Ir al contenido principal

Los Espejos del Blues

Con Fervor conversó con Jorge Senno, un gran guitarrista blusero. De los mejores docentes que se puede tener en la ciudad de Buenos Aires a la hora de buscarse en una guitarra. Jorge es un tipo que aprendió que el instrumento es una prolongación del cuerpo y que, desde allí, mostramos casi todo de nuestras vidas. Senno toca tranquilo, sabe que esas notas son tan buenas como él.

Por Jorge Garacotche

 

Con Fervor: En general, hay un disparador en la infancia o adolescencia que nos lleva a la música, nos marca un camino ¿Cómo llegás a tu primer instrumento? ¿Qué te empuja a tocar guitarra o quién te empuja?

Jorge Senno: A veces, es difícil encontrar los orígenes. Seguramente, no fue sólo una cosa, pero, me recuerdo siendo un niño de cuatro o cinco años escuchando pilas de lps, apilados, justamente, en el eje del winco. De todo lo que circulaba en esa época, lo bueno y lo híper comercial. Pero, amplia variedad estética; desde María Elena Walsh hasta los compilados tipo Sótano beat, que traían a Los Gatos mezclados con bandas de moda. Frente a esa incipiente pasión, un tío abuelo mío, llamado Adolfo, socialista y muy entusiasta, me compró una guitarra en la avenida Almirante Brown, a metros del Riachuelo, en un polirrubro de época de un pariente que vendía tabaco, pipas, cartas, dominó, era agencia de quiniela y, también, ¡guitarras!

Así, tuve mi primer instrumento, que estuvo guardado unos años, sin poder hacerla sonar. Hasta que comencé con profesores del Conservatorio y demás, lo que me producía una gran frustración: mundos separados donde la música que yo amaba no la sabían reproducir y me sumergían en partituras muy aburridas. Entonces, dejé la música a eso de los doce años y tuvo que pasar un tiempo para tener mi primer profesor copado, el Nono Belvis, del grupo MIA, que lo recuerdo con muchísimo cariño. Eso ya fue cerca de los catorce o quince años. Y ya hacía como tres años que iba a los recitales y escuchaba rock.

CF: Sos de los músicos que, siempre, demostró una pasión muy particular por el rock argentino, por sus protagonistas, sus mitos y personajes, conocés la historia, sos un coleccionista, un tipo para consultar ¿De dónde viene esa relación?

JS: De la construcción de mi propia identidad, de refugio, de tabla de salvación, de formación emocional e intelectual en los años de plomo. Llegué a ver Adiós Sui Géneris con once años. Y como tenía amigos más grandes y un sector de la juventud escuchaba en directo, en tiempo y época, música maravillosa, me volví un fanático. A los doce escuchaba Yes, mi banda favorita de entonces, junto a Los Beatles, desde ya. Y de acá comencé a seguir a La Máquina de hacer pájaros y Crucis, que eran mis preferidos.

Un día, vi por la tele a Vox Dei, que, a mí, me gustaba mucho, presentando Estamos en la pecera, que fue un disco diferente de ellos, sin Soulé y con un guitarrista llamado Michelini, junto a una banda que desconocía y me volvió loco. Esa banda era Invisible, presentando Durazno sangrando. También, adelantaron Perdonado. Me compré ese disco, me encantaba y me costaba muchísimo, a la vez, su escucha. Y bueno, hay que aclarar que los Luna Parks de ese entonces eran eventos socioculturales, donde aparecía una realidad aparte, que no era la de la familia, ni la escuela, ni la TV. Yo lo entendí así y encontré un mundo muy rico y con valores, como la solidaridad, la creatividad y la búsqueda de la libertad.

CF: Te considero una especie de coleccionista, de historiador. Tenés mucha información, cosas que son documentos de época. Creo que eso denota una relación tuya con la música que va más allá del hecho de ejecutar un instrumento. Noto como una filosofía de vida.

JS: Tiene que ver con lo que venía contando. La música como vehículo cultural y de crecimiento humano y espiritual. Con el agregado de publicaciones claves, como el Expreso imaginario. Como puerta hacia la literatura, la ecología, la poesía, la mística, etc. Coleccionista no me considero. Es algo que trato de mantener a raya dentro mío, para poner energía en lo creativo. Sí me importa mucho el contexto histórico, ya que al rock, en nuestro país, lo considero como el movimiento cultural más importante de la segunda mitad del siglo XX. Cosa curiosa, porque fue perseguido e ignorado, incluso, al día de hoy, por una especie de autodenigración colonial que sufrimos como pueblo, que no jerarquiza y no da lugar a sus próceres vivos en el sitio que merecen.

