Y nos toca, gracias a los inestimables aportes de Horacio Manrique, reparar uno de los grandes errores de nuestro querido blog cabeza: el "Warchild" de los Jethro Tull, un disco que fue pensado para acompañar un proyecto cinematográfico y estaba planeado como doble LP, pero como no encontraron ningún estudio que quisiera producir la película, se terminó convirtiendo en un único disco de 10 canciones. Y como los errores se los corrige doblemente (según un axioma que en la actualidad nadie le da pelota, pero que existe). Y nosotros reparamos el error con la versión remixada de Steven Wilson. Así es que aparece el séptimo álbum de estudio de los Tull, grabado y lanzado en 1974 y renovado en el 2014 con esta versión, que ha revivido álbum excelente, porque al contrario de lo que algunos creen, tiene algunas de las mejores líneas de Ian Anderson, con contagiosas y pegadizas canciones y algunas exquisiteces vanguardistas, como la incorporación de un acordeón a la mezcla sónica, así como las perfectas orquestaciones del colaborador frecuente David Palmer que agregan más variedad e interés al sonido general. No podía faltar en el blog cabeza, así que a disfrutar de esta versión!
"WardChild" fue un disco que permitió a los Jethro en general y a Ian Anderson en particular, recuperar el lenguaje con que se comunicaban con el publico en general y con sus seguidores acérrimos y fanáticos en particular, ya que su disco anterior (el excelente y nunca bien valorado "A Passion Play") tubo una gran gira con proyecciones de cine incluidas, una letra que hablaba de la vida después de la muerte, y resultó un disco complejo para el público general, que es una maravilla de disco desde el punto de vista artistico, pero que no tubo el exito de "Tick as a Brick". Aquí parece que Anderson buscó un acercamiento al gran público, por supuesto sin dejar de lado la gran calidad de sus obras, ni mucho menos, pero más en el formato canción aún sin dejar de ser bien progresivas.
Podemos suponer que "Ward Child" son un conjunto de historias paralelas que reflejan caracteristicas propias de la sociedad de Inglaterra de ese momento, un disco que en su momento fue muy actual, y que en realidad habría que escucharlo prestando atención a la realidad de este momento de hoy, porque la verdad es que las cosas no han cambiado tanto en el fondo, aunque en la superficie pareciera que sí. Pero mejor vamos al primer comentario del disco.
El 14 de octubre de 1974, la legendaria banda británica liderada por Ian Anderson publicó su séptimo álbum, volviendo al formato canción. Jethro Tull, la súper banda que ha liderado el flautista Ian Anderson desde su creación en 1967, llegó a su séptimo álbum tras una seguidilla de estupendos discos que comenzó seis años antes con This Was (1968) y Stand Up (1969) y que incluye a Aqualung (1971), el esencial compilado Living in the Past (1972) y el conceptual Thick As A Brick (1972). Luego de un polémico, también conceptual, A Passion Play en 1973, Ian y sus muchachos llegaron a esta importante obra con un enfoque más accesible que su antecesor. Nuestro celebrado disco representa un retorno al formato de canciones no mayores a cinco minutos. Es un buen álbum de rock con los característicos trazos folk que la banda siempre ha tenido como elemento de un estilo inconfundible que gira en torno a la voz y flauta de Ian. Si acaso Jethro Tull no es otra cosa más que el alter ego del flautista. Bueno… también existe Martin Barre. La formación Jethro Tull era, para ese momento, el teclista John Evans, el bajista Jeffrey Hammond, el baterista Barriemore Barlow, el guitarrista Martin Barre e Ian Anderson, quienes además contaron con David Palmer en los arreglos orquestales y la ingeniería de Robin Black. El álbum, producido por Terry Ellis e Ian Anderson, nos presenta la imagen en negativo de Ian con el fondo de una ciudad (Melbourne, Australia) predominantemente en morado. El LP contiene diez canciones, todas compuestas por Anderson. De este álbum resaltan dos estupendos temas, “Skating Away On The Thin Ice Of The New Day” y “Bungle In The Jungle”. El contenido de las piezas es bastante variado y accesible, en algunos casos con un toque de humor e interés por lo social y religioso. War Child inicia con el sonido del cuckoo (la sirena que avisaba ataques aéreos durante la Segunda Guerra Mundial) y posteriormente el sonido de la metralla y las bombas que se diluyen en el teclado para luego escuchar a Ian cantar: “Niño de la guerra aún te queda mucho por bailar…”. La mezcla de las cuerdas, los sonidos de guerra y los saxos, producen un interesante efecto. Buena parte de los temas son el resultado de sesiones de grabaciones previas. El álbum continua con “Queen and Country” donde destacan las cuerdas de la orquesta y la mordaz letra de Ian, quien nos canta: “El viento está en el río y la marea ha cambiado demasiado tarde, así que navegamos a otras