Ya hemos hablado de las sumilitudes de "los minutos de odio" del 1984 de Orwell con los Bin Ladens que sirven para a través del mido y del odio controlar y direccionar a toda la sociedad. En la nota dejamos claro porqué decimos que el capitalismo es en realidad el padre de todas las formas de terrorismo (social, económico, ecológico, la delincuencia financiera, etc.) que pone en peligro a todo ser vivo, al ser humano, a los pueblos y al planeta. Su hija, la miseria social, es madre de todos los sufrimientos y violencias que el marketing mediático tan bien sabe aprobechar, y que, entre otras cosas, deriva en la elección y entrega ciega y sorda de las sociedades del mundo a un sistema económico neoliberal, en un contexto donde los medios instrumentalizan la desinformación que falsea la realidad y condiciona el "pensamiento". Nos gobiernan quienes fomentan el más feroz odio, en Argentina refugiados tras un velo de ingenuidad y alegría, en otros partes mostrando otra cara, pero en el mundo gobierna lo peor del capitalismo.
El temor, el individualismo y el malestar son útiles al talibanismo neoliberal: no hay reflexión, no hay cooperación, nada se comparte, sí el miedo, la obediencia. Estamos en una guerra mediática, una guerra de desinformación, una guerra de comunicación, guerra de las palabras, donde la primera resistencia es la resistencia intelectual. Reflexionar se convierte inmediatamente en desobedecer y abandonar el rebaño.
Hoy, el capitalismo mata todo ser vivo para fines económicos y financieros en detrimento de la vida humana que no tiene precio. La humanidad y el sistema ecológico están en peligro, la urgencia es tal que se puede hablar de ecocidio y de humanicidio, neologismos muy fúnebres, reveladores de nuestros tiempos modernos tan sombríos en los que el suicidio es moneda corriente. Estamos en una encrucijada en la Historia humana, y el único camino planteado hoy en día (el capitalismo) lleva al suicidio, literalmente.
El temor, el individualismo y el malestar son útiles al talibanismo neoliberal: no hay reflexión, no hay cooperación, nada se comparte, sí el miedo, la obediencia. Estamos en una guerra mediática, una guerra de desinformación, una guerra de comunicación, guerra de las palabras, donde la primera resistencia es la resistencia intelectual. Reflexionar se convierte inmediatamente en desobedecer y abandonar el rebaño.
Hoy, el capitalismo mata todo ser vivo para fines económicos y financieros en detrimento de la vida humana que no tiene precio. La humanidad y el sistema ecológico están en peligro, la urgencia es tal que se puede hablar de ecocidio y de humanicidio, neologismos muy fúnebres, reveladores de nuestros tiempos modernos tan sombríos en los que el suicidio es moneda corriente. Estamos en una encrucijada en la Historia humana, y el único camino planteado hoy en día (el capitalismo) lleva al suicidio, literalmente.
Durante la Segunda Guerra Mundial en Europa se produjeron una serie de eventos públicos que aspiraban a desatar el odio contra algunos grupos sociales: judíos, comunistas y masones eran deshumanizados en el relato y ello permitía su crucifixión social siempre y cuando la opinión pública acepte el relato. Existen estudios donde se profundiza sobre las técnicas utilizadas en la propaganda del odio y los resultados que se produjeron, en una interpretación de cómo el odio y el miedo fueron utilizados como ejes de un discurso único y totalitarista, adoctrinando a la población sobre la base de una ideología despótica, para que el pueblo asuma el despotismo de los poderosos como propio.
Lo decimos una vez más y lo repetimos hasta el cansancio; la dictadura mediática existente ha impuesto una cultura del consumismo que aliena, aculturiza y produce falsa conciencia. Una cultura de la violencia que fluye por todo el universo humano. Una cultura de control que somete a todas las conciencias a un bombardeo continuo de mentiras sórdidas que se hacen verdades inocentes. El poder controla los medios que han impuesto una cultura truculenta a través de la cual domina, manipula, envilece, deforma, somete, aterroriza, divide, desmoviliza, asimila, amordaza y compra conciencias, valores, verdades y culturas.
