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King Crimson - In The Court of The Crimson King (The Definitive Edition) (1969 - 1994)

#Músicaparaelencierro. Otro de los discos icónicos del rock progresivo, cuyo arte de tapa se transformó en sinónimo del estilo y que adorna incontables carátulas, blogs, fotos de perfiles, paredes, fondos de pantallas y no se me ocurren cuantas cosas más. Antes el Mago Alberto nos presentó la versión remixada por Fripp y Steven Wilson para festejar sus primeros 40 añitos, con versiones extra y bonus para que tengan, y ahora LightbulbSun nos trae la "versión definitiva" de 1994. Y no vale seguir hablando de la obra, solamente recordarles que estamos en medio de la revisión de discos de King Crison de parte de LightbulbSun. En esta, fue un disco absolutamente imperdible.

Artista: King Crimson
Álbum: In The Court of The Crimson King
Año: 1969 - 2009
Género: Progresivo ecléctico
Nacionalidad: Inglaterra


"In the Court of the Crimson King" fue el álbum de debut de King Crimson y se encuentra entre los álbumes más influyentes y conocidos de la historia del rock, y no precisamente porque lo diga yo, aunque generalmente está recubierto de una pátina de "extrañeza" que le resta apoyo popular, o mejor dicho, masivo.

In the Court of the Crimson King (An Observation by King Crimson) es el álbum debut del grupo inglés King Crimson, producido y publicado en 1969, considerado uno de los primeros álbumes de rock progresivo.
El álbum se destaca por la combinación de las letras y la instrumentación (con importante influencia de jazz y música clásica). Si bien otros artistas habían fusionado a estos géneros con el rock, el debut de King Crimson tuvo una atmósfera mucho más oscura y reflexiva (en gran parte gracias a las ideas de Peter Sinfield, quien escribió las letras). Además, es uno de los primeros álbumes que se destacan por sus largas canciones (algunos con partes con nombre propio, con muchas improvisaciones y muy complejas), su concepto y su arte de tapa (diseñada por Barry Godber).
Esta formación se disolvería muy pronto y la banda pasaría a ser controlada por el guitarrista Robert Fripp. El siguiente álbum, In the Wake of Poseidon, tuvo un sonido similar. Sin embargo, este álbum fue muy influyente en la emergente escena del rock progresivo y en el art rock.
Wikipedia


El máster original estuvo perdido muchos años, y las diferentes ediciones del disco en vinilo y CD presentaban una calidad de audio cada vez más mermada, sin embargo, en 2003 se toparon finalmente con la grabación original y ello permitió esta remasterización que ahora nos presenta el Mago. Y hablando del Mago, es él quien ahora nos presenta esta obra incunable y fundamental del rock...
Sin lugar a dudas el proceso creativo va de la mano del tiempo, y este trabajo es un ejemplo de ello, aquí el enano maldito aún con su cabellera llena de rulos, empezaba a mostrar los dientes sin saber todavía en el monstruo en que se convertiría, este disco fue FUNDAMENTAL, no solo para King Crimson sino para la música en general, acá está presente la dulzura y el desenfado, lo simple con lo complejo, la suavidad con lo más duro del progre, un disco repleto de buenos momentos, y que en su momento atrapó muchísimas conciencias mientras otras huían despavoridas.
Un disco que hasta la tapa pasó a ser un clásico, no solo en la presentación de este blog sino también en cuanto artículo o posteo se haga en cualquier parte del mundo sobre la música de aquellos años, una puerta de ingreso al Reino del Rey Carmesi. Reino que gobierna aún en nuestros días y que indiscutiblemente culminará cuando el alma del liliputiense trascienda a universos inexplorados repletos de luminosidades, y si, que menos se merece Robert Fripp, que ingresó nada más y nada menos a lugares neuronales repletos de conciencia, para transformar nuestro espíritu y llenarlo de sensaciones inexplicables.
Y que bueno que haya pasado también por las manos de Steven Wilson, que aprovecho algunas de las oportunidades que le dio Fripp para modificar sus propias intenciones musicales, algo casi inmaculado para el ego del enano, hago mención de ello por cuanto no todo el disco fue mezclado de nuevo por Wilson (solo la version 5.1) es que Fripp, seguramente muy celoso de su inmensa obra como cualquier genio, supervisó todo él mismo y produjo junto a Wilson cada uno de los tracks, demostrando que siempre fue el de la última palabra.
El disco, cumpliendo sus 40 años, fue relanzado en varios formatos, acá va la versión incompleta, con algunas inclusiones propias (para el análisis antropológico), un trabajo que apareció en el blog en su primera edición dentro de la discografía crimsoniana, pero esta vez presentamos la edición remezclada y remasterizada por Fripp y Wilson, así que los cabezones estarán de parabienes.
No hay mucho mas para agregar sobre esta obra que marcó a varias generaciones y seguirá marcando hasta el fin de los tiempos. He aqui el inicio de la dinastía crimsoniana. Eterna!!!
Mago Alberto

Aquí, un disco que sentó firmemente las bases de lo que surgiría después y podemos disfrutar hasta hoy. Es uno de esos discos imprescindibles que deberían estar presentes en cualquier colección, independientemente de nuestros gustos personales. Y hoy hay que escucharlo nuevamente, por supuesto, sobretodo teniendo esta versión salida de propias manos de Wilson y del enano maldito Fripp.

Ya hemos comentado el disco. También dijimos que el máster original estuvo perdido muchos años, y las diferentes ediciones del disco en vinilo y CD presentaban una calidad de audio cada vez más mermada, sin embargo, en 2003 se toparon finalmente con la grabación original y ello permitió esta remasterización que presentó el Mago oportunamente. Y hablando del Mago, es él quien ahora nos presenta esta obra incunable y fundamental del rock...

Si hay un disco que con el tiempo se ha transformado en una especie de "hito" es este, una verdadera obra de arte que hizo que muchísimas cabezas a nivel mundial comenzaran a redefinir conceptos, variaciones, premisas, definiciones y le comenzaran a prestar verdadera atención a la magia, porque de pronto se abrió una puerta, una enorme puerta, que cambió nuestra forma de oir e interpretar la música, y eso solo lo logra un proceso mágico, con un aluvión de innovación, locura y sentimientos, un coctel difícil de digerir aún en nuestros días, pero que fueron las herramientas para su elaboración, y el resultado fue ni mas ni menos que "In The Court Of The Crimson King".
Seguramente cuando se cumplan los 100 años de esta obra seguirá estando tan vigente como ahora, porque ya pasaron 50 años y está intacta, en todo su esplendor, y prueba de ello es esta presentación especial, donde vamos a encontrarnos con la que quizás sea la versión mas ZARPADA de "21st Century Schizoid Man", Mel Collins y Jakko Jakszyk llevaron la canción a otro nivel, descomunal, impresionante o cualquier adjetivo que le podamos encontrar, queda corto para lo que lograron, a las bases originales -incluida la voz de Greg Lake- le agregaron arreglos nuevos, logrando una versión trituradora de cerebros, el fragmento de va del minuto 4,07 hasta el grito del minuto 4,55 es sencillamente brillante.
Esta vez, como ocurrió con la version del "40th Anniversary" la mezcla la dejaron en manos de Steven Wilson, pero con más protagonismo, pero siempre bajo la mirada y la oreja atenta del enano maldito.
No hay una perspectiva definida, ni siquiera un horizonte para poner esta obra en discusión, es que "In The Court of The Crimson King" traspasa tiempo y generaciones y lo seguirá haciendo año tras año, o hasta que el liliputiense deje de cobrar sus regalías.
Un acontecimiento que sucedió luego de 50 años de que saliera el disco original, se presentó en sociedad el 25 de octubre en versión vinilo, días después se editó en CD.y luego de 24 horas, ya aterriza en el blog cabezón.

Mago Alberto
 

Este disco que sentó firmemente las bases de lo que surgiría después y podemos disfrutar hasta hoy. Es uno de esos discos imprescindibles que deberían estar presentes en cualquier colección, independientemente de nuestros gustos personales. Y hoy hay que escucharlo nuevamente, por supuesto, sobretodo teniendo esta versión salida de propias manos de Wilson y del enano maldito Fripp.


