonido de águila dueño de las alturas, ¡que cuando cantan se abren las montañas y el arco iris muestra todo su esplendor!".
Néstor Astarita
Posteriormente, la grabación se llevó a cabo en los estudios Twilz Record de New Jersey, Astarita viajó para grabar en las sesiones y volvió con las tapes. A su regreso, el propio Astarita junto con la dupla entre Mario Sobrino y Litto Nebbia se encargaron de la mezcla final.
Acompañado por una excelente fotografía y un diseño acorde con la propuesta, "New York Meeting" demuestra que la diversidad de autores pueden conjugar perfectamente cuando la calidad de los músicos es tan alta como la circunstancia requiere. Escribe Astarita en el librito interior del CD: "Al principio, una quimera, después comenzó a ser un sueño, y así, de a poco, se fue concretando como si se tratara de gestar un hijo, como le decimos los Músicos a realizar un disco. Por supuesto que esto se logró gracias a amigos del alma, como Litto Nebbia, que bancó toda la movida, Carlos Franzetti, Mario Sobrino y por supuesto al Gato que sigue llenando con su sonido nuestros corazones. Nuestra mención especial, por partida doble, Bs.As. & N.Y., a la gente de la Dirección General de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. Gracias a todos".
La gran cualidad de estos siete temas -Coltrane, Miles Davis, Thelonius Monk, Piazzolla y un solo Barbieri original- es que nunca suenan arreglados para el lucimiento del saxo estelar, sino para un cuarteto donde todos los músicos aportan por partes iguales. De hecho, el piano virtuoso y super estilizado de Carlos Franzetti por momentos toma el mando, mientras que la conjunción del contrabajo de David Finck (músico de pesos pesados como Woody Herman y Freddie Hubbard), y la imaginativa percusión de Astarita son tan o más importantes que los solos del saxo del gran Gato.
El disco empieza con una formidable interpretación de «Equinox» de John Coltrane, sigue con «Its Over» uno de los mejores tracks del soundtrack del «Ultimo Tango» de Bertolucci, y Miles Davis con arreglos absolutamente personales. Las versiones de «Blue in green» y «So what» de Miles Davis por el Gato y su pandila justifican por sí solos la recomendación terminante de este CD, lanzado por Melopea con el mayor cuidado de arte e información de estas sesiones neoyorquinas, brillantemente mezcladas por ese otro gran Gato, Litto Nebbia.
Pero a esto, como a todas las músicas, simplemente hay que escucharlas...
Y vamos con el último comentario de este disco... y es el que vale, porque muchas de las cosas que se plasmaron en este posteo nacen de su nota, cuyo link está al final de texto.
Todo lo que sucedió para que fuera posible el disco en el que Barbieri
vuelve al jazz de impronta clásica surgió de la mente de Néstor
Astarita, compañero inseparable de Gato en aquellos años sesenta de
zapadas interminables en boliches como Jamaica, Jazz & Pop y Mr.
Jazz, donde compartieron escenario con ilustres visitantes: Ella
Fitzgerald, Stan Getz, Jim Hall y Hermeto Pascoal... Astarita guardó la
idea en su cabeza de un buen tiempo a esta parte, y alcanzó con que se
la contara a Litto Nebbia para que todo se pusiera en marcha. Las
charlas de enlace Buenos Aires-New York comenzaron a ser frecuentes
entre los viejos compañeros, y la idea fue prendiendo aunque era algo
difícil de llevar a cabo. Los bocetos de lo que iba a ser surgieron por
teléfono y los amigos prontamente conformaron un cuarteto que completan
David Finck en contrabajo -“Pepe Oreja y uno de los más maravillosos contrabajistas con los que toqué”, según Astarita- y Carlos Franzetti, “un pianista divino”, tal como precisa Litto.
El repertorio lo fueron conformando Barbieri y Astarita: “En
uno de los ensayos telefónicos que teníamos con Gato, en un momento me
preguntó qué música quería incluir en el disco y yo le dije que en
principio podíamos hacer la onda que hacíamos en Jamaica pero hoy, con
alguna cosa nueva como por ejemplo Equinox (Coltrane) o Prepárense (Piazzolla), que eran dos temas que no tocábamos allá por los ’60”.