costas donde otras damas aguardan, para susurrarnos cosas dulces, atraparnos en las cadenas del ancla, pero todos sonreímos tan educadamente y seguimos navegando como si nada hubiera pasado”. Son algunos de los versos de este tema donde además resalta el acordeón. Le sigue “Ladies”, un excelente tema enraizado en el folk. Se aprecia la acústica y luego la flauta para ceder espacio a Anderson, quien nos dice: “Damas de tiempo libre con sus ojos en el oscuro camino, todas buscando extraños a quienes dan la bienvenida…”. Una más dramática, rockera y oscura “Back-Door Angel” continua con un excelente solo de Barre en la guitarra y luego Evans en las teclas. “Sealion”, con la voz de Hammond, cierra el lado A del LP. “Sobre las montañas y bajo el cielo, montando caballos grises y sucios, vamos tú y yo…” La música es la más sencilla y menos congruente del álbum pero nos mantiene enganchados lo suficiente como para darle vuelta al disco y escuchar el lado B. “Skating Away…” es uno de los clásicos temas del repertorio Jethro Tull de la década de los 70. Anderson tararea la melodía mientras se sirve una bebida. El sonido del hielo nos va llevando al primer verso. “Mientras tanto en el día uno…” Los músicos van sumándose gradualmente. Barlow destaca en el redoble e Ian continua: “Cuando no le perteneces a nadie, no cediste en momento alguno hijo…”… “Por que fuiste criado para la humanidad pero vendido a la sociedad, despertarás algún día, en el presente millones de generaciones serán barridas por las expectativas de ser quien realmente quieres ser”. A ésta le sigue otro tema clásico de Tull, “Bungle in the Jungle”, que con su selvático sonido Ian nos atrapa y en parte dice: “Soy un tigre al despertar y una serpiente si estamos en desacuerdo…” Destacan entre otras, la sección de cuerdas, el piano y la insistente flauta. La tríada final la conforman “Only Solitaire” (Sólo solitario) con Ian al inicio en voz y guitarra acústica en modo folk. Es, en mi opinión, la más hermosa y breve de este celebrado álbum. Le sigue, una marcha llamada “The Third Hoorah”. Los Tull nos transportan al medievo con tintes celtas. “Hurra! Al niño de la guerra le quedan muchos días y noches por bailar, dulce niño ¿Cómo haces hoy? Al niño de la guerra le quedan muchos días y noches por bailar…”. Finaliza el álbum con “Two Fingers”, una canción de poco más de cinco minutos con el acústico sonido que caracteriza a Jethro Tull. Ian nos canta: “Te veré en Weighing-In, cuando toda tu vida sea sumada, y pongas tus ganancias en Dios, contra los pecados que has cometido, y pondrás tu carga final…” Uno de los aspectos que llama la atención, años después, es la idea inicial de hacer de éste disco un álbum doble. Incluso se quiso hacer una película de humor negro metafísica que incluiría al genial John Cleese de Monthy Python como “asesor humorístico”. Al final todo terminó en un sencillo LP con diez canciones que ahora es parte de la discografía clásica de Jethro Tull, aunque para el momento los críticos no lo recibieron con mucho beneplácito. A pesar de ello logró ubicarse en el puesto 2 en Estados Unidos, obteniendo Disco de Oro por ello. En Inglaterra se ubicó en el puesto 14 y en otros países de Europa entre los 10 primeros. De cualquier modo, fue un gran reto retornar a las canciones cortas luego de dos álbumes con un formato opuesto como fueron Thick As A Brick, en mi opinión su álbum más completo; y A Passion Play, obra hecha con las mejores intenciones pero que nunca logró cuajar como lo hizo su predecesor.
El disco resalta las caracteristicas histriónicas de Ian Anderson; y ya en la tapa podemos ver esto. Resumiendo, un gran disco, de canciones con grandes arreglos, muy teatral y humoristico. Todo un lujo que se hace presente en el blog cabeza.
Y sobre la versión de Steven Wilson, esto es lo que dijera en su momento nuestro eterno comentarista involuntario de siempre:
¡JETHRO TULL es todo! Cosas así nos dan
ganas de exclamar cuando redescubrimos, en sendas reediciones de lujo de
doble CD y DVD doble, obras fundamentales del legado eterno de JETHRO
TULL como “A Passion Play” y “WarChild”. Hoy es el turno de este último
titulado oficialmente como “WarChild – The 40th Anniversary Theatre
Edition”, realizado por el omnipresente Steven Wilson y publicado a
fines de noviembre pasado. Wilson hace una estupenda labor equilibrando
los lugares de los instrumentos, permitiendo así que los guitarreos de
Martin Barre se hagan sentir más en comparación con la experiencia
original, y eso implica manejar con delicada sutilidad los ricos
arreglos orquestales que se reparten en varias piezas del álbum; por
supuesto, siendo tales arreglos tremendamente exuberantes, su presencia
siempre está llena de magnificencia y pomposa estilización. Y claro...
tenemos también su meticuloso tratamiento de los bonus, sobre cuyos
detalles iremos entrando en próximos párrafos de esta reseña.
