Ir al contenido principal

Pedro Aznar - Contraluz (2016)


Un aporte de nuestro amigo Romero, el último disco de Pedrito, que en 13 obras propias transita una renovada apuesta por la fusión entre el rock, la música de raíz latinoamericana y la música del mundo: una ranchera, un festejo afroperuano, un bolero-tango y una canción de corte medieval conviven con una estética contemporánea que va del cuasi metal al pop, donde se mete en el suff-rock con la electrónica y la experimentación. Un disco donde convergen la fotografía, la música, la literatura (Alan Watts, Carl Jung, Aldous Huxley y Joseph Campbell). Otro trabajo de un genio que puebla nuestro blog de punta a punta.

Artista: Pedro Aznar
Álbum: Contraluz
Año: 2016
Género: Jazz Rock Fusion
Duración: 49:09
Nacionalidad: Argentina


Lista de Temas:
1. Sol de California (0:00)
2. Como un león (3:00)
3. Refugio (6:46)
4. Última pieza (con Omara Portuondo) (9:37)
5. Contaluz (14:34)
6. La triada (19:00)
7. Por la vuelta (22:20)
8. Caballo de fuego (26:57)
9. Domingo de verano (30:32)
10. Silos y máquinas (34:28)
11. Madrigal (38:35)
12. Long way home (41:15)
13. La pregunta (46:08)

Alineación:
- Pedro Aznar / Voz, bajo
- Alejandro Oliva / percusión
- Julian Semprini / baterias
- Coqui Rodríguez / guitarras
- Tomás Fares / teclados




Arreglador, escritor, intérprete, productor, y multiinstrumentista, vino de un intenso 2015 que lo llevó a participar en el Lolapallooza, del Festival de Viña del Mar con su banda, ganando la Gaviota de Plata y de Oro, los premios máximos del festival, además de ser jurado y hacer un homenaje a Gustavo Cerati. Luego hizo 13 shows por Chile, ganó el Konex de Platino como Artista de la Década en el rubro Mejor Artista Masculino Pop; y fue invitado de Joan Manuel Serrat y de Buena Vista Social Club en sus shows en Argentina. Y para cerrar se despachó con un disco integrado por 13 canciones propias y que cuenta como invitada especial la consagrada vocalista cubana Omara Portuondo, que canta en el bolero "Última pieza". Pedro giró (y girará) por Argentina y Latinoamérica, además de regresar al escenario de Luna Park, donde hizo un repaso por otros discos y tocó algunas versiones de otros autores que ya tienen un sello propio.




Fiel a su estilo de músico que no se ciñe a géneros, estilos ni lenguajes, Aznar muestra en este CD todo su eclecticismo y a la vez, su personalidad. Porque con Contraluz el artista logra condensar las múltiples aristas de su labor artística, que comenzó en su juventud, en la década del setenta, como solista y con grupos como Serú Girán, entre otros proyectos.


"Este disco, que llevó casi un año de trabajo, me dejó muy contento. Cada canción cuenta una historia diferente. A diferencia de lo discos temáticos, este es como una libro de cuentos, una linda variedad estilística"
Pedro Aznar

Sobre los diferentes comentarios del disco, hay opiniones muy dispares. Me parece que quienes gustan de la faceta más tranquila, intimista y predecible de Aznar, este disco no les gusta tanto, incluso dicen que es lo peor que sacó Pedrito, pero para quienes lo que nos más nos gusta es su faceta más exploradora y experimental, nos parece de lo mejor que ha sacado, Cada cual que saque sus propias conclusiones.