Los "dos minutos de odio" de Orwell no puede ser mejor ejemplo; es el momento del día en el que los adoctrinados obreros de Eurasia dedican a catarsear sus desgracias descargando su desprecio ante un video del máximo representante de la traición de su patria. La realidad es peor, porque el ciudado común en cualquier parte del mundo es bombardeado las 24 hs. del día.
El individualismo y la hostilidad (tan propios del "salvese quien pueda" y la "meritocracia" del modelo neoliberal) se ha hecho carne en la forma de la convivencia social, se ha diseminado esa manera provocativa, agresiva y violenta de tratar al otro, y ya no sólo al de la vereda de enfrente sino al que está de tu lado. La han inyectado a través de la forma de hablar en los programas de televisión, en los medios, y se diseñoma en la calle. El objetivo de todo grupo de medios, es la rentabilidad, nunca la verdad. Son empresas y para obtener ganancias deben modelar la sociedad, y tienen ese poder. Es el capitalismo, así funciona. O lo entendemos o nos creemos sus distintas fábulas y relatos.
Las fábulas y los relatos
El capitalismo, y principalmente su nueva versión recargada que es el neoliberalismo, es como una forma nueva de fascismo. Es la fuente de todas las formas que adopta el terrorismo: política, económica, social, cultural, ecológica; siembra miseria, violencia y sufrimiento.
Por ejemplo, en Argentina de hoy, el coro político-mediático confirma que lo único que dejó el anterior gobierno fue corrupción, pobreza y ñoquis. Los medios hegemónicos lo repiten desde hace años. La comprobación de eso está floja de papeles porque si bien hay muchos aspectos negativos también hay varios puntos a favor, pero no hace falta verificar nada, ya que es un hecho porque lo dicen los medios. En la abundancia de interrogantes escasean las repreguntas. Esta voz coral, unánime e idéntica debería transformar el relato en inverosímil. Sin necesidad de defender la gestión anterior, el actual relato del "todo fue malo en los últimos 12 años" debería, al menos, generar dudas.
El lenguaje es un instrumento de poder. El lenguaje sistematizado con una intención produce relatos, llenos de palabras se pueden cargar semánticamente como si fuesen balas, por ejemplo: "extranjero" (si es sudaca, si es europeo claro que no), "zurdo vago" o "negro villero". Antes (en Argentina, en otros lugares será con su propia impronta) era "cabecita negra" o "el aluvión zoológico" y ahora se ha impuesto también para el que es kirchnerista y militante, entre muchos otros "estigmatizados" de la palabra. Esas balas cargadas de sentido son disparadas, implicita o explícitamente, por los medios sobre el ingenuo individuo del otro lado del televisor, el diario, la radio o Internet. Y en muchísimos casos se las acepta sin una sola reflexión, y formará parte de su "realidad", conformando una mirada desde la que interpretará al mundo como si fuese la realidad misma.
Por el contrario, a otras palabras se las vacía de sentido (republicano, libertad, democracia). Por eso, modelar la lengua es modelar el inconsciente colectivo.
Muy bien lo expone mi querido Mempo en una nota de la que traigo una sección que reza:
Es interesante detenernos en el relato de la corrupción, porque en el relato de los medios importa la corrupción kirchnerista pero no la corrupción macrista que ya salió a la luz internacionalmente. En ese relato la verdad no tiene relevancia y no importan los ladrones de Báez o López, lo que sí vale es que el relato de corrupción funciona como la excusa ideal y tranquilizadora para no tener que blanquear que lo que realmente molesta que es la inclusión; una inclusión desprolija, clientista, incompleta y desigual pero que molesta al establishment. Es políticamente incorrecto decir a viva voz que no te parece bien los avances sociales y la inclusión; que los trabajadores puedan comprar un auto, viajar en avión, irse de vacaciones, aunque no se pueden contener y muestran su verdadero pensamiento cuando expresan que los únicos argentinos que valen son los que tienen cuentas en el exterior (Merconian), "las negritas se embarazan para cobrar un plan" (textual de Julián Dindart y Miguel del Sel), González Fraga dice "le hicieron creer al empeado que podía comprar celulares e irse al exterior", o el "si la nafta está cara no carguen" de Aranguren y el "en plata no es tanto" de Dietrich sobre el precio del transporte, o "el gobierno anterior había acostumbrado a la gente a comer barato" de Buryaile, o el "era mentira que podían tener calefacción y electricidad sin tarifas reales" de María Eugenia Vidal y Gabriela Nichetti.
