Ir al contenido principal

De Roca a Videla: las venas abiertas de la República Argentina

Antes de que el gobierno radical de Hipólito Yrigoyen cometiera tres de los hechos más aberrantes de las primeras décadas del siglo veinte (la Semana Trágica en el Buenos Aires de 1919, las matanzas de la Patagonia trágica de 1921 y las masacres perpetradas, también en 1921, en el norte de Santa Fe por impulso de la empresa británica La Forestal), ocurrió que las autoridades, en un súbito rapto de exacerbada hispanofilia, decidieron en 1917 imponer el 12 de octubre como feriado nacional en Argentina, rotulándolo al mismo tiempo con el pomposo título de "Día de la raza".


Por Herman Schiller

(93 años después, ante la presión popular y la creciente toma de conciencia de la tragedia indígena, el Poder Ejecutivo, en uno de sus habituales giros oportunistas, decidió cambiarle el nombre por «Día de la diversidad cultural americana». Pero, eso sí, igual que en los días de Yrigoyen, manteniendo el carácter de feriado oficial).
 
El 12 de octubre de 1492, cuando los europeos llegaron a estas playas para «descubrir» y expoliar aquello que denominaban frívolamente «nuevas tierras», lo que se inició en realidad fue una política sistemática de exterminio de las civilizaciones que estaban en estas latitudes desde siempre.

Con lenguaje actual, diríamos que lo que comenzó en esa fecha trágica y emblemática fue un gigantesco operativo de terrorismo de Estado. Cuyo punto de partida se dio con los pueblos originarios del siglo XV, siguió con los afrodescendientes norteamericanos explotados y reducidos furiosamente a la servidumbre, y continúa en nuestros días con las persecuciones a los mapuches en ambos lados de la Cordillera, o con las preciosas vidas suprimidas por la criminalidad policial y el gatillo facil y la tortura en el conurbano bonaerense y el resto del país, o con los secuestros y desapariciones de estudiantes en Ayozinapa, estado de Guerrero, México, o con el asesinato de los qom, pilagá, wichí, guaraníes y otras naciones originarias esparcidas por el territorio argentino que reclaman legitimamente contra el saqueo y el crimen.

Y, como siempre, las víctimas de este suelo fueron convertidas en victimarios y denominadas «salvajes», abriendo la eterna historia que se viene desarrollando desde el poder para blanquear a los genocidas.

 

"América"

«Genocidio» en el «desierto»

«América» es el nombre que los asesinos conquistadores le colocaron al continente. Pero el líder aymara Constantino Lima Chávez, más conocido como Takir Mamani (1933) impuso el nombre de Abya-Yala, difundido antes que nadie por el pueblo de kuna de Panamá-Colombia.

El nombre, que significa «tierra en plena madurez» o «tierra de sangre vital», ya es utilizado por los originarios de Bolivia en sus documentos y declaraciones juradas, porque «colocar nombres foráneos a nuestras villas, ciudades y continentes es equivalente a someter nuestra identidad a la voluntad de nuestros invasores y herederos».

Takir, que es el nombre de guerra empleado en sus luchas y acciones políticas, fue perseguido y enviado al exilio por la dictadura de Hugo Banzer (1971-78). A su retorno a Bolivia fundó el movimiento Tupaj Katari en 1978. Previamente, en 1970, había comenzado una campaña por la recuperación del uso de la whipala como «colorido estandarte y símbolo indígena».

 

Exterminio

Las cifras difieren según la fuente, pero el exterminio costó la vida de no menos de setenta millones de seres humanos. Civilizaciones enteras, que habían desarrollado su cultura durante siglos y sus formas de apreciar la naturaleza y la relación humana, fueron destruidas.

Para citar simplemente un caso emblemático; el imperio de los incas, que el francés Louis Baudin (1887-1964) denominó «el imperio socialista de los incas», en un libro publicado en 1940, fue avasallado por la voracidad de los colonialistas, insaciables de riquezas e insaciables de sangre indígena.

