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King Crimson - Discipline (The Definitive Edition) (1981-1989)

#Músicaparaelencierro. Continuamos remozando la discografía crimsoniana, la carrera carmesi no se detiene, así que LightbulbSun nos trae uno de los discos emblemáticos de una de las resurrecciones crimsonianas mientras el Mago Alberto nos dice: "Discipline fue un disparador, un puntapie inicial a una trilogía formada por los albumes antes mecionados ("Beat" y "Three Of A Perfect Pair"), y que navegaron la década del ochenta con soltura, con rapidez, con holgura, y también con raros peinados nuevos". Así que siguiendo con la serie de discos remozados de los King Crimson, aparece el "Discipline" para engalanar una vez más al blog cabezón. Seguimos así con la maratón crimsoniana gracias a LightbulbSun.

Artista: King Crimson
Álbum: Discipline [The Definitive Edition]
Año: 1981-1989
Género: Progresivo ecléctico
Nacionalidad: Inglaterra


Estamos en 1981, y hacía 7 años que King Crimson se había disuelto. Durante ese período los fans de los Fripp, Bruford y Wetton habían tenido que dividirse entre UK, Bruford Band, Peter Gabriel y David Bowie, por citar a los más sonados.

Es así que en esta reencarnación nos encontramos con cuatro músicos de puta madre, dos de ellos ya venían de la anterior versión de esta banda, uno era su líder que se había desintoxicado durante esos años tomándoselo todo con mucha filosofía, el otro había dado rienda suelta a su creatividad no sólo como reputado baterista sino también como compositor de su propia banda; luego venían otros dos del mundo exterior, uno de ellos venía de destacar en las bandas de Bowie, Zappa y Talking Heads, y el otro por fin formaba parte de un grupo oficialmente tras pasar por la banda de Alice Cooper, Herbie Mann, Peter Gabriel y John Lennon.

Pero los dejo con las palabras del Mago Alberto que es quien se encarga de presentar el disquito del día...
Comenzaba una de las décadas mas insípidas y desastrosas de todos los tiempos, la de los ochenta, y el enano cascarrabias, acorde a los tiempos que corrían, da un nuevo nacimiento a King Crimson, esta vez de la mano de otros nuevos monstruos de la música, tal el caso de Adrian Belew, Bill Bruford y Tony Levin, un cuarteto que dio forma a trabajos superlativos, como "Discipline", "Beat" y "Three Of A Perfect Pair", proyectos cada uno con vuelo propio y características similares, donde el protagonismo musical era compartido en estancos iguales, aunque la esencia más orgánica era casi patrimonio exclusivo de Robert Fripp.
Y que podemos decir de "Discipline"?, un disco que rompía con las estructuras a la que veníamos acostumbrados por parte de la banda, donde el cuarteto se volcaba a una elaboración mas lineal, mas "frippertronic", y donde aparecían esos solos atemporales y desectructurados de Belew que rompían con los formatos de ese tiempo, donde todo parecía salir de una fábrica de autopartes, todo mecanizado, repetitivo y vomitivo. Y ni que hablar del trabajo de las bases díscolas y enfermizas de Levin y Bruford. También vamos a encontrarnos con la insoportable Mate Kudasai, quizás el unico "pelotazo" de Fripp, para demostrarnos quizás que él no es perfecto.
Y aquí es donde se presentaba la primera dicotomía, porque los crimsonianos más ortodoxos, aquellos de las melodías repletas de flautas, de los oscuros mellotrones, los más jipones, tuvieron que dar paso a los sonidos industriales, metálicos y repetitivos, y como siempre hubieron muchos que se bajaron del tren King Crimson, mientras los incondicionales siguieron abiertos a estas nuevas propuestas.
Y que bueno que Fripp siempre fue fiel al impulso de la vida, que siempre va para adelante, y siempre estuvo receptivo a cuanta corriente venía del fondo del universo, sino no hubieramos podido disfrutar de discos como el que posteamos hoy.
"Discipline" fue un disparador, un puntapie inicial a una trilogía formada por los albumes antes mecionados, y que navegaron la década del ochenta con soltura, con rapidez, con holgura, y también con raros peinados nuevos, todas caracteristicas bien marcadas de esos tiempos, en especial la "rapidez" (todo el mundo andaba "rápido" en aquellos años).
La carrera carmesi no se detiene.
Mago Alberto

Si quieren saber más, y escuchar más, y ver más, y disfrutar más, bueno, entren al posteo ¿qué están esperando?