“WarChild” fue el LP originalmente
publicado en octubre de 1974 donde el grupo volvía al formato de
canciones no muy largas tras esos dos ambiciosos y exhaustivos álbumes
conceptuales “Thick As A Brick” y “A Passion Play”. Para este nuevo
momentum del grupo, Ian Anderson seguía expandiendo su colección de
saxos ara nunca más volver a utilizarla (soprano, sopranino y tenor)
mientras mantenía sus roles en la flauta y la guitarra acústica. Los
demás socios también añadían ítems interesantes para la capitalización
de la paleta sonora de la banda: Martin Barre a las guitarras eléctricas
y española; John Evan al piano, órgano Hammond, sintetizadores y
acordeón; Jeffrey Hammond-Hammond al bajo y contrabajo; Barriemore
Barlow a la batería y diversos instrumentos percusivos como el
glockenspiel, el marimbáfono, tarola, campanas tubulares, castañuelas,
cascabeles, etc. Y por si todo eso fuera poco, la labor del entonces
David Palmer (actualmente Dee) en el armado de las orquestaciones para
casi todas las canciones del álbum completaba una armazón sónica que se
regodeaba alegremente en su propia fastuosidad. Pero aquí no acaba la
labor de Palmer en esta fase de la historia de JETHRO TULL, pues el
proyecto inicial de “WarChild” incluía una película para la cual debía
haber una banda sonora con grupo y orquesta, y resulta que él se encargó
de hacer avances con la música orquestal que debía servir como fondo
incidental para la susodicha película. Aún sin película, los demos de
estas grabaciones orquestales se recuperaron y estuvieron en manos de
Steven Wilson para mostrárnoslos en todo su esplendor. ‘The Orchestral
WarChild Theme’ es una fastuosa expansión de un par de motivos de la
canción mentada en clave de ELGAR y con un rol destacado del piano de
Evan en algunas secciones, mientras que ‘The Mime Sequence’ es un bello
desarrollo de climas manieristas en base a un motivo compuesto por
Martin Barre a la guitarra clásica. ‘Field Dance’ es una breve muestra
de bellísima soltura extrovertida, mientras que en ‘Waltz Of The Angels’
– que conocemos como ‘WarChild Waltz’ en una reedición anterior de este
álbum – muestra la devoción de Palmer por los estándares de TCHAIKOVSKY
y CHOPIN: justamente en el fade-out de ‘Waltz Of The Angels’ se
reconstruye el motivo céltico introductorio de ‘The Third Hoorah’, el
cual cuenta con su propio arreglo orquestal autónomo y completamente
desarrollado. Las dos secciones de ‘The Beach’ también trabajan con la
inspiración del colorido meticuloso de TCHAIKOVSKY. Sí, el terrenoe
empezaba a prepararse para que Palmer se convirtiera pocos años después
en algo más que un socio ilustrado de Anderson.
Volvamos al quinteto protagónico de todo
esto. El ensamble de JETHRO TULL funciona a las mil maravillas, como una
maquinaria elegante y extravagante, terriblemente lúdica y
aplicadamente seria, colorida como ninguna y focalizada como pocas. Por
ejemplo, el líder Ian Anderson disfrutaba de añadir el saxo alto a la
última manifestación de su arsenal de vientos ajenos a la flauta: una y
otra vez ha manifestado su arrepentimiento por haber hecho tan gran uso
de estos tubos de metal, pero como decimos, siente un aprecio especial
por el alto en medio de todo. El maestro Barlow sigue haciéndose
merecedor del apelativo de “mejor baterista de Gran Bretaña” que le
endilgaron varios colegas prestigiosos al seguir afilando sus
conocimientos técnicos a disposición de sus versátiles conceptos de
musicalidad, afianzando así una voz propia inconfundible en la batería y
una soltura tremenda en los recursos percusivos. Hammond-Hammond y
Evan, como ya señalamos en el párrafo anterior, tocaban más instrumentos
que en discos anteriores, siendo el caso del primero de ellos
especialmente meritorio debido a que era el integrante con menos intensa
formación musical… y aún así, se dio maña para manejar con solvencia el
contrabajo, cosa que repetirá también en el disco y gira siguientes.
Fue justamente la gira del “WarChild” aquella donde el buen Jeffrey
inauguró su inmortal atuendo de rayas blancas y negras (terno, sombrero,
bajo, contrabajo… incluso una cebra de rayas blancas y negras que en
algún momento defecaba pelotas de tenis, por supuesto, rayadas en blanco
y negro). Por su parte, Evan vuelve a ser objeto de elogio por su
creatividad musical, especialmente en el testimonio del ingeniero de
sonido y asistente técnico de la banda David Morris: “él era simplemente
un loco, pero adorable al mismo tiempo – él era un gran músico
propiamente dicho, pero también gustaba de hacer travesuras”. Una de las
violinistas que formaron parte del cuarteto de cuerdas femenino que
acompañaba al grupo en la gira, Bridget Procter, dice de John que “era
un tipo brillante. Siempre hacía bufonadas pero se notaba que tenía muy
buena preparación”. Tanto estas chicas como Morris tienen palabras de
elogio y agradecimiento para con la banda por su cordialidad y
accesibilidad: bueno, por lo visto, Ian se hizo muy amigo de Morris pero
no socializaba con las integrantes del cuarteto de cuerdas como los
otros cuatro. Palabras de Morris: “¿Os imagináis lo que es trabajar en
una empresa donde el jefe está allí todos los días, una organización
multimillonaria sometida a constante presión, y resulta que te llevas
realmente bien con él y con todos los demás tipos, y te tratan realmente
muy bien? Ojalá todos los empleadores fueran como JETHRO TULL en el
modo en que tratan y lidian con la gente.”