A fines del siglo XV, según lo planteó el antropólogo brasileño Darcy Ribeiro (Montes Claros, Minas Gerais, 1922 – Brasilia, 1997), en el momento en que los conquistadores europeos arribaban a estas playas, existían en el continente setenta millones de indígenas.

Un siglo después, de acuerdo a la misma fuente, sólo quedaban unos tres millones y medio, es decir hombres y mujeres que, después de haber sufrido la autodenominada «conquista de América», quedaron en la indigencia, ya que no pudieron usar ni gozar de las tierras que ellos habían ocupado desde hace siglos.

El exterminio de la población lugareña fue casi total, «tanto en las condiciones infrahumanas en las que fueron tratados los aborígenes -según documentó el propio Ribeiro- como por el suicidio en masa que existió en muchas comunidades cuando visualizaban que la miseria y la esclavitud era su único destino».

Nuestros padres, abuelos o bisabuelos vinieron a estas latitudes huyendo de la pobreza o la persecución. No sabían que venían a asentarse en un lugar que antes había pertenecido a los kollas, a los aztecas, a los pilagá, a los guaraníes, a los wichí, a los qom, a los matacos, a los mapuches, a los tehuelches, a los totonacas, a los huarpes, a los diaguitas, a los calchaquíes, a los sioux, a los mayas y a tantos otros pueblos exterminados o alejados de su tierra natal.

Tampoco hay mucha conciencia en los hijos, nietos o bisnietos de los inmigrantes europeos sobre la injusticia cometida. Los regímenes explotadores siempre se las han arreglado para enfrentar a pobres contra pobres. De todos modos no puedo dejar de admitir que, al escribir este trabajo, me embarga un sentimiento dual, quizás esquizofrénico, porque esta nota, sin duda, está destinada a reivindicar a los pueblos originarios. Pero, por el otro lado, no me siento tan bien, porque pienso que a lo mejor este escrito pueda formar parte de la mala conciencia de los blancos por los crímenes cometidos contra los indígenas.

De todos modos estoy aquí y tengan la más absoluta seguridad de que el autor de estas líneas, hijo de inmigrantes que llegaron acá escapándole al genocidio de ultramar, está un millón de veces más cerca de los hermanos indígenas que de los blancos explotadores y asesinos que han cometido tantos crímenes en nombre de sus pautas culturales que ellos consideraban superiores.

 

Educación y cultura

La educación escolar que exalta los exterminios y la cultura de los blancos, especialmente el cine de Hollywood de una buena parte del siglo veinte, hicieron estragos.

Los «indios», en esa percepción maniquea, falsificada, eran los malos e incultos; y los blancos, muchas veces personificados por actores inequívocamente de derecha como John Wayne, eran los sacrificados idealistas que venían a difundir aquí sus formas específicas de vida.

Eso dice la cultura oficial. Eso dicen los historiadores del sistema. Eso dice el cine. Eso dice la televisión.

Pero nosotros sabemos muy bien quiénes fueron los verdaderos asesinos. Y quiénes los que cometieron los crímenes más aberrantes.

Quiero detenerme especialmente en un episodio relativamente reciente, pero que es el símbolo de todos los genocidios, de antes y de ahora.

Me estoy refiriendo a lo que la historiografía oficial argentina conoce como «conquista del desierto» y que tuvo como jefe visible al general Julio Argentino Roca.

En julio de 1878, al hacerse cargo del Ministerio de Guerra y Marina, Roca puso en marcha su plan de exterminio. Roca estaba dispuesto a terminar con la población indígena del sur («los infieles», como los denominaban en esa época), para afirmar lo que él llamó «la soberanía nacional».

En ese mismo mes de julio de 1878, cada comandante de frontera recibió la orden de invadir las tierras de los indígenas.

Y Roca usó una expresión que, medio siglo después, utilizarían los nazis: hay que emprender rápidamente una «campaña de limpieza». La higiénica orden tenía como objetivo avanzar con prontitud hasta la línea del Río Negro y, en lo posible, no dejar a nadie con vida.