Como anécdota de la grabación, Néstor no dudó en destacar la antológica grabación del clásico de Coltrane, que así nos relata: “A
pesar de que los temas son totalmente atemporales -y que son un
pretexto para improvisar, como decía Baby López Furst- con respecto a Equinox se
dio una cosa muy particular: cuando lo ‘pasamos’, yo comencé con un
ritmo de milonguita muy sutil en los platillos a ver qué pasaba -forma
que utilizaba mucho con el trío con Litto Nebbia - y Franzetti se
prendió como loco y David también, ni lerdo ni dormido... imaginate Gato
cuando escuchó esta base, con semejante línea melódica se prendió feliz
a su juego con ese sonido de águila dueño de las alturas, ¡que cuando
cantan se abren las montañas y el arco iris muestra todo su esplendor!”.
La
grabación se llevó a cabo durante el mes de febrero del pasado año en
los estudios Twilz Record de New Jersey, con Manfred Knoop como
ingeniero. Astarita viajó para grabar en las sesiones y volvió con las
tapes. A su regreso, junto a la dupla Mario Sobrino-Litto Nebbia se
encargó de la mezcla final.
Litto asegura que es un honor poder ser
parte de este proyecto, pues Melopea ya había editado en 2005 un
excelente disco del hermano de Gato, Rubén, que incluía la banda sonora
de la película El perseguidor (1962) -compuesta por el trompetista- y once piezas, diez de ellas versiones, extraídas de presentaciones radiales. En Radio auditions y El perseguidor participaba Gato, en los temas de la banda sonora del film que protagonizaba Silvio Renán. Pero, paradójicamente, New York Meeting es el primer álbum íntegramente suyo publicado por un sello nacional. Dice Litto: “Admiro
desde muy jovencito a Gato, el único saxofonista argentino reconocido y
súper respetado en el real mundo del jazz... por su sonido y su
capacidad de improvisación. Ha grabado con Don Cherry, Carla Bley,
Oliver Nelson y miles de la verdadera pesada. Empezó su verdadero
reconocimiento cuando compuso para el film de Bernardo Bertolucci El Ultimo Tango en Paris, con Marlon Brando; además que desde los ‘80 ya desarrolló su carrera como solista a nivel internacional”.
Néstor retruca y pide, por favor, recalcar que “esto, sin duda alguna, fue gracias a Litto”.
NEW YORK MEETING: LO QUE SE ESCUCHA
El
álbum arranca con ésa grata sorpresa que en parte cuenta más arriba
Astarita: la milonguera adaptación que el cuarteto realiza sobre Equinox de
Coltrane, donde la base conformada por Finck y Néstor abre el juego
para el ingreso del saxo de Barbieri, que primero susurra la melodía,
luego deja un espacio para que se liberen los otros tres nenes y
para culminar arremete con esas notas profusas que paran los pelos. Sí,
todo eso sucede apenas pasados los primeros dos minutos de comenzado New York Meeting.
Cuando comencé a meterme en esto del jazz, una de las cosas que me incomodaba era aquello de escuchar a cada uno hacer lo que se le antoje.
Supongo que es algo difícil para todos los iniciados en el género
acostumbrarse a ese vuelo, a la famosa libertad que presume el que sabe
tocar y escuchar jazz. Si bien -en especial para quien lo ejecuta- esta
bella música tiene sus pautas iniciales, a la hora del despegue llega un
momento en que lo que escuchamos es la elevación de cuatro músicos,
estudiosos y preparados, sí, pero mutando en el momento de la ejecución
en entes decodificadores de algo oculto en su interior, algo profundo
que quizá ni ellos comprendan. Pero mejor continuemos con el disco, me
estoy yendo a lugares que no quiero.
El que sigue a Equinox quizá sea mi momento favorito: It’s over, el único tema compuesto por Gato, reversión de la pieza que componía el soundtrack de Last tango in Paris.