El alevosamente ecléctico repertorio del
“WarChild” contiene dos canciones ya completamente concebidas de las
fracasadas sesiones en el Chateau d’Herouville – ‘Skating Away On The
Thin Ice Of The New Day’ y ‘Only Solitaire’ – y otra cuya incepción
original data de las sesiones para el emblemático “Aqualung” – ‘Two
Fingers’, antes ‘Lick Your Finfers Clean’ – canciones que se enfilan
hacia el lado acústico y folclórico de la banda. Pero además, las nuevas
composiciones del momento nos agasajan con viajes hacia el burlesque
con la canción homónima que abre el álbum y hacia la cámara de aires
aflamencados de ‘Ladies’, pasando por la sarcástica alegría de los
cantos de piratas que se encarna en ‘Queen And Country’. En este último
caso, la imaginería de Anderson al equiparar las pillerías de los
piratas con las que realizan los jefes bursátiles de la macroeconomía de
la sociedad moderna es impecablemente ingeniosa. Desde siempre nos ha
parecido que el culmen del álbum está en la electrizante dupla de
‘Back-Door Angels’ y ‘SeaLion’, y ahora tenemos en esta reedición una
espléndida confirmación de este favoritismo personal. Es que cada vez
que escuchamos ‘Back-Door Angels’ nos parece que la alternancia de
triste lirismo en las partes cantadas y aparatosa magnificencia rockera
en las partes instrumentales, bajo el encuadre de las genialidades
realizadas por la guitarra de Barre y la batería de Barlow, es capaz de
dar energía eléctrica a una gran ciudad por tres noches seguidas. Y dado
el ingenioso engarce con la estilizada farsa pródiga en vibrantes
cromatismos que se da en ‘SeaLion’, la gente de JETHRO TULL logra
trasladar toda la tensa pasión de la canción anterior a un ambiente
febrilmente lúdico, definitivamente surrealista, pero haciendo que esa
inquietud propia de lo surrealista se proyecte con un aire de
complicidad para con el oyente: “Look how we balance the world on the
tips of our noses, like SeaLions with a ball at the carnival”. Aunque
los orígenes de la idea para esta canción se remontan hacia las sesiones
francesas previas a la grabación del “A Passion Play”, esta versión
definitiva se derivó a una cosa muy diferente. Algo que descubrimos en
el libro es que tanto esta canción como ‘Skating Away…’, que abría el
lado B, tratan con la deflagración del medio ambiente. Tomando cada
canción por separado, podemos interpretar la calidez pastoral de esta
última como un acto de serena reflexión mientras que ‘SeaLion’ resulta
todo un acto de rebeldía bajo un revestimiento de jolgorio. ‘Bungle In
The Jungle’ fue el hit del álbum en las radioemisoras estadounidenses, y
de hecho, Anderson admite que esta canción le agrada pero le parece
demasiado “atractiva” para su gusto, incluso diciendo que a lo mejor
sonaba más adecuada para que la cantara Paul Rodgers (de FREE y BAD
COMPANY) o Lou Gramm (de FOREIGNER). En fin… cosas del muy peculiar
humor del buen Ian; eso sí, su letra que retrata la perversidad de la
competitividad en la sociedad moderna encaja muy bien con el aura de
conflicto que se trasluce en las letras de ‘WarChild’, ‘Queen And
Country’ y ‘The Third Hoorah’. La última de estas tres canciones vuelve
de lleno a la idea de lunática festividad en su estructura musical, esta
vez con el esquema de una danza céltica. Cómo no, la atmósfera de
vitalidad lúdica se perpetúa exitosamente para el cierre que brinda ‘Two
Fingers’.
¿Y cuál es el asunto con los bonus tracks?
Pues bueno… ¡nos parecen fabulosos!... y de hecho, nos parece genial que
sean tan abundantes, abriendo un espectro muy amplio para que se nos
revelen todas las facetas del cosmos musical ecléctico de JETHRO TULL.
Muchas de estas canciones se grabaron con la mira puesta en la
producción de algún single y no tienen nada que ver – enfatiza Anderson –
con el concepto del álbum “WarChild”. Para el grupo, grabar un single
implicaba necesariamente apartarse del modus operandi de la concepción
de un long-play, a pesar de que a veces han extraído simples de discos,
claro. Los dos primeros bonus, ‘Paradise Steakhouse’ y ‘Saturation’, son
sendos ejercicios de rock al estilo Tulliano, en cierto sentido,
guardando cercanos aires de familia con el espíritu general de las
piezas más filudas del “Benefit”: los guitarreos de Barre son
simplemente fabulosos, feroces, fantásticos. ‘Tomorrow Was Today’ es una
canción que también se ajusta muy bien a esta línea de definición,
estableciendo nexos con la etapa pre-“Thick As A Brick”, pero esta vez
se notan ciertos arreglos musicales festivos, muy a tono con el espíritu
general del “WarChild”… especialmente por esos interludios donde las
partes de teclado están al acordeón y la dupla rítmica adopta un ritmo
que parece circense. Algo muy parecido podemos decir de las también
estupendas canciones ‘Good Godmother’ y ‘Rainbow Blues’, siendo éste el
menos misterioso de los bonus tracks debido que lo conocemos desde el
recopilatorio “M.U.”, del 1971. El groove llamativo, las florituras de
flauta en medio de los riffs de guitarra y los sobrios arreglos
orquestales provistos por David Palmer convierten a esta canción en una
joya autosuficiente, una gema que merece valorarse más dentro de la
vasta producción del grupo. ‘Glory Row’ tiene un carácter más metido en
el estándar del folk-rock, un elemento siempre presente a lo largo de
toda la trayectoria del grupo: la presencia de la guitarra acústica como
marcadora de la base temática de la canción la hacen incluso
“extrañamente” anticipadora del espíritu predominante en la etapa 77-79.