"In the Court of the Crimson King" fue el álbum de debut de King Crimson y se encuentra entre los álbumes más influyentes y conocidos de la historia del rock, y no precisamente porque lo diga yo, aunque generalmente está recubierto de una pátina de "extrañeza" que le resta apoyo popular, o mejor dicho, masivo.
In the Court of the Crimson King (An Observation by King Crimson) es el álbum debut del grupo inglés King Crimson, producido y publicado en 1969, considerado uno de los primeros álbumes de rock progresivo.
El álbum se destaca por la combinación de las letras y la instrumentación (con importante influencia de jazz y música clásica). Si bien otros artistas habían fusionado a estos géneros con el rock, el debut de King Crimson tuvo una atmósfera mucho más oscura y reflexiva (en gran parte gracias a las ideas de Peter Sinfield, quien escribió las letras). Además, es uno de los primeros álbumes que se destacan por sus largas canciones (algunos con partes con nombre propio, con muchas improvisaciones y muy complejas), su concepto y su arte de tapa (diseñada por Barry Godber).
Esta formación se disolvería muy pronto y la banda pasaría a ser controlada por el guitarrista Robert Fripp. El siguiente álbum, In the Wake of Poseidon, tuvo un sonido similar. Sin embargo, este álbum fue muy influyente en la emergente escena del rock progresivo y en el art rock.
Wikipedia



Internet está lleno de análisis bastante detallados -y supongo que muchas veces acertados- del álbum, así que prescindiré de excesivos detalles técnicos para centrarme en el espíritu, lo que a mi parecer mejor se adapta a las intenciones de este blog. Mencionar, como mucho, que entonces formaban parte de la banda Robert Fripp, Michael Giles, Greg Lake, Ian McDonald y Peter Sinfield, y desde allí King Crimson cambiaría de miembros una y mil veces, pero este fue su puntapié inicial.
El "Rey Carmesí" al que hace referencia el título es Belcebú, aunque el álbum no es en absoluto un trabajo de ambiente satánico. Se trata del disco con nombre y apellidos que inauguró la era del rock progresivo, una grabación misteriosa en su sonido y extrañamente accesible que supone una experiencia musical no repetida ni siquiera por la propia banda que lo creó. Mezcla rock con bastante jazz, algo de blues y arreglos clásicos y "pre-cósmicos" (me acabo de inventar el término), vino a ser también una perfecta encarnación del espíritu hippy más culto, no tan empeñado en atrancar cañones con flores como en demostrar que las artes más cercanas al gusto masivo podían ser un medio de expresión tan profundo, rico y libre como profunda, rica y libre fuese la imaginación del artista. In the Court of the Crimson King es un álbum de dimensiones abismales gracias a su libertad creativa total, no solamente en el contexto de aquellos últimos años sesenta, sino incluso hoy en día; y su influencia en la cultura popular también es notoria, comenzando por su llamativa portada, obra de Barry Godver, y terminando por sus letras fantásticas, surrealistas, mágicas.
In the Court... es un disco consistente en cinco temas de larga duración, cada uno de los cuales contiene varios sub-temas, tal y como especificaban los créditos del álbum en su edición original. En teoría se trata de canciones, aunque la parte cantada es bastante reducida -relativamente, al menos- si la comparamos con los desarrollos instrumentales de cada corte. Además, la densidad de sus fascinantes arreglos deja bien claro que la letra cantada no es más que un modesto hilo conductor para toda la pieza musical, logrando que en más de un momento resulten más memorables unos acordes que unos versos.
El primer tema del disco, todo un clásico del repertorio de la banda, es 21st Century Schizoid Man, el corte más duro del álbum. Contiene muy poca letra, cantada con la voz distorsionada de Greg Lake, pero sí un montón de frenéticos desarrollos instrumentales a base de guitarras, baterías y teclados (por ahí andaba el mítico mellotron) que aceleran o frenan en seco aquí y allá. El alma del álbum se despliega del todo con la hermosísima I Talk to the Wind, con unos arreglos a base de instrumentos de viento que nos transporta a algún lugar indefinido entre la balada rock y el folk más bucólico. Concluye la primera cara del vinilo con la enorme Epitaph, otra balada majestuosa, aunque mucho más dramática, casi un adagio clásico. La segunda cara comienza con Moonchild, un tema muy sosegado y con mucho espacio en sus 12 minutos para desarrollos jazzísticos muy suaves; y concluye con la épica, tremendísima The Court of the Crimson King, muy efectista gracias a sus coros, e inquietante por sus letras surrealistas y esotéricas. De hecho, todo el álbum desprende un aura extraña que yo definiría como "delicadamente malsana", oscurantista se mire como se mire.
El conde


En el año 1969, Inglaterra veía el nacimiento del rock progresivo, proveniente del desarrollo de la música psicodélica y la herencia de las obras maestras de los Beatles como Sgt. Peppers, que sentaron las bases para el nuevo estilo.
“In The Court Of The Crimson King” fue el disco debut de King Crimson, la banda que desde entonces y hasta el día de hoy ha liderado el guitarrista Robert Fripp. Según sus propias palabras, la música de compositores como Igor Stravinsky o Béla Bartók fueron sus mayores influencias compositivas, y que indudablemente son perceptibles en la música del grupo. Frente al resto de bandas contemporáneas de rock progresivo (Genesis, Yes, Jethro Tull, etc.), King Crimson fue desde el principio la que tuvo un sonido más oscuro, más agresivo, más cercano a las armonías y el sonido que el heavy metal utilizaría décadas más tarde. Decenas de cambios en la formación, motivadas la mayoría de las veces por la dictatorial manera de conducir la banda de Fripp, así como las intermitentes disoluciones y vueltas a la actividad del grupo en los 80 y 90 han sido las características en la trayectoria de la banda, que en la actualidad se encuentra inactiva tras un magistral álbum publicado en 2003 (The Power To Believe).
“In The Court Of The Crimson King” cuenta con los músicos Ian McDonald (teclados, vientos, voz), Greg Lake (voz, bajo), Michael Giles (batería, voz) y Peter Sinfield (letras), además del propio Fripp a la guitarra. El álbum está formado por cinco temas (nunca por debajo de los 6 minutos de duración) que se caracterizan por la inquietante oscuridad de las armonías, la épica de las melodías, los maravillosos arreglos setenteros cargados de mellotrones y efectos psicodélicos, las letras post-apocalípticas y proféticas… Incluso en la aparente dulzura de los cortes más suaves se transmite un transfondo de desasosiego, de pesimismo mesiánico escondido tras las preciosas flautas de Ian McDonald en I Talk To The Wind o en la extensa improvisación ruidista de Moonchild. La épica de Epitaph y de The Court Of The Crimson King, con las impresionantes y jazzísticas baterías de Michael Giles y unos acertadísimos mellotrones, ha resultado ser tras el paso de las décadas la base estética para muchas generaciones posteriores de músicos. 21st Century Schizoid Man, que abre el disco tras veinte segundos de casi silencio, se ha convertido por derecho propio en uno de los himnos del rock progresivo, con la violencia desgarrada de la voz de Greg Lake y la vertiginosa sección intermedia de improvisaciones y los unísonos en los que la banda lleva su virtuosismo técnico al límite.
“In The Court Of The Crimson King” es el primer disco de la carrera de King Crimson, quienes con el paso de los años continuarían desarrollando su propia voz y creando obras maestras del género como “Islands”, “Lark’s Tongues In Aspic” o “Red”. Este es el disco que sentaría las bases del sonido y la estética de la banda más oscura, impresionista, bartókiana y abierta a la experimentación y la improvisación dentro del rock progresivo.
En el año 1969, Inglaterra veía el nacimiento del rock progresivo, proveniente del desarrollo de la música psicodélica y la herencia de las obras maestras de los Beatles como Sgt. Peppers, que sentaron las bases para el nuevo estilo.
“In The Court Of The Crimson King” fue el disco debut de King Crimson, la banda que desde entonces y hasta el día de hoy ha liderado el guitarrista Robert Fripp. Según sus propias palabras, la música de compositores como Igor Stravinsky o Béla Bartók fueron sus mayores influencias compositivas, y que indudablemente son perceptibles en la música del grupo. Frente al resto de bandas contemporáneas de rock progresivo (Genesis, Yes, Jethro Tull, etc.), King Crimson fue desde el principio la que tuvo un sonido más oscuro, más agresivo, más cercano a las armonías y el sonido que el heavy metal utilizaría décadas más tarde. Decenas de cambios en la formación, motivadas la mayoría de las veces por la dictatorial manera de conducir la banda de Fripp, así como las intermitentes disoluciones y vueltas a la actividad del grupo en los 80 y 90 han sido las características en la trayectoria de la banda, que en la actualidad se encuentra inactiva tras un magistral álbum publicado en 2003 (The Power To Believe).
“In The Court Of The Crimson King” cuenta con los músicos Ian McDonald (teclados, vientos, voz), Greg Lake (voz, bajo), Michael Giles (batería, voz) y Peter Sinfield (letras), además del propio Fripp a la guitarra. El álbum está formado por cinco temas (nunca por debajo de los 6 minutos de duración) que se caracterizan por la inquietante oscuridad de las armonías, la épica de las melodías, los maravillosos arreglos setenteros cargados de mellotrones y efectos psicodélicos, las letras post-apocalípticas y proféticas… Incluso en la aparente dulzura de los cortes más suaves se transmite un transfondo de desasosiego, de pesimismo mesiánico escondido tras las preciosas flautas de Ian McDonald en I Talk To The Wind o en la extensa improvisación ruidista de Moonchild. La épica de Epitaph y de The Court Of The Crimson King, con las impresionantes y jazzísticas baterías de Michael Giles y unos acertadísimos mellotrones, ha resultado ser tras el paso de las décadas la base estética para muchas generaciones posteriores de músicos. 21st Century Schizoid Man, que abre el disco tras veinte segundos de casi silencio, se ha convertido por derecho propio en uno de los himnos del rock progresivo, con la violencia desgarrada de la voz de Greg Lake y la vertiginosa sección intermedia de improvisaciones y los unísonos en los que la banda lleva su virtuosismo técnico al límite.
“In The Court Of The Crimson King” es el primer disco de la carrera de King Crimson, quienes con el paso de los años continuarían desarrollando su propia voz y creando obras maestras del género como “Islands”, “Lark’s Tongues In Aspic” o “Red”. Este es el disco que sentaría las bases del sonido y la estética de la banda más oscura, impresionista, bartókiana y abierta a la experimentación y la improvisación dentro del rock progresivo
Pablo Tato