En una carta que, en esos días, Roca le mandó a Adolfo Alsina, su antecesor en el cargo, hablaba del «éxito de la campaña» y se vanagloriaba de que las llamadas «fuerzas nacionales» pudieron «eliminar al grueso de los contingentes indios y a sus principales caciques».

Roca personalmente comandó la matanza. Fueron asesinados miles de indígenas, entre ellos ancianos, mujeres y niños. Y el objetivo que perseguían lo lograron con creces, incorporando al «dominio soberano y efectivo de la Nación» una superficie territorial de unas 15.000 leguas, contenida entre la antigua y nueva frontera que, en ese momento, alcanzaba la margen septentrional de los ríos Negro y Neuquén.
 
Roca, sin embargo, no quedó satisfecho con este primer avance y cuando asumió la presidencia de la República en 1880, emprendió nuevas operaciones de exterminio. El objetivo, nuevamente, era «limpiar la región». Y para eso facultó a su ministro de Guerra, general Benjamín Victorica, a seguir matando indígenas sin miramientos. La etapa final de la cacería se desarrolló en el corazón de la Patagonia. La heroica resistencia indígena no fue suficiente y la desproporción de fuerzas y de organización militar coadyuvaron en el resultado final.

En 1883, cinco años después de que Roca iniciara su sangriento periplo, todavía vagaban por ese territorio algunas tribus rebeldes reunidas bajo el mando del cacique Sayhueque. Para acabar definitivamente con ellos, el gobernador de la Patagonia y su guarnición, general Lorenzo Wintter, emprendió otra campaña de aniquilamiento que se desarrolló entre 1883 y comienzos de 1885.

En esta última campaña dieron muerte a unos 3.700 indígenas combatientes y a un número muy alto y no determinado de integrantes de las tribus.

El general Wintter (1842-1915, de origen alemán), en su informe al general Roca, anunció:

«Me es altamente satisfactorio y cábeme el honor de manifestar al Superior Gobierno y al país, que ha desaparecido para siempre en el Sud de la República toda limitación fronteriza contra el salvaje».

El régimen expoliador estaba eufórico por la sangre derramada. Y se refregaron las manos los terratenientes que incorporaron a sus posesiones aquellos suelos arrancados a los indígenas.

El querido y recordado Osvaldo Bayer estudió in extenso de qué modo esos despojos originaron la Sociedad Rural Argentina encabezada por la familia Martínez de Hoz.
 
 
 
Genocidas: de Roca a Videla

Roca y los suyos respiraron tranquilos. La oligarquía comenzó a hacer grandes negocios, catapultando a la Argentina ganadera y agroexportadora. Y entonces fue cuando decidieron abrir la inmigración, suponiendo que los pobres de Europa iban a convertirse aquí en una mano de obra mucho más dócil que la de los indios y gauchos indómitos.

Pero se equivocaron, porque aquellos inmigrantes europeos, que traían nuevas ideas revolucionarias de sus países de origen, se inclinaron también por la desobediencia y la búsqueda de justicia.

Entonces empezaron otras luchas y otras confrontaciones, la del proletariado anarquista y socialista, que generó otros instrumentos represivos como la Ley de Residencia, que el general Roca, ya en su carácter de presidente de la República, impulsó bajo la inspiración del novelista y senador Miguel Cané (1851-1915).

Cien años después, en 1978, otra dictadura genocida, la del general Jorge Rafael Videla, resolvió celebrar el centenario de aquella matanza que volvió a ser rotulada como «Campaña del desierto».

Videla celebrando a Roca es un poco el símbolo de la hermandad de los genocidas de distintas épocas en una Argentina que, parafraseando al escritor peruano Ciro Alegría (1909-1967), siempre fue «ancha y ajena».