Esos diálogos de flauta y guitarra eléctrica en el pasaje final son
simplemente deliciosos, enérgicos y gráciles de un modo que solo puede
resultar a partir de la esencia artística de Ian Anderson & cía.
‘March, The Mad Scientist’ es la intimista balada acústica que nunca
falta… y nunca es mala hora para decir cuán genial letrista ha sido
siempre Ian Anderson: “What would you like for Christmas: a new
polarity? / You’re binary, and desperate to deal in higher figures /
that lick us with hotter flame.” Esto es para medalla de oro, vamos.
Con los bonus cuarto, quinto y sexto
tenemos una curiosidades muy pero que muy peculiares: ‘SeaLion II’ es
un experimento de entretenimiento; otro entretenimiento, ‘Quartet’ es
otro entretenimiento, un instrumental donde se mezclan jazz suave,
cabaret y manierismo, una deliciosa farsa en la que el magistral Evan se
luce sucesivamente al piano, clavicordio, órgano y sintetizador,
mientras las percusiones tonales añaden color a las líneas dirigidas
sucesivamente por el saxo y la flauta, y con mención especial al arreglo
coral de Hammond-Hammond; ‘WarChild II’ es una versión más breve y con
instrumentación un tanto alterada de la canción que da título al álbum,
una ocurrencia sobre cuyos detalles Anderson no recuerda mucho, y
solamente se pone a especular que se trató de un intento de grabar un
single para las radioemisoras. ‘Pan Dance’ es una estupenda danza
palaciega en 3 /4 compuesta para el pequeño show del ensamble PAN’S
PEOPLE, designado para abrir los conciertos de la gira del “WarChild”
con una secuencia de danza y pantomima. Dicho sea de paso, hay
información curiosa y amena sobre el involucramiento de este grupo de
danza moderna en la gira, incluyendo menciones obligatorias a su atuendo
tan farsescamente lascivo.
El libro incluye, como dijimos antes, un testimonio al ingeniero de sonido David Morris
y una entrevista a algunas integrantes del cuarteto de cuerdas femenino
que acompañó al grupo en la gira. Morris no solo cuenta cómo se
hicieron los efectos electrónicos de explosiones y bombazos para la
canción “WarChild”, sino toda una meticulosa revisión de su etapa
formativa y todas las labores que hizo para la gente de JETHRO TULL a lo
largo de los años, dentro y fuera del negocio musical. Pero hay dos
anécdotas especialmente llamativas: la primera consiste en describir
cómo su primer trabajo para JETHRO TULL fue formar parte de una de las
coreografías de la película de “A Passion Play” (sí, ‘The Story Of The
Hare Who Lost His Spectacles’) por sugerencia de Hammond-Hammond; la
otras es cómo él era uno de los dos asistentes que se vestían de cebra
para una de las rutinas del mismo Hammond-Hammond. El libro incluye
también una meticulosa transcripción de las ideas básicas que tenía
Anderson para el argumento de la película: una joven llamada Evelyn
muere y seguidamente se encuentra en el más allá, en medio de los tejes y
manejes del conflicto cósmico entre el Paraíso y el Infierno. Cualquier
parecido con el concepto del “A Passion Play” es cualquier cosa menos
coincidencia. ¡Cómo no, también hay una copiosa cantidad de fotos del
grupo luciendo su carisma inmenso y sus extravagantes vestuarios sobre
el escenario! El diseño definitivo del “Lechero Favorito de Todo el
Mundo” que ostenta John Evan es un fuerte competidor frente al atuendo
Gran Bufón de la Corte que ostenta Ian Anderson, con el cual le daba su
propio matiz personal a la imagen del rockero glam, pero nada supera al
excelso ropaje a rayas de Jeffrey Hammond-Hammond, llevando la expresión
“circo del rock’n’roll” a su máxima expresión. Verlo asumir a ratos el
rol de frontman mientras canta una versión de ‘How Much Is That Doggie
In The Window?’ o juega con las pelotas de tenis vertidas tan poco
respetuosamente por la cebra… ¡fotos imperdibles! También es imperdible
la anécdota que cuenta Ian Anderson de su primera experiencia como
productor, específicamente, para el disco de STEELEYE SPAN “Now We Are
Six”. Ian Anderson, mientras estaba en preparativos el álbum "WarChild"
de JT, fungió de productor en el álbum de Steeleye Span "Now We Are
Six", siendo así que en una de las canciones del álbum se convocó a
David Bowie para que tocara saxo como invitado especial. Para Ian fue
muy difícil ese día porque al ser Bowie el que tocaba saxo, no solo
todos los músicos del grupo querían estar en el estudio sino también
amigos del susodicho rock star llenaban el estudio de grabación. Bowie
hizo su parte en dos tomas, muy buenas las dos, y no hizo ningún reclamo
de dinero. Años más tarde, Ian se encontró con David en un aeropuerto y
le dio las gracias por su generosidad y camaradería, las cuales le
inspiraron a él mismo para no cobrar nunca cada vez que tocara de
invitado - usualmente la flauta. La respuesta de David fue algo así
como: "¿Qué? ¿Mi mánager de entonces nunca te envió el recibo por mis
honorarios?"
