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King Crimson - THRAK (30th Anniversary Edition) (1995 - 2005)

#Músicaparaelencierro. Empezamos una semanita corta -pero no por eso menos intensa de lo habitual- con otro retorno crimsoniano y ahora con el doble trío de THRAK, una nueva resurrección del Rey Carmesí y el undécimo álbum del grupo liderado por el enano cascarrabias, un brutal experimento de doble trío: dos baterías, dos bajos y dos guitarras. Exceptuando el miniálbum "VROOOM", es el primero luego de un exilio de más de 10 años desde su último álbum de estudio. Gracias a LigbulbSun traemos este gran trabajo que aún estaba faltando en el blog cabezón, y que según Robert Fripp  se trata de "56 minutos y 37 segundos de canciones acerca del amor, morirse, redención y de tipos maduros que tienen erecciones" o "el sonido de 117 guitarras golpeando el mismo acorde casi simultáneamente" (dicho en una nota de la gira de 1995).

Artista: King Crimson
Álbum: THRAK (30th Anniversary Edition)
Año:

1995 - 2005
Género:
Progresivo ecléctico
Duración: 56:37
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Inglaterra

Como se sabe King Crimson ha tenido varias idas y venidas, esta era la tercera. Después de "Three Of a Perfect Pair", la banda se tomó un descanso de 10 años y volvió con este discazo, con el agregado de Trey Gunn y Pat Mastellotto, formando lo que se conoce como el famoso "doble trío" (estuvieron por Buenos Aires con esta misma formación). Cabe mencionar que este disco tiene un antecedente y es "VROOOM" de 1994, formado por los mismos, que tiene algunos de sus temas aquí (pero reformados) y Trey Gunn se aboca a tocar el Chapman Stick y no la Guitarra Warr que tanto lo caracteriza.

Este fue el único álbum de estudio de este Rey Carmesí disfrazado de dos en uno, y logró captar una nueva generación de público y es la obra emblemática del grupo en la década del 90. Se grabó en los estudios Real World de Peter Gabriel y rompió muchos esquemas sonoros, y cabezas también.

El retorno de King Crimson en los noventas aportó una etapa especialmente interesante de la banda, pero entre los tres álbumes publicados entre 1995 y 2003, quizá no sea "Thrak" -precisamente el que ejerce la propuesta más fascinante y extrema, con su doble trío- el que mejor ha envejecido o el que se mantiene con un poder mayor de seducción. Es cierto que no hay que olvidar el EP o "mini album" "Vrooom", que plantea versiones después retrabajadas de casi todo lo que sonaría en "Thrak" y -junto a los conciertos en Argentina de septiembre de 1994, después recogidos en el álbum en vivo "B'Boom"- establece las coordenadas estéticas del nuevo King Crimson: el trabajo de dos guitarras típico de los tres discos de los ochentas, un "peso" más marcado que retoma  buena parte del sonido de "Red" y lo extrapola a un metal alternativo o progresivo con una fuerte marca industrial, y una atención especial a la creación de ambientes con texturas de electrónica.
