Desde Italia viene esta veterana banda que ya hemos presentado oportunamente por la calidad musical que tienen; rock prog con sonidos metálicos, djent progresivo y algo de pop-rock complejo, mezcla del primer Riverside, Haken, Porcupine Tree, Caligula's Horse, Karnivool, Leprous, Paint of Salvation para crear otro de los grandes trabajos del 2024. Para quienes gusten de la faceta más moderna del progresivo, esta banda ya ha demostrado ser un valuarte y acá lo confirma nuevamente. Hipnótico, fresco, inquietante, entre melodía y explosividad, tormento y esperanza, va transcurriendo otro de los grandes trabajos de este 2024, que aterriza en el blog cabeza ante ustedes para que lo puedan disfrutar y conocer en este fin de semana... Háganme caso, no se lo pierdan!
Artista: Kingcrow
Álbum: Hopium
Año: 2024
Género: Heavy progresivo
Duración: 53:27
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Italia
Está demás aclarar que el disco tiene de todo, desde solos virtuosos que nunca pierden el buen gusto ni la potencia, pasajes delicados, teclados profundos e intrincados, paisajes sonoros, aires metaleros y ambiente sinfónico, acá hay de todo y para todos. Dejemos que traiga esperanza a nuestro mundo desesperado, que de algo de eso tratan las líricas del disco.
Pero mejor vamos con los textos de gente que ha reseñado el disco, se ha matado al hacerlo y lo hacen mucho mejor que yo....
Enamorarse de un grupo que descubres en un festival es algo que no sucede lo a menudo que nos gustaría. Que su directo tenga la suficiente fuerza hipnótica para que te apetezca indagar e incorporarlo entre tus bandas favoritas dentro del panorama musical progresivo ya habla bastante en favor de los italianos Kingcrow que vengo a reseñar hoy. Hopium es el nuevo disco que nos traen bajo el brazo en este 2024, seis años más tarde del aclamado The Persistence (2018). Es bastante probable que el nombre de Kingcrow apenas te suene a no ser que seas un fanático del prog, pero lo cierto es que llevan en activo desde el año 1996 editando discos con relativa poca frecuencia, cinco en total con el que nos ocupa, motivo por el cuál quizás no hayan conseguido todo el reconocimiento que se merecen.
En busca de una explicación del porqué este grupo me atrae más a la primera que otros de similar feeling y mayor proyección (Pain of Salvation, Leprous o Porcupine Tree por nombrar algunos), quizás la clave reside en la concreción de esta banda en tocar emociones profundas de forma directa sin irse demasiado por las ramas. Si bien se les mete en el saco del progresivo, no abusan de meter cambios intrincados en sus temas, más bien tienen tirada a crear atmósferas concretas que te sumen en un estado anímico definido, introspectivo y melancólico en la mayoría de los casos Para entendernos, lo que vendría ser el denominado progresivo emocional. Pero, aunque a priori no parece que haya complejidad, a medida que reescuchas el material te das cuenta de la cantidad de ingenio y trabajo que se esconde tras él.
Y si son las emociones lo que Kingcrow pretende estimular, no solo se valen de su música, sino también de unas meditadas letras que hablan sobre cuestiones profundas que afectan a los seres humanos como son la empatía, los miedos interiores, la salud mental o las relaciones de pareja por citar algunos… Es evidente que han cuidado el aspecto letrístico al detalle y es por ello por lo que, de forma poco usual, parte de la promo que nos han hecho llegar con varios meses de antelación son esas mismas letras que tan bien casan con la dinámica de la música a la que acompañan, así que, por justicia, intentaremos abordarlas también en menor o mayor medida en esta reseña.
¿Puede resultar agradable sumirse en la tristeza auditiva que parece trasmitir este trabajo? Te animo a descubrir si quizás detrás de toda esa oscuridad se esconde la luz dándole al play…
Hopium (2024) se inicia con un tema grandilocuente denominado “Kintsugi” que ya en sus primeros diez segundos te pone los sentidos en alerta. Éste fue el primer adelanto del disco que nos ocupa y es que en él se congregan todas las señas de identidad que iremos viendo forman parte del ADN de esta banda en la actualidad. Tras ese inicio instrumental tan magnificente se suman unos elementos electrónicos que lejos de resultar fuera de lugar, refuerzan las sensaciones de opresión que trasmite el tema. Como indicábamos al principio, muchos de los temas de Kingcrow procuran mantener una base rítmica monótona con la que ir jugando, añadiendo pequeños giros que no te alejan en exceso del sentir del tema, más bien al contrario.