Es el primer álbum de King Crimson y del rock progresivo, una verdadera obra maestra, ubicada generalmente entre los primeros cinco lugares de las listas de los mejores álbumes de este género. Publicado el 10 de octubre de 1969, el álbum fue grabado en Wessex Sound Studios en Londres, entre el 21 de julio y el 21 de agosto del mismo año. Con la música que venían tocando desde los primeros ensayos en enero y luego en las presentaciones públicas realizadas a partir del mes de abril de 1969.
Teniendo en cuenta el precedente de Giles, Giles & Fripp, la banda de los hermanos Giles, a la que se unió Fripp en 1967, a finales de 1968 empezó a gestarse el nacimiento de King Crimson, con la llegada de Ian McDonald quien a su vez recomendó a su amigo Peter Sinfield. Aquella banda grabó un demo no publicado en su momento de “I Talk To The Wind” compuesto por Sinfield y McDonald. Al renunciar Peter Giles, Fripp trae a su amigo Greg Lake, así se completa la formación original de King Crimson.
En este sentido, las letras de Peter Sinfield; la música de Ian McDonald, Michael Giles, Robert Fripp y Greg Lake; representadas en el arte gráfico de Barry Godber que ilustra un álbum conceptual. Cuyo tema se desarrolla a lo largo del mismo y que debe escucharse con la lógica del acetato y sus lados o caras. De hecho la cara no solo se refiere en este caso al lado del acetato, también a los rostros que ilustran el exterior, el “Hombre Esquizoide del Siglo XXI” tema que da inicio a esta obra y en el interior el rostro del Rey Carmesí precisamente el tema con que finaliza.
La observación nos da acceso a una perspectiva de la realidad, representada no solo en palabras, música e imágenes. El alcance del arte viene dado tanto por el creador como por nosotros. La interpretación será un asunto muy personal, producto de la percepción y el significado que se pueda extraer de aquello que se logra identificar en función de nuestras referencias. Personalmente le doy la más alta valoración a este álbum, definitivamente está entre los diez principales de mi colección.
Si se desea tener la experiencia de descubrir por sí mismo el mensaje, entonces este es buen momento para dejar de leer esto y buscar el álbum. Si por el contrario deseas orientación, debo comenzar por referir una explicación detallada del autor de las letras Peter Sinfield en la siguiente dirección (inglés):
http://www.songsouponsea.com/Promenade/Court.html
Mis observaciones son las siguientes, comienzo por indicar que esta obra está constituida por cinco piezas musicales, distribuidas como sigue en el formato acetato:
Lado 1 (Cara Exterior — 21st Century Schizoid Man — El Presente)
1) “El Hombre Esquizoide del Siglo 21” incluyendo “Espejos”: El sonido del caos se escucha con dureza y velocidad, estrés es el síntoma que expresa el rostro del hombre del siglo 21. Es llamado esquizoide, seguro no sería ese el diagnóstico del Dr. Thomas Szasz. Mayormente reconocida como la primera obra del rock progresivo, además de la complejidad musical que significaba tomar parte de los elementos del jazz y romper con los patrones imperantes en el rock de finales de los 60´s, también era contracultural en su contenido. Una demostración creativa y virtuosa de toda la banda que transmitía esa amenazante modernidad.
2) “Le hablo al Viento”: El sonido de la calma necesaria para distinguir lo exterior de lo interior. Sin embargo como dice la letra es mucha confusión y desilusión, aunque termine siendo una declaración muy serena de independencia. Resulta mágico el sonido de la flauta de Ian McDonald, establece una fusión entre el jazz y la música académica, Fripp puntea magistralmente armonizando con su guitarra. Esta es ciertamente la versión definitiva e insuperable aunque no sea la original.
3) “Epitafio” incluyendo “La Marcha Sin Sentido” y “Mañana y Mañana”: Con este tema termina el primer lado del acetato, es la transición hacia la segunda parte del álbum, pero a su vez ha sido declarado por sus autores como el que resume en sí mismo toda la obra. Su letra es una declaración sobre la vida, que se realiza frente a la muerte. El sonido es el de la tristeza y quizás de la resignación, aunque la letra dice claramente “Confusión será mi epitafio” hay mucho más que conseguir en una obra tan profunda como esta. Sonoramente Michael Giles hace una demostración de percusión orquestal con un redoble de timbales, que junto al mellotron generan la impresión de estar escuchando a una orquesta sinfónica, el volumen de la música es inmenso, independientemente del reproductor que esté usando.
Lado 2 (Cara Interior — The Crimson King — El Pasado)
4) “Niña de la Luna” incluyendo “El Sueño” y “La Ilusión”: Una fantasía sonora que da inicio a la segunda parte del álbum. Esta representa el pasado, su dulzura e ingenuidad, es una simplificación de la vida. A partir de los dos minutos y medio, comienza una improvisación instrumental de guitarra y percusión que para algunos no tiene sentido, pero puede significar la calma.
5) “La Corte del Rey Carmesí” incluyendo “El Regreso de la Bruja del Fuego” y “El Baile de los Títeres”: Es el súbito descubrimiento de la realidad que significa una gran desilusión, que se describe en su lírica llena de intrigas, a las que se responde con el lamento expresado en los coros, que parecen tener un final, cuando después de un breve silencio, reinicia con obstinación el tema esta vez sin los coros, pero con un repentino segundo final distorsionado.
Esta es simplemente una observación parcial y muy personal, de un librepensador. Independientemente de aceptar esta visión sobre la vida, es indiscutible el valor musical de la obra, no solo en su capacidad de comunicar sonoramente los textos, sino por el alto desempeño instrumental de sus integrantes a nivel grupal e individual. Son muchos los detalles que agregan información relevante para conocer el origen y el propósito de esta obra.
Fripp ha referido el final orquestal de la canción “A Day in the Life” de los Beatles correspondiente a su álbum “Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band” (1967) lo que inspiró el concepto musical del álbum. Sin embargo es evidente que la banda versionaba en esos tiempos “Marte, el portador de la guerra” perteneciente a la suite “Los Planetas” de Gustav Holst, además a finales de los 60´s el jazz rock estaba emergiendo con fuerza. Así que todo lo anterior debe considerarse asociado al proceso de creación del álbum que llegó a ser el canon del género rock progresivo.
Sid Smith relata que cuando le presentaron este álbum al jefe de Atlantic Records Ahmet Ertegun en su despacho para su consideración, lo escuchó de principio a fin sin interrupción, firmando al grupo rápidamente. Sin embargo en diciembre de 1969, llega la desilusión manifestada por Ian McDonald que dejaba la banda, las razones son muchas y no coinciden.
Entonces, McDonald and Giles, se unen para hacer música feliz. En agosto de 1970 Greg Lake forma ELP, en diciembre de 1971 Sinfield se va a escribir para Emerson, Lake and Palmer. Así Fripp es el único fundador que se ha mantenido a lo largo de todas las formaciones de King Crimson, además de una serie de trabajos como solista y colaboraciones, también hay una serie de trabajos más cercanos a King Crimson publicados como ProjeKCts, su música en general se hizo cada vez más compleja y experimental.
Por otra parte en el 2002 apareció la 21st Century Schizoid Band, que reunió al baterista Michel Giles y al multi-instrumentista Ian McDonald, junto a Peter Giles, Mel Collins y Jakko Jakszyk. Esta banda tocaba todos los temas de este álbum menos “Moonchild” de Fripp. En la más reciente formación de King Crimson, Robert Fripp se une a Mel Collins, Jakko Jakszyk, Tony Levin, Pat Mastelotto, Bill Rieflin y Gavin Harrison. Están tocando en las giras desde el 2014: Epitaph, The Court of the Crimson King y 21st Century Schizoid Man al final de cada concierto. Quizás nunca se de la reunión de la formación original, pero queda “In The Court of The Crimson King, An Observation by King Crimson” (1969).
Es un álbum inmortal se ha reeditado conforme avanza la tecnología, mejorando la experiencia de su audición. Sin embargo es en el año 2003 que se encuentran las cintas originales de grabación que estuvieron perdidas durante décadas, lo que permitió superar todas las ediciones con remasterizaciones previas, porque se llegó inclusive en el 2009 a realizar una remezcla estéreo y también otra 5.1. Para los audiófilos hay mucha información disponible sobre todo el trabajo realizado. En mi caso yo compré la edición remasterizada del año 1989 y luego la del año 2009.
En esta edición se puede leer que según Robert Fripp: “El empoderado impulso del rock underground, que se convirtió en rock progresivo, fue la creencia de que podríamos cambiar el mundo, que inclusive el acto de escuchar era poderoso. La conexión entre el movimiento de paz y el contra cultural, la música rock como voz de una generación, un instrumento de expresión política y personal, era claro. Los músicos de rock disfrutaban de un rol privilegiado, ellos eran tomados en serio como portavoces de la cultura”.
Finalmente hay días y hay momentos para escuchar música como esta, en su tiempo fue muy popular, me cuentan que algunas de sus canciones se podían escuchar en discotecas venezolanas. Lo cual resulta extraño, porque como dijo Robert Fripp: “si miras a la cara sonriente del Rey Carmesí, sus ojos revelan una increíble tristeza”.
Juan Jorge Uzcátegui