De los dos DVD que forman parte de este
ítem, cabe destacar el segundo porque contiene un vídeo-clip de ‘The
Third Hoorah’ con imágenes de conciertos del 1973, y sobre todo,
imágenes de la conferencia de prensa que brindó el quinteto en la ciudad
suiza de Montreux a mediados de enero del 1974. Esa conferencia sirvió
para que la banda anunciara sus planes de hacer un disco y una película
con el concepto de “WarChild”, pero también para donar las ganancias de
un concierto benéfico realizado un par de años antes en Zurich al
Ayuntamiento de Montreux a fin de que se utilice para crear un centro de
actividades musicales para la juventud local. Los graciosos comentario
que hace el mismo Ian Anderson y la música de fondo que proviene de
‘Quartet’ le dan un tono jocoso a este importante pero mudo documento
fílmico de la banda: las imágenes donde se ve a los cinco músicos
posando para la prensa antes de que la conferencia comenzara nos
muestran el humorístico desparpajo y amplia camaradería que por entonces
reinaba entre los integrantes de una de las más veneradas alineaciones
de JETHRO TULL. Bueno, concluiremos esta reseña volviendo a exclamar
como al inicio: ¡JETHRO TULL ES TODO!
Los seguidores de Jethro Tull suelen dividirse entre quienes adoran Aqualung (1971) y los que se decantan por Thick as a brick (1972), una dicotomía de la excelencia muy frecuente en tantos otros casos (¿Astral weeks o Moondance? ¿Tubular bells o Ommadawn? ¿Selling England by the pound o The lamb lies down on Broadway? Ian
Anderson siempre fue el jefe de filas más estrafalario, sarcástico y
trovadoresco entre las hordas sinfónicas, pero tras sesudos álbumes
intelectuales, relativamente incomprendidos en el caso de A passion play (1973),
optó por concederse un disco de canciones. Y eso, en años aún de
grandiosidades, épica y mucho énfasis para todo, era casi sinónimo
instantáneo de obra menor, incluso antes de tomarnos la molestia de que
la aguja se adentrara por el primer corte de la cara A. En realidad,
quedaba algo de trasfondo conceptual en esta entrega, una especie de
alternativa algo más ligera al discurso sobre Dios, demonio y muerte que
ya hilvanaba A passion… Pero por lo que preservaré amor eterno hacia este Niño de la guerra es por su maravillosa cara B, que se inauguraba con el porte pastoral de Skating away on the thin ice of the new day y proseguía con la exótica, sabrosa y extremadamente sorprendente Bungle in the jungle. A
todo esto, David Palmer se había sumado al barco de los Tull como
arreglista orquestal, una faceta en la que sobresale aquí lo suficiente
como para que Anderson, siempre tan en primera línea de protagonismo, le
cediera el personaje de Dios en la disparatada foto grupal (músicos,
novias, ejecutivos discográficos…) de contraportada. Ladies era un prodigio bucólico, Back-door angels servía de contrapeso y la excelente pieza central era recreada casi al final, como en un espejo del Callejón del Gato, con The third hoorah. Aún quedaban buenos discos de los Tull, pero los excelentes acabaron aquí.