La verdad no voy a agregar nada teniendo tan buenos comentarios como los que siguen, aquí lo tenemos a nuestro eterno comentarista involuntario de siempre que nos hace un gran análisis de este clásico:
Hoy echamos una mirada atrás hacia una de las joyas más rotundas e imponentes del legado viviente de KING CRIMSON: nos referimos al álbum “Discipline”, el que marcó el inicio de la no muy larga pero sí muy intensa etapa ochentera de esta regia entidad progresiva. En efecto, el periodo iniciado entre los primeros meses de 1980 (cuando Robert Fripp quería volver a los escenarios en un contexto grupal) y culminado en el 11 de julio de 1984 tras un fabuloso concierto en el Spectrum de Montreal, Canadá, el cuarteto conformado por el propio Fripp [guitarra y guitarra-sintetizador], Bill Bruford [batería y percusión acústica y electrónica], Adrian Belew [voz principal y guitarra] y Tony Levin [Chapman Stick, bajo y coros] gestó una trilogía poderosa donde confluían fluida e incendiariamente el estándar tradicional del Crimsonismo de mediados de la década anterior, las inspecciones en una nueva psicodelia rockera que Fripp traía de sus experimentos con Brian Eno así como de su disco solista “Exposure”, la maduración del fundamento jazz-rockero que Bruford ya había acuñado bajo su propia personalidad y los aspectos más bizarros del discurso de la new-wave (a partir del paso de Belew por TALKING HEADS como músico de apoyo y también del paso del mismo Fripp por el efímero proyecto THE LEAGUE OF GENTLEMEN): “Discipline”, “Beat” y “Three Of A Perfect Pair”. Unánime es el clamor que declara al primero de estos discos como el cénit de esta etapa del legado Crimsoniana y nosotros ciertamente formamos parte de este coro mayoritario. Como parte de la serie de reediciones de la 40th Anniversary Series, “Discipline” reapareció en el mercado fonográfico, en el año 2011, como un ítem doble de CD y Blu-ray con la labor de Steven Wilson a cargo de la meticulosa ingeniería de sonido.
Lo curioso es que Fripp, cuando convocó a Bruford y luego hizo lo propio con Belew (ya famoso por haber estado en las bandas de apoyo de FRANK ZAPPA y DAVID BOWIE, además de lo de los TALKING HEADS), no tenía en mente reformar KING CRIMSON sino un nuevo grupo, el cual tuvo como primer nombre a DISCIPLINE. Ya completo el cuarteto con el ingreso de Tony Levin (afamado y ocupado cesionista, entre otros, para PETER GABRIEL) y con algunos días de ensayos y preparación de nuevo material, Fripp reconoció el sonido que se estaba gestando desde las entrañas, cerebros y sistemas nerviosos de los músicos: era el sonido de KING CRIMSON, con una nueva actitud pero con esa esencia tan particular, así que era natural que se retomara el nombre directamente. Para Bruford ésa fue una buena noticia, pues aunque la expectativa de ver a unos veteranos del rock juntarse para formar un nuevo grupo llamado DISCIPLINE era patente, sin embargo fue cuando se readoptó el nombre d KING CRIMSON y el asunto pasó a ser la resurrección de una banda venerada de la élite rockera de los 70s, las cosas mejoraron notablemente en cuanto a financiación y logística para el cronograma de conciertos. Los primeros conciertos del grupo fueron programados todavía bajo la etiqueta de DISCIPLINE. En fin, Island Studios fueron los que albergaron las labores de grabación del nuevo disco, un proceso que tomó 3 semanas después de una gira europea que duró 3 semanas, la cual comenzó a los 3 semanas de iniciarse las sesiones de primeros ensayos y composición del nuevo repertorio Crimsoniano... o Disciplinario, si se le prefiere llamar así. Levin estaba pletórico de felicidad y buenas sensaciones con su situación de integrante de una banda firme, pues ya en los albores del nuevo milenio y cerca de llegar a los35 años de edad, se sentía preparado para ser algo más que un cesionista. El genio de Levin no pasó inadvertido a Fripp cuando se estaba germinando este nuevo KING CRIMSON: el hecho de que organizara audiciones para integrar al bajista faltante (siendo uno de los candidatos más notables el mismísimo Jeff Berlin, nada menos) se debió a que él sabía que Levin tenía una agenda muy ocupada, pero apenas supo de las intenciones de Levin de situarse en una posición profesional más estable, el cuarteto se completó al instante. El primer concierto de DISCIPLINE tuvo lugar en el Moles Club de Bath – una de las ciudades británicas más abiertas a la difusión y expansión del rock experimental – en el último día de abril de 1980, y ya la cosa no tenía cómo parar hasta que el cuarteto pudiese, como mínimo, grabar un álbum de estudio. Ya sabemos que todo se extendió hasta una trilogía.Bueno, repasemos ahora los detalles del legendario “Discipline”. El inicio del álbum es todo un clásico: ‘Elephant Talk’ es una canción eufórica y traviesa, a la par que cerebral y seria. Mientras Belew exorciza los fantasmas de TALKING HEADS capitalizando el estilo vocal de David Byrne y Fripp retoma los asuntos pendientes desde el último disco de estudio de KING CRIMSON (“Red”) y su propio álbum solista “Exposure”, el magistral Bruford sigue ahondando en las vibraciones más intensas de su corazón jazzero, haciéndose eco de su propia experiencia con una banda de apoyo. En medio de toda esta trifulca