Pedro Aznar acaba de lanzar su nuevo material, titulado Contraluz. Se trata de su primer álbum de estudio desde 2012, año en el cual publicó Ahora. Entre uno y otro, el músico no dejó de trabajar: el 29 de abril de ese mismo año, y apenas unos días después del lanzamiento de su disco, ofreció un recital gratuito en Plaza Italia como homenaje al entonces recientemente fallecido Luis Alberto Spinetta. El concierto fue registrado y lanzado como CD/DVD, bajo el nombre Puentes amarillos: Aznar celebra la música de Spinetta. En 2013, decidió volver a una faceta más íntima y organizó una serie de presentaciones en formato “unipersonal”, siendo la más destacada la realizada el 28 de junio en el Teatro Gran Rex. Una vez más, el recital (Mil Noches Y Un Instante) fue grabado y lanzado en el mes de diciembre en CD, y al año siguiente en DVD doble.
Anduvo de gira, a solas y junto a su banda; realizó fechas en Capital Federal, Buenos Aires y el resto del país, y viajó a lugares como Chile y México. Tocó junto a Charly García y David Lebón en una breve reunión de Serú Girán, durante la primera noche del Cosquín Rock 2013. Y también homenajeó a Gustavo Cerati en el festival de Viña del Mar 2015, con una hermosa versión de Zona de Promesas.
En Contraluz, Pedro Aznar parece continuar de alguna manera el camino recorrido en Ahora: esto es, una combinación y un paseo por una gran variedad de estilos y géneros. A lo largo de las 13 canciones que conforman el disco encontramos de todo, como por ejemplo el comienzo a pura potencia con Sol De California, el cual posiblemente deje con la boca abierta a más de uno. Hay una búsqueda de cierta melodía pop, pegadiza, con sonidos e instrumentos del rock e incursiones en géneros como el folclore y hasta una ranchera mexicana. Y también hay espacio para temas con armonías más complejas. Contraluz contó con la participación de la Orquesta Kashmir y de la cantante cubana Omara Portuondo (integrante de Buena Vista Social Club), quien aporta su voz cantando a dúo con Pedro en Última Pieza.
El pasado 9 de mayo, día del lanzamiento, el músico realizó un mini-concierto en el escenario de El Ateneo Grand Splendid, donde tocó algunas de sus nuevas canciones. Hubo firma de discos y fotos con los fans, y comentó respecto del mismo: “Este disco, que llevó casi un año de trabajo, me dejó muy contento. Cada canción cuenta una historia diferente. A diferencia de los discos temáticos, este es como un libro de cuentos, una linda variedad estilística”.
La presentación oficial del álbum tendrá lugar el sábado 11 de junio en el estadio Luna Park.
Hernán Real


En “Contraluz”, el músico ejerce una libertad expresiva inusual en un contexto en el que abundan discos conceptuales o uniformes. Y como siempre, brilla intensamente.
Contraluz, el nuevo disco de Pedro Aznar, empieza con un heavy metal setentista, en el que tranquilamente podría haberse producido el encuentro de un exSerú Girán con Pappo, y termina con un remanso acústico que encadena preguntas en clave filosofal. Sol de California y La pregunta, más precisamente, son los extremos opuestos de una obra que se jacta de no ser unidireccional. Ni conceptual. Porque si bien Aznar repite niveles de brillo compositivo, además de esa sensación de incansable construcción de nueva música latinoamericana, no apela a un eje o disparador especial como sí lo hizo en Ahora (2012).
Curiosamente, la junta de arrebatos insulares no cae en el riesgo de la dispersión y todo termina resultando homogéneo. Suele suceder cuando el que se expresa tiene una personalidad avasallante y transversal como la de Aznar.
Un Aznar que, entre otras cosas, aquí nutre el cancionero de raíz nativa con una zamba sobre un triángulo amoroso (La tríada). El gesto es atrevido, si se tiene en cuenta que los nuevos compositores, por lo general, se enfocan en paisajismo, pautas culturales de región o relaciones amorosas formales. “Si el alma está partida en un amor de tres/ en líneas divididas viaja su tren”, impone el estribillo.
Los otros gestos folklóricos también merecen análisis detallados. Caballo de fuego es una aproximación a cierta tradición afro (en este caso, un festejo peruano) que recuerda al ludismo brillante de Candombegle, incluido en Contemplación (1985). Última pieza prueba que este solista garantiza la supervivencia del bolero, previa invitación de Omara Portuondo para que acentúe sensación de fin de fiesta, cuando en la pista “el silencio se hace ensordecedor”. Y Por la vuelta consagra a Pedro como hábil recreador de una tradición musical mejicana (la ranchera), aunque no para airear bohemia como Sabina sino para filtrar el sugestivo verso “tanto lamer las heridas/ tanta búsqueda incesante/ cuánto apego limitante/ cuánta libertad perdida”.
Los temas pop son robustos e inspirados, y en consonancia con el resto de la obra, operan como cuentos independientes sobre estados de ánimo, pareceres diversos y el amor como caja de pandora. Salvo el electro Long way home, las construcciones dejan lugar para solos de impronta Harrison, sintetizadores contagiosos y arreglos de cuerdas que ayudan a redondear una idea de wall of sound digna de Phil Spector. Se atropellan los títulos para recomendar en este punto: Como un león, Refugio y Contraluz, el medio tiempo que apuntala la noción de aventura desde la soledad. “No veas a contraluz/ no te engañes/ Cuando el corazón anda sin dueño, los ojos no ven personas sino sueños”.
¿Un tema sobre salir a levantar? Puede ser, este no es un disco solemne, ni está atrapado en su libertad.
Germán Arrascaeta