Un 10 de octubre de 1969, King Crimson publicaba su primer álbum de estudio “In the Court of The Crimson King” en Island Records en Inglaterra y Atlantic en América. El debut de King Crimson sigue considerándose como uno de los álbumes de rock progresivo más brillantes de todos los tiempos. Julián Ruiz nos lo recuerda.
El “mellotron” había revolucionado el rock, el pop británico de la segunda mitad de los años años sesenta.
Sonaba en la intro de ‘Strawberry Fields Forever’ con los Beatles, en ‘Hole in my shoe’ de Traffic, en ‘She´s a rainbow’ de los Rolling Stones .
Pero sobre todo, el gran maestro Mike Pinder había logrado que los Moody Blues hicieran una absoluta obra maestra con “Days of future passed”, donde se encontraba ‘Nights in white satin’, con esos sonidos de cuerda y flauta en el “melotron”, un teclado a base de cintas que reproducía cualquier sonido orquestal.
El batería Mike Giles y el excelente guitarrista Robert Fripp habían intentado el éxito con varios singles, bajo el nombre de Giles, Giles an Fripp. Nada de nada. Entonces, Fripp conoció al increíble músico Ian Mc Donald, que tenía un mellotron y era saxo,flautista, lo que le pidieras .
Fripp llamó a también a su amigo del colegio, Gregg Lake y el grupo se llamó King Crimson , con la introdución de Pete Sinfield , que tenía muchas ideas y era el letrista.
David Enthoven y John Gaydon eran como Kirt Lambert y Andrew Loog Oldham, hombres de negocios a los que le gustaba la música. Fundaron el sello y la productora E.G. Fueron los managers de King Crimson y, luego, de Roxy Music, entre otros.
David y John incluso lograron que más de cien mil personas vieran a King Crimson como teloneros en el famoso concierto de los Stones en Hyde Park, dias después del suicidio de Brian Jones.
Pero es que el disco que había hecho Fripp y sus compañeros, sin proponerselo, era una autentica obra maestra.
“In the court of the Crimson King” es sin duda el epicentro de toda la música progresiva, el nacimiento de todo lo que llegó después. Desde Yes, Emerson, Lake and Palmer, Asia, etc. Para Pete Townshend de los Who es uno de los mejores albumes de toda la historia.
Sólo el comienzo del album , el increíble 21 ‘Century Schizoid man’ es un delirio de música sencillamente genial, entre la psicodelia, la locura, el progresismo y el rock con el jazz. Increíble, con la voz de Greg Lake saturada por el compresor, por el flanging y que encima distorsionada ,porque una de las cabezas del magnetofono de ocho pistas en que se grabó el disco, no estaba bien alineada. Absolutamente, música del siglo XXI en 1969.
Las sesiones habían comenzado con con Tony Clarke como productor. Era lo lógico había sido el productor de los Moody Blues y el maestro del sonido del “mellotron” en los discos. Pero Bob Fripp jamás se llevó bien con él y fue entre Fripp y Mc Donald los que decidieron en el disco.
Buen, no puedo decir , sinceramente, que tema me gusta más en el disco. Epitaph es una pasada, melódica, sensiblemente, entre los acústico y lo electrónico. El tema que da titulo al album es una pequeña sinfonía. Genial, fuerte, complicada, pero sencilla.
En fin, todavía hoy escucho el álbum y, simplemente, digo: increíble. En sonido, en ideas, en canciones, en la autentica liberación de la música . Y es del año alo q969. Increíble, increíble. Hasta la portada con el dibujo de Barry Godber es el grito más maravilloso desde los tiempos de Edward Munch.
EL ALBUM.-
Todas las canciones escritas por King Crimson, excepto “I Talk to the Wind” and “The Court of the Crimson King”, written by Ian McDonald and Peter Sinfield.
Julian Ruiz






Internet está lleno de análisis bastante detallados -y supongo que muchas veces acertados- del álbum, así que prescindiré de excesivos detalles técnicos para centrarme en el espíritu, lo que a mi parecer mejor se adapta a las intenciones de este blog. Mencionar, como mucho, que entonces formaban parte de la banda Robert Fripp, Michael Giles, Greg Lake, Ian McDonald y Peter Sinfield, y desde allí King Crimson cambiaría de miembros una y mil veces, pero este fue su puntapié inicial.
El "Rey Carmesí" al que hace referencia el título es Belcebú, aunque el álbum no es en absoluto un trabajo de ambiente satánico. Se trata del disco con nombre y apellidos que inauguró la era del rock progresivo, una grabación misteriosa en su sonido y extrañamente accesible que supone una experiencia musical no repetida ni siquiera por la propia banda que lo creó. Mezcla rock con bastante jazz, algo de blues y arreglos clásicos y "pre-cósmicos" (me acabo de inventar el término), vino a ser también una perfecta encarnación del espíritu hippy más culto, no tan empeñado en atrancar cañones con flores como en demostrar que las artes más cercanas al gusto masivo podían ser un medio de expresión tan profundo, rico y libre como profunda, rica y libre fuese la imaginación del artista. In the Court of the Crimson King es un álbum de dimensiones abismales gracias a su libertad creativa total, no solamente en el contexto de aquellos últimos años sesenta, sino incluso hoy en día; y su influencia en la cultura popular también es notoria, comenzando por su llamativa portada, obra de Barry Godver, y terminando por sus letras fantásticas, surrealistas, mágicas.
In the Court... es un disco consistente en cinco temas de larga duración, cada uno de los cuales contiene varios sub-temas, tal y como especificaban los créditos del álbum en su edición original. En teoría se trata de canciones, aunque la parte cantada es bastante reducida -relativamente, al menos- si la comparamos con los desarrollos instrumentales de cada corte. Además, la densidad de sus fascinantes arreglos deja bien claro que la letra cantada no es más que un modesto hilo conductor para toda la pieza musical, logrando que en más de un momento resulten más memorables unos acordes que unos versos.
El primer tema del disco, todo un clásico del repertorio de la banda, es 21st Century Schizoid Man, el corte más duro del álbum. Contiene muy poca letra, cantada con la voz distorsionada de Greg Lake, pero sí un montón de frenéticos desarrollos instrumentales a base de guitarras, baterías y teclados (por ahí andaba el mítico mellotron) que aceleran o frenan en seco aquí y allá. El alma del álbum se despliega del todo con la hermosísima I Talk to the Wind, con unos arreglos a base de instrumentos de viento que nos transporta a algún lugar indefinido entre la balada rock y el folk más bucólico. Concluye la primera cara del vinilo con la enorme Epitaph, otra balada majestuosa, aunque mucho más dramática, casi un adagio clásico. La segunda cara comienza con Moonchild, un tema muy sosegado y con mucho espacio en sus 12 minutos para desarrollos jazzísticos muy suaves; y concluye con la épica, tremendísima The Court of the Crimson King, muy efectista gracias a sus coros, e inquietante por sus letras surrealistas y esotéricas. De hecho, todo el álbum desprende un aura extraña que yo definiría como "delicadamente malsana", oscurantista se mire como se mire.
El conde