Si esa no es una verdadera "Fábrica del Odio", díganme entonces qué es...
Esta negación a avances de clases bajas demuestra el profundo odio de la casta dominante aunque luego edulcoren el discurso y nos quieran convencer de que les preocupan los pobres, o que quieren alcanza la "pobreza cero". Odio que se derrama a toda la sociedad. Estaba equivocado Fukuyama cuando afismaba que en el "fin de la historia" la riqueza de la cúspide de la pirámide social se derramaría hacia toda la sociedad. No es guita lo que derrama la clase dominante sino puro odio. El "show del Fuck You" del marcenario periodista Lanata sería un perfecto ejemplo de la práctica de fomentar el odio en toda la sociedad, no importa el odio a quien, el tema es repartir odio (al boliviano, al gay, al zurdo, al que piensa distinto) mientras que en su doble lenguaje arengan contra el bulling.
El ejemplo perfecto de los engranajes de la Fábrica de Odio que modelan la opinión pública es el vomitivo face de "Lanata 2.0", en él se puede ver toda clase de mensajes difamatorios contra el gobierno anterior. Y estaría muy bien si no fuera que ellos terminan defendiendo al gobierno entreguista actual. Si quieren ver "La Fábrica de Odio" en todo su esplendor, por favor, entren acá que no tiene desperdicio; binladelización en su máxima expresión. Aquí un ejemplo sacado de Lanata 2.0, saquen sus propias conclusiones:
La permanente estigmatización de los sectores populares, sus valores, su cultura, sus modos de vida, se presenta como la "verdad" sin vueltas. En realidad es parte de un relato que se basa en convicciones profundas de la clase dominante, de un modo de pensar, de sentir y entender la vida, la sociedad y la política llenas de un profundo odio, y compartido con buena parte de sus votantes. Un código genético compartido.
Ese discurso único desboca la militancia moderna de los hombres de bien: las redes sociales. Esa militancia del @ y el smartphone, se siente con la libertad para insultar, descalificar, ningunear al que opina de otra forma y se creen con vía libre como para publicar, ante cualquier situación conflictiva típica de una sociedad movilizada como la argentina, una foto del genocida Videla con la frase "esto lo arreglo en tres minutos". Aquí en nuestro blog lo tenemos a nuestro denunciador, que tanto se molesta por nuestras ideas, pero sobretodo ¡Por expresarlas abiertamente!.
La cultura como medio de resistencia
A través de toda la Historia, en las dictaduras y los regímenes fascistas los primeros perseguidos fueron los artistas y los intelectuales. Las bibliotecas, fuentes de conocimiento, fueron sistemáticamente incendiadas, ya que se prohíbe cuestionar el orden establecido por medio de la denuncia.
Hoy, los "mass media", los medios de masas, multimedios, emporios de medios o como quieran llamarlos, conforman un verdadero complejo industrial-ideológico-político que baña con su propaganda todo el espectro del accionar humano, constituyéndose no sólo en un verdadero formador de opinión y de "realidades", sino de formas de vida: qué debes consumir, cómo debes esparcirte, qué debes pensar, etc. en un sometimiento y dominación engañosa donde como esclavos nos creemos enteramente libres.
por ello, en las sociedades capitalistas neoliberales se privilegia más la inteligencia lógico-matemática, el cerebro izquierdo, las tareas repetitivas, el molde, el condicionamiento, mientras que el arte permite abrir el campo de las posibilidades y alimentar las inteligencias emocionales. Las artes y las culturas, especialmente las culturas populares contemporáneas, permiten desarrollar el potencial cognitivo, el pensamiento, el espíritu crítico, la benevolencia y la empatía. Las artes y la cultura son la piedra angular de la humanidad y lo demuestran en cada absolutismo y autoritarismo.