El ex Seru Giran grabó canciones propias por primera vez en cuatro años, en las que profundiza en la sonoridad basada en las guitarras eléctricas, pero con especial énfasis en letras referidas a los “espejismos” del presente.
El prestigioso fotógrafo tiene nuevo disco, que presentará hoy en el Luna Park: Contraluz. (“Contraluz: aspecto de una cosa o persona vista desde el lado opuesto a la luz, de modo que queda oscura.”) “Es que vivimos en el mundo de las apariencias”, dice el fotógrafo. “Estamos cada vez más pendientes de las imágenes y cada vez más lejos de los conceptos y del pensamiento; todo es inmediato, todo es visualmente superficial. Las letras de Contraluz se refieren a los espejismos. Es fácil perderse en esos torbellinos de imágenes, en ese autobombo que se hace el mundo vendiendo espejitos de colores”.
Pedro Aznar (56), alumno de Diego Ortiz Mugica, ha desarrollado su fascinación por la fotografía con gran virtud. El cuadernito de Contraluz muestra únicamente fotos propias; hasta la tapa es un autorretrato sacado con remoto. “La fotografía es una interpretación poética de la luz: es aprender a ver. Y es dejarte sorprender y fascinar por lo que hace la luz. En este preciso momento veo desde acá el perfil de ese monitor…” Apunta a un monitor que está en el living de su casa; los bordes parecen brillar. “Ese patinado gris, con la luz de la ventana…”, se alegra con razón, “es absolutamente increíble… La luz ventana es un mundo aparte: es mi luz favorita, y especialmente a esta hora. Desde las 15 y hasta el atardecer, son horas de luz absolutamente gloriosas, especialmente en otoño”.
–Pero hoy es un día gris. ¿Le va más el nublado o prefiere la luz del sol?
–Las dos cosas. Muchos días nublados me deprimen; empieza como a faltarme esa alegría de la luz de América latina, siempre nueva: con esa luz parece que todo nació ayer… Pero así, nublado como hoy, es todo muy como europeizante (se ríe), “muy London”… Londres es lindo un par de días, y leés a Dickens y escuchás a Radiohead… ¡Pero al tercer día, suicidio total, ¿o no?!
El fotógrafo interactúa intensamente con la fotógrafa de este diario; le propone perfiles, contraluces, recomienda, opina… y hasta le ofrece lentes propias del tamaño de cacerolas.
Hace dos años, Pedro Aznar mostró por primera vez sus fotografías en el Centro Cultural Recoleta. “Me convocó Elio Kapszuk, quien era el director y curador en aquel momento. En junio de 2014, le llevé el material, lo vimos y lo trabajamos juntos; le llevé 65 obras y terminamos eligiendo unas 36. Todas se exhibieron en gran formato: algunas fueron copiadas a dos metros de ancho… Me dieron la Sala 8, una sala hermosa, enorme, tan alta, imponente. Fue muy emocionante ver mi trabajo fotográfico por primera vez colgado y tan bien montado en ese lugar, con toda la importancia que reviste el Centro. Y después la muestra viajó por todo el país. Recibí lindas críticas, lo disfruté; estuvo muy bien. Fue como… uffff”.
Las de Contraluz son las primeras canciones nuevas de Aznar en cuatro años; es decir –valga la paradoja– desde Ahora.
–Ocuparse de todas las fotos del disco, “ir viendo”, ¿cambió su forma de componer?
–Creo que sí: hay un impacto del ojo del fotógrafo en el trabajo del músico, y también en el trabajo del poeta. Porque en fotografía pensás en imágenes y en poesía también, de alguna manera. Y en este disco el poeta, en muchos de los casos, casi que lo llevó de la mano al músico y no al revés. Las canciones están muy apoyadas sobre las letras: el poeta puso al músico a trabajar.
–¿Y qué hacía el fotógrafo, mientras?
–Creo que el fotógrafo iba susurrando cosas al oído, porque las letras tienen muchas imágenes. La letra de “Como un león” son todas “fotos”: “Ruge, ronda, sitia, guarda; sabe, calla, mira, marca; vela, como un león.”
–En “La Tríada” usted canta: “Como un pincel sobre el papel, dibuja flores vivas”. Eso también suena a sacar una foto.
