Ir al contenido principal

Sigur Rós - Kveikur (2013)

Otra vez LightbulbSun trayendo a Sigur Rós, ahora con el séptimo álbum de estudio del grupo musical islandés, con sonidos que han sido descritos cómo "más agresivos" (o no tan bucólicos, que es lo mismo) que sus trabajos precedentes. Muchas texturas, muchas idas y vueltas, mucha variación de climas y estados de ánimo, algo que siempre encontramos en este grupo pero aquí se lo potencia, se lo amplía y se lo maximiza, quizás adrede o quizás de manera espontánea pero igualmente no pasa desapercibido. Como dice uno de los comentarios: "Describir la música de Sigur Rós siempre es un trabajo arduo. Sus canciones van desde pianos con poquísimas notas acompañado sólo por un chelo, hasta paredes de sonidos catárquicos en que percusión, guitarra y gritos crean una verdadera explosión de decibeles". Otros disco más para que disfruten en el fin de semana, y agradezcan a LightbulbSun.

Artista: Sigur Rós
Álbum: Kveikur
Año: 2013
Género: Post-Rock
Duración: 48:15
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Islandia


Más de los islandeses...
La carátula del disco es de la fotogeafia de una obra que diseñó la artista brasileña Lygia Clark... ¿le habrán pagado para que haga ese trabajo? Para mí que lo hizo gratarola nomás... no sé... me parece. Pero vamos con un comentario del disco y me dejo de boludeces.

Tras 'Valtari' todo parece complicado de superar por parte de esta banda islandesa que traspasa ya los límites del 'underground' para ser una formación conocida por el gran público y ya más bien 'mainstream', aunque sea para colectivos de 'alternativos' y nuevos hippies.
En todo caso, y centrándonos en este 'Kveikur', llama la atención cómo Sigur Rós se han puesto en serio tras su breve hiato de 2010, que duró tan sólo año y medio, tiempo para que su líder, Jónsi, sacara disco en solitario y en 2012 ya estuvieran de vuelta con el maravilloso y antes mencionado 'Valtari'. De 'Kveikur' hay que decir primeramente que es una perfecta fusión entre la tranquilidad del anterior trabajo, ambiental y lleno de paisajismo instrumental, y el celebrado 'Með suð í eyrum við spilum endalaust' (2008), el último álbum de estudio antes del descanso de 2010.
Su principal novedad es que la banda ya no cuenta con su teclista original y también guitarrista Kjartan Sveinsson, y los 3 miembros de peso que quedan aseguraron que han hecho un disco con música más "agresiva". Eso, como siempre, queda para las frases de presentación y promoción...
De hecho, 'Kveikur' contentará todas sus audiencias y sus fans, porque intenta explorar su lado más intimista, tranquilo y 'ambient', al tiempo que también regala los oídos con temas alegres, melódicos y más propios de lo que escuchan ahora los 'modernos'. Sin faltar el respeto a nadie, pero ya sabéis cómo es esta música: sin pretensiones morales, puro estilismo, buen sonido, agradables sintonías y mensaje cero. Entre otras cosas porque Sigur Rós continúa con su idioma inventado, el Vonlenska, así que poco se puede hablar de profundidad de letras y esas cosas.
Además, que si amas la música de 'La rosa de la victoria' no es por el mensaje, ni por el compromiso social y otras leches en vinagre. Es porque te traslada a otra dimensión, a un lugar de paz interior donde todo son armonías sonoras, atmósferas agradables y texturas delicadas que te acarician los oídos.
No todo es así, por supuesto. En este disco Sigur Rós juegan también con la experimentación instrumental, como es habitual en ellos, y no sólo por los teclados y los sintetizadores. Las desarmonías también son evidentes en temas de pura locura sónica como el tema que da nombre al disco, 'Kveikur', donde el expresionismo es la base de su música, sí que inspirando algo de terror, histeria y ansiedad de alma. Un juego genial con la música.
Al grupo de temas tranquilos e instrumentales, ya sea completa o parcialmente, están otros como 'Yfirbord', un tema folk que podría haber estado perfectamente en 'Heima' y 'Hvarf/Heim', u otros cortes del álbum como la pianística 'Var', o la inquietante y oscura pero lenta 'Hryggjarsula'. Así llegamos hasta el final con la prodigiosa 'Ofbirta', un paisajístico tema sin apenas melodía, donde la gracia está en escuchar las texturas armónicas de los soundscapes creados en sus mentes.
En el grupo de temas 'naif', melódicos y alegres están 'Isjaki' -que sería perfecta para un spot publicitario-, la profunda 'Stormur' y la festiva 'Rafstraumur'. Por último, ya en la saca de las típicas composiciones de Sigur Rós, de puro post-rock y space, están la melancólica 'Hrafntinna', la brillante 'Brennisteinn' -que fue el single de presentación desde hace meses-, la antes citada 'Kveikur' -que da nombre al disco y es de lo mejorcito- y, por último, otra como 'Blapradur', pura fórmula 'sigurrosera'.
En definitiva, es un disco éste que baja la media respecto a lo que venían haciendo en los últimos tiempos pero que sigue en niveles inalcanzables por miles de bandas internacionales. Hubiera venido bien quizás algo de relax y madurar ideas, porque por mucho que hubiera casi 2 años de hiato en la historia del grupo, no se entiende cómo se puede hoy en día explotar tanto la maquinaria con 2 discos en estos 2 últimos años. Pese a eso, lo dicho: notable disco de los islandeses, que ya navegan por otros mares alejados del prog, del post y de lo 'underground'. El éxito es lo que tiene...
Un último detalle no-musical para comentar... ¿no se parece demasiado la idea de portada, con el hombre y el saco en la cabeza, al niño malo de la película española 'El Orfanato'?