armónica de dispares fuentes de inspiración, Levin convierte a su Stick en instrumento protagónico tanto en el incendiario prólogo como en su manera tan robusta de articular su presencia como una especie de tercera guitarra. La letra expone una inmisericorde crítica contra la cultura del talk-show y los opinólogos en los medios televisivos, algo que todavía aumenta su presencia en la cultura popular de nuestros días. ‘Frame By Frame’ es la canción que sigue a continuación y proyecta un esplendor progresivo aún mayor, explayándose con un dinamismo apabullante a través de la alternancia de tempos en 7/8 y 4/4. Los ornamentos que impone Bruford a su ingeniería rítmica son divinamente diabólicos mientras que los instrumentos de cuerda elaboran una arquitectura tan tensa como luminosa. Todo un cénit del álbum… y no será el único. ‘Matte Kudasai’ brinda un momento de serenidad desde el cual se exhibe una aureola de cálida melancolía: básicamente se trata de un blues-rock progresivo marcado con un swing jazzero sobriamente sofisticando, combinando aires hawaianos y orientales en su desarrollo melódico. ‘Indiscipline’ es otro cénit, un clásico indiscutible del legado post-70ero de KING CRIMSON. Estando musical y poéticamente centrado en la tensión propia del diálogo confrontacional con el yo que enfrenta una artista ante la elaboración de una escultura que a ratos le complacía y a ratos le aborrecía (la entonces esposa de Belew Margaret escribió sobre esta experiencia en una carta). La pieza comienza con un dueto de Stick y batería donde el primero mantiene un groove minimalista y la segunda arroja algunos redobles impacientes que anticipan el maelstrom turbiamente inteligente que ha de expandirse cual lava psicótica en las tres secciones instrumentales, todas ellas marcadas por el 5/4 del Stick para que las guitarras alternen y combinen solos y riffs. Para las partes habladas, la instrumentación se retrotrae para crear una densidad sutil. El espasmódico mantra “I repeat myself when under stress” y el clamor final “I like it!” son de antología. Esta canción y la primera muestran a un Belew capaz de superar a David Byrne en el desarrollo de su paradigma vocal: se vuelve “Belewiano”, realmente.
Solo una canción como ‘Thela Hun Ginjeet’ puede asumir la tarea de seguir adelante con el repertorio tras el fenomenal cierra de la primera mitad que impuso ‘Indiscipline’ con su cerebralmente desatado arrebato. Recibiendo la herencia del fragor inconmensurable de ‘Indiscipline’ tanto como la de la extroversión jovial de ‘Elephant Talk’, ‘Thela Hun Ginjeet’ abre la segunda mitad del repertorio con extrema fuerza de carácter. La autoritaria musculatura de los guitarreos y los robustos juegos de pulsaciones creados por la dupla Levin-Bruford. El título es un anagrama de la frase ‘heat in the jungle’ (‘calor en la jungla’) y hace directa alusión a una anécdota muy desagradable – aunque amena cuando es vista desde afuera –que vivió Belew justo en la época de los primeros ensayos del grupo en Londres. Resulta que el buen Adrian estaba paseando con una grabadora para registrar ruidos y voces callejeras en algunas calles londinenses cuando, primero, unos rastafaris de mala actitud trataron de robarle su grabadora, para luego toparse con unos agentes de policía que le llamaron la atención por exponerse innecesariamente a pasear a solas por un lugar tan peligroso. Su nerviosa narración de la anécdota fue secretamente grabada por Fripp y finalmente buena parte de su monólogo quedó registrada como “letra oficial” de la canción. Cuando se evaporan los últimos ecos de las pesadamente distorsionadas notas finales de guitarra de ‘Thela Hun Ginjeet’, nos preparamos para disfrutar del momento místico del disco: ‘The Sheltering Sky’. Bruford inicia las cosas tocando un hipnótico compás con un tambor de madera propio del folclore norteafricano, y la guitarra rítmica de Belew se encarga de acentuar ciertos golpes percusivos de su colega mientras instala las bases para la atmósfera exótica que ha de completarse mágicamente con la imponente acción exorcista que Fripp perpetra a la guitarra-sintetizador. Por su parte, Levin sustenta todo a paso firme mientras añade algunos vibratos que gestan recursos de determinante tensión. En algún momento de la segunda parte, Belew elabora un solo sobrecogedoramente místico mientras Fripp pasa a crear capas tan densas como minimalistas. Para el último minuto, Belew y Fripp regresan a sus respectivos roles iniciales hasta dejar a Bruford dar unos golpes solitarios para el cierre.