–No lo había registrado; bien por vos (risas). No había caído en cuenta de cuánto el ojo, que busca imágenes, se había filtrado en la composición. Toda esa letra también es de fotos: “Viento del mar, ladrón de sal que canta lejanías”.
–La primera canción, “Sol de California”…
–(Se adelanta a la intención) ¡Te imaginaste surf-rock de los Beach Boys! (Carcajada.)
–¡Claro! Pero resulta que aparecen Alan Watts, Carl Jung, Aldous Huxley y Joseph Campbell. ¿Qué hace ahí esa difícil delantera de cuatro?
–Está muy lejos de ser fácil, sí (sigue riendo). Alan Watts fue una especie de sabio zen con una filosofía muy particular; su ensayo sobre la materialidad dio por tierra con la idea de que era un hombre santo. Entre otras cosas, el tipo se refiere al dinero, al sexo y a la comida, aunque vistas desde la perspectiva de un filósofo espiritual. Bajando el mito del vegetarianismo, dice: “Un vegetariano es alguien lo suficientemente sordo como para no escuchar a una zanahoria gritar”; eso me parece brillante y me causó mucha gracia. Yo soy semivegetariano: de entre los animales consumo únicamente pescado, pero en distintos momentos de mi vida pensé si no debería ser vegano, por “alguna cuestión ética”. Y me gustó mucho que Watts tuviera una visión tan desacartonada… Hay monjes que van descalzos y caminando en puntas de pie para no matar a ningún bichito que se les cruce en su camino… Me parece una exageración. Por el simple hecho de respirar, estás tragándote alguna…
–...bacteria, pobrecita, organismo vivo...
–¡Claro! Entonces: el hecho de vivir involucra la muerte, todo el tiempo. Por eso Alan Watts está puesto ahí, riéndose del koan, esas preguntas tan capciosas y tramposas que te hacen los maestros zen para ver si entendiste o no entendiste: Watts se ríe a carcajadas del koan de vivir. “Estar vivos” es una gran pregunta, con alcances, desafíos e implicancias infinitas. Y, si no tenés un poco de desparpajo y no te sabés reír, la vida se hace imposible. Campbell, por su parte, ve cómo los hombres de esta era se olvidan de lo primal. El puso de nuevo en el mapa de Occidente a los mitos: no son simplemente historias de nuestros antepasados que ya “superamos” en este mundo tecnificado, industrializado y civilizado. No. Nos siguen modificando, segundo a segundo.
–Como el mismo contraluz, que de alguna manera refiere al mito de la Caverna de Platón…
–¡Exactamente! Si de algún modo la raza humana pudiera empezar de nuevo sin herencia cultural, volvería a hacer algo parecido a lo que ya hicimos: volveríamos a toparnos con el lenguaje, con la música, con la danza, con los monstruos, con el inconsciente, con el sol, con la idea de Dios, con los héroes...
–Usted está citando casi todos los arquetipos de Carl Jung… pero su canción dice: “Jung pregunta incómodas preguntas sobre la comodidad”.
–Sí (sonríe). Se refiere a El hombre moderno en busca de su alma, a lo que somos como hijos de esta era y a que seguimos en la búsqueda… Pero Jung, en este mundo de contraluces, hace preguntas incómodas acerca de la comodidad: “Si tu vida está hecha de todas estas comodidades, si la vida parece estar tan bien, ¿por qué te sentís tan mal?”.
–¿Usted cree que todos se hacen esa pregunta?
–Sí, creo que sí. (Piensa.) Aunque no todos, ni todo el tiempo.
–¿Y Aldous Huxley?
–Huxley fue uno de los tipos que iniciaron una revolución de los estados ampliados de conciencia: en Las puertas de la percepción, cuando comenta su primer viaje bajo los efectos de la mescalina, cuenta que está en un jardín y que comienza a ver “un palacio con joyas” en cada una de las hojas de los árboles: “Esmeraldas de otros mundos en las hojas”. Huxley percibía la naturaleza como lo que es: una absoluta maravilla en cada nervadura, cosa de la que nos olvidamos porque pasamos a través de las cosas dándolas por sobreentendidas.
–Por eso el estribillo: “La vida es sobrenatural”.