Pablo M. Beleña

A la pregunta que hace el autor de la nota, no Pablo, no se parece para nada...


https://www.progarchives.com/album.asp?id=41068

“Kveikur” es el séptimo disco de los islandeses Sigur Rós, proyecto convertido en trío tras la marcha de Kjarri Sveinsson en donde cabe la psicodelia en tono ensoñador, el prog rock, el ambient pop, la new age, el rock industrial, el pop orquestal o el art pop.
El single “Brennisteinn” abre el álbum con su habitual densidad en arreglos y un potente sonido de percusión de Orri Pall Dyrason dentro de una melódica, absorbente lisergia-noise-dream pop-industrial.
El sonido abrasivo contrasta con la dulce, etérea voz de Jónsi Birgisson, cantante que seguro encantaría a Curt Boettcher para sus proyectos proto-dream pop de los años 60 Sagittarius y Millennium. Plausible tema con tramos excelentes que transmiten notable intensidad emocional y ecos también de My Bloody Valentine.
“Hrafntinna”, corte melódico, atmosférico (como todos los de la banda) de tempo tranquilo, es un dream pop con percusión marcial, campanas, falsete, espectrales arreglos vocales y esplendor orquestal que evoca un escenario funerario.
“Isjaki” es una canción más rítmica. No pierde el enfoque de ensueño ni la densidad instrumental.
Pegadizo tema pop con coros que subrayan el tono sedoso, azucarado, de su voz principal.
“Yfirbord”, con sonidos grabados revés y énfasis electrónico, es una pasable balada soft pop con empleo del cuerno.
Llega la tormenta con “Stormur”, corte que reitera su psicodream pop afectado con destacada participación de la batería y uso del piano. La pieza que titula el disco, “Kveikur” (“Cebado” en español), recarga atmósferas ambient electropop con influencia industrial estilo Depeche Mode.
La corriente eléctrica promovida por “Rafstraumur” es un tema de épicas aspiraciones art pop, “Blapraour” alterna la morosidad cansina con la violencia de contrastes tonales, y “Var” cierra con una balada melancólica de piano.
De mediano interés, le sobra grandilocuencia y repetición en motivos y formas.

Antonio Méndez


Pero este fue un disco que lo han reseñado varias personas en varias oportunidades, así que aprovechamos para escribir lo menos posible.