Los últimos 5 minutos y pico del álbum están ocupados por el instrumental homónimo, el cual crea de por sí un estándar definitivo para el aspecto de minimalismo matemático que KING CRIMSON instaura para el resto de su etapa 80era y su futura resurrección de las tres décadas posteriores. La idea era crear una estrategia de férrea disciplina a cuatro bandas donde cada instrumento debía constreñirse de asumir cualquier tipo de protagonismo sin por ello limitarse a acompañar a los demás: de hecho, en esta estrategia proactiva compartida, los cuatro músicos se hacen cargo de armar un fundamento temático al mismo tiempo que un groove consistente y continuo. Aunque el sistema de cambiantes compases da la apariencia de caos al oído desatento, el asunto se resuelva realmente con un obsesivamente arquitectónico groove. El mismo Bruford se encarga de armar un tempo de 17/16 para sustentar la base de dicho groove. Este instrumental tan fabuloso era una pieza clave para este KING CRIMSON reformado, y no solo porque indicaba el nombre original del cuarteto sino también porque era la pieza inicialmente indicada para abrir el disco. En efecto, la secuencia del repertorio que Fripp tenía inicialmente en mente una vez completo aquél era así: ‘Discipline’ / ‘Thela Hun Ginjeet’ / ‘Matte Kudasai’ / ‘Elephant Talk’ / ‘The Sheltering Sky’ / ‘Frame By Frame’ / ‘Indiscipline’. O sea, la idea era seguir el camino desde una estructura inicial hasta la desintegración de la misma en el tramo final mientras se seguía un proceso de alternados momentos de focalizada reflexividad y demoledora ansiedad. El orden de este repertorio en una mezcla especial aparece como uno de los ítems del Blu-ray que acompaña al CD en esta reedición. También aparecen imágenes de programas televisivos en los que el cuarteto presentaba algunas de sus piezas más llamativas: un programa de 1981 con ‘Elephant Talk’ y otro de inicios de 1982 con ‘Frame By Frame’ e ‘Indiscipline’. Vale resaltar cuán ensimismado se ve al público cuando se le brinda una versión particularmente intensa y extensa – 6 ½ minutos – de esta última canción, y por otra parte, es una pena que ‘Elephant Talk’ aparezca con el audio del disco. Se nota que el grupo toca en vivo pero en los archivos del canal televisivo parece que decidieron que el audio original no se podía usar. En fin, al final de esta reseña ponemos un vídeo con otra actuación televisiva de ‘Elephant Talk’ para compensar por esta “fechoría” del mainstream del show business.
Otra “fechoría discográfica”, perpetrada esta vez por la misma gente de KING CRIMSON, es el ocultamiento desde las reediciones de fines de los 80s, de la mezcla original de la hermosa balada ‘Matte Kudasai’, la cual incluía un solo de notas sostenidas de Fripp. Si bien es verdad que Fripp y Belew coincidieron en que dicho solo se sentía superfluo dentro de la estructura general de la pieza en cuestión, la cosa es que algo se sentía “raro” cuando comparábamos reediciones digitales anteriores con nuestro vinilo original de 1981. En fin, todo terminó bien pues esa versión original (ahora bautizada como alternativa) está incluida como bonus en el remaster del 30mo aniversario, como parte del Blu-ray de esta reedición que tenemos ahora en nuestras manos. Una anécdota jugosa respecto a este solo del cual renegó el “Index Crimsoniano” es que los primeros acordes de dicho solo citan al bello instrumental ‘Peace’ de ese lejano segundo álbum “In The Wake Of Poseidon”, tal vez la más bella pieza de guitarra clásica que haya compuesto jamás el maestro Robert Fripp. Una segunda anécdota referente a esta bella balada es que la edición surcoreana del disco tuvo que hacerse cambiándole el título a la traducción inglesa ‘Please Wait For Me’ debido al aspecto antinipón de la idiosincrasia de dicho país: la alternativa de omitir la canción no era práctica para efectos de apreciación estética del disco ni para e respeto a la integridad de la visión de los artistas que lo forjaron. Otras novedades reveladoras de esta reedición incluyen una selección de loops vocales de Belew, algunos de los cuales fueron integrados a algunos de los temas del disco, además de las mezclas alternativas que registra Wilson de ‘Thela Hun Ginjeet’ y ‘The Sheltering Sky’, y la versión de 12” para las pistas de baile de ‘Elephant Talk’ (muy marchosa, la verdad que sí). Como curiosidad especial, se nos brinda un audio-documental sobre la aterradora historia de ‘Thela Hun Ginjeet’.
Toda la experiencia de gestar, arreglar, grabar y promocionar “Discipline” como una obra no solo de resurrección sino de remodelación de KING CRIMSON está perfectamente plasmada en estas palabras de Robert Fripp: “Sí, de seguro que esto se trata de KING CRIMSON. Pero es una banda de rock moderno que toca en 1981 y me atrevería a decir que algunos fans tradicionales de KING CRIMSON pueden ir a vernos esperando que toquemos las canciones rutinarias, pero si yo fuera un seguidor de KING CRIMSON tendría la expectativa de no recibir lo que me dictan mis expectativas”. Por su parte, Adrian Belew pontifica sobre la perfecta retrospectiva: “¡Pienso que era probablemente la mejor banda del mundo que existía entonces! Era simplemente la mejor alineación y se dio la perfecta combinación de elementos: lo pesado lo ligero, lo divertido y lo oscuro. Simplemente creo que había algo absolutamente mágico en la banda y ese primer disco es la prueba de ello. Aún suena novedoso”. No podríamos tratar de mejorar la precisión conceptual que atraviesa a estas palabras tan directamente entusiastas del entonces frontman y perfecto socio guitarrista de Fripp, ni tampoco nos esforzaremos en hacer una hermenéutica de las mismas, algo que sería soso, redundante y trivial. Simple y llanamente, celebraremos en estas palabras finales que en el año 2011 se hizo esta reedición de “Discipline”, una obra monumental e intensa que testimonia cómo se hacían las cosas en la élite rockera de inicios de los 80s. WE LIKE IT!!!
César Inca