–Por eso, porque hay algo atrás. Si corrés la cortina, es infinito. Y lo de “Sol de California” viene a cuento porque estaba haciendo un almuercito casero en el jardín de una casa que había alquilado en San Francisco y me quedé mirando un limonero hermoso; el lugar tenía, notoriamente, la misma impronta que la de mi vieja casa de Liniers, una cosa entre rural y de barrio. ¡Como si tuviera un enano de jardín, ponele! Había herramientas paradas contra una pared, una palita… ¡Y yo estaba en California, en la otra punta del mundo! “¡Qué loco!”, pensé. Es mi lugar de infancia y a la vez… no es. Y la luz le daba al limonero como si fuera a través, y las hojas parecían esmeraldas. Y me acordé de Huxley.
–Siendo usted un “invitero” importante, en este disco hay una única invitada: la dama cubana Omara Portuondo.
–Surgió a partir de la invitación del Buena Vista Social Club para cantar con ellos en el Gran Rex; luego, en el invierno del año pasado, le regalé a Omara el boceto de la canción “Última pieza”. Nunca había estado con ella y meses después surgió la idea de cantarla juntos. Ella tenía un día libre durante su gira por Asia, el 11 de mayo pasado, y la grabamos vía Skype, Buenos Aires-Hong Kong. Omara tenía auriculares y yo, desde acá, comentaba y le iba sugiriendo cosas, íbamos conectándonos; fue genial (sonríe).
–Lo hace parecer cálido, aunque grabar a 18 mil kilómetros suene a algo tan frío…
–¿Cuál es la diferencia entre aquello y un vidrio en un estudio de grabación? La única diferencia es que no pude darle un beso…
–Los primeros acordes de “Como un león” remiten quizás a “Fugu” (Quebrado, 2008). Y apenas comienza “Refugio” cualquiera podría decir: “¡Éste es un tema de Pedro!”. ¿Cuándo empezó a pasarle al público esto de reconocer, al primer pestañeo, el “sonido Aznar”? ¿Y cuándo le empezó a pasar a usted?
–En Cuerpo y alma (1998) elegí con qué quedarme para hacer mi trabajo. Y elegí dos grandes ramas: el rock y la música de raíces latinoamericanas. Me puse a hacer dialogar esas dos cosas, en paralelo y fusionadas; diez años más tarde, Quebrado corrigió el rumbo, de alguna manera… No, no “corrigió”, porque no había nada que corregir…
–¿Redefinió?
–Reenfocó. Vitalizó el lado del rock, recuperó la personalidad de las guitarras eléctricas, como esto que decís vos: esa sonoridad que reconoce: “¡Ahhh, es eso!”. Y éste es el tercer disco de estudio que está en esa impronta.
–En Contraluz también hay una ranchera mexicana (“Por la vuelta”) y hasta música afroperuana (“Caballo de fuego”).
–Tengo referencias de rancheras desde mi infancia, porque en casa se escuchaban mucho… Surgió por una jugarreta del inconsciente, por el Día de los Muertos de México: es una referencia a tomar la finitud de la vida como una invitación a redoblar la apuesta. “Caballo de fuego”, por su parte, está tomado de la música afroperuana… pero le sumo algunas cosas. Mi incursión más profunda en la música afroperuana fue cuando produje el disco de Eva Ayllón (2002); fue una delicia trabajar con ella, todos sus músicos son extraordinarios y resultó una experiencia reveladora. Juntos fuimos a peñas con músicos tradicionales; estábamos hasta la madrugada tomando pisco y cantando… Fue una corroboración de la presencia africana en la música folklórica sudamericana.
–En el horóscopo chino, usted no es “Caballo de Fuego” sino “Chancho de Tierra”…
–Sí (se ríe)… Pero esto del “caballo de fuego” es por la imagen de un animal desbocado. Un animal intangible, una cosa más mitológica.
–De regreso a los mitos...
–Bueno, en “El Sol de California” hay una especie de haiku que no se entiende si no cuento de dónde viene. Hice un taller intensivo en la Singularity University, en un campo de la NASA en California; hablábamos de tecnologías de cuánticas potenciales, de desarrollos en robótica, en nanotecnología y en inteligencia artificial. En una de las tareas teníamos que escribir un mensaje a las personas que habrían de vivir en 2045. “Tienen un mensaje para enviarles a través del tiempo”, nos propusieron. “¿Qué mensaje les quieren mandar?” Y a mí se me cruzó esta especie de haiku. Y lo aceptaron.
“Don’t Play God,
Don’t Get Greedy,
Don’t Forget Others.”
(No jueguen a ser dioses, no sean codiciosos, no se olviden de los demás.)
Gloria Guerrero