Describir la música de Sigur Rós siempre es un trabajo arduo. Sus canciones van desde pianos con poquísimas notas acompañado sólo por un chelo, hasta paredes de sonidos catárquicos en que percusión, guitarra y gritos crean una verdadera explosión de decibeles. En sus seis discos de estudio han recorrido decenas de instrumentos, emociones, falsettos, idiomas y “fórmulas” en sus canciones.
Dos noticias han marcado al grupo en el último tiempo. La primera, la partida del tecladista Kjartan Svensson en enero de este año porque “había pasado quince años en la banda y sentía que quería hacer algo diferente”. La segunda fue a pocas semanas de la publicación de su disco “Valtari” (2012), confirmaron que el año 2013 vendría un disco “distinto a las cosas que han hecho antes” y que “sería más electrónico que Valtari”. La espera acabó hace un par de días con “Kveikur”, el nuevísimo último disco del ahora trío islandés. Y sí, las expectativas que ellos generaron se cumplieron: es un álbum caótico, cacofónico, lleno de sonidos electrónicos de fondo y una batería muy, pero muy potente. El baterista Orri Dýrason estuvo casi ausente en “Valtari” y ahora está a la carga con una energía desbordante.
Los trabajos de la banda suelen usar los primeros minutos en crear una íntima atmósfera para preparar el ambiente de lo que vendrá, como pasa en los temas que abren, pero “Kveikur” no advierte, sólo ataca. Los primeros segundos de “Brennisteinn” comienzan sin aviso ni anestesia; un rasgueo agresivo de guitarra y un azote (no un golpe, un azote) al bombo de la batería. Al aparecer la inconfundible voz de Jónsi Birgisson y el sonido de su guitarra con arco, lo último que hace “Brennisteinn” es perder energía. A eso de la mitad de la canción, ocurre un cambio en el ritmo y Jónsi da rienda suelta a su falsetto; los fans de “( )” (2002) se sentirán en el paraíso.
Los instrumentos se tranquilizan un poco en el segundo tema donde si bien no existe la paz, el eco que generan las percusiones y la voz dan una idea de mucho espacio alrededor, como si estuvieran tocando con la ventana abierta y parte del sonido se fuera. Mención especial a los segundos finales, donde un par de bronces son los responsables de relajar al oyente. Todo era un engaño porque “Ísjaki” (Iceberg) llega con todo. Los mismos metalófonos que hace pocos instantes dieron sensación de tranquilidad, ahora se unen con Jónsi en cacofonía. Resulta curioso que la batería sea el único sonido grave en gran parte de la canción. Igual que un iceberg, la parte aguda y visible del tema se muestra en gloria mientras hay una porción grave y poco perceptible allí, debajo del agua.
Entre canciones que rugieron con un ímpetu pocas veces visto, aparecen delicadezas como “Yfirborð” y “Stormur”. Nunca perdiendo el tinte adquirido en sus temas anteriores, la música se torna más esperanzadora; aun hay partes que atacan, pero surge una bondad en los sonidos de la canción. Sigur Rós es enfático en mostrar que siguen siendo los mismos que desgarraron el alma en “Brennisteinn”, pero ahora convertidos en una calidez y benevolencia que recuerda a pasajes del “Takk…” (2005) o el propio “Valtari”.
Nuevamente hay un cambio de ánimo. En un disco bipolar y siempre agresivo aparece “Kveikur”, contraparte idónea de “Ískaji”. Ahora todos los instrumentos son graves salvo la voz de Jónsi. Llegando a la mitad del tema los músicos se apartan y dejan a Orri golpeando las cajas y bombos con una furia que no se oía desde hace más de una década; se suman luego algunos sonidos, pero la batería se roba toda la película. Si Orri quiere hacer retumbar las paredes, lo hará.
“Rafstraumur” merece una mención especial. Las canciones pop siguen una fórmula preestablecida: estrofa, coro, estrofa, coro, puente, instrumental, coro. Así funciona esta canción también, pero no es banal, superficial, descartable, ni de relleno. Al contrario, es una de las mejores canciones en todo el álbum; toman una estructura ya conocida y con ella crean la balada más hermosa desde la aclamada “Hoppípolla”. Alegre, enérgica y tremendamente cálida, “Rafstraumur” está para mostrarles a las personas que no conocen Sigur Rós por qué a lo largo de sus seis trabajos anteriores se ha formado una base de fans tan acérrima.
El epílogo del disco es una canción muy distinta a las anteriores. Un piano amparado en un íntimo drone de fondo, y con esa exquisita y delicada despedida se acaba un trabajo salvajemente enérgico. “Kveikur” está hecho con pasión, melancolía, rabia, amor e, incluso, fragilidad. Crearon algo nuevo y fresco sin perder nunca la esencia que ha caracterizado a Sigur Rós; los momentos de descontrol y agresión se equilibran con los calmos y amables. No se fueron a ninguno de los extremos, pero aún así no se restringieron en nada. Plasmaron todo en este disco y eso se nota de principio a fin.