Diego Marchesi posee un tono melancólico en su voz que unido a unos coros estratégicamente colocados aquí y allá bordan un tema que, de manera sorpresiva, esconde un mensaje positivista. La filosofía nipona del Kintsugi tiene que ver con el ensalzamiento de las imperfecciones, aquellos elementos no normativos que nos hacen únicos y que debemos reivindicar con orgullo. En estos tiempos en los que la superficialidad de la perfección está ultra valorada, se agradece la valentía de abordar esta temática tan de actualidad que afecta de manera negativa a nuestra sociedad.
Enlazando con esta idea de ser diferente nos arrolla a continuación “Glitch”, un tema que nos muestra a un protagonista atormentado por sentirse fuera de lugar en un mundo vacío y lleno de clichés. Así como la fuerza de la música experimenta un crescendo progresivo, también lo hace el narrador que afirma que aun sintiéndose como un “error”, no piensa seguir la corriente. De nuevo un mensaje que nos hace reflexionar sobre la importancia del equilibrio mental que nos da la fuerza interior para sentirnos bien con nosotros mismos por mucho que no encajemos con nuestro entorno. A nivel musical, volvemos a hablar un poco de lo que comentábamos al inicio, nos encontramos ante una estructura identificable estrofa/estribillo, y la gracia está en percibir los sutiles cambios que se van presentando en estas repeticiones, que alimentan la idea del crescendo progresivo que acaba derivando en una explosión rítmica final de alta intensidad, potenciada por unos tramos corales que son la clave de toda esta historia, esas voces interiores que nos animan a permanecer fieles a nosotros mismos.
Un inquietante inicio en clave electrónica da la bienvenida a “Parallel Lines”, como si de un enjambre de abejas se tratara, experimentando un cambio radical de sensaciones al entrar unos preciosos estribillos melódicos en los que distintas voces van tanto en paralelo a la voz principal como se cruzan con ella, generando un crisol de emotivas sensaciones. Por si ese contraste no fuera suficiente, la larga duración del tema al más puro estilo progresivo da pie a que entre toda una sección instrumental que ocupa la última mitad, añadiendo capas envolventes que poco a poco van a más hasta que el ritmo se convierte en algo vertiginoso e implosiona en un final acústico y coral como si de un lamento se tratara. Como ya podemos intuir por el título, esas líneas paralelas hacen referencia a esas personas que a pesar de estar juntas porque un pasado mejor las une, andan por derroteros distintos sin posibilidad ya de cruzarse en ningún momento.
“New Moon Harvest” es una preciosa balada que trata sobre la autoindulgencia, el no exigirnos demasiado en aquellos momentos en los que no estamos bien. Nos muestra un rayo de esperanza al recordarnos que siempre va a haber un nuevo día en el que intentarlo una vez más y todo ello lo hace con un gusto musical sublime, en el que todos y cada uno de los instrumentos apoyan sutilmente las líneas melódicas vocales que se salen en cuanto a emotividad se refiere. Volvemos a notar ese recurso tan marca de la casa de ir añadiendo capas instrumentales a la base, creando ese crescendo que refuerza la sensación de culminación emotiva máxima.
Llegados al ecuador de Hopium nos encontramos con “Losing Game”, un tema que juega a engañarnos descaradamente, ya que su inicio acústico relajado poco tiene que ver con la deriva rítmica que adquiere al poco tiempo. A nivel lírico, se aborda de nuevo la temática de las relaciones de pareja que se encuentran ya en proceso de destrucción, por lo que las sensaciones de opresión a nivel instrumental y sobre todo vocal, utilizando los recursos corales como si se trataran de voces robóticas cantando de forma insistente, son del todo intencionadas.
“White Rabbit’s Hole” a continuación es una maravilla a todos los niveles que no me canso de escuchar en bucle pues hay mucha miga en ella. Tema de diez sin duda, es capaz de trasportarnos arriba, pero sobre todo abajo por esa madriguera del conejo blanco del título, una metáfora heredada de Alicia en el País de las Maravillas que nos abre una puerta a un mundo inesperado y fabuloso al que lanzarse sin dudarlo. Me aventuraría a decir que el trasfondo de la cuestión vuelve a ser las relaciones de pareja, pues de forma reiterativa se repite la frase sliding again into you, dejándonos entrever que ese salto al vacío tiene que ver con el afianzamiento de sentimientos hacia alguien ya conocido. No solo encontramos tramos contrastados en las estrofas (en clave balada) y estribillos (mucho más explosivos) sino que hacia la mitad del tema se desata un desenlace totalmente inesperado de una fuerza instrumental brutal que acompaña unas últimas estrofas de invitación a contagiarnos de esa locura que propone la canción.