En el año 1969, Inglaterra veía el nacimiento del rock progresivo, proveniente del desarrollo de la música psicodélica y la herencia de las obras maestras de los Beatles como Sgt. Peppers, que sentaron las bases para el nuevo estilo.
“In The Court Of The Crimson King” fue el disco debut de King Crimson, la banda que desde entonces y hasta el día de hoy ha liderado el guitarrista Robert Fripp. Según sus propias palabras, la música de compositores como Igor Stravinsky o Béla Bartók fueron sus mayores influencias compositivas, y que indudablemente son perceptibles en la música del grupo. Frente al resto de bandas contemporáneas de rock progresivo (Genesis, Yes, Jethro Tull, etc.), King Crimson fue desde el principio la que tuvo un sonido más oscuro, más agresivo, más cercano a las armonías y el sonido que el heavy metal utilizaría décadas más tarde. Decenas de cambios en la formación, motivadas la mayoría de las veces por la dictatorial manera de conducir la banda de Fripp, así como las intermitentes disoluciones y vueltas a la actividad del grupo en los 80 y 90 han sido las características en la trayectoria de la banda, que en la actualidad se encuentra inactiva tras un magistral álbum publicado en 2003 (The Power To Believe).
“In The Court Of The Crimson King” cuenta con los músicos Ian McDonald (teclados, vientos, voz), Greg Lake (voz, bajo), Michael Giles (batería, voz) y Peter Sinfield (letras), además del propio Fripp a la guitarra. El álbum está formado por cinco temas (nunca por debajo de los 6 minutos de duración) que se caracterizan por la inquietante oscuridad de las armonías, la épica de las melodías, los maravillosos arreglos setenteros cargados de mellotrones y efectos psicodélicos, las letras post-apocalípticas y proféticas… Incluso en la aparente dulzura de los cortes más suaves se transmite un transfondo de desasosiego, de pesimismo mesiánico escondido tras las preciosas flautas de Ian McDonald en I Talk To The Wind o en la extensa improvisación ruidista de Moonchild. La épica de Epitaph y de The Court Of The Crimson King, con las impresionantes y jazzísticas baterías de Michael Giles y unos acertadísimos mellotrones, ha resultado ser tras el paso de las décadas la base estética para muchas generaciones posteriores de músicos. 21st Century Schizoid Man, que abre el disco tras veinte segundos de casi silencio, se ha convertido por derecho propio en uno de los himnos del rock progresivo, con la violencia desgarrada de la voz de Greg Lake y la vertiginosa sección intermedia de improvisaciones y los unísonos en los que la banda lleva su virtuosismo técnico al límite.
“In The Court Of The Crimson King” es el primer disco de la carrera de King Crimson, quienes con el paso de los años continuarían desarrollando su propia voz y creando obras maestras del género como “Islands”, “Lark’s Tongues In Aspic” o “Red”. Este es el disco que sentaría las bases del sonido y la estética de la banda más oscura, impresionista, bartókiana y abierta a la experimentación y la improvisación dentro del rock progresivo.
En el año 1969, Inglaterra veía el nacimiento del rock progresivo, proveniente del desarrollo de la música psicodélica y la herencia de las obras maestras de los Beatles como Sgt. Peppers, que sentaron las bases para el nuevo estilo.
“In The Court Of The Crimson King” fue el disco debut de King Crimson, la banda que desde entonces y hasta el día de hoy ha liderado el guitarrista Robert Fripp. Según sus propias palabras, la música de compositores como Igor Stravinsky o Béla Bartók fueron sus mayores influencias compositivas, y que indudablemente son perceptibles en la música del grupo. Frente al resto de bandas contemporáneas de rock progresivo (Genesis, Yes, Jethro Tull, etc.), King Crimson fue desde el principio la que tuvo un sonido más oscuro, más agresivo, más cercano a las armonías y el sonido que el heavy metal utilizaría décadas más tarde. Decenas de cambios en la formación, motivadas la mayoría de las veces por la dictatorial manera de conducir la banda de Fripp, así como las intermitentes disoluciones y vueltas a la actividad del grupo en los 80 y 90 han sido las características en la trayectoria de la banda, que en la actualidad se encuentra inactiva tras un magistral álbum publicado en 2003 (The Power To Believe).
“In The Court Of The Crimson King” cuenta con los músicos Ian McDonald (teclados, vientos, voz), Greg Lake (voz, bajo), Michael Giles (batería, voz) y Peter Sinfield (letras), además del propio Fripp a la guitarra. El álbum está formado por cinco temas (nunca por debajo de los 6 minutos de duración) que se caracterizan por la inquietante oscuridad de las armonías, la épica de las melodías, los maravillosos arreglos setenteros cargados de mellotrones y efectos psicodélicos, las letras post-apocalípticas y proféticas… Incluso en la aparente dulzura de los cortes más suaves se transmite un transfondo de desasosiego, de pesimismo mesiánico escondido tras las preciosas flautas de Ian McDonald en I Talk To The Wind o en la extensa improvisación ruidista de Moonchild. La épica de Epitaph y de The Court Of The Crimson King, con las impresionantes y jazzísticas baterías de Michael Giles y unos acertadísimos mellotrones, ha resultado ser tras el paso de las décadas la base estética para muchas generaciones posteriores de músicos. 21st Century Schizoid Man, que abre el disco tras veinte segundos de casi silencio, se ha convertido por derecho propio en uno de los himnos del rock progresivo, con la violencia desgarrada de la voz de Greg Lake y la vertiginosa sección intermedia de improvisaciones y los unísonos en los que la banda lleva su virtuosismo técnico al límite.
“In The Court Of The Crimson King” es el primer disco de la carrera de King Crimson, quienes con el paso de los años continuarían desarrollando su propia voz y creando obras maestras del género como “Islands”, “Lark’s Tongues In Aspic” o “Red”. Este es el disco que sentaría las bases del sonido y la estética de la banda más oscura, impresionista, bartókiana y abierta a la experimentación y la improvisación dentro del rock progresivo
Pablo Tato