Javier Godoy

Lo podés escuchar desde su espacio en Bandcamp:
https://sigurros.bandcamp.com/album/kveikur-bundle


Lista de Temas:
1. Brennisteinn (Brimstone) (7:43)
2. Hrafntinna (Obsidian) (6:22)
3. Ísjaki (Iceberg) (5:03)
4. Yfirborð (Surface) (4:19)
5. Stormur (Storm) (4:55)
6. Kveikur (Fuse, or Candlewick) (5:55)
7. Rafstraumur (Electric Current) (4:57)
8. Bláþráður (Thin Thread) (5:11)
9. Var (Was/Shelter) (3:44)

Alineación:
- Jón Þór Birgisson / ?
- Georg Hólm / ?
- Orri Páll Dýrason / ?
With:
- Eiríkur Orri Ólafsson / brass arrangement
- Daníel Bjarnason / string arrangement
- Sigrún Jónsdóttir / brass
- Eiríkur Orri Ólafsson / brass
- Bergrún Snæbjörnsdóttir / brass
- Borgar Magnason / strings
- Margrét Árnadóttir / strings
- Pálína Árnadóttir / strings
- Una Sveinbjarnardóttir / strings
- Þórunn Ósk Marinósdóttir / strings





Comentarios

Lo más visto de la semana pasada

Los 100 Mejores Álbumes del Rock Argentino según Rolling Stone

Quizás hay que aclararlo de entrada: la siguiente lista no está armada por nosotros, y la idea de presentarla aquí no es porque se propone como una demostración objetiva de cuales obras tenemos o no que tener en cuenta, ya que en ella faltan (y desde mi perspectiva, también sobran) muchas obras indispensables del rock argento, aunque quizás no tan masificadas. Pero sí tenemos algunos discos indispensables del rock argentino que nadie interesado en la materia debería dejar de tener en cuenta. Y ojo que en el blog cabezón no tratamos de crear un ranking de los "mejores" ni los más "exitosos" ya que nos importa un carajo el éxito y lo "mejor" es solamente subjetivo, pero sobretodo nos espanta el concepto de tratar de imponer una opinión, un solo punto de vista y un sola manera de ver las cosas. Todo comenzó allá por mediados de los años 60, cuando Litto Nebbia y Tanguito escribieron la primera canción, Moris grabó el primer disco, Almendra fue el primer

Los Grillos - Vibraciones Latinoamericanas (1976)

Nuestro amigo Julio Moya sigue con su tarea de palentólogo del rock latinoamericano y ahora nos presenta la historia de Los Grillos, y resumiendo les diría que si Jethro Tull hubiera sido andino, probablemente hubiese grabado este disco, ya que encontrarás flautas similares a Ian Anderson, junto con instrumentos de viento autóctonos. Un disco con 8 temas con una duración total que no alcanza la media hora. De alguna manera puede trazarse un paralelismo con Los Jaivas de Chile, pero se debe tener en cuenta que la raíz folclórica es diferente y con un sonido propio de altiplano. Aquí, uno de los discos más importantes de la historia del rock en Bolivia, y una de las mayores joyas del rock boliviano, expresión del folk rock temprano donde Los Grillos fundadon el sonido del Neo Folclore Andino, incursionando en el Moog a modo de "sintetizador andino". Si disfrutaste de "Alturas de Macchu Picchu" de Los Jaivas, o los bolivianos Wara o los argentinos Contraluz, descubrirá

Varios Artistas - Reimagining in the Court of the Crimson King (2024)