Luego, el mercado transformó la mística en objetos de consumo. Lógicamente, es mucho más difícil una búsqueda de toda la vida, que comprar objetos, pedales, guitarras, lo que sea. Y el consumo acude al pensamiento mágico de: “comprá tales cosas y sonarás como tu ídolo”. Yo, a la lógica del mercado, la entiendo, pero, es una falacia que apela a un vaciamiento de contenido en el arte, muchas veces. Ya que, ni el camino, ni el espíritu, ni el corazón de un artista se pueden reproducir.

Lo importante, me parece a mí, es transitar un camino personal. Y todos los objetos que conservé los tengo como afirmación cultural.

CF: Fuiste un gran amigo de un mito del rock argentino como Jorge Pistocchi, un verdadero ícono de todo aquello que nos constituía como rockeros. Un tipo al que muchos lo mirábamos como a un patriota ¿Cómo lo recordás? ¿Cuál creés que es su legado?

JS: Un legado artístico, creativo, de ética y solidaridad. De demostrar que las cosas se pueden realizar con talento y creatividad y, a pesar de todo, con los elementos disponibles y, no necesariamente, en las condiciones ideales.

Lo recuerdo como un tipo brillante, generoso, que se esforzaba en una lectura propia del mundo y buscaba acciones, siempre, manteniendo una ética. Lo que pagó muy caro dentro del rock. No solamente el pensamiento, sino, la acción. Un lujo haberlo conocido y me honró su amistad. Recuerdo la última frase que me dijo, poco antes de fallecer, sobre la importancia de mantener una coherencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace. Era un pensamiento anarquista. Jorge estuvo increíblemente lúcido y dando batalla hasta el último momento.

Por otra parte, el rock argentino fue tan grande y tan contundente, no solamente, por sus pioneros músicos, sino, por gente intelectualmente muy grossa, que le puso cabeza, filosofía y sentido. Como el caso de Jorge, de Miguel Grinberg, de Rocambole, por citar algunos. Sus revistas fueron piezas claves, desde sus columnas en la Pelo, en el ´73. Luego, Mordisco, Expreso imaginario, Zaff y Pan caliente. Y, después (y antes), siguió, siempre; con el Centro cósmico de La Paternal; con Amat, en Llavallol; y, finalmente, en La Boca, donde yo lo conocí más en profundidad y generó un montón de cosas, que, aún, siguen rodando.

Jorge Senno. Foto Edgardo Olivera.

CF: ¿Cómo fuiste viendo el devenir del rock argentino, su cambio a través de las décadas, sus actualizaciones?

JS: Una larga historia, como el blues. Con un comienzo brillante, que tuvo que ver, también, con, tal vez, la generación más grossa que tuvo la Argentina en el siglo pasado y que, como es sabido, se llevaron a los mejores. Con un pueblo que creció con cultura y educación. Por el ‘74, ’75, también, hubo un gran exilio de músicos pioneros y un recambio generacional. Según mi punto de vista, hay toda una época heroica de movimiento social y profunda identificación del rock, como modo de vida, que culmina luego de la Guerra de Malvinas.

No es casual que, justamente hablando de Pistocchi a fines del ‘79, él renuncia al Expreso con la reunión de Almendra y le roban los títulos de las revistas y las vacían de mística. Ahí, yo creo que comienza la grieta, ya que, el rock empieza a perfilarse como un gran negocio, cosa que ocurre, en gran escala, luego de la guerra.

Musicalmente, estuvo repleto de creadores brillantes, como Spinetta, Charly, Nebbia, Moris, Javier Martínez, entre tantísimos otros, que desarrollaron un lenguaje cultural propio.

Los ’80, como década, no me gustaron, excepto excepciones, como los Redondos (que ya los conocíamos de antes) o Sumo. Toda la estética del pop “moderno” no me copaba. Siento que se vació de contenido la lucha de tantos años.