Por ello, nuestra principal arma y escudo ante los males del mundo sólo puede ser abrir los ojos y alimentar nuestra inteligencia, nuestro pensamiento crítico y nuestra libertad creativa.
En las sociedades capitalistas, se capacitan consumidores y no actores de aprendizajes. Siempre por la misma razón: es útil contar con ovejas dóciles. Por ello, hoy más que nunca; saber, estar atentos y ser críticos, es poder.
Eso para empezar... porque no alcanza ni es el único medio de resistencia al avance del odio, pero es un comienzo.
Tenés que entender que existe una poderosa fuerza que intenta conmover tus cimientos insultándote, maltratándote con un discurso único y generalizado, agraviando tus ideas. Será preciso una resistencia que debe comprender cómo el odio del relato oficial se mete en nuestras vidas, porque como decía Freud, cuando se empieza a ceder con las palabras, se termina cediendo en las cosas. Se trata de tu lengua y tu cultura, esa que puede llenarse de poesía y gracia. Esa, tu lengua, que permite que te expreses en el mundo y expresa tus pensamientos. Si se apropian de nuestra lengua, de nuestra cultura, de nuestra manera de hablar, de nuestra manera de estar con los otros, se apropiarán también de nuestro pensamiento y de todo.
Nuevos modelos sociales desde la base mediante la desobediencia y la autogestión y de recuperación de las relaciones humanas son posibles, hay ejemplos actuales en todo el mundo, y su crecimiento podría implicar una vuelta de tuerca al actual dominio del mercado totalitario. Pero para que puedan crecer nuevas alternativas a un mundo mejor deberemos dejar de aceptar la realidad que nos impone el actual sistema social y su odio creciente.
Lo decimos una vez más y lo repetimos hasta el cansancio; la dictadura mediática existente ha impuesto una cultura del consumismo que aliena, aculturiza y produce falsa conciencia. Una cultura de la violencia que fluye por todo el universo humano. Una cultura de control que somete a todas las conciencias a un bombardeo continuo de mentiras sórdidas que se hacen verdades inocentes. El poder controla los medios que han impuesto una cultura truculenta a través de la cual domina, manipula, envilece, deforma, somete, aterroriza, divide, desmoviliza, asimila, amordaza y compra conciencias, valores, verdades y culturas.
Los "dos minutos de odio" de Orwell no puede ser mejor ejemplo; es el momento del día en el que los adoctrinados obreros de Eurasia dedican a catarsear sus desgracias descargando su desprecio ante un video del máximo representante de la traición de su patria. La realidad es peor, porque el ciudado común en cualquier parte del mundo es bombardeado las 24 hs. del día.
El individualismo y la hostilidad (tan propios del "salvese quien pueda" y la "meritocracia" del modelo neoliberal) se ha hecho carne en la forma de la convivencia social, se ha diseminado esa manera provocativa, agresiva y violenta de tratar al otro, y ya no sólo al de la vereda de enfrente sino al que está de tu lado. La han inyectado a través de la forma de hablar en los programas de televisión, en los medios, y se diseñoma en la calle. El objetivo de todo grupo de medios, es la rentabilidad, nunca la verdad. Son empresas y para obtener ganancias deben modelar la sociedad, y tienen ese poder. Es el capitalismo, así funciona. O lo entendemos o nos creemos sus distintas fábulas y relatos.
Las fábulas y los relatos
El capitalismo, y principalmente su nueva versión recargada que es el neoliberalismo, es como una forma nueva de fascismo. Es la fuente de todas las formas que adopta el terrorismo: política, económica, social, cultural, ecológica; siembra miseria, violencia y sufrimiento.