Boleslao Lewin (Lodz, Polonia, 1909 – Buenos Aires, 1988), escritor e investigador judío que se radicó en la Argentina huyendo de los pogromos de su tierra natal, rápidamente se identificó con la tragedia indígena y, a principios de los años cuarenta (cuando sus familiares y compañeros eran exterminados por los nazis en Europa), publicó aquí su monumental biografía de Túpac Amaru, en la que documentó de qué modo el imperio socialista de los incas fue arrasado por la criminalidad de los godos, ávidos de riquezas y de sangre india.

Por eso levantamos las banderas de los dos rebeldes que se llamaron Túpac Amaru, el del siglo XVI, que fue asesinado en la Plaza del Cuzco por las huestes del virrey Toledo. Y el del siglo XVIII, nacido con el nombre de José Gabriel Condorcanqui, que lideró uno de los levantamientos de oprimidos más sublimes de la historia y fue descuartizado junto a su familia. Las banderas revolucionarias de Túpac Amaru son las nuestras.



Recuerdo

En esos feriados largos con que el sistema celebra el 12 de octubre, nosotros recordamos los más de 530 años de genocidio y discriminación que sufrieron los indígenas de estas tierras.

Sus luchas, por la memoria de lo que pasó y por las humillaciones y exterminios que siguen sufriendo hoy, se entroncan con los luchadores actuales que en todo el mundo están enfrentando genocidios, hambre, exclusión y racismo.

Hermanos aborígenes. Hermanos de los pueblos originarios. Este hermano, este hijo de inmigrantes judíos que escaparon hacia aquí por otros exterminios, los saluda.

Comentarios

Lo más visto de la semana pasada

David Gilmour - Luck and Strange (2024)

Una entrada cortita y al pie para aclarar porqué le llamamos "Mago". Esto recién va a estar disponible en las plataformas el día de mañana pero ya lo podés ir degustando aquí en el blog cabeza, lo último de David Gilmour de mano del Mago Alberto, y no tengo mucho más para agregar. Ideal para comenzar a juntar cositas para que escuchen en el fin de semana que ya lo tenemos cerquita... Artista: David Gilmour Álbum: Luck and Strange Año: 2024 Género: Rock Soft Progresivo / Prog Related / Crossover prog / Art rock Referencia: Aún no hay nada Nacionalidad: Inglaterra Lo único que voy a dejar es el comentario del Mago... y esto aún no existe así que no puedo hablar de fantasmas y cosas que aún no llegaron. Si quieren mañana volvemos a hablar. Cae al blog cabezón, como quien cae a la Escuela Pública, lo último del Sr. David Gilmour (c and p). El nuevo álbum de David Gilmour, "Luck and Strange", se grabó durante cinco meses en Brighton y Londres y es el prim

Isaac Asimov: El Culto a la Ignorancia

Vivimos una época violenta, muy violenta; quizás tan violenta como otras épocas, sin embargo, la diferencia radica en que la actual es una violencia estructural y mundial; que hasta la OMS retrata como "epidemia mundial" en muchos de sus variados informes de situación. En ese engendro imperial denominado (grandilocuentemente) como "el gran país del norte", la ignorancia (junto con otras bestialidades, como el supremacismo, el racismo y la xenofobia, etc.) adquiere ribetes escandalosos, y más por la violencia que se ejerce directamente sobre aquellos seres que los "ganadores" han determinado como "inferiores". Aquí, un texto fechado en 1980 donde el genio de la ciencia ficción Isaac Asimov hace una crítica mordaz sobre el culto a la ignorancia, un culto a un Dios ciego y estúpido cual Azathoth, que se ha esparcido por todo el mundo, y aquí tenemos sus consecuencias, las vivimos en nuestra cotidaneidad. Hoy, como ayer, Cthulhu sigue llamando... ah,

Pink Floyd - Doug Sax Remasters (Discografia 67-87) (2007)