Le toca el turno al segundo de los sencillos que ha aparecido del disco, el más lineal “Night Drive”, un momento en el que relajarse y dejarse llevar. Tema atmosférico sin demasiadas sorpresas, consigue sin duda que nos imaginemos a ese protagonista conduciendo de noche sin más compañía que sus propios pensamientos mientras reflexiona sobre la vida. Pero no hay tema en este disco que no contenga alguna sorpresa y aquí viene en forma de un pequeño extracto instrumental de una gran potencia con solo de guitarra incluido y que rompe con la dinámica envolvente anterior, recuperada de nuevo para acabarlo de forma abrupta.
“Vicious Circle” nos quiere hacer sentir la angustia de una persona que se siente atrapada en un bucle, buscando respuestas en la visualización de los problemas de los demás sirviéndose de los programas de la televisión, que, de todas maneras, de poco le sirven para solucionar los suyos pues los siente como ajenos. Son solo voices, noises, voces y ruido, todo lo que sale del aparato, y sin embargo… no puede evitar encontrarse ahí ante tal espectáculo carente de sentido, llenando de esa manera su propio vacío.
Nos acercamos al final del disco donde encontramos su canción homónima, “Hopium”, último de los sencillos aparecidos que nos muestra a los Kingcrow más complejos e instaurados en el progresivo, que apuestan por un tema de más de ocho minutos para mostrarnos todas sus cartas. Con semejante duración ya nos podemos hacer una idea de que vamos a encontrarnos con distintos pasajes que conformarán la historia final, que, a imagen y semejanza de muchas de las piezas escuchadas con anterioridad, van a ir aumentando la intensidad a medida que se suceden para transmitir sensaciones grandilocuentes. Brutal el trabajo de las teclas de principio a fin en este tema, que tanto te añaden detalles electrónicos al principio, como te envuelven en su versión más sintetizada apareciendo en múltiples manifestaciones, o lo concluyen con un sonido de piano de lo más inquietante. No es fácil interpretar qué nos explica su letra en toda su dimensión, pero a buen seguro tiene que ver con la salud mental, it’s my mind, es algo que se repite dejando claro que el protagonista es consciente de que sus inseguridades están sólo en su mente, por lo que pide ayuda (lend me your light along the road), que parece surgir efecto cuando afirma I know I can go all the way. Darle más de una pasada a este tema es necesario para captar los mil matices que hay en él, por lo que te animo a darle esa oportunidad que se merece para valorarlo en su justa medida.
Despedimos Hopium con la balada de tintes acústicos “Come Through” que vuelve a recuperar la idea lírica de “New Moon Harvest” de que siempre hay esperanza ante situaciones adversas. Gusto máximo para dejarnos con un muy buen sabor de boca final como cierre de álbum.
Yo he conseguido un match casi perfecto con Hopium, absolutamente todo me resuena y creo que puede hacerlo de la misma manera en muchas personas que se sientan atraídas por la vertiente menos técnica y más emocional del progresivo. Hay reseñas en las que no te importa invertir todo el tiempo del mundo pues el disfrute surge de la profundización en lo que estás analizando y éste es sin duda uno de esos casos. Bucear en Hopium es un bonito ejercicio de descubrimiento de su verdadera dimensión del que sales mejor de lo que has entrado. Y la conclusión final es que sí, las manifestaciones artísticas surgidas de tan adentro, aunque lleven capas y más capas de sombras, pueden resultar de lo más clarificadoras.
Si después de escuchar este álbum te apetece escuchar en directo cómo Kingcrow lo defiende, estás de enhorabuena ya que éstos estarán actuando el primer día del festival barcelonés BeProg! My Friend el próximo 27 de septiembre. Si Madness Live! ha querido contar con ellos para el regreso de tan añorado festival, es que canela fina se avecina. Imperdible.
Y empiecen a escucharlo por favor...
Este es otro de esos discos que si bien no es muy conocido hay gente que hace cola para reseñarlo, así que no voy a perder tiempo escribiendo lo que antes alguien ya escribió, eso que antes han escrito aparece acá:
Kintsugi ingresa en nuestros oído con un sonido electrónico cargado de rock, con bases rítmicas de mediana intensidad que poco a poco van tomando fuerza, un teclado presente en todo momento con tonales muy ochenteros, una base de batería perfectamente sincronizada con el bajo entregando casi una especie de calma, el coro tiende a poner mucha más fuerza a la entrega y con riffs más pesados y oscuros, todo acorde a la interpretación del vocalista que va demostrando la buena lírica del tema que nos habla de mostrarnos y brillar a pesar de nuestras heridas y cicatrices.