Por otro lado, la parte rockera, siempre, estuvo presente, desde Vox Dei hasta la Renga, con bandas excepcionales, como El Reloj, lo mismo que el blues. Por supuesto, todo lo que hizo Pappo, músico extraordinario. Acá, siempre, se tocó bien y hay muchísimo talento. En los ’90, me gustó que se volvió a valorizar el rock más visceral. Y falta un montón. Yo agradezco haber crecido con una cultura tan rica y diversa. El under tuvo momentos de gloria a fines de los ‘70, con mucha mixtura con elementos folclóricos y ciudadanos, como Alejandro del Prado. Yo seguía mucho a La Fuente, por ejemplo.

Quedan muchas cosas por decir. Da, casi, como para un libro esta pregunta. Es sólo lo que emerge, rápidamente, de la memoria. El rock argentino es un fenómeno cultural importantísimo, que debe ser valorado como tal y, sobre todo, a la voz de sus pioneros, que todavía están vivos.

Lo que aprendí es que, como dijo Heráclito, ningún hombre puede cruzar dos veces el mismo río. Hace poco, tuve una gran sorpresa compartiendo un asado en lo de mi compañero de banda Facundo López Burgos, junto a Acru, un rapero de 24 años. Nos sorprendimos, mutuamente, intercambiando historias y similitudes. Hay que mantener la apertura mental, sensitiva. No envejecer en una zona de confort, declamativa y cerrada. Larga vida a la expresión humana en forma honesta, sea en el género que fuese.

CF: El blues, como el tango o el jazz, no es sólo un ritmo musical, hay una historia, una filosofía de vida, una especie de resistencia permanente ¿Qué te llevó al blues, a la madre de todas las cosas? ¿Cómo ves su recuerdo y su presente?

JS: Cuando empecé, era el auge del rock sinfónico y, más tarde, el jazz rock. Y no era fácil conseguir material de blues. Por un lado, casi todas las bandas de acá tenían, por lo menos, un blues en su repertorio, desde Vox Dei hasta Sui, ni que hablar de cultores directos, como Manal o Pappo’s Blues. Siempre, nos juntábamos a tocar con amigos y, emocionalmente, estaba identificado con el género, aún, sin conocer demasiado. Me salía tocar por allí y tenía la necesidad de escuchar virtuosos guitarristas. Un disco que fue clave, para mí, y me definió fue Just one night, de Clapton, en vivo en Japón. Quería tocar eso.

El blues, siempre, está vigente y lo seguirá estando, porque, como decía Muddy Waters, son las raíces y cuanto más fuertes son las raíces, mejores serán los frutos. Como todo género tradicional, también, tiene, a veces, un grado de purismo excesivo, de prejuicio, del cual, siempre, me mantuve a distancia prudencial.

CF: ¿Cuáles fueron los guitarristas de blues que te formaron, qué te impactó de ellos?

JS: Eric Clapton fue clave durante muchos años y punta de lanza de otros artistas de los cuales era muy difícil conseguir material. Siempre, fui admirador de mi futuro maestro y amigo entrañable: Claudio Gabis. También, Pappo y David Lebón, que, en los ’70, tocaba de una manera extraordinaria, aunque, obviamente, sigue tocando muy bien. A Spinetta lo valoro mucho como guitarrista, además. Y, de a poco, fui descubriendo a Johnny Winter, quien, junto a Peter Green y Mike Bloomfield, son mis favoritos, además de Clapton.

Y, como pasa, fui para atrás y si tengo que darte nombres para que alguien los busque y le interese, los King: BB, Freddie, con su garra, y Albert, con sus bendings únicas. El mejor show que vi de blues fue Albert Collins. Y, para atrás, Muddy Waters, Robert Johnson, Charlie Patton y todos, en definitiva. Cada uno puso su peculiaridad y eso es lo interesante: el sello humano y no solamente la copia.

Gran parte de mi formación de blues acústico se la debo al material educativo de Stefan Grossman, con quien tuvimos el honor, gracias a la gestión de Marcelo Ponce y Vivi Dallas -colegas y amigos-, de tocar en vivo y compartir una semana de clínicas, paseos y reuniones.

Jorge Senno. Foto Edgardo Olivera.

CF: Considero que sos uno de los más grandes docentes de guitarra que tenemos. Y no sólo porque impartís conocimientos importantes, sino, por el combo de integrar todo eso mágico que sabés que lleva un gran guitarrista ¿Cómo te formaste y con quiénes?