Hola a todos. Bueno, esta reseña está hecha con la ayuda de un cd, el libreto de ‘The Essential King Crimson’ y una buena dosis de re-escuchas de un disco que hacía mucho tiempo que no escuchaba, como me imagino que os pasa a vosotros con moog-o-john de ellos que no quemais desde la etapa en la que lo habíais comprado.
Adiós mellotron. Bienvenidos al rock gamelán.
Estamos en 1981, y hacía 7 años desde que King Crimson existiese por última vez. Durante ese período los fans de los Fripp, Bruford y Wetton habían tenido que dividirse entre UK, Bruford, Peter Gabriel y David Bowie, por citar a los más sonados.
Tenemos a cuatro músicos con ganas, uno se había des-saturado durante años tomándoselo todo con mucha filosofía; otro había dado rienda suelta a su creatividad con un continuo trabajo no sólo como reputado batería sino también como líder-compositor de su propia banda; otro venía de destacar en las bandas de Bowie, Zappa y Talking Heads, y otro por fin formaba parte de un grupo oficialmente tras pasar por la banda de Alice Cooper (con greñas en la película Welcome To My Nightmare), Herbie Mann y Peter Gabriel... y John Lennon!!
Ninguno de ellos llega muy quemado, cosa buena por cierto,
Desde la primera escucha uno se da cuenta que ahí está pasando algo raro. La música suena compleja pero a la vez tiene una sección rítmica que la hace eso, rítmica. Rítmica constantemente. De hecho cualquier tipo de prejuicio que se pueda tener acerca de que un miembro del grupo toque ciertas figuraciones con un patrón métrico númérico distinto al de otro a la vez esta gente te lo borra de inmediato.
Es como si te estuviesen diciendo… ‘Toma! Ahí te va’. Parece bailable, jajajajaja, pero más qué bailable lo que tiene es que es más fácil de asimilar y transmite un ritmo asequible al oyente. El que nunca baila no se va a poner a bailar, pero seguro que hay peña que sí.
Ya no hay mellotrones en King Crimson, pero ¿qué es eso del stick? ¿Y el cantante? Le debe de gustar David Byrne. Esas letras no tienen nada que ver ni con Peter Sinfield ni con Richard Palmer-James . Suena realmente fresco. Una guitarra ocupa los silencios de la otra, el stick y la batería hacen rollos que nunca habían sonado así antes, (dicho de manera general y simple)
Y el fan de King Crimson, me imagino que sorprendido con semejante sonido tan distinto al final de Starless, no le queda más remedio que dejarse convencer con uno de los discos más míticos de la década de los 80. Bueno, no nos engañemos… que sea un disco bueno y totalmente fresco e innovador no se suele traducir en que le guste a todo el mundo y sea comercial. Esto es como si se hubiesen pegado una ducha de verdad al lado de grupos como Pink Floyd, Camel, Yes (un buen desodorante en 1980 pa quitar la peste a Varón Dandy de las Paris Sessions y baño de espuma en 1983), ELP, etc…
Es muy importante hablar de las reglas/sugerencias que Robert Fripp le propuso a Bill Bruford:
- Cualquier solución existente para un problema es la incorrecta; absolutamente, obsoletamente.
- Si tienes una idea, no la toques.
- Cuando un cambio en la música necesite énfasis, no lo toques; el cambio en la música es énfasis suficiente ya.
- No frasees con otro miembro de la banda a menos que la parte sea así.
- Frasear dentro de una parte no debería de incluir a más de dos personas.
- Si la tensión en la música necesita énfasis, no lo hagas. La tensión está ahí por lo que estás tocando, no por lo que vas a tocar.
- Si realmente tienes que cambiar tu parte para añadir tensión, no la añadas; déjalo.
- La máxima tensión que puedes añadir es parar por completo.
- Si hay un hueco para un ‘drum-fill’ (relleno) que lo demanda la música, no lo toques; hay otros tres músicos a los que les gustaría aprovechar esa oportunidad.
- Si la parte que estás tocando es aburrida, deja de escucharla con la cabeza.
- Si todavía te aburre, escucha la interacción entre las partes.
- Si aún así te aburre, deja de tocar y espera hasta que ya no estes aburrido.
- No seas dramático.
