El capitalismo como sistema hegemónico a nivel mundial no cuenta más que con algunos siglos de historia. Poco si lo comparamos con el milenio del feudalismo en Europa y otras variantes de organización social alrededor del planeta. La mayor parte de su existencia se impuso a sangre y fuego, mediante la violencia y formas de gobierno autoritarias en sus múltiples variantes. Asimismo, independientemente del desarrollo inigualable de las fuerzas productivas, ha demostrado escasa o nula capacidad para garantizar sociedades más igualitarias. El Estado de Bienestar no fue más que una acotada experiencia histórica reducida a un puñado de países; la democracia y las libertades políticas una horizonte que se cae a pedazos. La crisis de un sistema que no ofrece salidas y la tibieza de proyectos alternativos. Por Santiago Mayor “Las libertades políticas y la democracia representativa son, en gran medida, resultado de las propias luchas populares; son su derecho de ciudadanía y forman par