Es el primer álbum de King Crimson y del rock progresivo, una verdadera obra maestra, ubicada generalmente entre los primeros cinco lugares de las listas de los mejores álbumes de este género. Publicado el 10 de octubre de 1969, el álbum fue grabado en Wessex Sound Studios en Londres, entre el 21 de julio y el 21 de agosto del mismo año. Con la música que venían tocando desde los primeros ensayos en enero y luego en las presentaciones públicas realizadas a partir del mes de abril de 1969.
Teniendo en cuenta el precedente de Giles, Giles & Fripp, la banda de los hermanos Giles, a la que se unió Fripp en 1967, a finales de 1968 empezó a gestarse el nacimiento de King Crimson, con la llegada de Ian McDonald quien a su vez recomendó a su amigo Peter Sinfield. Aquella banda grabó un demo no publicado en su momento de “I Talk To The Wind” compuesto por Sinfield y McDonald. Al renunciar Peter Giles, Fripp trae a su amigo Greg Lake, así se completa la formación original de King Crimson.
En este sentido, las letras de Peter Sinfield; la música de Ian McDonald, Michael Giles, Robert Fripp y Greg Lake; representadas en el arte gráfico de Barry Godber que ilustra un álbum conceptual. Cuyo tema se desarrolla a lo largo del mismo y que debe escucharse con la lógica del acetato y sus lados o caras. De hecho la cara no solo se refiere en este caso al lado del acetato, también a los rostros que ilustran el exterior, el “Hombre Esquizoide del Siglo XXI” tema que da inicio a esta obra y en el interior el rostro del Rey Carmesí precisamente el tema con que finaliza.
La observación nos da acceso a una perspectiva de la realidad, representada no solo en palabras, música e imágenes. El alcance del arte viene dado tanto por el creador como por nosotros. La interpretación será un asunto muy personal, producto de la percepción y el significado que se pueda extraer de aquello que se logra identificar en función de nuestras referencias. Personalmente le doy la más alta valoración a este álbum, definitivamente está entre los diez principales de mi colección.
Si se desea tener la experiencia de descubrir por sí mismo el mensaje, entonces este es buen momento para dejar de leer esto y buscar el álbum. Si por el contrario deseas orientación, debo comenzar por referir una explicación detallada del autor de las letras Peter Sinfield en la siguiente dirección (inglés):
http://www.songsouponsea.com/Promenade/Court.html
Mis observaciones son las siguientes, comienzo por indicar que esta obra está constituida por cinco piezas musicales, distribuidas como sigue en el formato acetato:
Lado 1 (Cara Exterior — 21st Century Schizoid Man — El Presente)
1) “El Hombre Esquizoide del Siglo 21” incluyendo “Espejos”: El sonido del caos se escucha con dureza y velocidad, estrés es el síntoma que expresa el rostro del hombre del siglo 21. Es llamado esquizoide, seguro no sería ese el diagnóstico del Dr. Thomas Szasz. Mayormente reconocida como la primera obra del rock progresivo, además de la complejidad musical que significaba tomar parte de los elementos del jazz y romper con los patrones imperantes en el rock de finales de los 60´s, también era contracultural en su contenido. Una demostración creativa y virtuosa de toda la banda que transmitía esa amenazante modernidad.
2) “Le hablo al Viento”: El sonido de la calma necesaria para distinguir lo exterior de lo interior. Sin embargo como dice la letra es mucha confusión y desilusión, aunque termine siendo una declaración muy serena de independencia. Resulta mágico el sonido de la flauta de Ian McDonald, establece una fusión entre el jazz y la música académica, Fripp puntea magistralmente armonizando con su guitarra. Esta es ciertamente la versión definitiva e insuperable aunque no sea la original.
3) “Epitafio” incluyendo “La Marcha Sin Sentido” y “Mañana y Mañana”: Con este tema termina el primer lado del acetato, es la transición hacia la segunda parte del álbum, pero a su vez ha sido declarado por sus autores como el que resume en sí mismo toda la obra. Su letra es una declaración sobre la vida, que se realiza frente a la muerte. El sonido es el de la tristeza y quizás de la resignación, aunque la letra dice claramente “Confusión será mi epitafio” hay mucho más que conseguir en una obra tan profunda como esta. Sonoramente Michael Giles hace una demostración de percusión orquestal con un redoble de timbales, que junto al mellotron generan la impresión de estar escuchando a una orquesta sinfónica, el volumen de la música es inmenso, independientemente del reproductor que esté usando.
Lado 2 (Cara Interior — The Crimson King — El Pasado)
4) “Niña de la Luna” incluyendo “El Sueño” y “La Ilusión”: Una fantasía sonora que da inicio a la segunda parte del álbum. Esta representa el pasado, su dulzura e ingenuidad, es una simplificación de la vida. A partir de los dos minutos y medio, comienza una improvisación instrumental de guitarra y percusión que para algunos no tiene sentido, pero puede significar la calma.
5) “La Corte del Rey Carmesí” incluyendo “El Regreso de la Bruja del Fuego” y “El Baile de los Títeres”: Es el súbito descubrimiento de la realidad que significa una gran desilusión, que se describe en su lírica llena de intrigas, a las que se responde con el lamento expresado en los coros, que parecen tener un final, cuando después de un breve silencio, reinicia con obstinación el tema esta vez sin los coros, pero con un repentino segundo final distorsionado.
Esta es simplemente una observación parcial y muy personal, de un librepensador. Independientemente de aceptar esta visión sobre la vida, es indiscutible el valor musical de la obra, no solo en su capacidad de comunicar sonoramente los textos, sino por el alto desempeño instrumental de sus integrantes a nivel grupal e individual. Son muchos los detalles que agregan información relevante para conocer el origen y el propósito de esta obra.
Fripp ha referido el final orquestal de la canción “A Day in the Life” de los Beatles correspondiente a su álbum “Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band” (1967) lo que inspiró el concepto musical del álbum. Sin embargo es evidente que la banda versionaba en esos tiempos “Marte, el portador de la guerra” perteneciente a la suite “Los Planetas” de Gustav Holst, además a finales de los 60´s el jazz rock estaba emergiendo con fuerza. Así que todo lo anterior debe considerarse asociado al proceso de creación del álbum que llegó a ser el canon del género rock progresivo.
Sid Smith relata que cuando le presentaron este álbum al jefe de Atlantic Records Ahmet Ertegun en su despacho para su consideración, lo escuchó de principio a fin sin interrupción, firmando al grupo rápidamente. Sin embargo en diciembre de 1969, llega la desilusión manifestada por Ian McDonald que dejaba la banda, las razones son muchas y no coinciden.
Entonces, McDonald and Giles, se unen para hacer música feliz. En agosto de 1970 Greg Lake forma ELP, en diciembre de 1971 Sinfield se va a escribir para Emerson, Lake and Palmer. Así Fripp es el único fundador que se ha mantenido a lo largo de todas las formaciones de King Crimson, además de una serie de trabajos como solista y colaboraciones, también hay una serie de trabajos más cercanos a King Crimson publicados como ProjeKCts, su música en general se hizo cada vez más compleja y experimental.
Por otra parte en el 2002 apareció la 21st Century Schizoid Band, que reunió al baterista Michel Giles y al multi-instrumentista Ian McDonald, junto a Peter Giles, Mel Collins y Jakko Jakszyk. Esta banda tocaba todos los temas de este álbum menos “Moonchild” de Fripp. En la más reciente formación de King Crimson, Robert Fripp se une a Mel Collins, Jakko Jakszyk, Tony Levin, Pat Mastelotto, Bill Rieflin y Gavin Harrison. Están tocando en las giras desde el 2014: Epitaph, The Court of the Crimson King y 21st Century Schizoid Man al final de cada concierto. Quizás nunca se de la reunión de la formación original, pero queda “In The Court of The Crimson King, An Observation by King Crimson” (1969).
Es un álbum inmortal se ha reeditado conforme avanza la tecnología, mejorando la experiencia de su audición. Sin embargo es en el año 2003 que se encuentran las cintas originales de grabación que estuvieron perdidas durante décadas, lo que permitió superar todas las ediciones con remasterizaciones previas, porque se llegó inclusive en el 2009 a realizar una remezcla estéreo y también otra 5.1. Para los audiófilos hay mucha información disponible sobre todo el trabajo realizado. En mi caso yo compré la edición remasterizada del año 1989 y luego la del año 2009.
En esta edición se puede leer que según Robert Fripp: “El empoderado impulso del rock underground, que se convirtió en rock progresivo, fue la creencia de que podríamos cambiar el mundo, que inclusive el acto de escuchar era poderoso. La conexión entre el movimiento de paz y el contra cultural, la música rock como voz de una generación, un instrumento de expresión política y personal, era claro. Los músicos de rock disfrutaban de un rol privilegiado, ellos eran tomados en serio como portavoces de la cultura”.
Finalmente hay días y hay momentos para escuchar música como esta, en su tiempo fue muy popular, me cuentan que algunas de sus canciones se podían escuchar en discotecas venezolanas. Lo cual resulta extraño, porque como dijo Robert Fripp: “si miras a la cara sonriente del Rey Carmesí, sus ojos revelan una increíble tristeza”.
Juan Jorge Uzcátegui