- No tengas miedo de repetirte.
- No tengas miedo de tomarte tu tiempo
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Todo esto está sacado del scrapbook de ‘The Essential King Crimson’. Luego Fripp le da la vuelta al tono negativo y propone
- Repítete.
- Tómate tu tiempo.
- Abandona la habitación.
- Escucha a todos los demás.
- Desarrolla un nuevo set de clichés.
- Desarrolla un nuevo vocabulario de sonidos de batería.
- Escucha el sonido de lo que tocas.
- Acepta la responsabilidad de lo que estás tocando; si rellenas un espacio, privas a la banda de espacio, o a otro músico de que lo rellene él.
- Abandona los fills.
- Abandona el drama.
- Abandona la dinámica.
- Aíslate (conceal yourself, creo que se traduce así aprox)
A pesar de todo lo que se pueda haber dicho del carácter de Robert Fripp, y éste es un buen ejemplo, me parece que sus ideas son tremendamente consecuentes y que si él no hubiese sido así, su música hubiese dejado de ser tal y como la conocemos. El resultado de tanta paranoia detallista está ahí, y no parece nada malo. Algo así como ocurre con Frank Zappa, ese defecto/virtud se aplica en términos creativos, no en términos divo/caprichosos.
Por otra parte es la primera vez que Fripp se acompaña de otro guitarrista (si exceptuamos una parte de una gira con Peter Gabriel en la que tocaba desde el backstage hasta que se sintió preparado para volver a un escenario de cuerpo presente, corregidme si era el único guitarrista) y me parece que en todo el disco es imposible encontrártelos haciendo el mismo riff o fraseo ambos… un auténtico contrapunto constante… o un delay inteligente.
1- Elephant Talk… parece que comienza para dejar bien claro que esto es otra encarnación del rey carmesí, no una continuación de lo que había sido. Alphonso Johnson ya usaba un stick en el 76 con la Duke/Cobham band y supongo que con Weather Report, pero no es algo muy común; así que entre la línea de stick que es muuuuuy mítica, el ritmo constante, y la esquizofrenia de las 6+6 cuerdas Roland Jazz-Choruseadas, Adrian Belew convierte la guitarra en un elefante y te lo cuenta.
2- Frame by Frame… disciplina militar para no perderse tocando e irse con la frase del otro. En la parte no cantada los fraseos se superponen y hacen difícil comprender cuál es el 1 de cada compás para cada músico, lo mejor es dejarse llevar…
3- Matte Kudesai… a relajarse… una ¿balada? tranquila, dulce, evocadora, con esos arpegios fríppicos y esa guitarra de belew que parece que llora y a la vez vuela. Un tema realmente bonito, y que hasta hace poco me suena que se usaba en algún anuncio… Esta gente toca y cómo toca… si alguno de vosotros es guitarrista y ha tratado de tocar este tema, el arpegio del acorde de guitarra en ‘She waits in the aire… Matte Kudesai’ te acaba por romper la mano jajajaja
4- Indiscipline… Caña!!! Muy cercano a lo que harían en los 90, y no muy lejano a lo que hacían a veces en los 70. Riff obsesivo y poderoso, intercalado con un monólogo paranoia muy Belew que les sirve para coger fuerza para el desquicie general. De los pocos temas que se libran de ese adiós a la tensión dramática.
5- Thela Hun Gingeet… no puedo evitar relacionar este tema con ‘I Zimbra’ de los Talking Heads, aunque solamente la sensación inicial. El fraseo de stick es mítico. Belew nos cuenta la historia de un mal trago en las calles de New York. Los solos de guitarra del final a mi me resultan buenísimos.
6- The Sheltering Sky… otro momento de relax, quizás demasiado largo para mi gusto, pero está claro que tiene su punto y ha de ser escuchado sin presiones para aprovecharlo.
7- Discipline… las guitarras a 5 y luego llegan los otros dos que no se sabe si saben como van de indisciplinados. Sin disciplina es imposible. Pasa con muchísimas cosas.
Los que disfruten con este sonido de King Crimson no pueden dejar de escuchar ‘The Name Of This Band is Talking Heads’; los temas de la gira con Adrian Belew son una parte de los orígenes del sonido de los King Crimson de los 80.
Tobor Distor