Por ejemplo, en Argentina de hoy, el coro político-mediático confirma que lo único que dejó el anterior gobierno fue corrupción, pobreza y ñoquis. Los medios hegemónicos lo repiten desde hace años. La comprobación de eso está floja de papeles porque si bien hay muchos aspectos negativos también hay varios puntos a favor, pero no hace falta verificar nada, ya que es un hecho porque lo dicen los medios. En la abundancia de interrogantes escasean las repreguntas. Esta voz coral, unánime e idéntica debería transformar el relato en inverosímil. Sin necesidad de defender la gestión anterior, el actual relato del "todo fue malo en los últimos 12 años" debería, al menos, generar dudas.
El lenguaje es un instrumento de poder. El lenguaje sistematizado con una intención produce relatos, llenos de palabras se pueden cargar semánticamente como si fuesen balas, por ejemplo: "extranjero" (si es sudaca, si es europeo claro que no), "zurdo vago" o "negro villero". Antes (en Argentina, en otros lugares será con su propia impronta) era "cabecita negra" o "el aluvión zoológico" y ahora se ha impuesto también para el que es kirchnerista y militante, entre muchos otros "estigmatizados" de la palabra. Esas balas cargadas de sentido son disparadas, implicita o explícitamente, por los medios sobre el ingenuo individuo del otro lado del televisor, el diario, la radio o Internet. Y en muchísimos casos se las acepta sin una sola reflexión, y formará parte de su "realidad", conformando una mirada desde la que interpretará al mundo como si fuese la realidad misma.
Por el contrario, a otras palabras se las vacía de sentido (republicano, libertad, democracia). Por eso, modelar la lengua es modelar el inconsciente colectivo.
Muy bien lo expone mi querido Mempo en una nota de la que traigo una sección que reza:
Y en primer lugar que si por pensar como pensamos muchos arrecian las descalificaciones acusatorias de ser K, ultra K o recontra K que impusieron los mentimedios, hay que responder que ésas son formas de persecución fascistas. Ya sabemos que cuando en este país te adjetivan, como cuando dicen que no tenés que victimizarte, es porque te están vigilando y se preparan para reprimir. Y si además se les nota la inclinación por la violencia como ya mostraron en algunas represiones, entre ellas y especialmente la de Rosario el Día de la Bandera, que la telebasura ocultó rigurosamente, pues eso también se llama fascismo. Y no está demás recordar –aunque no falten los que digan que es una comparación exagerada– que así empezaron los nazis en la Alemania de los años 30 y 40.Mempo Giardinelli
De donde es coherencia, nomás, lo de estos señores de trajes caros y lenguas mentirosas que, digámoslo de una vez, no son solamente neoliberales o gente de derecha (lo que no es necesariamente malo si sus comportamientos son democráticos y acordes a la Constitución) sino que son fascistas. Por su clasismo, su racismo, su hipocresía, su arrogancia, su machismo y su latente intolerancia, quizás sea hora de declarar que tenemos un gobierno fascista, más allá de que fue muchísima gente democrática y honesta la que los colocó en el poder, y más allá de que también hay muchos funcionarios honorables en todos los estamentos del actual gobierno.
Es en su comportamiento y en sus decisiones donde se advierte que el macrismo es, en esencia, fascista. Porque perfeccionan la entrega de los últimos restos del patrimonio colectivo, pero ya nos endeudaron por tres generaciones, jodieron a millones de jubilados que todavía no se dan cuenta del desfalco que descubrirán en un par de años, engordaron tramposamente la Corte Suprema de Justicia, marchan hacia la casi segura venta de Aerolíneas Argentinas e YPF, y todo eso haciendo negocios fabulosos con parientes y amigos, a la vez que se preparan ostensiblemente para “dar palos”.
Como en el cuento del animal aquél que algunos se preguntaban qué bicho era hasta que uno, con simple sentido común, razonó que si el animal tenía cuatro patas; melena marrón; cola larga terminada en mata negra; enormes colmillos de carnívoro y venía de África y rugía como un león... pues era un león, nomás.