Se viene el fin de semana largo y nosotros no apareceremos hasta el lunes, así que siempre tratamos de dejarles varias cosas para que se acuerden de nosotros. Y esta vez es Felicia quien nos trae nada más y nada menos que a Pink Floyd en una de sus muchas, muchísimas remasterizaciones y reediciones, esta vez se trata de su discografía que va de 1967 hasta 1987, laburada por el reconocido ingeniero de sonido Doug Sax, que según dicen los entendidos es quien mejor ha podido plasmar el sonido Floyd, o al menos uno de los que mejores resultados ha tenido. Y con esto cerramos otra semana a pura música, sorpresas y ganas de romper las pelotas, otra semana típica en el blog cabeza. Artista: Pink Floyd Álbum: Doug Sax Remasters Año: 1967 - 1987 Género: Rock Psicodélico / Rock progresivo Referencia: Pink Floyd Ilustrado Nacionalidad: Inglaterra Pink Floyd supone todo un jardín de ediciones para perderse. He escuchado muchas diferentes, aunque no sé si todas porque hay una b

Los 100 Mejores Álbumes del Rock Argentino según Rolling Stone

Quizás hay que aclararlo de entrada: la siguiente lista no está armada por nosotros, y la idea de presentarla aquí no es porque se propone como una demostración objetiva de cuales obras tenemos o no que tener en cuenta, ya que en ella faltan (y desde mi perspectiva, también sobran) muchas obras indispensables del rock argento, aunque quizás no tan masificadas. Pero sí tenemos algunos discos indispensables del rock argentino que nadie interesado en la materia debería dejar de tener en cuenta. Y ojo que en el blog cabezón no tratamos de crear un ranking de los "mejores" ni los más "exitosos" ya que nos importa un carajo el éxito y lo "mejor" es solamente subjetivo, pero sobretodo nos espanta el concepto de tratar de imponer una opinión, un solo punto de vista y un sola manera de ver las cosas. Todo comenzó allá por mediados de los años 60, cuando Litto Nebbia y Tanguito escribieron la primera canción, Moris grabó el primer disco, Almendra fue el primer

Alejandro Matos - Carnaval De Las Víctimas (2024)

Tras el impresionante "La Potestad" en el 2015, y casi diez años después llega el nuevo y  magnífico álbum del multiinstrumentista Alejandro Matos "Carnaval De Las Victimas", otro trabajo de primer nivel que para constatarlo se puede ver simplemente el lugar que ocupa en Progarchives, dentro de los mejores discos del este año 2024 a nivel mundial, y con eso ya nos damos una idea de la valía de este nuestro trabajo, donde Alejandro Matos se ocupa de todos los instrumentos salvo la batería, conformando un trabajo oscuro, cinematográfico, elegante y ambicioso, y toda una reflexión sobre los tiempos que corren, en base a buenos riffs y melodías cautivadoras, hasta su bucólica y triste belleza. Un trabajo que llevó tres largos años, que cursa su travesía desde un medio tiempo en casi toda su extensión y se escucha como un oscuro regalo de los dioses... o de los demonios, uno vaya a saber, pero que definitivamente tenemos que recomendar al selecto público cabezón. Ide

El Ritual - El Ritual (1971)

Quizás aquellos que no estén muy familiarizados con el rock mexicano se sorprendan de la calidad y amplitud de bandas que han surgido en aquel país, y aún hoy siguen surgiendo. El Ritual es de esas bandas que quizás jamás tendrán el respeto que tienen bandas como Caifanes, jamás tendrán el marketing de Mana o la popularidad de Café Tacuba, sin embargo esta olvidada banda pudo con un solo álbum plasmar una autenticidad que pocos logran, no por nada es considerada como una de las mejores bandas en la historia del rock mexicano. Provenientes de Tijuana, aparecieron en el ámbito musical a finales de los años 60’s, en un momento en que se vivía la "revolución ideológica" tanto en México como en el mundo en general. Estas series de cambios se extendieron más allá de lo social y llegaron al arte, que era el principal medio de expresión que tenían los jóvenes. Si hacemos el paralelismo con lo que pasaba en Argentina podríamos mencionar, por ejemplo, a La Cofradía, entre otros muchos