Lista de Temas:
1. Elephant Talk
2. Frame By Frame
3. Matte Kudasai
4. Indiscipline
5. Thela Hun Ginjeet
6. The Sheltering Sky
7. Discipline


Alineación:
- Adrian Belew / guitar, lead vocals
- Robert Fripp / guitar, electronics (Frippertronics)
- Tony Levin / Chapman stick, basses (3,5), backing vocals (2,5)
- Bill Bruford / acoustic & electronic drums





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Como corresponde al comienzo de semana, empezamos un lunes con un gran disco, y ahora de una de esas nuevas bandas que no tienen nada que envidiarle a los grandes monstruos de antaño. ahora con su segundo y último disco. En una entrega totalmente instrumental y a lo largo de todo el disco estos músicos ingleses nos brindan una exposición de como un disco puede ser melódico, apasionado, imaginativo, complejo, temerario, dinámico, adrenalítico y muchos adjetivos más que no alcanzan para describir toda la música de estos chicos, ahora arremetiendo con temas que fueron creados en sus inicios, incluso que fueron interpretados en vivo pero nunca grabados, y razones tienen ya que este material no da para que se pierda en el olvido, ya que este álbum suena tan hermoso como se ve su portada. Cinco temas que son técnicamente brillantes y que recuerdan a una colisión entre Zappa y Camel. Una fusión de folk, jazz y Canterbury que es tan psicodélica como progresiva, intensamente melódica y fá