Es decir: toda la "época" inmediata que rodea a "Thrak", mientras operó el doble trío, es fascinante, pero el álbum no parece a la altura. Después Crimson estallaría (se "fraKctalizaría") en proyectos diferenciados de corte experimental, y todo eso sería traído de nuevo a la banda para sus álbumes de 2000 y 2003, de manera que parece dificil pensar en la evolución posterior de Fripp y compañía sin el establecimiento de "Thrak" (es decir, los dos tríos permitían una redistribución de músicos en proyectos diferentes -los "projeKcts"-, que tenían en común a Fripp y a esa vocación exploradora, de modo que en gran medida todo lo que se indagaría después se desprende de lo grabado en "Thrak", o, si se prefiere, de la línea que conecta a "Thrak" con su predecesor "Vrooom").
Otra manera de decirlo: lo mejor de "Thrak" no está en el álbum en sí (que si no fuera por el tercero de la discografía sería el más flojo) sino en las posibilidades que abrió y, en especial, en proyectos como "Thrakatakk", que retoma las improvisaciones durante el title track de "Trak" y las ensambla en varias piezas de manera similar al trabajo sobre el material en vivo en "Starless and bible black" pero, naturalmente, llevado a un extremo no presente en el álbum de 1974.
Quizá lo que no termina de funcionar del todo bien en "Thrak" es justamente su lado más pop, los elementos de corte sesentero o beatlero que en las canciones tomadas individualmente resultan atractivos pero que no parecen sino moderar la propuesta cuando lo que consideramos es el álbum completo. Es cierto que ese movimiento entre piezas arduas y extrañas y otras más pop está en todos los álbumes de la banda, pero no menos notorio es que en casi todos los demás discos eso funciona mejor que en "Thrak". "Dinosaur", es decir, es una de las mejores canciones de la banda, pero su sonido Beatle no se parece al extremo experimental de "Thrak" en vivo, ni tampoco al metal de "VROOOM" o "VROOOM VROOOM"; no se parece, diría, y no termina de complementarlo, excepto en cuanto a pensar esas canciones individualmente, como si fueran parte de un compilado.
En ese sentido, lo mejor de "Thrak" estaría en sus instrumentales: los ya mencionados "VROOOM" y "VROOOM VROOOM" -verdaderos "Red" de los noventas y el metal-, "B'Boom" -más extraño y ambient, similar de alguna manera a "The talking drum", de "Lark's tongues in aspic"- y el impresionante "Thrak". Después están las canciones, que tienen sin duda sus momentos de verdadera maravilla: "Dinosaur", "Walking on air" -acaso la más lograda en su dulzura pop-, "People" -la más floja en mi opinión-, "Sex sleep eat drink dream" -la más deforme y funky- y "One time", tensa, oscura y una favorita personal.
Es curioso que en un contexto de sonido tan complejo e intrincado la voz de Belew suene a grabación en vivo, con un mínimo de producción; para el estado de sus poderes como vocalista entonces -ya menor al de los ochentas, naturalmente-, quizá hacía falta un trabajo un poco más marcado; pero esto sucede también en "The construKction of light" y recién sería de alguna manera enmendado en "The power to believe", quizá el mejor de esos tres discos que se mantienen hasta ahora como la última trilogía de estudio de la banda. 