JS: Sinceramente, una de las cosas que más me interesan en la vida es estudiar música. Y, cuanto más uno avanza, más inagotable es. Es una disciplina que mantengo siempre, incluso, la incrementé durante la cuarentena. Crecí en una época donde no había carreras formales (ni informales) en música popular y mi formación fue con grandes maestros particulares. Cuando quería aprender algo buscaba al más grosso y tomaba clases. Y, con el tiempo, fui avanzando como autodidacta, también.

A los quince años, comencé a ir al Pasaje Huergo, donde enseñaban los MIA, y tomé un par de años clases con el Nono Belvis. Él me enseñó a improvisar (fundamental) y a amar y disfrutar la ejecución. Mi emoción era indescriptible cuando, en esa época, me pasaba perfecto (casi nadie tocaba cosas así) temas como Cristálida, de Pescado, o Tristeza por un día, de Steve Howe.

Luego, por un camino casi natural, estudié con Alberto Muñoz, quien incentivaba mucho la creatividad y la composición. Los MIA, también, tenían la idea de enseñar una filosofía autogestiva, que valoro mucho. No era fácil encontrar maestros, más bien, lo contrario, casi no había.

Un hecho fundamental en mi vida artística es haber conocido, aprendido y trabado una duradera amistad con Claudio Gabis, quien no necesita presentación. Además de su trabajo enorme en nuestro rock, él venía de Berklee, con una data que no había en nuestro país. Lo considero mi principal referente, sin dudas. Y, como en el cosmos no hay error, trabajamos durante seis años volcando sus enseñanzas y parte, también, de mi trabajo de años en su libro Armonía funcional, del cual soy colaborador. También, tengo editado, por la Editorial Melos, tres libros: Solos redondos, Solos de La Renga y Solos Divididos.

Pasé, muy brevemente, por lo de Miguel Botafogo. En los ’90, descubrí el Stefan Grossman Guitar Workshop y comencé a traer muchísimos videos de él, de slide guitar, de John Fahey, de Pierre Bensusan, de hawiian slack key y de Duck Baker. Con todo ese material, armé, en el ’95, el primer Taller Argentino de Blues Acústico, con mis alumnas/os avanzadas/os. Y, nuevamente, todo cierra al conocer y tocar junto a Grossman, como comenté anteriormente.

Como mi deseo era poder sistematizar el conocimiento y enseñar música, hice el curso completo de Audioperceptiva, de cuatro años, con María de Carmen Aguilar. Hago todas estas citas, también, como para que lo tengan como referencia los futuros estudiantes. Es la base que usé toda mi vida. En su estudio, también, hicimos un taller de composición con Leo Masliah.

Estudié guitarra tango con Aníbal Arias. Era un placer verlo tocar y un cálido ser humano. Era el tango personificado. Conservo el Fender Deluxe reverb ’71 que le compré y que él usaba en el cuarteto con Aníbal Troilo.

En cuanto armonía, seguí con un armonista llamado Pedro Arturo Aguilar, que había sido el maestro de todos los tangueros, desde Pugliese hasta Eduardo Rovira, músicos de jazz y, también, de rock. Hice cursos con Juan Carlos Cirigliano y Gabriel Senanes, que me resultaron fundamentales. Actualmente, estudio orquestación en SADAIC con Guillo Espel y, cada día, busco aprender algo nuevo. La música, siempre, seguirá sonando y nosotros intentando honrarla.

CF: Sos un gran futbolero, un conocido fan de Racing. Debés recordar, como yo, aquella época en donde no era comprendido el músico que se apasionaba por el fútbol, se lo veía a través de una pantalla llena de prejuicios ¿Cómo pensás que algo como el fútbol, el ir a una cancha y seguir a un equipo nos para frente a la cultura popular?

JS: Cuando era pibe, mi viejo me llevaba, religiosamente, a la cancha. Teníamos platea en Racing, llegábamos temprano y, a mí, me llamaba mucho la atención los cánticos entre las hinchadas y las colecciones de banderas de diferentes clubes que, en esa época que concurría el público visitante, ostentaban como trofeos de guerra. O sea, visto desde ahora, me llamaba mucho la atención lo sociocultural. Mi viejo se enojaba y me retaba: “¡mirá el partido!”, me decía (risas).

Uno viene de esos grandes fenómenos de masas, como el rock y el fútbol, hasta la adolescencia, al menos. Pero, tampoco, hay que mezclar los tantos. En su origen, el rock apuntaba a los pies, pero, también, a la cabeza. Luego, sumado a las crisis socioeconómicas de la Argentina y el deterioro de la educación, tanto pública como privada, una parte del rock se futboliza y, de alguna manera, pierde conciencia, búsqueda, riesgo. Por otra parte, ¿cuántos años de contracultura se pueden sostener? Yo creo que la cultura rock ya dio lo que tenía para dar.