Comentarios

  1. No encuentro el link

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que en el blog no compartmos discos sin el consentimiento de los mùsicos.
      Si quieres algo màs de lo que hay publicado aquí, deberías suscribirte a la lista de correo, y desde un mail de gmail o yahoo (no de Microsoft tipo Live, Outlook o Hotmail porque rechazan los mensajes de la lista).

      Acá hay una guía para suscribirte:
      http://cabezademoog.blogspot.com.ar/p/por-si-algun-dia-no-estamos-aca.html

      Saludos

      Eliminar
  2. Después de "Ahora" no le tenia mucha fe a Pedrito... pero esta vez se lució, un discazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Lo más visto de la semana pasada

Los 100 Mejores Álbumes del Rock Argentino según Rolling Stone

Quizás hay que aclararlo de entrada: la siguiente lista no está armada por nosotros, y la idea de presentarla aquí no es porque se propone como una demostración objetiva de cuales obras tenemos o no que tener en cuenta, ya que en ella faltan (y desde mi perspectiva, también sobran) muchas obras indispensables del rock argento, aunque quizás no tan masificadas. Pero sí tenemos algunos discos indispensables del rock argentino que nadie interesado en la materia debería dejar de tener en cuenta. Y ojo que en el blog cabezón no tratamos de crear un ranking de los "mejores" ni los más "exitosos" ya que nos importa un carajo el éxito y lo "mejor" es solamente subjetivo, pero sobretodo nos espanta el concepto de tratar de imponer una opinión, un solo punto de vista y un sola manera de ver las cosas. Todo comenzó allá por mediados de los años 60, cuando Litto Nebbia y Tanguito escribieron la primera canción, Moris grabó el primer disco, Almendra fue el primer

Mauricio Ibáñez - Shades of Light & Darkness (2016)

Vamos con otro disco del guitarrista chileno Mauricio Ibáñez, que ya habíamos presentado en el blog cabeza, mayormente instrumental, atmosférico, plagado de climas y de buen gusto, "Shades of Light & Darkness" es un álbum que muestra diferentes géneros musicales y estados de ánimo. Se relaciona con diferentes aspectos de la vida humana, como la sensación de asombro, crecer, lidiar con una relación problemática, el éxito y el fracaso, luchar por nuestros propios sueños y más. Cada una de las canciones habita un mundo sonoro único, algunas canciones tienen un tono más claro y otras más oscuras, de ahí el título, con temas muy agradables, melancólicos, soñadoros, algunos más oscuros y tensos, donde priman las melodías cristalinas y los aires ensoñadores. Un lindo trabajo que les entrego en el día del trabajador, regalito del blog cabezón!. Artista: Mauricio Ibáñez Álbum: Shades of Light & Darkness Año: 2016 Género: Progresivo atmosférico Duración: 62:34 Refe

Soft Machine - Facelift (France & Holland) (2022)