Lista de Temas: CD1 [disco original remasterizado por Steven Wilson]: 1. WarChild 2. Queen and Country 3. Ladies 4. Back-door Angels 5. SeaLion 6. Skating Away on the Thin Ice of the New Day 7. Bungle in the Jungle 8. Only Solitaire 9. The Third Hoorah 10. Two Fingers
CD2 - The Second Act: Associated Recordings: 1. Paradise Steakhouse 2. Saturation 3. Good Godmother* 4. SeaLion II 5. Quartet 6. WarChild II* 7. Tomorrow Was Today* 8. Glory Row 9. March, The Mad Scientist 10. Rainbow Blues 11. Pan Dance Grabaciones orquestales: 12. The Orchestral WarChild Theme* 13. The Third Hoorah (Orchestral Version)* 14. Mime Sequence* 15. Field Dance (Conway Hall Version)* 16. Waltz Of The Angels (Conway Hall Version) 17. The Beach (Part I) (Morgan Master Recording)* 18. The Beach (Part II) (Morgan Master Recording)* 19. Waltz Of The Angels (Morgan Demo Recording)* 20. The Beach (Morgan Demo Recording)* 21. Field Dance (Morgan Demo Recording)*
* No editados previamente
Alineación: - Ian Anderson / vocals, flute, acoustic guitar, alto, soprano & sopranino saxophones - Martin Barre / electric & spanish guitars - John Evan / piano, organ, synthesizers, piano accordion - Jeffrey Hammond / bass & string bass - Barriemore Barlow / drums, glockenspiel, marimba, percussion With: - David Palmer / orchestrations, conductor - The Philomusica of London (members) - Patrick Halling / orchestra leader
Quizás hay que aclararlo de entrada: la siguiente lista no está armada por nosotros, y la idea de presentarla aquí no es porque se propone como una demostración objetiva de cuales obras tenemos o no que tener en cuenta, ya que en ella faltan (y desde mi perspectiva, también sobran) muchas obras indispensables del rock argento, aunque quizás no tan masificadas. Pero sí tenemos algunos discos indispensables del rock argentino que nadie interesado en la materia debería dejar de tener en cuenta. Y ojo que en el blog cabezón no tratamos de crear un ranking de los "mejores" ni los más "exitosos" ya que nos importa un carajo el éxito y lo "mejor" es solamente subjetivo, pero sobretodo nos espanta el concepto de tratar de imponer una opinión, un solo punto de vista y un sola manera de ver las cosas. Todo comenzó allá por mediados de los años 60, cuando Litto Nebbia y Tanguito escribieron la primera canción, Moris grabó el primer disco, Almendra fue el primer
Nuestro amigo Julio Moya sigue con su tarea de palentólogo del rock latinoamericano y ahora nos presenta la historia de Los Grillos, y resumiendo les diría que si Jethro Tull hubiera sido andino, probablemente hubiese grabado este disco, ya que encontrarás flautas similares a Ian Anderson, junto con instrumentos de viento autóctonos. Un disco con 8 temas con una duración total que no alcanza la media hora. De alguna manera puede trazarse un paralelismo con Los Jaivas de Chile, pero se debe tener en cuenta que la raíz folclórica es diferente y con un sonido propio de altiplano. Aquí, uno de los discos más importantes de la historia del rock en Bolivia, y una de las mayores joyas del rock boliviano, expresión del folk rock temprano donde Los Grillos fundadon el sonido del Neo Folclore Andino, incursionando en el Moog a modo de "sintetizador andino". Si disfrutaste de "Alturas de Macchu Picchu" de Los Jaivas, o los bolivianos Wara o los argentinos Contraluz, descubrirá
La realeza de la música rock se reunió para recrear uno de los álbumes más importantes e influyentes de la historia, la obra maestra de King Crimson de 1969, "In The Court Of The Crimson King", y Jorge Nuñez se volvió a acordar de ustedes y es por ello que ahora lo presentamos en sociedad: uno de los álbumes más icónicos de la historia de la música, considerado por los críticos como una grandiosa obra maestra, vuelve a ser noticia porque recién salió del horno su última resurrección, con reversiones a cargo de miembros de King Crimson, como Mel Collins y Jakko M. Jakszyk, así como de Todd Rundgren, Chris Polonia (Megadeth), Ian Paice (Deep Purple), Joe Lynn Turner (Rainbow), James LaBrie (Dream Theater), Carmine Appice (Vanilla Fudge, Cactus, Pappo's Blues, etc.), Steve Hillage (Gong) y más. Y lo más divertido es que seguramente quedarás paralizado de oír como cada tema es interpretada por esta extraordinario banda de músicos. Para que te entretengas en el finde, es
“Si vinieron para que les hable de mí, me voy –dijo Luis Alberto Spinetta al tomar el micrófono–. Yo les voy a hablar de la música en una faz filosófica: del origen de la materia sonora y su repercusión en la civilización. Y solo contestaré preguntas sobre eso, no sobre Spinetta.” Eran pasadas las 19.30 del lunes 2 de julio de 1990 cuando el Flaco dio comienzo a su “clínica de poesía musical” en la Casa Suiza –ubicada en Rodríguez Peña 254 de la ciudad de Buenos Aires–, con entrada libre y gratuita, ante más de cuatrocientas personas. Años después, esa charla se convertiría en un libro apócrifo: El sonido primordial. Por Patricio Féminis Esta es la historia de aquella conferencia de Spinetta que llegaría a tener una edición pirata, como si fuera un libro suyo, y que llegaría a venderse por dos editoriales distintas en Mercado Libre. Aquel lunes invernal de 1990, el guitarrista, cantante y creador asistió para exponer en la Casa Suiza (hoy tapiada por un edificio en construcción)