La realeza de la música rock se reunió para recrear uno de los álbumes más importantes e influyentes de la historia, la obra maestra de King Crimson de 1969, "In ​​The Court Of The Crimson King", y Jorge Nuñez se volvió a acordar de ustedes y es por ello que ahora lo presentamos en sociedad: uno de los álbumes más icónicos de la historia de la música, considerado por los críticos como una grandiosa obra maestra, vuelve a ser noticia porque recién salió del horno su última resurrección, con reversiones a cargo de miembros de King Crimson, como Mel Collins y Jakko M. Jakszyk, así como de Todd Rundgren, Chris Polonia (Megadeth), Ian Paice (Deep Purple), Joe Lynn Turner (Rainbow), James LaBrie (Dream Theater), Carmine Appice (Vanilla Fudge, Cactus, Pappo's Blues, etc.), Steve Hillage (Gong) y más. Y lo más divertido es que seguramente quedarás paralizado de oír como cada tema es interpretada por esta extraordinario banda de músicos. Para que te entretengas en el finde, es

Spinetta y el sonido primordial

“Si vinieron para que les hable de mí, me voy –dijo Luis Alberto Spinetta al tomar el micrófono–. Yo les voy a hablar de la música en una faz filosófica: del origen de la materia sonora y su repercusión en la civilización. Y solo contestaré preguntas sobre eso, no sobre Spinetta.” Eran pasadas las 19.30 del lunes 2 de julio de 1990 cuando el Flaco dio comienzo a su “clínica de poesía musical” en la Casa Suiza –ubicada en Rodríguez Peña 254 de la ciudad de Buenos Aires–, con entrada libre y gratuita, ante más de cuatrocientas personas. Años después, esa charla se convertiría en un libro apócrifo: El sonido primordial. Por Patricio Féminis Esta es la historia de aquella conferencia de Spinetta que llegaría a tener una edición pirata, como si fuera un libro suyo, y que llegaría a venderse por dos editoriales distintas en Mercado Libre. Aquel lunes invernal de 1990, el guitarrista, cantante y creador asistió para exponer en la Casa Suiza (hoy tapiada por un edificio en construcción)

La Mesa Beatle: Borges y el Squonk de Genesis. Un homenaje a las aventuras íntimas de los perdedores

Buenos días desde La Barra Beatles, hoy nos vamos rumbo a la Inglaterra de los 70´s, una era de oro que pone melancolía en La Barra. La idea es  rememorar a una de las grandes bandas de rock progresivo, que en Argentina empezamos a conocer años después de sus primeros lanzamientos. En 1976 Genesis publica el primer disco luego de la traumática partida de su cantante y miembro fundador Peter Gabriel. Representó todo un reto, porque mucha gente teorizó que con esa separación el grupo había sufrido una herida de muerte. Perder un cantante y compositor de la talla de Peter creo que preocupa a cualquiera, pero los muchachos no arrugaron y decidieron continuar, el resultado fue uno de sus mejores trabajos: “A trick of the tail”. Para algunos la traducción literal sería “Un truco de la cola”, otros hablan de un giro idiomático que sería algo así como “El diablo estuvo metiendo la cola”, también lo traducen como “Un golpe de timón”. Por Jorge Garacotche Este bellísimo álbum fue grabado entre

La indiferencia de los tiranizados duele como la crueldad de los tiranos

Para John Berger, "las tiranías no solo son crueles por sí mismas, sino que, además, ejemplifican la crueldad y, por consiguiente, fomentan la capacidad para serlo y la indiferencia frente a ella entre los tiranizados". Estamos frente a una avanzada masiva sobre nuestras vidas. Hacia donde miremos vemos catástrofe. Despidos, comedores sin comida, cierre de programas que garantizaban derechos, desfinanciamiento de las universidades públicas, desregulación de las tarifas, represión de la protesta, el endeudamiento como mecanismo de reducción de la posibilidad de vivir y una larga  lista que se actualiza día tras día. Frente a esto, se suceden expresiones que intentan revalorizar las vidas dañadas: "Nuestro trabajo era importante", "no todos somos ñoquis" o ―peor aún― "yo no era ñoqui", "lxs docentes no adoctrinamos", "perdimos compañerxs que hacían". Tenemos que producir valor a partir de la desgracia. Vivir se convirtió en

Miguel Abuelo & Nada - Miguel Abuelo & Nada (1973)