Cerrando otra semana a pura música en el blog cabeza, volvemos a traer un registro histórico de Soft Machine en vivo, o mejor dicho, dos registros pero este disco dobre muestra a los muchachos en el 2 de marzo de 1970 en el Théâtre de la Musique, París, Francia, mientras que en el segundo álbum se los puede escuchar en el 17de enero del mismo año en Concertgebouw, Amsterdam, Países Bajos. Y como esto no tiene ni necesita mucha presentación, paso a despedirme hasta el miércoles de la semana próxima, y espero que no me extrañen porque les dejé bastante música y reflecciones como para que estén entretenidos en sus momentos de ocio. Artista: Soft Machine Álbum: Facelift (France & Holland) Año: 2022 Género: Escena Canterbury Duración: 1:55:59 Referencia: Discogs Nacionalidad: Inglaterra Acá podrán disfrutar a los Soft Machine en vivo y tocando en la cima de su mejor momento. Rutledge, Hopper, Wyatt y Dean parecen juntos una fuerza de la naturaleza a la que nada se

Bosón de Higgs - Los Cuentos Espaciales (2023)

Para terminar la semana presentamos un disco doble muy especial, desde Ecuador presentamos a una banda que ya tiene un nombre particular que los define: Boson de Higgs, que como ópera prima se manda con un concepto inspirado en el cosmos, la astronomía en un viaje interestelar de 15 temas que tienen además su versión audiovisual, en un esfuerzo enorme que propone la divulgación científica y cultural de un modo nuevo, donde se aúnan la lírica en castellano, el rock alternativo, la psicodelia, el space rock, el hard rock y el rock progresivo. Un álbum doble sumamente ambicioso, con muy buenas letras y musicalmente muy bien logrado y entretenido en todos sus temas (algo muy difícil de conseguir, más pensando si es su primera producción) y donde puede verse en todo su esplendor en su versión audiovisual que obviamente no está presentado aquí salvo en algunos videos, pero que pueden ver en la red. En definitiva, dos discos muy buenos y realmente asombrosos para que tengan para entretenerse

Skraeckoedlan - Vermillion Sky (2024)

Entre el stoner rock, el doom y el heavy progresivo, con muchos riffs estupendos para todos y por todos lados, mucha adrenalina y potencia para un disco que en su conjunto resulta sorprendente. El segundo disco de una banda sueca que en todo momento despliega su propio sonido, a 4 años desde su anterior álbum, "Earth". Saltarás planetas, verás colisionar cuerpos celestes, atravesarás galaxias y te verás arrastrado hacia la nada que lo abarca todo, conocerás el vacío y el fuego abrasador de los soles, y también encontrarás algunos arcoíris desplegándose bajo el cielo bermellón. He aquí un viaje interestelar por el universo de los sonidos, en una búsqueda tremenda y desgarradora, un disco muy bien logrado, que muestra una de las facetas de los sonidos de hoy, donde bandas deambulan por el under de todos lados del mundo en pos de su propio sonido y su propia identidad, y también (al igual que muchos de nosotros) su lugar en el mundo terrenal, tan real y doloroso. Los invito

Guranfoe - Gumbo Gumbo (2022)

Como corresponde al comienzo de semana, empezamos un lunes con un gran disco, y ahora de una de esas nuevas bandas que no tienen nada que envidiarle a los grandes monstruos de antaño. ahora con su segundo y último disco. En una entrega totalmente instrumental y a lo largo de todo el disco estos músicos ingleses nos brindan una exposición de como un disco puede ser melódico, apasionado, imaginativo, complejo, temerario, dinámico, adrenalítico y muchos adjetivos más que no alcanzan para describir toda la música de estos chicos, ahora arremetiendo con temas que fueron creados en sus inicios, incluso que fueron interpretados en vivo pero nunca grabados, y razones tienen ya que este material no da para que se pierda en el olvido, ya que este álbum suena tan hermoso como se ve su portada. Cinco temas que son técnicamente brillantes y que recuerdan a una colisión entre Zappa y Camel. Una fusión de folk, jazz y Canterbury que es tan psicodélica como progresiva, intensamente melódica y fá

