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Gato Barbieri ‎– El Pampero (1971)


Artista: Gato Barbieri
Álbum: El Pampero
Año: 1971
Género: Latin Jazz / Jazz
Duración: 54:59
Nacionalidad: Argentina

Lista de Temas:
1. El Pampero (Gato Barbieri)
2. Mi Buenos Aires Querido (Carlos Gardel - Alfredo Lepera)
3. Brasil (Aldo Cabral - Benedicto Lacerda)
4. El Arriero (Atahualpa Yupanqui)
5. El Gato (Oliver Nelson)

Alineación:
- Gato Barbieri / Tenor Saxophone
- Lonnie Liston Smith / piano
- Chuck Rainey / electric bass
- Bernard Purdie / drums
- Sonny Morgan / conga
- Nana Vasconcelos / percussion, berimbau

Y bueno, ya que está dejo otro más de Barbieri. Eso porque los quiero mucho, sólo por eso, porque todavía no coordino bien dos palabras. No coordiaodfjklanjkl nkjljfdkl fjdka jkldfjas jf... les dije...



Hoy anduvimos con algo de fiaca y publicamos poco, entre mi peste de gas mostaza (hummm, quien no entienda la referencia, me dejo de misterios: me refiero a que en la primera guerra mundial los que aspiraban el gas mostaza vomitaban literalmente sus pulmones), los líos propios del trabajo y el tener que andar despertando a gente que ha ido de joda y tomando de más, líos con la conexión a Internet (el Conejo no es el único ¿quiere la exclusividad?), entre eso y algunas cosas más, poco tiempo me ha quedado.
y antes del fin de semana, y como veo que varios se han llevado el anterior disco del Gato, les dejo el otro que tengo aunque nadie me lo haya pedido, de bueno que soy.
Vamos con el disco.

"El Pampero" es la crónica de un show grabado en vivo en una inolvidable noche en Montreux, Suiza.
El excelente saxofonista argentino de los años s60 / 70 que combinó las irreverencias del free jazz con los sonidos y olores latinoamericanos, en este caso el álbum "El Pampero", grabado en directo, incluye la composición de Barbieri que da nombre al disco y otra que tiene su nombre, más tres clásicos del repertorio latinoamericano: "Mi Buenos Aires querido", "El arriero" y "Brasil". Este tipo de fusión que encontraría luego numerosas adhesiones en la música argentina, aunque el concepto de fusión desde los años 80 viene refiriéndose a algo tan... "lavado" que no parece apropiado para describir lo que suena en este disco. El personal sonido del Gato sobrevive la huella de sus radicales experiencias con el free, mostrando un saxo exasperado, que transcurre fuera del registro cómodo-elegante y está casi invariablemente tirado hacia los solos agudos. El saxo lleva la línea prácticamente del principio al fin. La idea es la de un instrumento solista, más una hormigueante sección rítmica latina.
El Gato Barbieri arrasa el repertorio con desparpajo y libertad.

Alguna referencia al Gato o al disco, y no jodemos más, que viene el fin de semana.