Glitch tiene un enfoque y gancho bastante electrónico enfocado principalmente en la voz a la cual poco a poco se van incorporando los músicos, la muestra de voz en una profundidad notoria, me gustó ese juego que crea casi como si fuera tu mente la que estuviera representando lo que pasa en la canción. El teclado, el bajo y los arpegios de la guitarra tan suaves le dan una emotividad peculiar para luego explotar en ritmos más acelerados bien pegajosos hacia el final.
Llegando en una intensa caída Parallel Lines continua con uno de los temas de larga duración, con una atmósfera mucho más oscura, solos de guitarra, voces corales que crean una ambientación totalmente distinta a como se dio en un principio abriendo ese cielo gris que opacaba todo y que luego se comienzan a intensificar volviendo todo nuevamente gris en una sección instrumental que da paso a cortes certeros de la guitarra junto al teclado en una especie de atrapamiento que se intensifica por la interacción de los ritmos progresivos de la batería. El final de la guitarra y las voces corales es casi como una liberación sutil para liberarte del tenso momento en que te atrapaban con sus melodías.
New Moon Harvest ingresa con el teclado y la profundidad vocal de Diego, si bien siempre está presente el sonido innovador del teclado ochentero y electrónico lo cual le da un gusto adquirido especial a cada tema, tenemos también el sonido de la guitarra acústica que le da un sonido distinto mucho más suave, la melodía del solo muy por sobre encima tratando de destacar y hacerse notar, que da paso a la interacción final de la banda con ritmos más progresivos de la guitarra creando una aceleración hacia el final del tema muy bien representado por cada uno de los músicos.
Losing Game es un tema de mucho lamento interpretativo a través de la letra, tiene bastantes aires góticos de la vieja escuela, con un comienzo de mucha profundidad en las voces y los teclados que van acompañados de la guitarra acústica, a todo esto llega la unión de la banda dando paso a una aceleración del tiempo de la canción donde la batería lleva el ritmo constante, poco después es amortiguado nuevamente por los acústicos y las voces corales en un efecto envolvente terminando en un ritmo mucho más post-moderno.
Siguiendo los ritmos lentos en acordes arpegiados y con mucho sintetizador recae White Rabbit’s Hole con la voz como principal elemento que va cayendo por este agujero y cuando finalmente llega se una a esta intervención musical con una mezcla y arreglos vocales sincronizados perfectamente, la melodía del bajo crea una construcción de energía distinto tratando de surgir de toda esta tormenta en la cual se siente consumido, los riffs de la guitarra son fuertes y los ligados potentes, las voces corales le dan cierta fortaleza y la carrera del bajo con la batería que van a la par encaminando este sonido potente hacia unos sintetizadores hermosamente sonoros.
Night Drive siguiendo por la senda melancólica del álbum en donde podemos sentir claramente el viaje en carretera que nos están mostrando a través del parabrisas del automóvil por esta carretera y todo el viento golpeando hasta el interior de tu mente junta a esta melodía constante y repetitiva casi absorbiendo y analizando tu mente de una manera profunda, una sonoridad que tiene momentos fuertes en ritmos chocantes, un comienzo lento que poco a poco va fortaleciendo y mostrando un solo que llega distorsionada mente junto al ensordecedor efecto del teclado que termina en una profunda absorción mental.
Vicious Circle entra en tono con percusiones y teclados tenues en unión con la guitarra eléctrica que pronto hace el ensamble sobre esos punzantes del bajo, el comienzo vocal de Diego dentro de todo el conjunto resuena de manera brillante incluso en los coros tiene guiños ochenteros muy claros, el juego resonante del bajo y el cortante de la guitarra que se envuelve en un abrazo por la batería y las voces corales crea una sensación del ruido y molestia que generan las voces del programa que está viendo frente a sus ojos del cual se siente tan frustrado, son canciones que reflejan muy bien las situaciones que está viviendo el personaje.
El tema que da nombre al disco es Hopium que a su vez es quien da el cierre a esta gran sección musical, un tema fuerte y mucho más pesado, con un comienzo bastante suave la sección media toma un control de mucha más fuerza con sonido más oscuros y pesados, el teclado se siente presentecrudamente en un sonido pegajoso en torno a la batería que lleva un ritmo cortante, el bajo suena muy bien se puede sentir la presencia dentro de la escala que está interpretando, pero el papel de los sintetizadores es clave y lo ha sido durante todo el disco para llevar los ritmos en general, el final se vuelve mucho más pesado con una batería de golpeteos fuertes y una guitarra que aun estando sin distorsión muestra su rudeza en los seguimientos de las melodías. Como canción extra Come Through sigue deleitando al oyente con ritmos suaves y melodías sonoras que realmente retumban en el ser interior, continúa este viaje con la exploración de introspección, una acústica envolvente de la guitarra, la voz y el teclado muysuaves, se puede percibir una batería totalmente apañada de fondo para dar un leve acompañamiento y es la voz quien da el paso para que todos puedan unirse en este camino, el rasgueo se percibe claramente y le da esa chispa especial de dejar de lado las distorsiones para entregarnos una armonización más acústica y perceptiva de cada uno de los integrantes, un bonus track que sigue reflejando la calidad musical de los italianos.