CF: La pandemia fue una verdadera tragedia para las/os músicos/as. El aislamiento, la soledad, estar lejos de los ensayos y de otros colegas fue una triste novedad ¿Cómo viviste esa etapa, que, hoy, parece que vamos dejando atrás?

JS: Por razones familiares y personales, me tuve que cuidar muchísimo. Me aboqué al estudio y a la composición. Trabajé mucho en ese sentido. Por otra parte, uno se pone a pensar en qué estado de desprotección, de ninguneo estamos como trabajadoras/es y que poca representación desde las instituciones musicales que se manejan desde cómodas cúpulas de poder.

CF: Sé que estás en un nuevo proyecto discográfico, con la alegría que eso representa, después de la experiencia Covid 19. Contanos de qué se trata, cómo lo estás viviendo, hablanos sobre este nuevo material y cuándo lo podremos tener.

JS: Estamos en la etapa final de un nuevo trabajo discográfico, que, posiblemente, se llamará Los espejos del plata. Lo grabamos, casi, en vivo, en cinta abierta, junto a mis queridos parceiros Facundo López Burgos y Lechuga Beckerman, en bajo y batería, respectivamente. A lo que se sumó, en dos temas, una cuerda de candombe impresionante, liderada por Juan Candamia, de Ansina (Montevideo), uno de los mayores referentes que tiene el candombe. El toque naturalizó todo y la mistura mata.

La fotografía estuvo a cargo de Laura Tenenbaum y María Marta Garbarino. Considero que es lo mejor que hicimos hasta la actualidad. Suena orgánico, con swing, estamos muy contentos. Así que, ahora, a realizar un par de videos de rigor y a lanzarlo a las plataformas.

Por otra parte, te quiero adelantar que venimos trabajando, junto a Rubén de León, quien escribió los textos de una Cantata sobre el pensamiento y los temas que abarcaba Jorge Pistocchi. Pronto, entramos a estudio y forma parte de un proyecto ambicioso que incluye una película, sobre la que estamos trabajando junto a Mascaró Cine, con la dirección de Omar Neri y Mónica Simoncini. Con ellos ya realizamos el DVD La noche que quedó grabada y musicalicé dos de sus películas.

Jorge Garacotche - Músico, compositor, integrante del grupo Canturbe y presidente de AMIBA (Asociación Músicas/os Independientes Buenos Aires). Vive en Villa Crespo, Comuna 15.

Comentarios

Lo más visto de la semana pasada

David Gilmour - Luck and Strange (2024)

Una entrada cortita y al pie para aclarar porqué le llamamos "Mago". Esto recién va a estar disponible en las plataformas el día de mañana pero ya lo podés ir degustando aquí en el blog cabeza, lo último de David Gilmour de mano del Mago Alberto, y no tengo mucho más para agregar. Ideal para comenzar a juntar cositas para que escuchen en el fin de semana que ya lo tenemos cerquita... Artista: David Gilmour Álbum: Luck and Strange Año: 2024 Género: Rock Soft Progresivo / Prog Related / Crossover prog / Art rock Referencia: Aún no hay nada Nacionalidad: Inglaterra Lo único que voy a dejar es el comentario del Mago... y esto aún no existe así que no puedo hablar de fantasmas y cosas que aún no llegaron. Si quieren mañana volvemos a hablar. Cae al blog cabezón, como quien cae a la Escuela Pública, lo último del Sr. David Gilmour (c and p). El nuevo álbum de David Gilmour, "Luck and Strange", se grabó durante cinco meses en Brighton y Londres y es el prim...

Don Cornelio y la Zona - Don Cornelio y la Zona (1987)

"Hola, les saludo desde Ecuador, he seguido la página desde hace unos años y han sido un gran soporte emocional en mi vida gracias a la música que me han compartido. Quería preguntarles si pueden revivir este álbum que descubrí hace poco". ¿Y cómo negarnos ante ese comentario?. Como homenaje al recientemente desaparecido Palo Pandolfo (uno de los cantautores más destacados de la música argentina en las últimas tres décadas), reflotamos un discos que Artie había publicado hace ya mucho tiempo. Acá está, entonces, el disco homónimo de Don Cornelio, muy pedido por varios, como recuerdo de ese referente del rock argento que fue el poeta del rock "Palo" Pandolfo, con su combinación de lirismo y violencia reconocible en su rock, algunos dicen que fue heredero artístico de Pescado Rabioso , y desde hace 35 años que vino siendo bastante más que el flaquito que vino a poner oscuridad en el pop alfonsinista. Artista: Don Cornelio y la Zona Álbum: Don Cornelio y la Zona ...