Partículas rasantes


El disco comienza con el instrumental "VROOOM", que muestra como conviven los 6 instrumentos de una manera impresionante, tocando algo muy parecido al instrumental "Red", luego vendrán algunos de los temas que fueron escritos por Belew en su paso por Argentina ("Dinosaur", "Walking On Air") y antecedentes de la triple batería actual ("B’boom"), o "People" que es una canción donde recuperan el sonido a lo Talking Heads de su etapa anterior, pero tampoco faltan atmósferas oscuras e inquietantes y temas durísimos y críticas a la sociedad consumista.

Tras el EP anterior “Vrooom”, y  con la incorporación de una doble sección rítmica, sale este álbum que incluye prácticamente entero dicho EP , que fue  como una introducción a pequeñas dosis de lo que estaba por venir,  además de otros temas con sus variaciones y codas.
Tercer ciclo en la carrera de los KC. La familia aumenta, y la paranoia también. Una vez dejado atrás la “década  rítmica” de los 80 con su famosa trilogía, nos encontramos a mediados de los noventa con una nueva sorpresa en cuanto a concepción y sonido de nuestro querido Mr. Fripp. Parece ser que no le bastaba con Bruford/Levin para su nuevo proyecto, así que incorpora dos nuevos miembros a la sección rítmica. Pat Mastelotto en las percusiones, y Trey Gunn, que en este álbum solamente se encarga del stick, dejando a Levin las labores de los bajos.
¿ Para qué necesita Fripp tanta gente?. Pues parece ser que para dar rienda suelta a un sonido más “industrial” , por llamarlo de alguna manera. Y es que si de algo se puede catalogar este álbum es de “áspero” y a veces brutal. Algunos llegan incluso a denominarlo metálico. Yo no estoy de acuerdo con esto último. Es cierto que el sonido es mucho más áspero, como en los temas “Thrak”, “Vrooom” y sus variaciones , que son como versiones corrosivas del conocido “Red”, pero se mantiene siempre en el límite de la cordura, especialmente gracias al mellotron, que vuelve a recuperar en este álbum, y cómo no a Adrian Belew, que particularmente pienso que hace de freno a las locuras de Fripp con temas suaves tan exquisitos como “Walking on air” o “One time”. Sin embargo, en álbumes posteriores como “The construktion of light”, ni siquiera el bueno de Belew conseguiría aplacar las “paranoias” de Fripp.
Me vais a permitir que no haga una reseña individual de cada tema, dada la cantidad de temas que incluye ( 15 ) y de que muchos de ellos son variaciones y codas de otros, aunque sí que comentaré los más representativos.
La verdad creo que este  álbum, junto con el “Contruktion of light” son los más difíciles de reseñar. En una ocasión me comentaron que los discos de KC a partir de los 90 no tienen término medio: O los odias con toda tu alma, o te encantan.. Pues a mi, por llevar la contraria, lo dejo a mitad de camino. Este en concreto  me gusta más o menos, e incluso lo odio, dependiendo del estado de ánimo. A veces me parece un buen álbum, y a veces no soporto su agresividad  ( El tema final “Vrooom Vroom Coda” es lo más agresivo que he escuchado nunca).  Curioso, ¿no?. Pues así es el señor Fripp. Nunca deja indiferente a nadie, y es capaz de provocar sensaciones tan dispares con un mismo álbum a una misma persona, dependiendo del momento y la situación en que lo escucha.
Aparte de dichos temas explosivos, que son la base de este álbum  “Vroom” y sus diferentes variaciones, “Thrak”, en los que la banda crea un tremebundo clímax a base de ásperas guitarras y pesadas percusiones, que  podrían encajar perfectamente en alguna película de terror, que son como una versión "heavy" de temas ya consagrados como el "Red" o "Lark tongues in  aspic", y de sus correspondientes contrapuntos ( “Walking on air”, “One time”, “Inner Garden”), relajantes e interesantes temas en los que la voz de Belew  lo acapara  todo, y que nos da un momento de respiro para coger aire antes de la próxima descarga ( algo habitual en los Crimson eso de intercalar adrenalina con momentos de relax); tenemos cuatro temas que me gustaría destacar:
-“Dinosaur”, que empieza con un fantástico mellotron, como en sus mejores tiempos, pero en el  que pronto entra la banda entera, con la voz  de Belew y que alterna fases tranquilas con pasajes  más feroces, con esas afiladas guitarras típicas de este álbum. La letra es una  mordaz reprimenda a esos críticos que tachan de “dinosaurios” a las grandes bandas de los 70 que siguen en la brecha.
-“B´Boom”: Un fantástico y explosivo ejercicio  de batería y percusión a dúo, que no debe faltar en  ninguna escuela de percusión. Apabullante.
-“People” : Es como oir a Talking Heads. ( ¿ Serán los Talking Heads?). Las influencias de Adrian Belew en la banda.
-“Sex, sleep, eat, drink, dream”: El correspondiente “tema neurótico” imprescindible en cualquier  álbum de los KC.
CONCLUSION: Extraño álbum que tiene la virtud , o el defecto  según se mire, de producir diferentes sensaciones en quien lo escucha, dependiendo de su estado de ánimo o situación, pero que de todas maneras, yo lo catalogaría sobre todo como de CORROSIVO , abundante en afiladas y a veces ásperas guitarras, y feroces percusiones y que vería su máxima expresión más adelante en “The construktion of light”. Sigo prefiriendo su primera y más clásica etapa,  e incluso la segunda más pop y rítmica, pero reconozco que  a veces  disfruto y mucho  con ese sonido áspero y a veces caótico de este Thrak.
TEST: Poner el último tema “Vrooom Vrooom Coda” a todo volumen…si sois capaces de llegar hasta el final sin tiraros de los pelos, entonces estáis a punto de entrar  en la siguiente fase , aún más feroz, de su música. No digáis que no os he avisado. Disfrutadla

Ubik

Y toca seguir con otra semana a puro King Crimson y de la mano de LightbulbSun, que los quiere mucho!




 
Vale algunas palabras más para este gran disco, no? aunque valgan de poco cuando se trate de música, pero siempre las buans palabras sirven de algo...