Un 10 de octubre de 1969, King Crimson publicaba su primer álbum de estudio “In the Court of The Crimson King” en Island Records en Inglaterra y Atlantic en América. El debut de King Crimson sigue considerándose como uno de los álbumes de rock progresivo más brillantes de todos los tiempos. Julián Ruiz nos lo recuerda.
El “mellotron” había revolucionado el rock, el pop británico de la segunda mitad de los años años sesenta.
Sonaba en la intro de ‘Strawberry Fields Forever’ con los Beatles, en ‘Hole in my shoe’ de Traffic, en ‘She´s a rainbow’ de los Rolling Stones .
Pero sobre todo, el gran maestro Mike Pinder había logrado que los Moody Blues hicieran una absoluta obra maestra con “Days of future passed”, donde se encontraba ‘Nights in white satin’, con esos sonidos de cuerda y flauta en el “melotron”, un teclado a base de cintas que reproducía cualquier sonido orquestal.
El batería Mike Giles y el excelente guitarrista Robert Fripp habían intentado el éxito con varios singles, bajo el nombre de Giles, Giles an Fripp. Nada de nada. Entonces, Fripp conoció al increíble músico Ian Mc Donald, que tenía un mellotron y era saxo,flautista, lo que le pidieras .
Fripp llamó a también a su amigo del colegio, Gregg Lake y el grupo se llamó King Crimson , con la introdución de Pete Sinfield , que tenía muchas ideas y era el letrista.
David Enthoven y John Gaydon eran como Kirt Lambert y Andrew Loog Oldham, hombres de negocios a los que le gustaba la música. Fundaron el sello y la productora E.G. Fueron los managers de King Crimson y, luego, de Roxy Music, entre otros.
David y John incluso lograron que más de cien mil personas vieran a King Crimson como teloneros en el famoso concierto de los Stones en Hyde Park, dias después del suicidio de Brian Jones.
Pero es que el disco que había hecho Fripp y sus compañeros, sin proponerselo, era una autentica obra maestra.
“In the court of the Crimson King” es sin duda el epicentro de toda la música progresiva, el nacimiento de todo lo que llegó después. Desde Yes, Emerson, Lake and Palmer, Asia, etc. Para Pete Townshend de los Who es uno de los mejores albumes de toda la historia.
Sólo el comienzo del album , el increíble 21 ‘Century Schizoid man’ es un delirio de música sencillamente genial, entre la psicodelia, la locura, el progresismo y el rock con el jazz. Increíble, con la voz de Greg Lake saturada por el compresor, por el flanging y que encima distorsionada ,porque una de las cabezas del magnetofono de ocho pistas en que se grabó el disco, no estaba bien alineada. Absolutamente, música del siglo XXI en 1969.
Las sesiones habían comenzado con con Tony Clarke como productor. Era lo lógico había sido el productor de los Moody Blues y el maestro del sonido del “mellotron” en los discos. Pero Bob Fripp jamás se llevó bien con él y fue entre Fripp y Mc Donald los que decidieron en el disco.
Buen, no puedo decir , sinceramente, que tema me gusta más en el disco. Epitaph es una pasada, melódica, sensiblemente, entre los acústico y lo electrónico. El tema que da titulo al album es una pequeña sinfonía. Genial, fuerte, complicada, pero sencilla.
En fin, todavía hoy escucho el álbum y, simplemente, digo: increíble. En sonido, en ideas, en canciones, en la autentica liberación de la música . Y es del año alo q969. Increíble, increíble. Hasta la portada con el dibujo de Barry Godber es el grito más maravilloso desde los tiempos de Edward Munch.
EL ALBUM.-
Todas las canciones escritas por King Crimson, excepto “I Talk to the Wind” and “The Court of the Crimson King”, written by Ian McDonald and Peter Sinfield.
Julian Ruiz









A continuación dejo un jugoso comentario que salió especialmente para esta edición y fue publicado en la "DGM Live" de King Crimson, se los recomiendo por las sabrosas anécdotas que cuentan.

50 YEARS AGO ON THIS DATE

On this date 50 years ago, King Crimson’s debut album, In The Court Of The Crimson King, was released. The record entered the UK charts at No.5 and later, No.28 in the US charts and catapulted King Crimson from underground cult act to mainstream success.
It was Fripp’s idea to subtitle the album “An Observation By King Crimson”, which had the effect of framing the five pieces within an implied concept of sorts. Fripp also his suggestion that there be no print anywhere on the exterior artwork. John Gaydon, Crimson’s co-manager at the time recalls Island Records were worried about objections from retailers who would be confused about the lack of information on the sleeve. “Fripp said, well, it’ll be the only record in the shop without anything down the spine on it, so they’ll know which one it is. Which was brilliant when you think about it.”
Housed in its distinctive cover painted by Peter Sinfield’s friend, Barry Godber, it remains the most widely recognised album by King Crimson.

Writing in the booklet accompanying the Epitaph box set Robert Fripp recalled “The cover was as strange and powerful as anything else to do with this group. Barry Godber, a friend of Peter and Dik the Roadie, was not an artist but a computer programmer. This was the only album cover he painted. Barry died in bed in Feb­ru­ary 1970 at the age of 24.
The cover was as much a defining statement, and a classic, as the album. And they both belonged together. The Schizoid face was really scary, especially if a display filled an entire shop window.
Peter brought the cover into Wessex Studios in Highgate during a session. At the time Michael Giles refused to commit himself to it, nor has he yet. But Michael has also never agreed to the name King Crimson. We went ahead anyway.
The original artwork hung on a wall in 63a, Kings Road, in full daylight for several years. This was the centre of EG activities from 1970 and remains so today, albeit in its diminished and truncated form. For several years I watched the colours drain from the Schizoid and Crimson King faces until, finally, I announced that unless it was hung where it was protected from daylight, I would remove it. Several months later I removed it and it is now stored at Discipline Global Mobile World Central.”


It’s mid-August 1969. The apocalyptic blast of 21st Century Schizoid Man is abruptly cut off in mid-flow as recording engineer Robin Thompson mutes the speakers. Below, in the cavernous performance area of Wessex Studios, Robert Fripp, Michael Giles, Ian McDonald, Peter Sinfield and Greg Lake stop work to welcome the arrival of artist Barry Godber, carrying a large rectangular package wrapped in brown paper. A few weeks previously, Sinfield had commissioned his friend Godber to come up with something for the cover for King Crimson’s debut album. “I used to hang around with all these painters and artists from Chelsea Art School,” says Sinfield. “I’d known Barry for a couple of years ... he’d been to a few rehearsals and spent a bit of time with us. I told him to see what he could come up with. I think I probably said to him that the one thing the cover had to do was stand out in record shops.”



Godber tore off the brown paper and laid the painting on the floor as the band gathered around to see. Greg Lake vividly remembered the moment. “We all stood around it and it was like something out of Treasure Island where you’re all standing around a box of jewels and treasure ... this fucking face screamed up from the floor and what it said to us was Schizoid Man – the very track we’d been working on. It was as if there was something magic going on.”
Magic and King Crimson never seemed to be far apart in 1969. Even before they’d played a proper gig in London there was an expectant buzz about the monstrous sounds emanating from the band’s rehearsal room in the cellar of a cafe on the Fulham Palace Road. Exactly one month after their first proper rehearsal on 13 January, Decca’s A&R man Hugh Mendl had been persuaded by Crimson’s managers David Enthoven and John Gaydon to sample the band. Mendl, who had previously signed Giles, Giles & Fripp to Decca, brought with him Moody Blues producer Tony Clarke, with a view to having Crimson sign up to the Moody’s own still-nascent Threshold label.

“We had taken various people down to see them and everybody who saw them was blown away by them apart from Muff Winwood, who was then A&R at Island,” remembers Enthoven. “I’ll never forget he turned to me and said ‘They’re a bit like the Tremeloes, aren’t they?’ I thought to myself ‘What the fuck are you listening to?’”

While many bands were cranking up the volume as the burgeoning underground scene demanded, what distinguished King Crimson from most of its peers was their lethal combination of claw-hammer brutality and surgical precision. They were summoning up musical forces not only capable of immense subtlety but also the ability to knock punters into the ground like so many tent pegs. This impressive combination had the word-of-mouth bush telegraph working overtime.

Almost every band starting out has a wish list of hopes and dreams – getting good; getting in print; getting on John Peel; getting big; getting signed; getting an album in the Top Ten. In 1969 King Crimson got the lot. Even seen from fifty years later, the rapidity of their progress remains breathtaking. In April they played their first London gig at The Speakeasy to great acclaim. In May they recorded a session for John Peel. That same month, Jimi Hendrix saw them play at another London watering hole, Revolution. Shaking Fripp’s hand, Hendrix declared excitedly to anyone who would listen that Crimson were the best group in the world. With that endorsement still ringing in their ears, in June they sat down at Morgan Studios with best-selling producer Tony Clarke to start recording their first album.



Counter-culture house magazine International Times interviewed the group and it was evident that the mood in the Crimson camp was (understandably) upbeat. Fripp talked about recording a double album with one side per track, while Sinfield wanted to ensure that music and album cover comprised a total package. They’d gone from zeroes to would-be heroes with an audacious masterplan to be the best band in the world, a growing reputation for killer concerts and an album in the works. Not bad going in just six months.