Los 100 Mejores Álbumes del Rock Argentino según Rolling Stone

Quizás hay que aclararlo de entrada: la siguiente lista no está armada por nosotros, y la idea de presentarla aquí no es porque se propone como una demostración objetiva de cuales obras tenemos o no que tener en cuenta, ya que en ella faltan (y desde mi perspectiva, también sobran) muchas obras indispensables del rock argento, aunque quizás no tan masificadas. Pero sí tenemos algunos discos indispensables del rock argentino que nadie interesado en la materia debería dejar de tener en cuenta. Y ojo que en el blog cabezón no tratamos de crear un ranking de los "mejores" ni los más "exitosos" ya que nos importa un carajo el éxito y lo "mejor" es solamente subjetivo, pero sobretodo nos espanta el concepto de tratar de imponer una opinión, un solo punto de vista y un sola manera de ver las cosas. Todo comenzó allá por mediados de los años 60, cuando Litto Nebbia y Tanguito escribieron la primera canción, Moris grabó el primer disco, Almendra fue el primer ...

King Crimson Collector's Club (1998 - 2012)

Artista: King Crimson Álbum: King Crimson Collector's Club Año: (1998 - 2012) Género: Progresivo ecléctico Nacionalidad: Inglaterra Lista de Discos: KCCC 01 - [1969] Live at the Marquee (1998) KCCC 02 - [1972] Live at Jacksonville (1998) KCCC 03 - [1972] The Beat Club Bremen (1999) KCCC 04 - [1982] Live at Cap D'Agde (1999) KCCC 05 - [1995] On Broadway - Part 1 (1999) KCCC 06 - [1995] On Broadway - Part 2 (1999) KCCC 07 - [1998] ProjeKct Four - The Roar Of P4 - Live in San Francisco (1999) KCCC 08 - [1994] The VROOOM - Sessions April - May (1999) KCCC 09 - [1972] Live At Summit Studios Denver, March 12 (2000) KCCC 10 - [1974] Live in Central Park NYC (2000) KCCC 11 - [1981] Live at Moles Club Bath (2000) KCCC 12 - [1969] Live in Hyde Park, July 5 (2002 KCCC 13 - [1997] Nashville Rehearsals (2000) KCCC 14 - [1971] Live at Plymouth Guildhall, May 11 (2CD) (2000) KCCC 15 - [1974] Live In Mainz, March 30 (2001) KCCC 16 - [1982] Live in Berkeley (2CD) (200...

El Ritual - El Ritual (1971)

Quizás aquellos que no estén muy familiarizados con el rock mexicano se sorprendan de la calidad y amplitud de bandas que han surgido en aquel país, y aún hoy siguen surgiendo. El Ritual es de esas bandas que quizás jamás tendrán el respeto que tienen bandas como Caifanes, jamás tendrán el marketing de Mana o la popularidad de Café Tacuba, sin embargo esta olvidada banda pudo con un solo álbum plasmar una autenticidad que pocos logran, no por nada es considerada como una de las mejores bandas en la historia del rock mexicano. Provenientes de Tijuana, aparecieron en el ámbito musical a finales de los años 60’s, en un momento en que se vivía la "revolución ideológica" tanto en México como en el mundo en general. Estas series de cambios se extendieron más allá de lo social y llegaron al arte, que era el principal medio de expresión que tenían los jóvenes. Si hacemos el paralelismo con lo que pasaba en Argentina podríamos mencionar, por ejemplo, a La Cofradía, entre otros muchos ...

Los hijos de puta: Si esta no es la casta... ¿la casta dónde está?