King Crimson son dos palabras que en el mundo del rock intimidan a algunos y estimulan a otros.
El indiscutible Rey de esta corte, Robert Fripp, no ha cesado de sorprendernos con cada disco que edita y con cada encarnación que desarrolla a partir de ideas nada ortodoxas.
Una muestra de ello es el más reciente formato, adoptado en 2016, un septeto conformado por tres bateristas, dos guitarristas, un bajista y un saxofonista.  Sin embargo, lo relevante no ha sido tanto el formato adoptado sino el peso específico de quienes lo conforman.
Esa siempre ha sido la constante de esta agrupación que se reinventa una y otra vez ofreciendo una música altamente estimulante, compleja, esporádicamente hermosa y muy distante de fórmulas preconcebidas que desde su mismo inicio en 1969 con In the Court of Crimson King, hasta el presente ha creado una fervorosa audiencia capaz de asumir los retos de un grupo de genios que subsisten bajo esas dos palabras cuando el Rey así lo disponga.
En 1994 King Crimson editó un EP (Extended Play) llamado Vrooom, siete temas ofrecidos en parte como abreboca al lanzamiento de nuestro festejado álbum de hoy.
THRAK se convertiría en el décimo primer álbum en estudio de King Crimson y el primer álbum en estudio desde el lanzamiento de Three Of A Perfect Pair (1984), último de la trilogía que conformaban Discipline (1981) y Beat (1982).
Este estupendo CD resulta de la sinergia existente entre los guitarristas, Robert Fripp y Adrian Belew, este último vocalista líder; el bajista, Tony Levin; el interprete del Warr Guitar y el Chapman Stick, Trey Gunn; la percusión de Pat Mastelotto y la batería de Bill Bruford.
Este álbum grabado en Real World Studios de Londres bajo la producción de David Botrill y la propia banda, nos recibe con lo que pareciera una metálica imagen, parte del diseño de Bill Smith Studio.
Ya desde el inicio del repertorio puede apreciarse al sexteto en el punto central del sistema de audio y posteriormente con cada trío a uno y otro lado del estéreo. La mitad del repertorio está conformado por temas instrumentales que en conjunto son considerados como “brutal” por algunos críticos.
Este set, desplegado a lo largo de 56’11”, inicia con “Vroom”, un estruendoso instrumental con toda la textura de un buen “metal” y cercano al clásico “Red”, al que Fripp le ha intercalado una arpegiada eléctrica.
Levin y Gunn añaden mayor profundidad. La pieza tiene momentos muy sublimes que se entrelazan con texturas ásperas. Ese entramado es uno de los atractivos.
Nota el cambio de temperamento cuando este primer tema se diluye en el final, “Coda: Marine 475” donde un sonido más industrial invaden nuestro sentido auditivo. En el tema puede apreciarse una voz aunque distante.
El tercer tema de los 15 que conforman la colección de piezas es “Dinosaur”, otro estridente tema que se torna menos áspero para que Belew nos relate: “Hace mucho tiempo y lejos de aquí en una época diferente, cuando era un chico tonto, fosilizadas fotos de mi vida entonces, ilustran cuan presa fácil he debido ser… Parado bajo el sol como un idiota, algo así como un monumento, soy un dinosaurio, alguien cava en mis huesos”.
Este tema es seguido de “Walking on Air”, el más dulce momento del disco que de algún modo recuerda al John Lennon del álbum Imagine (1971) en “Jealous Guy”.
Es una hermosa melodía en el más fino lenguaje Beatlesque de Fripp y Belew, quien nos canta: “Cierra tus ojos y mírame parado a tu lado entre el azul profundo del mar y el cobijo del cielo, estamos sin encontrar palabras que decir al ritmo de las olas, donde ambos nos rendiremos…”
En los siguientes cuatro minutos, “B’Boom” nos ofrece los talentos de la percusión de Bruford y Mastelotto. La pieza es un radical contraste y una caricia rítmica a nuestros oídos que luego son expuestos a “THRAK”, retornando así a las tormentosas sonoridades del sexteto.
Es una pieza exploratoria llena de un aire misterioso. Presta atención a como la sección rítmica y las guitarras se desarrollan.