Leandro “Gato” Barbieri nació en Rosario el 28 de noviembre de 1932, hijo de un carpintero y sobrino del saxofonista y clarinetista Mario Barbieri. Creció cerca del Parque de la Independencia. Una infancia marcada por el fútbol –hincha de Newell’s Old Boys- y las tempranas clases de música fueron el entorno del pichón de Gato, de ese músico que años después llegó a ser el saxofonista argentino de jazz más destacado a nivel internacional.
Gato, ya un triunfador reconocido, dijo una vez en una entrevista que la música no fue la cosa más importante de su vida. “El fútbol fue lo que más amaba desde chico y sigo amando. La música fue siempre lo más angustiante en mi vida. En fútbol, vos sos parte de un equipo, pero cuando vos sos el líder de una banda, tenés un montón de responsabilidades y una gran presión y yo odio todo aquello que me presione”.
Extrovertido, espectacular siempre, Gato supo crear un sonido profundamente personal a partir de su saxo tenor, a pesar de las tempranas influencias de John Coltrane, Aproa Sanders y Carlos Santana. Un tono desgarrado frecuentemente a base de notas largas y un volumen elevado y a veces distorsionado. Así, fue uno de los primeros jazzmen en destacarse en lo que se denominó el jazz latino, aunque Gato también abordó el jazz de vanguardia, sobre todo en los años 60, además del pop y la fusión a finales de los 70.
A los 12 años, Gato Barbieri aprendió en Rosario a tocar el clarinete tras sentirse impresionado por la escucha de “Now´s the Time”, de Charlie Parker. Junto a su hermano mayor, Rubén, estudió música en la escuela Infancia Desvalida de Rosario, y su primer maestro de música fue Alfredo Serafino.
En 1947 se trasladó junto a su familia a Capital Federal y allí siguió la historia: continuó con sus lecciones de música, ingresó junto a su hermano en la orquesta del legendario René Cóspito, vivía en una casa en Matheu y Carlos Calvo, el fútbol en el Club Platense, y el clarinete tocado con atisbos de gran músico.
Con el maestro Ruggiero Lavecchia como su insistente profesor, Gato optó por abandonar el clarinete y aferrarse al saxo. Un primer paso por la Jazz Casablanca –orquesta con la que en 1949 volvió por un día a Rosario y subió por primera vez a un escenario de su ciudad natal en el club Sportmen Unidos-, su incursión en el mundillo porteño del jazz y luego, sí, el salto inicial, como miembro de la orquesta de Lalo Schifrin.
Fue en 1953 cuando Gato Barbieri se convirtió en una celebridad musical gracias a sus actuaciones, precisamente, en la orquesta de Schifrin, agrupación con la que en esa misma década actuó una noche en el teatro El Círculo de Rosario. A finales de los cincuenta, Barbieri comenzó a dirigir sus propios grupos, tocando ya el saxo tenor.
Como Astor Piazzolla, como el citado Schifrin, como Dino Saluzzi, Barbieri sintió que se estaba asfixiando. A comienzos de los años 60 empezó a sentir que los espacios se estaban achicando, que su música debía desarrollarse en otro contexto, y no dudó en cambiar Buenos Aires por Roma.
Se trasladó a la capital italiana en 1962, pero fue en París donde conoció a Don Cherry, trompetista célebre del free jazz. Gato se unió a su grupo y se empapó raudamente del jazz de vanguardia. A finales de esa década tocó también con Mike Mantler´s Jazz Composers´ Orchestra. Lo cierto es que a partir del 62 salió a conquistar el mundo, y tras aprobar la severa exigencia del público de jazz, Gato encontró su propio sendero mezclando ritmos latinoamericanos con aquella vieja magia negra, caracterizado por sus lentes y su sombrero.
Ya en los años 70, Barbieri experimentó un cambio e incorporó a su música melodías, instrumentos, armonías, texturas y ritmos latinoamericanos con dos excelentes músicos como Domingo Cura y Adalberto Cevasco. Discos como el vivo El Pampero, con Flying Dutchman y sus Chapters para Impulse, con exploraciones de ritmos y texturas brasileñas, afrocubanas y argentinas, le proporcionaron un gran prestigio en el mundo del jazz.
Sin embargo fue el cine el medio que lo hizo más conocido: el éxito comercial de 1972 Último tango de París, de Bernardo Bertolucci, contó con una sensual banda de sonido creada e interpretada por Gato Barbieri. Un contrato con A&M en los Estados Unidos le llevó a realizar discos de fusión entre jazz y pop a finales de los 70.
En esta etapa de su vida, Nueva York pasó a ser su definitivo hogar. Trabajó con Gary Burton, renovó la alianza con Don Cherry y empezó a grabar para Flying Dutchman. De esa etapa fueron The Third World (1970), Fenix (1971) y Bolivia (1973). Y, a pesar de su reencuentro con el mítico trompetista, el free jazz pasó a la historia y el latin jazz fue el centro de la vida musical de Barbieri.
Cambios de compañía y de músicos, giras, innumerables conciertos, introdujeron a Barbieri en un huracán del que le era difícil escapar. A pesar de esto, se las ingenió para seguir produciendo buenos discos, como Viva Emiliano Zapata, Impulsively (ambos para ABC Impulse Records), Caliente, Trópico y Passion and fire (registrados por A&M).
A inicios de los años 80, Barbieri continuó en la búsqueda de un sonido sudamericano intenso, aunque ahora influenciado por el rock. Se sabe, sus oscilaciones estilísticas fueron una constante en su trayectoria y al mismo tiempo un sello personal. Sus incursiones discográficas disminuyeron y Para los amigos, del 83, quedará como el más representativo de esta etapa. Tras The Third World Revisited , de 1988, Gato optó por tomar un largo descanso.
Aquejado por serios problemas en el corazón y afectado por la muerte de su mujer Michelle en 1995, Barbieri estuvo inactivo prácticamente buena parte de la década del 90, pero regresó en 1997, tocando intensamente en el Playboy Jazz Festival de Los Ángeles y grabando a partir de entonces varios discos, entre ellos Qué pasa, un álbum que sirve para observar al melancólico Barbieri de ese momento.
Por fin, en 1999 Gato volvió a su ciudad natal, después de cincuenta y dos largos años de ausencia. Y lo hizo de la mejor manera. Frente a unas diez mil personas, el 13 de marzo de ese año tocó junto a su banda en un concierto con entrada gratuita en el Patio Cívico del Monumento a la Bandera. Un show inolvidable para miles de rosarinos. Hubo solos espectaculares, momentos que quedarán grabados en la memoria sin que nada pueda borrarlos, como “Remembranzas” o “Las hojas muertas”, “El arriero” o “El día que me quieras”, además de una versión latina de “Último tango en París”.
Sobre fines del mismo año, Gato volvió a Rosario para dar un concierto en el teatro El Círculo. En el 2000, junto a Paquito D´Rivera, Bebo Valdés y Chucho Valdés, Gato protagonizó el filme musical del español Fernando Trueba Calle 54, un tributo al latin jazz.
La última noticia sobre Gato es que terminó de grabar en Nueva York un disco de standars ideado y producido por su amigo el baterista Néstor Astarita, cuyo repertorio está integrado por obras como “So What”, de Miles Davis; “Straight No Chaser”, de Thelonious Monk; “Equinox”, de John Coltrane (con un aire de milonguita); el vals “Someday My Prince Will Come” y una versión de “Prepárense”, de Astor Piazzolla. El álbum será editado por Melopea, el sello que dirige el también rosarino Litto Nebbia.
La Música de Santa Fe