Si acá no está la casta ¿la casta dónde está? En la Argentina se habla mucho de la pobreza: como se mide, cuantos pobres hay, si sube o baja, que políticas o gobiernos la hicieron crecer o bajar. En el discurso, les preocupa a todos: Macri hizo campaña en el 2015 prometiendo alcanzar la "pobreza cero", y Milei basa su cruzada contra el socialismo en que son "zurdos empobrecedores". De lo que no se habla tanto (casi nada) es de la riqueza y de los ricos: quiénes son, cuan ricos son, como y por qué se hicieron ricos. Y menos que menos se habla de la relación directa y necesaria que hay entre las dos cosas: en el capitalismo salvaje que vivimos, para que haya (pocos, cada vez menos) ricos cada vez más ricos, es imprescindible que haya pobres (cada vez más, y cada vez más pobres). Hablan mucho de la pobreza para no hablar nunca de la riqueza. Ése es el truco.   De los pobres sabemos mucho, o nos cuentan bastante: quien los manipula políticamente o los emplea como man...

David Gilmour - Rattle That Lock (2015)

Artista: David Gilmour Álbum: Rattle That Lock Año: 2015 Género: Rock, Blues, Jazz Duración: 51:17 Nacionalidad: Inglaterra Lista de Temas: 1. 5 A.M. 2. Rattle That Lock 3. Faces Of Stone 4. A Boat Lies Waiting 5. Dancing Right In Front Of Me 6. In Any Tongue 7. Beauty 8. The Girl In Yellow Dress 9. Today 10. And Then ... Alineación: - David Gilmour / electric & acoustic guitars, bass, percussion, piano, Hammond organ, electric piano, saxophone, vocals, cumbus, bass harmonica - Guy Pratt / bass - Phil Manzanera / piano, keyboards - Polly Samson / piano, vocals - Steve DiStanislao / drums - Mica Paris / vocals - Louise Marshall and The Liberty Choir / vocals

Tantor - Tantor (1979)

Artista: Tantor Álbum: Tantor Año: 1979 Género: Jazz rock Nacionalidad: Argentina Lista de Temas: 1. Guerreras club 2. Niedernwohren 3. Llama siempre 4. Oreja y vuelta al ruedo 5. Halitos 6. El sol de la pobreza 7. Carrera de chanchos Alineación: - Carlos Alberto Machi Rufino: bajo - Héctor Starc: guitarra - Rodolfo García: batería Invitados: - Leo Sujatovich - Lito Vitale Seguimos con las resubidas, Sandy nos trae estos dos discos dificilíiiiiiisimos de conseguir, mejor dicho, imposible. Banda de músicos excelentes, todos EX de otras grandes bandas del rock nacional de los 70s, luego de la separación de sus grupos fundacionales, grupos como Almendra y Aquelarre. Quizás dos álbums demasiado menospreciados dada su calidad, principalmente porque los tipos tuvieron la chispa creativa pero la misma no pegó en el público y en su momento no tuvieron la difusión y reconocimiento que se merecían. Desde este humilde espacio volvemos a hacer otra reparación histórica...

21st Century Schizoid Band - Live in Barcelona (2024)

Otra vez revisitamos esta banda que es esencialmente un equipo de figuras clave dentro de King Crimson sin las estrellas obvias Robert Fripp y Greg Lake, y los volvemos a traer para cerrar otra semana llena de buena música y sorpresas. Grabado en Barcelona en 2003., podemos ver un grupo que tiene un gran talento y sigue siendo inventivo en el antiguo repertorio, incluso hablando de Peter Giles, que se retiró de la música profesional en 1970. No daremos mucha vuelta sobre esto, porque ya hemos hablado mucho en su momento, así que viene a completar la historia de este proyecto que hemos expuesto en demasía en el blog cabeza. Y con esto me despido de ustedes hasta la próxima semana, donde volveremos con más música, más sorpresas y más ganas de hincharle las pelotas a este deshumanizado mundo de mierda que tanto nos hace sufrir día a día... y en algún instante será momento de que la tortilla se de vuelta de una vez por todas, mientras tanto, a disfrutar de tanta música y tantas cosas buena...

Sin conexión a Internet: día 7

¿No era que todo lo solucionaba el mercado? Personal, Telecentro y todos los proveedores de la zona de Flores y Floresta, se pueden ir la la reput&$%!@~€|Ç^[!!!. Desde le viernes no tengo conexión a Internet así que hasta que se reestablezca la conexión (increíble en estos tiempos), el blog cabeza tendrá servicios reducidos. Luego volveremos a la locura de siempre y a la que ya seguramente están  acostumbrados...

Ideario del arte y política cabezona

Ideario del arte y política cabezona


"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.