Con la IDEA fija en cagarnos la vida

Javier Milei fue aplaudido por gerentes y empresarios de los grupos económicos reunidos en el Coloquio de IDEA. Aplaudían que la economía argentina está siendo devastada para ponerla al servicio de su propia rentabilidad. Aplaudían radicalidad ideológica y salvajismo político. Aplaudían una democracia raquítica. Y también el estado de salud de un peronismo que discute el tamaño del ombligo de sus dirigentes. Justo un 17 de octubre, cuando tendría que estar pensando en cómo combatir al capital. Por Fernando Gómez Los aviones privados se agolpaban en la pista de aterrizaje del aeropuerto de Mar del Plata. Trasladaban a los empresarios que se reunieron en la 60ª edición del “Coloquio de IDEA” con un interrogante que denota la ofensiva desatada por los sectores más radicalizados ideológicamente de las clases dominantes en la Argentina: “Si no es ahora, cuándo”. El Coloquio de IDEA es un espacio de lobby y presión política de los principales grupos económicos que operan en la

Bill Bruford - The Best of Bill Bruford The Winterfold & Summerfold Years (2024)

Empezamos la semana con la nueva versión del "Red" de King Crimson, seguimos luego con Bill Bruford´s Earthworks y parece que seguimos en la misma onda porque ahora presentamos, gracias al Mago Alberto, algo recién salido del horno: "The Best of Bill Bruford The Winterfold & Summerfold Years", que no otra cosa que una retrospectiva completa que cubre amplias franjas del trabajo del legendario baterista, desde su homónima banda de jazz-rock hasta la encarnación final de su célebre banda de jazz Earthworks, un conjunto de tres discos que está lleno de numerosas colaboraciones; su compañero de Yes Patrick Moraz, el pianista holandés Michiel Borstlap, Luis Conte, Chad Wackerman y Ralph Towner, entre otros. Artista: Bill Bruford Álbum: The Best of Bill Bruford The Winterfold & Summerfold Years Año: 2024 Género: Jazz Rock /  Fusion Referencia: Link a Discogs, Bandcamp, Youtube, Wikipedia, Progarchives o lo que sea. Nacionalidad: Inglaterra Ante

Rock Federal: La Secuela

La Secuela es una banda de rock fusión que comenzó su camino a principios de enero del 2005. Son de Buenos Aires. Comenzaron como una banda de Rock Progresivo con toques jazz, el pop, ritmos latinos. Actualmente son una potente banda de Rock Pop con pasajes de aquel Rock Progresivo que supieron hacer. Pero además sus presentaciones en vivo van con otras expresiones artísticas como la pintura, el teatro, el cine y el Arte performático. Esta es otra de las bandas que te presentamos en este trabajo en conjunto entre Amiba (Asociación Músicos independientes Buenos Aires, el blog cabeza y quien escribe. Beto Nacarado

King Crimson - Red (Elemental Mixes) (1974 - 2024)

Y para empezar la semana siempre vamos con algo bueno ¿Y qué decir de esto que ahora nos trae El Mago Alberto?, tenemos uno de los disco claves del Rey Carmesí con temas inéditos, y me copio de uno de los comentarios de esta entrada: "El último gran álbum de los mejores King Crimson, los de la década de los ’70, veía la luz en aquel Noviembre de 1974. "Red" nacía proyectando su propia sombra densa, vestida de elementos de su sinfónico pasado, de un oscuro y rauco jazz y del naciente heavy metal, marcado este último por las distorsionadas guitarras y sus pétreos riffs, que dieron una visión un tanto peculiar de aquel primogénito del Hard Rock desde el especial prisma de Robert Fripp. (...) Este álbum sin duda marcó un antes y un después en la carrera de la banda, pues tras 7 años de silencio después de "Red", la banda volvió entrados los ’80 con otra onda completamente distinta, otra visión y concepción de su sonido, sonando también interesantes y originales, pe

Ideario del arte y política cabezona

Ideario del arte y política cabezona


"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.