Mucho antes de agitar la primavera alfonsinista de la recién llegada democracia con la segunda encarnación de Los Abuelos de la Nada allá por los años 80, había nacido en Francia la primera versión de esta agrupación, pariendo además un disco maldito del que poco se llegó a conocer por estos parajes, e inclusive la primera edición para el mercado argentino de este disco salió no hace mucho. Un disco particular, donde hay hard rock, psicodelia, experimentación, y además una historia muy rica donde terminan apareciendo muchos de los máximos referentes del rock argentino, y donde Miguel Abuelo, ese niño de la calle devenido en poeta iluminado por la psicodelia y el folclore del noroeste es el protagonista casi casi, principal. Recién lo acabamos de presentar y ahora revivimos este disco tan particular. Un disco de culto que no puede estar afuera del blog cabeza. Artista: Miguel Abuelo & Nada Álbum: Miguel Abuelo & Nada Año: 1973 Género: Hard rock / Rock psicodélico Duració

Incredible Expanding Mindfuck (I.E.M.) - I.E.M. (2010)

Una reedición de la discografía completa de I.E.M., y convengamos que estos temas de I.E.M. eran muy difíciles de encontrar dado que sus ediciones fueron de una tirada muy limitada que ya se había por descatalogada ya hace mucho tiempo. Otro enorme aporte de LightbulbSun, y para aquellos que no están familiarizados con esto, les cuento que estos son los álbums en formato boxset de I.E.M., o Incredible Expanding Mindfuck, o el apodo de Steven Wilson para sus exploraciones psicodélicas y krautrock creadas entre lo que va de 1996 hasta el 2001 que pueden resultarte una especie de shock. Este compilado reúne con los 3 álbumes de estudio en este período, y definitivamente har algunas joyas aquí que seguramente serán muy apreciadas por el público cabezón. E ideal para cerrar otra semana a pura música en el blog cabeza, aquí tienen mucha música por si el fin de semana se presenta feo y lluvioso y se te joda el asado... con esto no te vas a aburrir. Artista: Incredible Expanding Mindfuck Á

El arte es para el aire: El aplausómetro, según Spinetta

"No puedo evaluar lo que hago con el aplausómetro. Me importa un belín. La pregunta es, si un pintor que sabe que es bueno sabe también que no va a poder mostrar sus cuadros, ¿los pintaría? Más bien. Le chupa un huevo. Un novelista, un poeta que es capaz de escribir versos, ¿qué necesita? Nada; va a Pippo, se pide un fresco y batata, se sienta y en el mantel, nomás, escribe LAS palabras. ¿Tecnología? Nada ¿Costo? Cero. Si uno hace música y sabe que suena bien, no importa si otro cree que no es tan buena. ¿Qué? ¿La voy a parar y no la voy a componer? No. Me importa un pito. Es el aire para quien yo la estoy haciendo y es el aire el que me va a devolver lo que yo quiera sembrar allí. ¿Acaso una novela se aplaude? Se lee en soledad. El arte es un trabajo individual y suena dentro del recinto en el que se lo trabaja. De ahí a que se crea que es una necesidad que otro lo escuche hay un largo espacio. Y, por otro lado, cuando la música es buena, cura. Cura. Sólo eso. Entonces, ahí sí

Bosón de Higgs - Los Cuentos Espaciales (2023)

Para terminar la semana presentamos un disco doble muy especial, desde Ecuador presentamos a una banda que ya tiene un nombre particular que los define: Boson de Higgs, que como ópera prima se manda con un concepto inspirado en el cosmos, la astronomía en un viaje interestelar de 15 temas que tienen además su versión audiovisual, en un esfuerzo enorme que propone la divulgación científica y cultural de un modo nuevo, donde se aúnan la lírica en castellano, el rock alternativo, la psicodelia, el space rock, el hard rock y el rock progresivo. Un álbum doble sumamente ambicioso, con muy buenas letras y musicalmente muy bien logrado y entretenido en todos sus temas (algo muy difícil de conseguir, más pensando si es su primera producción) y donde puede verse en todo su esplendor en su versión audiovisual que obviamente no está presentado aquí salvo en algunos videos, pero que pueden ver en la red. En definitiva, dos discos muy buenos y realmente asombrosos para que tengan para entretenerse

Ideario del arte y política cabezona

Ideario del arte y política cabezona


"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.