Esta vez menos erótica y latina que la original -por cuestiones
lógicas- termina de dejar en claro que aquí la línea del disco va por
caminos más redondos... todo lo redondo que puede ser un cuarteto de
jazz con un baterista tirando lo que tira Astarita a lo largo del track y
del álbum. Quizá lo que más me guste sean los vaivenes rítmicos,
podrían describirse incluso como emocionales, y el chirrido final del
saxo termina de decir que sí, se terminó.
Pero recién estamos empezando, y el siguiente homenajeado es Ástor Piazzolla. Dejo sonar Prepárense y
voy cayendo en la cuenta de que Barbieri va subiendo escalones entre
tema y tema, y aquí llega a su momento de mayor estridencia sonora en el
disco. Franzetti y Finck también se van animando más, y al momento de
la zapada del contrabajista el laburo de ambos se me hace magnífico; no
sé si quedarme con el soleador o con el rítmico acompañante.
Lo que sí sé es que ellos saben. Hacen lo que quieren, y lo que quieren suena bien.
En Straight no chaser,
Gato y Carlos dibujan la melodía juntos, mientras la base mantiene el
tema casi a escondidas, para que se destaque. De a poco van jugándose
más, y sí, zapan todos con destreza. Como dijo más arriba Astarita: “los temas son un pretexto para improvisar”.
Arranca, pegadita, la pieza de jazz que me más me moviliza. De todas las que escuché. (Y para tocar, también es genial). Blue in green.
No les voy a pedir a los muchachos que mejoren la original pero sí les
agradezco haber dejado fluir la música como lo hicieron. El protagonista
excluyente es el piano de Franzetti, soltando la belleza de esa
inolvidable melodía primero, y zapando luego. ¿Barbieri? ¡Brilla por
ausencia!
Gato vuelve en el siguiente tema, para traernos el sosiego con Someday my Prince will come.
Pero no se aguanta del todo y dispara sus notas al toque, para luego
darle paso a un Franzetti que va a mil y cede el mando a David Finck
para que todo repose y Astarita marque cuatro: a empezar de nuevo y
poner las cosas como al principio, en un marco de reposo necesario para
culminar.
“Ya que vamos a terminar, terminemos en serio”.
Quizá lo dijeron, quizá no. Pero quiero intuir o creerme que sí, que dejaron So what
a lo último para dejar lo que quedaba, el último aliento, ahí grabado.
Empieza el juego, casi al revoleo, con la batería y el piano. Pero para
que empiece de veras So what, para que te des cuenta de que es, tiene que empezar la línea del contrabajo. Cabe aclarar para los desprevenidos que So what
es un tema en apariencia simple en cuanto a lo armónico, con tan solo
dos acordes, pero con una vuelta... ¡difícil de calcular! (Pruébenlo en
sus casas). Comienza la famosa línea de contrabajo y así se interna
Barbieri en este último vuelo, con sus sobreagudos y aquellas notas
largas y agónicas. Por supuesto, todos zapan para despedirse, en algún
momento se miran, imagino, vuelven a la base, y cuando el jazzman
argentino más mundial mira a los otros y estira la nota final, al
unísono dicen basta. Y los cuatro van juntos hacia esa unidad sonora que
es difícil de apreciar en un comienzo, pero cuando te vas metiendo
comienza a silbar.
Eso que los jazzistas viejos llaman la libertad.
Al final, no era verso.
Néstor Astarita tenía 85 años cuando falleció, el 14 de mayo de 2024. Leandro José "Gato" Barbieri ya había muerto el 2 de abril de 2016 en la ciudad de Nueva York. Tenía 83 años. Para entonces, ya hacía tiempo que era inmortal. Tremenda banda estarán formando en el cielo.
No encontré desde dónde lo pueden escuchar, pero les dejo varios videos en el post, y acá abajo el link a su espacio en el catálogo de Melopea Discos:
https://melopeadiscos.com.ar/producto/gato-barbieri-new-york-meeting/
Lista de Temas:
1. Equinox
2. Its Over
3. Prepárense
4. Straight No Chaser
5. Blue In Green
6. Someday My Prince Will Come
7. So What
Alineación:
- Gato Barbieri / saxo tenor
- David Finck / contrabajo
- Nestor Astarita / batería, mezcla
- Carlos Franzetti / piano y co-producción






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