Yet the 12–18 June sessions didn’t go quite as smoothly as expected. Something about the sound at Morgan wasn’t working for them. As they swapped to the more spacious Wessex Studios, the band prepared for the gig that would seriously accelerate an already fast-track career – supporting the Rolling Stones at Hyde Park on 5 July. David Enthoven and John Gaydon immediately understood how important it was for King Crimson to be on that bill. “It was going to be a huge gathering of people and a great opportunity for the band to play to that kind of crowd ... and we were trying every means possible to bribe and corrupt dear Pete Jenner from Blackhill Enterprises who was organising the whole thing. I was happy to give him quite a lot of money. They wouldn’t take the money but they put us on the bill because of the sheer brazenness of us! I would’ve done anything to get on that bill.”

King Crimson stepped on to the Hyde Park stage before an estimated audience of 650,000 – a nerve-racking experience, as Greg Lake vividly remembered. “I’d never seen that many people in my life for any reason. I mean, you’d need a war to see that many people ...! They weren’t there to see me or King Crimson, they were there to see the Rolling Stones, so in a way it wasn’t that bad ... All of a sudden we play Schizoid Man at blinding speed and unbearable intensity. Suddenly everyone starts to take notice and stand up. Then we started playing the beautiful stuff like The Court Of The Crimson King and Epitaph. Well, by then it was game, set and match. It worked very well. I realised it was a turning point the moment I walked off stage because you can’t go down that well at an event that big and it not be significant.”

Returning to Wessex Studios on 7 July, Crimson and Tony Clarke had a second attempt to record the album. Almost immediately more doubts about the results resurfaced. Maybe it wasn’t the studio that was the problem. Maybe it was the producer? Clarke’s preferred way of working – slowly building up big backing tracks as he’d done with the Moody Blues – wasn’t suiting Crimson’s dash for dynamics and cocky live-take bravura. Drummer Michael Giles felt Clarke was trying to tame Crimson’s energies and shape the band into something they were not. Lake agrees. “The general sense we had was that his main motivation was to make us another version of the Moody Blues and we didn’t want that.”

On 16 July, they decided to walk away from Clarke and the prospect of a Threshold release that came with him. It seems almost inconceivable that a young band who’d only been together just over six months would take this kind of risk. Another example of Crimson’s so-called “Good Fairy” that they talked about, or testosterone-fuelled balls of steel?



Greg Lake: “You’ve got to remember that all the people in King Crimson were very strong personalities. They were very intelligent, very good musicians and all opinionated – not in a nasty way but everyone was passionate about what they were doing. There wasn’t anyone along for the ride. All very dedicated and all of us out to change the world in one way or another. The fact of the matter is that when it came to music making and the music we were making, really Tony didn’t know enough about it. We felt that we could make a better job of producing the record because we knew more about it than he did.”
In order to finance the self-produced album, Enthoven and Gaydon swung a deal with the Thompson family who owned Wessex Studios that guaranteed the £15,000 recording costs. To do this, Enthoven remortgaged his house in Petersham Place and a further loan of £4.5k was taken out from Barclays Bank in the Gloucester Road. “A bit of a punt really,” Enthoven smiles. “It was either a test of commitment or bloody madness on my part! We knew it was going to be successful so at the end of the day – it was just down to money and we had to find the money to do it.”

As Neil Armstrong and Buzz Aldrin walked about on the Moon, on Monday, 21 July, King Crimson walked into Wessex Studios, took control of their own fate and began work on their debut album for the third time. Over the next fortnight, in between gigs, the band spent three days laying down backing tracks for In The Court Of The Crimson King; a day a piece on I Talk To The Wind and Epitaph; a day on Moonchild and its improvised instrumental work-out and, finally, Crimson’s magnum opus, 21st Century Schizoid Man, completed in just one devastating live take.



August was spent mixing the original eight track tapes down to two tracks to carry out extensive overdubs. Pete Sinfield recalls their no-nonsense approach. “We weren’t one of those bands who rolled a couple of joints and had a scotch before we started work at midnight. We used to get up there at lunchtime and work through until we were exhausted at around nine or ten and not push it ... we worked fairly hard and we did it very quickly. We could do it very quickly because everyone knew their parts very well because we’d rehearsed it and played it, which helped a lot.”

The album’s final overdub – Robert Fripp’s one-take guitar solo for Schizoid Man – was completed on 20 August 1969, with plans already under way for the finished album to be released on Chris Blackwell’s Island label. If the band and their fans, including The Who’s Pete Townshend (who famously dubbed the album “an uncanny masterpiece”) thought things had been moving fast already, the whole adventure went into hyperspeed when the album was released in the UK in early October.



Going straight into the top five of the album charts, the potent, ground-breaking music and its iconic album sleeve, one of the first without band name or record company logo on its gatefold front, demanded to be heard.


Barry Godber with his iconic cover art

Pete Sinfield: “Not having the name on the front cover meant that if you were fingering through the racks in the record shop and you came across it, you had to open it up to see who it was. You were being led further into our world. Hopefully then you’d want to hear it and then buy it. It was exactly done that way. I remember being in Oxford Street just after it was released and seeing a whole shop window full of them and I stood there thinking ‘’struth, what have we done?’”


They’d been together less than nine months

Running like the soundtrack to some epic, unreleased movie, the album was a decisive break with the blues-rock motifs still dominating much of the underground scene’s output. There’s no lengthy solos anywhere on the album. Instead, the group’s collective firepower is directed into beautifully crafted and detailed arrangements, symphonic allusions and precocious ambition.

The unrelenting pace of Crimson’s life on the road began to take its toll once the band arrived in the USA as the album – released in America on Atlantic – entered the Top 30. In the midst of a kaleidoscopic American travelogue that crossed vast coast-to-coast distances, Michael Giles and Ian McDonald, homesick, lovesick and beginning to find the hurly-burly pace more than they could handle, decided to quit at the end of the tour.
When Crimson left the stage of San Francisco’s Fillmore West on Sunday, 14 December, it was over. The whirlwind of 1969 had seen them play over 70 gigs and get an album out in a mere 335 days.

Though King Crimson would continue with different line-ups, the only album by the original, short-lived group became a defining moment in rock’s development.

Greg Lake had no doubts about its significance: “It fired the starting pistol on progressive rock. I think that there were other bands that you could also credit with bringing about a new attitude in music: Pink Floyd were one band that brought new stuff along. So I wouldn’t say Crimson were the only band to bring new things along but we were certainly fundamental and important in the progressive movement. The album provoked a lot of changes.”

Peter Sinfield admits to a certain amount of pride in the album’s achievements. “You don’t think about the legacy of an album as you’re doing it but I have learned, just by being around long enough, that it’s the greatest feeling in the world to have done something like that. To have written something that lasts and has a bit of a timeless feel to it ... we didn’t philosophise about it at the time because we didn’t have time all those years ago.”
Nota original


Lista de Temas:
1. 21st Century Schizoid Man
2. I Talk to the Wind
3. Epitaph
4. Moonchild
5. The Court of the Crimson King
Bonus tracks:
6. Moonchild 2009 mixfull version
7. I Talk to the Wind Alternate take - Duo version
8. I Talk to the Wind Alternate Mix
9. Epitaph Backing track
10. Wind Session from album session recordings

The Original Mixes Plus.
1. 21st Century Schizoid Man
2. I Talk to the Wind
3. Epitaph
4. Moonchild
5. The Court of the Crimson King
6. 21st Century Schizoid Man (instrumental)
7. I Talk to the Wind (BBC Session)
8. 21st Century Schizoid Man (BBC Session)

The Alternate Album (Alternate Takes From Original Sessions)
1. 21st Century Schizoid Man (instrumental)
2. I Talk to the Wind (studio run through)
3. Epitaph (alternate version)
4. Moonchild (take 1)
5. The Court of the Crimson King (take 3)

Alineación:
- Greg Lake / lead vocals, bass
- Robert Fripp / guitars
- Ian McDonald / sax, flute, clarinets, vibes, harpsichord, piano, organ, Mellotron, backing vocals
- Michael Giles / drums, percussion, backing vocals
- Peter Sinfield / lyrics and illumination




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Sin conexión a Internet: día 7

¿No era que todo lo solucionaba el mercado? Personal, Telecentro y todos los proveedores de la zona de Flores y Floresta, se pueden ir la la reput&$%!@~€|Ç^[!!!. Desde le viernes no tengo conexión a Internet así que hasta que se reestablezca la conexión (increíble en estos tiempos), el blog cabeza tendrá servicios reducidos. Luego volveremos a la locura de siempre y a la que ya seguramente están  acostumbrados...

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"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.