Tras esas metálicas frases la voz de Belew retorna en “Inner Garden I”, un tema delicado pero misterioso donde nos canta: “El otoño ha regresado a descansar en su jardín, vino a pintar a los árboles con vaciedad, sin perdón, muchas cosas ha ocurrido incompletas, como las hojas en el suelo y repentinamente ella comienza a llorar”.
Esa breve instancia se une a “People”, otro dramático y a la vez pegadizo momento con ritmo funk en el cual nos dicen los Crims: “La gente vuela, se libera, la gente clama y dice que no fue, gente pez y gente carne, gente armada hasta los dientes, sí, tienes gente en el metro, caminando en la luna y en el fondo del mar, gente en tumbas y gentes en iglús e incluso una tribu de pigmeos”.
Esta pieza abre espacio a la breve “Radio I”, un pasaje sonoro de casi 45 segundos que se une a la fantástica balada “One Time”, donde la sección rítmica abre y Belew nos dice: “Un ojo ríe, el otro llora, entre los ensayos e intentos de una vida, una mano está atada y un paso queda atrás, en un aliento estamos muriendo, he estado esperando que salga el sol, esperando que la lluvia se detenga, esperando que caiga un centavo, una vez”
El tema es otro de los puntos altos del disco.
Las siguientes breves piezas son las segundas partes de los pasajes sonoros anteriores, “Radio II” e “Inner Garden II”. En la última Adrian Belew nos dice: “Ahora Roma viene a sentarse en su jardín, rozando la  brisa con los recuerdos, cuando había una habitación en pálidos tonos amarillos, su habitación con vista en donde el amor hacia la cama de felicidad…”
Una cruda “Sex Sleep Eat Drink Dream” es la primera de la tríada final. Belew articula palabras que expresan los elementos más básicos de la existencia: “Fornicar dormir comer beber soñar…”
En primera instancia, la pieza resulta tan repulsiva como reflexiva. Luego nos dice: “primitiva tribal manzana huevo vegetal anguila, tengo una nueva canoa pero sin ruedas…”
Con voz distorsionada, su curiosa rítmica y explosivas instancias este tema debe estar entre los  “hard core” fans del grupo. ¿Qué tiene King Crimson que nos hace sentir sadomasoquistas?
Los últimos dos temas son “Vroom Vroom” y “Vroom Vroom: Coda”. Fripp nos lleva a 1974 y el tema “Red” con un fragmento inserto en la primera.
Es King Crimson en su máximo esplendor tonal con Fripp liderando el camino. Finalmente, como si fuese un marcha macabra “Vroom Vroom: Coda” culmina el álbum.
A partir de THRAK, King Crimson se volcaría hacia un sonido más abrasivo con pocos momentos de dulzura. Discos como Thrak Attak (1996), The Construktion Of Light (2000) y The Power To Believe (2003), los últimos con Belew, son tres ejemplos.
En su edición de  2016 con los bateristas Pat Mastelotto, Gavin Harrison y el fallecido Bill Rieflin; Mel Collins en saxo y flauta; Tony Levin y Trey Gunn; Jakko Jakszyk en voz/guitarra y Robert Fripp en la guitarra y los “paisajes sonoros”,  King Crimson se mantiene como un sólido sobreviviente del progrock que ha sabido renovar sus alianzas para mantenerse a la vanguardia de nuestros tiempos.
Su más nueva adquisición es Jeremy Stacey, baterista y teclista ex miembro de la banda británica The Lemon Trees.
Mientras, demos marcha atrás y disfrutemos una vez más del magnífico THRAK.

Leonardo Bigott
 


No hay nada más que agregar, solo escuchar a esta auténtica gema que la música nos regala de tanto en tanto.

Lista de Temas:
1. VROOOM
2. Coda: Marine 475
3. Dinosaur
4. Walking On Air
5. B'Boom
6. THRAK
7. Inner Garden I
8. People
9. Radio I
10. One Time
11. Radio II
12. Inner Garden II
13. Sex Sleep Eat Drink Dream
14. VROOOM VROOOM
15. VROOOM VROOOM: Coda

Alineación:
- Robert Fripp / Guitarra
- Adrian Belew / Guitarra y voz
- Tony Levin / Bajo, Chapman stick y voz
- Bill Bruford / Batería y percusión
- Pat Mastelotto / Batería y percusión
- Trey Gunn / Guitarra Warr (Touch Guitar)




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Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.