Buenos días desde La Barra Beatles, hoy nos vamos rumbo a la Inglaterra de los 70´s, una era de oro que pone melancolía en La Barra. La idea es rememorar a una de las grandes bandas de rock progresivo, que en Argentina empezamos a conocer años después de sus primeros lanzamientos. En 1976 Genesis publica el primer disco luego de la traumática partida de su cantante y miembro fundador Peter Gabriel. Representó todo un reto, porque mucha gente teorizó que con esa separación el grupo había sufrido una herida de muerte. Perder un cantante y compositor de la talla de Peter creo que preocupa a cualquiera, pero los muchachos no arrugaron y decidieron continuar, el resultado fue uno de sus mejores trabajos: “A trick of the tail”. Para algunos la traducción literal sería “Un truco de la cola”, otros hablan de un giro idiomático que sería algo así como “El diablo estuvo metiendo la cola”, también lo traducen como “Un golpe de timón”. Por Jorge Garacotche Este bellísimo álbum fue grabado entre
Para John Berger, "las tiranías no solo son crueles por sí mismas, sino que, además, ejemplifican la crueldad y, por consiguiente, fomentan la capacidad para serlo y la indiferencia frente a ella entre los tiranizados". Estamos frente a una avanzada masiva sobre nuestras vidas. Hacia donde miremos vemos catástrofe. Despidos, comedores sin comida, cierre de programas que garantizaban derechos, desfinanciamiento de las universidades públicas, desregulación de las tarifas, represión de la protesta, el endeudamiento como mecanismo de reducción de la posibilidad de vivir y una larga lista que se actualiza día tras día. Frente a esto, se suceden expresiones que intentan revalorizar las vidas dañadas: "Nuestro trabajo era importante", "no todos somos ñoquis" o ―peor aún― "yo no era ñoqui", "lxs docentes no adoctrinamos", "perdimos compañerxs que hacían". Tenemos que producir valor a partir de la desgracia. Vivir se convirtió en
Mucho antes de agitar la primavera alfonsinista de la recién llegada democracia con la segunda encarnación de Los Abuelos de la Nada allá por los años 80, había nacido en Francia la primera versión de esta agrupación, pariendo además un disco maldito del que poco se llegó a conocer por estos parajes, e inclusive la primera edición para el mercado argentino de este disco salió no hace mucho. Un disco particular, donde hay hard rock, psicodelia, experimentación, y además una historia muy rica donde terminan apareciendo muchos de los máximos referentes del rock argentino, y donde Miguel Abuelo, ese niño de la calle devenido en poeta iluminado por la psicodelia y el folclore del noroeste es el protagonista casi casi, principal. Recién lo acabamos de presentar y ahora revivimos este disco tan particular. Un disco de culto que no puede estar afuera del blog cabeza. Artista: Miguel Abuelo & Nada Álbum: Miguel Abuelo & Nada Año: 1973 Género: Hard rock / Rock psicodélico Duració
Una reedición de la discografía completa de I.E.M., y convengamos que estos temas de I.E.M. eran muy difíciles de encontrar dado que sus ediciones fueron de una tirada muy limitada que ya se había por descatalogada ya hace mucho tiempo. Otro enorme aporte de LightbulbSun, y para aquellos que no están familiarizados con esto, les cuento que estos son los álbums en formato boxset de I.E.M., o Incredible Expanding Mindfuck, o el apodo de Steven Wilson para sus exploraciones psicodélicas y krautrock creadas entre lo que va de 1996 hasta el 2001 que pueden resultarte una especie de shock. Este compilado reúne con los 3 álbumes de estudio en este período, y definitivamente har algunas joyas aquí que seguramente serán muy apreciadas por el público cabezón. E ideal para cerrar otra semana a pura música en el blog cabeza, aquí tienen mucha música por si el fin de semana se presenta feo y lluvioso y se te joda el asado... con esto no te vas a aburrir. Artista: Incredible Expanding Mindfuck Á
"No puedo evaluar lo que hago con el aplausómetro. Me importa un belín. La pregunta es, si un pintor que sabe que es bueno sabe también que no va a poder mostrar sus cuadros, ¿los pintaría? Más bien. Le chupa un huevo. Un novelista, un poeta que es capaz de escribir versos, ¿qué necesita? Nada; va a Pippo, se pide un fresco y batata, se sienta y en el mantel, nomás, escribe LAS palabras. ¿Tecnología? Nada ¿Costo? Cero. Si uno hace música y sabe que suena bien, no importa si otro cree que no es tan buena. ¿Qué? ¿La voy a parar y no la voy a componer? No. Me importa un pito. Es el aire para quien yo la estoy haciendo y es el aire el que me va a devolver lo que yo quiera sembrar allí. ¿Acaso una novela se aplaude? Se lee en soledad. El arte es un trabajo individual y suena dentro del recinto en el que se lo trabaja. De ahí a que se crea que es una necesidad que otro lo escuche hay un largo espacio. Y, por otro lado, cuando la música es buena, cura. Cura. Sólo eso. Entonces, ahí sí
Para terminar la semana presentamos un disco doble muy especial, desde Ecuador presentamos a una banda que ya tiene un nombre particular que los define: Boson de Higgs, que como ópera prima se manda con un concepto inspirado en el cosmos, la astronomía en un viaje interestelar de 15 temas que tienen además su versión audiovisual, en un esfuerzo enorme que propone la divulgación científica y cultural de un modo nuevo, donde se aúnan la lírica en castellano, el rock alternativo, la psicodelia, el space rock, el hard rock y el rock progresivo. Un álbum doble sumamente ambicioso, con muy buenas letras y musicalmente muy bien logrado y entretenido en todos sus temas (algo muy difícil de conseguir, más pensando si es su primera producción) y donde puede verse en todo su esplendor en su versión audiovisual que obviamente no está presentado aquí salvo en algunos videos, pero que pueden ver en la red. En definitiva, dos discos muy buenos y realmente asombrosos para que tengan para entretenerse
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