Video de Los Viernes - Nostalgia del Hogar "Feel Like Going Home" 2003

The Blues es una serie documental producida por Martin Scorsese en 2003, declarado "Año del Blues" en Estados Unidos, genero que influyo al jazz y al rock. Cada una de las siete películas que componen la serie ha sido dirigida por un cineasta entusiasta del género y en ellas se hace un repaso su origen y desarrollo a lo largo del siglo xx Hoy toca el turno de Nostalgia del Hogar " Feel Like Going Home 2003" Dirigida por el propio Scorsese, este primer film de la serie rinde homenaje al Delta blues, a los orígenes del género, recorriendo el Estado de Misisipi de la mano del músico Corey Harris, para continuar después viajando por el continente africano en busca de las raíces del Blues. Feel like going home habla de músicos que se criaron alrededor de los algodonales, sin dinero ni comida, allí surgieron unos músicos que aliviaban las vidas de la gente como John Lee Hooker, Willie King, Son House o Robert Johnson. Músicos que se adaptaban a los tiempos, como O

Cuando la Quieren Enterrar, la Memoria se Planta

El pueblo armado con pañuelos blancos aplastó el intento de impunidad . Alrededor de medio millón de personas se manifestaron en la Plaza de Mayo para rechazar categóricamente el 2x1 de la Corte a los genocidas. No fue la única, hubo al menos veinte plazas más en todo el país, todas repletas, además de manifestaciones en el exterior. Una multitud con pañuelos blancos en la cabeza pudo más que todo el mecanismo político-judicial-eclesiastico-mediático, forzando al Congreso a votar una ley para excluir la aplicación del "2x1" en las causas de lesa humanidad. Tocaron una fibra muy profunda en la historia Argentina, que traspasa generaciones. No queremos genocidas en la calle: es tan simple como eso. Tenemos que tolerar las prisiones domiciliarias a genocidas, que se mueran sin ser condenados o que sean excarcelados gracias a los jueces blancos. Cuesta muchísimo armar las causas, años. Muchos están prófugos, muchos no pudieron condenarse por falta de pruebas y otros porque tard

Rick Miller - One of the Many (2024)

Para empezar el día y la semana nos vamos a Canadá de la mano del veterano multi-instrumentalista Rick Miller que presenta su último y mejor trabajo. Desplegando un rock progresivo atmosférico muy emocional, con muchas texturas sonoras y lleno de buen gusto, inspirado en artistas como Pink Floyd, The Pineapple Thief y Steve Hackett (ojo, solo inspirado), siempre con temáticas líricas ambiciosas, sombrías y bellas como su música y la tapa de sus discos. Este es un viaje a través de paisajes sonoros ricos, cinematográficos, etéreos melancólicos, nostálgicos y oscuros, con mucha sensibilidad melódica, ofreciendo capas, sofisticados arreglos que brindan una experiencia inmersiva que nunca deja de sorprender e impresionar, pero al mismo tiempo accesible y atractivo. Te invito a un mundo sonoro intrigante, con cautivadoras melodías de música atractiva, estimulante y gratificante, ideal para comenzar la semana en el blog cabeza. Artista: Rick Miller Álbum: One of the Many Año: 2002

Los Dos - Caminos (1974)

En nuestra recorrida por el rock mexicano hoy revisamos un disco humilde pero bien logrado, sin esperar demasiado tampoco, y copio un comentario que hace referencia justamente a ello: "Es refrescante escuchar a músicos que se limitaban a hacer lo que les venía en gana, sin preocuparse de ser considerados autores geniales y con ideas nuevas. Los Dos eran Allan y Salvador, un dúo muy limitado musicalmente; no obstante, esas carencias la suplen con honestidad: mucha honestidad. Su mezcla, algo burda, de rock-folk, música tradicional latina y canto nuevo chileno, tiene momentos por demás emotivos y conmovedores. Sus letras eran muy sencillas y poco rebuscadas, en su mayoría acerca del amor". Disco raro, muy poca información se encuentra en la red, a mi parecer uno de los pocos discos hechos en México en los 70’s con un sonido muy jipi y folk. Eso lo describe bien, bien jipi y folk... Artista: Los Dos Álbum: Caminos Año: 1974 Género: Rock psicodélico / Folk rock Dura

Ideario del arte y política cabezona

Ideario del arte y política cabezona


"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.