Bosón de Higgs - Los Cuentos Espaciales (2023)

Para terminar la semana presentamos un disco doble muy especial, desde Ecuador presentamos a una banda que ya tiene un nombre particular que los define: Boson de Higgs, que como ópera prima se manda con un concepto inspirado en el cosmos, la astronomía en un viaje interestelar de 15 temas que tienen además su versión audiovisual, en un esfuerzo enorme que propone la divulgación científica y cultural de un modo nuevo, donde se aúnan la lírica en castellano, el rock alternativo, la psicodelia, el space rock, el hard rock y el rock progresivo. Un álbum doble sumamente ambicioso, con muy buenas letras y musicalmente muy bien logrado y entretenido en todos sus temas (algo muy difícil de conseguir, más pensando si es su primera producción) y donde puede verse en todo su esplendor en su versión audiovisual que obviamente no está presentado aquí salvo en algunos videos, pero que pueden ver en la red. En definitiva, dos discos muy buenos y realmente asombrosos para que tengan para entretenerse

Video de Los Viernes - Nostalgia del Hogar "Feel Like Going Home" 2003

The Blues es una serie documental producida por Martin Scorsese en 2003, declarado "Año del Blues" en Estados Unidos, genero que influyo al jazz y al rock. Cada una de las siete películas que componen la serie ha sido dirigida por un cineasta entusiasta del género y en ellas se hace un repaso su origen y desarrollo a lo largo del siglo xx Hoy toca el turno de Nostalgia del Hogar " Feel Like Going Home 2003" Dirigida por el propio Scorsese, este primer film de la serie rinde homenaje al Delta blues, a los orígenes del género, recorriendo el Estado de Misisipi de la mano del músico Corey Harris, para continuar después viajando por el continente africano en busca de las raíces del Blues. Feel like going home habla de músicos que se criaron alrededor de los algodonales, sin dinero ni comida, allí surgieron unos músicos que aliviaban las vidas de la gente como John Lee Hooker, Willie King, Son House o Robert Johnson. Músicos que se adaptaban a los tiempos, como O

Rick Miller - One of the Many (2024)

Para empezar el día y la semana nos vamos a Canadá de la mano del veterano multi-instrumentalista Rick Miller que presenta su último y mejor trabajo. Desplegando un rock progresivo atmosférico muy emocional, con muchas texturas sonoras y lleno de buen gusto, inspirado en artistas como Pink Floyd, The Pineapple Thief y Steve Hackett (ojo, solo inspirado), siempre con temáticas líricas ambiciosas, sombrías y bellas como su música y la tapa de sus discos. Este es un viaje a través de paisajes sonoros ricos, cinematográficos, etéreos melancólicos, nostálgicos y oscuros, con mucha sensibilidad melódica, ofreciendo capas, sofisticados arreglos que brindan una experiencia inmersiva que nunca deja de sorprender e impresionar, pero al mismo tiempo accesible y atractivo. Te invito a un mundo sonoro intrigante, con cautivadoras melodías de música atractiva, estimulante y gratificante, ideal para comenzar la semana en el blog cabeza. Artista: Rick Miller Álbum: One of the Many Año: 2002

Cuando la Quieren Enterrar, la Memoria se Planta

El pueblo armado con pañuelos blancos aplastó el intento de impunidad . Alrededor de medio millón de personas se manifestaron en la Plaza de Mayo para rechazar categóricamente el 2x1 de la Corte a los genocidas. No fue la única, hubo al menos veinte plazas más en todo el país, todas repletas, además de manifestaciones en el exterior. Una multitud con pañuelos blancos en la cabeza pudo más que todo el mecanismo político-judicial-eclesiastico-mediático, forzando al Congreso a votar una ley para excluir la aplicación del "2x1" en las causas de lesa humanidad. Tocaron una fibra muy profunda en la historia Argentina, que traspasa generaciones. No queremos genocidas en la calle: es tan simple como eso. Tenemos que tolerar las prisiones domiciliarias a genocidas, que se mueran sin ser condenados o que sean excarcelados gracias a los jueces blancos. Cuesta muchísimo armar las causas, años. Muchos están prófugos, muchos no pudieron condenarse por falta de pruebas y otros porque tard

Los Dos - Caminos (1974)

En nuestra recorrida por el rock mexicano hoy revisamos un disco humilde pero bien logrado, sin esperar demasiado tampoco, y copio un comentario que hace referencia justamente a ello: "Es refrescante escuchar a músicos que se limitaban a hacer lo que les venía en gana, sin preocuparse de ser considerados autores geniales y con ideas nuevas. Los Dos eran Allan y Salvador, un dúo muy limitado musicalmente; no obstante, esas carencias la suplen con honestidad: mucha honestidad. Su mezcla, algo burda, de rock-folk, música tradicional latina y canto nuevo chileno, tiene momentos por demás emotivos y conmovedores. Sus letras eran muy sencillas y poco rebuscadas, en su mayoría acerca del amor". Disco raro, muy poca información se encuentra en la red, a mi parecer uno de los pocos discos hechos en México en los 70’s con un sonido muy jipi y folk. Eso lo describe bien, bien jipi y folk... Artista: Los Dos Álbum: Caminos Año: 1974 Género: Rock psicodélico / Folk rock Dura

Ideario del arte y política cabezona

Ideario del arte y política cabezona


"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.