En resumen, es un álbum que no solo continúa la trayectoria ascendente de la banda en el ambiente progresivo, sino que también marca un punto alto en su evolución artística, musical y adaptada a los tiempos del presente. Con una combinación intrincada de composición inteligente, letras conmovedoras y una ejecución musical formidable, cada uno de sus músicos demuestra su capacidad para crear música que no solo entretiene sino que también provoca reflexión. Este nuevo álbum es un testimonio de la madurez y la creatividad estableciéndose como una fuerza significativa dentro del panorama del rock progresivo contemporáneo mundial.
Aquí, otro comentario, y pueden encontrar más en la web, si es que no tienen nada que hacer y quieren perder el tiempo...
Para entablar alguna conexión con lo que paso antes, estuve algunos días escuchando los discos pasados de esta Kingcrow, y las cosas que antes pasaron en sus siete discos tenían otra concepción, era progresivo inmaduro en algunos sentidos y tenían mucho que mejorar a través de los años, y poco a poco esta banda italiana comenzó a tener nuevas composiciones y mejores propuestas, donde su verdadero despertar como banda pasa en “In Crescendo” (2013), con el cual se adentraban dentro de un progresivo conocido, pero ya comenzaban a presionar algunas ideas que se iban a venir en discos más actuales y especialmente en este “Hopium”. El cual les daría el acceso al inmenso sello francés de Season of Mist, así que luego de 48 minutos en varios días de la semana, me encuentro con un disco progresivo que bebe de influencias como Pain of Salvation y algo de Leprous, intentando mezclar con otras ideas más viejas en su concepto progresivo, por lo que el disco tiene un concepto interesante en ciertos momentos y en otros donde la producción en estudio mejora bastante el concepto pero no brinda lo necesario para poder ir un poco más allá con una esencia personal.
Desde que todo empieza con “Kintsugi” y termina con “Hopium”, el disco como muchos discos empieza muy bien, y las composiciones tienen buenas ideas en general, pero dentro de esta gama diversa de tempos y juegos de ritmos, existe una idea un poco fría dentro de su progresivo, porque a medida que vas escuchando el disco unas dos o tres veces, la música se compacta bien por momentos y en otros hay como cabos sueltos, pero eso sí, la producción del disco es la mejor que tuvo la banda hasta la fecha, todo es mucho más claro en los instrumentos, la batería esta colocada con ritmos rock y con el sabor de Fates Warning en muchos sentidos, las guitarras juegan roles muy importantes en todo sentido, y tienen ese punto de variar, pero en ese sentido la música comienza a virar poco a poco en otros sentidos, y es ahí que sienten vacíos de conexión, no es malo, pero no hay un encaje seguro dentro de sus sensaciones y después de unos días en el reproductor hay huecos que van pesando con cada nueva escuchada que no te dejan conectar con el mundo de esta banda italiana.
“Hopium” de Kingcrow es un disco que funciona bien en muchos instantes, pero en otros momentos hay como una especie de insipidez auditiva que no te deja digerir bien las cosas, hay cosas por mejorar, pero deciden irse por un lado más pasivo y con pocas curiosidades.
Otro gran recomendado del blog cabeza, y lo podés escuchar completo acá:
https://kingcrow1.bandcamp.com/album/hopium
Lista de Temas:
1. Kintsugi (3:53)
2. Glitch (3:56)
3. Parallel Lines (6:46)
4. New Moon Harvest (3:30)
5. Losing Game (5:28)
6. White Rabbit's Hole (6:55)
7. Night Drive (5:48)
8. Vicious Circle (4:21)
9. Hopium (8:24)
10. Come Through (Bonus Track) (4:21)
Alineación:
- Diego Marchesi / vocals
- Diego Cafolla / guitars, keys, backing vocals
- Ivan Nastasi / guitars, backing vocals
- Riccardo Nifosì / bass, backing vocals
- Thundra Cafolla / drums, percussion
With:
Vikram Shankar / piano solo (9)
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