Phenomenal live set from Gato Barbieri at the peak of his feline prowess and with an amazing ensemble that was essentially a pick-up gig for most of them. But not just any pick-up band, no siree! Bernand "Pretty" Purdie on skins along with Chuck Rainey on bass (playing the festival with Aretha Franklin and King Curtis) aren't exactly some music-school hacks you pick up at the bus station on the way to the show. Lonnie Liston Smith and the one and only Nana Vasconcelos were the only regular band members on stage with Gato, and both give it everything they've got. In spite of being improvised by the seat-of-their-pants, the only time I notice the Purdie/Rainey rhythm section lag, if not quite falter, is in the beginning section of Brasil where Rainey comes in a measure behind Pretty Purdie's triumphant drum entrance about three minutes in. Other than that, they sound like they had all been playing together for years. The ambient place-making of "Mi Buenos Aires Querido" is as evocative a piece as Gato ever played. But the highlight for me is "El Ariero", a song by the very influential Argentinian composer and writer Atahualp Yupanqui. Gato had also recorded in the studio and released it on the album "Fenix" earlier in the year, where I think it has a little more *power* or some similar descriptor, particularly the vocal, but this version has a nice spontaneous intensity to it. The last track, written by frequent collaborator Oliver Nelson, is a bonus cut to this CD, having appeared on a Flying Dutchman compilation of the same name (El Gato) where it was the sole original, unreleased track. This reissue does us the favor of placing it here, and saving us from looking at the awful front cover design of Barbieri turning into a cat, werewolf-style. The lineup is a considerably augmented ensemble which now includes Ron Carter on bass and Airto Moreira on percussion in place of Nana. A beautiful tune, particularly the double flute arrangements.
Jorge Ben

A nadie que le interese el jazz puede dejar de lado este disco, más porque no creo que no encuentren tan fácil. Que sé yo, no sé que más decir, ya se hace de noche y me quiero ir a casa. Que tengan un lindo finde, nos vemos el lunes.



Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. hola muchas gracias por toda la musica que compartis, sos un tipo alucinante!!

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  3. alto vuelo, notable disco, gran página, y además una reseña que acompaña bien de bien. gran homenaje para estos días.
    juan carlos

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