Ante el desastre que ya es nuevamente la Argentina –y sin que decirlo implique negación del también desastre que nos dejó la soberbia, la necedad y la corrupción tolerada y jamás investigada ni perseguida de los últimos años–, lo que nos queda es resistir moralmente y con firme valoración de todo lo bueno que se hizo en esos años. Y cabe recordarlo porque es justo y necesario, y porque es y será la bandera de lucha de un pueblo que jamás apoyó la corrupción pero sí abrazó las políticas sociales de equidad, la economía sometida a la política, la recuperación de la industria nacional, el pleno empleo y la igualdad de oportunidades, la soberanía y la autodeterminación, el firme compromiso latinoamericanista y la constante reivindicación pacífica de nuestros derechos sobre las Malvinas.
Es interesante detenernos en el relato de la corrupción, porque en el relato de los medios importa la corrupción kirchnerista pero no la corrupción macrista que ya salió a la luz internacionalmente. En ese relato la verdad no tiene relevancia y no importan los ladrones de Báez o López, lo que sí vale es que el relato de corrupción funciona como la excusa ideal y tranquilizadora para no tener que blanquear que lo que realmente molesta que es la inclusión; una inclusión desprolija, clientista, incompleta y desigual pero que molesta al establishment. Es políticamente incorrecto decir a viva voz que no te parece bien los avances sociales y la inclusión; que los trabajadores puedan comprar un auto, viajar en avión, irse de vacaciones, aunque no se pueden contener y muestran su verdadero pensamiento cuando expresan que los únicos argentinos que valen son los que tienen cuentas en el exterior (Merconian), "las negritas se embarazan para cobrar un plan" (textual de Julián Dindart y Miguel del Sel), González Fraga dice "le hicieron creer al empeado que podía comprar celulares e irse al exterior", o el "si la nafta está cara no carguen" de Aranguren y el "en plata no es tanto" de Dietrich sobre el precio del transporte, o "el gobierno anterior había acostumbrado a la gente a comer barato" de Buryaile, o el "era mentira que podían tener calefacción y electricidad sin tarifas reales" de María Eugenia Vidal y Gabriela Nichetti.
Si esa no es una verdadera "Fábrica del Odio", díganme entonces qué es...
Esta negación a avances de clases bajas demuestra el profundo odio de la casta dominante aunque luego edulcoren el discurso y nos quieran convencer de que les preocupan los pobres, o que quieren alcanza la "pobreza cero". Odio que se derrama a toda la sociedad. Estaba equivocado Fukuyama cuando afismaba que en el "fin de la historia" la riqueza de la cúspide de la pirámide social se derramaría hacia toda la sociedad. No es guita lo que derrama la clase dominante sino puro odio. El "show del Fuck You" del marcenario periodista Lanata sería un perfecto ejemplo de la práctica de fomentar el odio en toda la sociedad, no importa el odio a quien, el tema es repartir odio (al boliviano, al gay, al zurdo, al que piensa distinto) mientras que en su doble lenguaje arengan contra el bulling.
El ejemplo perfecto de los engranajes de la Fábrica de Odio que modelan la opinión pública es el vomitivo face de "Lanata 2.0", en él se puede ver toda clase de mensajes difamatorios contra el gobierno anterior. Y estaría muy bien si no fuera que ellos terminan defendiendo al gobierno entreguista actual. Si quieren ver "La Fábrica de Odio" en todo su esplendor, por favor, entren acá que no tiene desperdicio; binladelización en su máxima expresión. Aquí un ejemplo sacado de Lanata 2.0, saquen sus propias conclusiones:
La permanente estigmatización de los sectores populares, sus valores, su cultura, sus modos de vida, se presenta como la "verdad" sin vueltas. En realidad es parte de un relato que se basa en convicciones profundas de la clase dominante, de un modo de pensar, de sentir y entender la vida, la sociedad y la política llenas de un profundo odio, y compartido con buena parte de sus votantes. Un código genético compartido.
Ese discurso único desboca la militancia moderna de los hombres de bien: las redes sociales. Esa militancia del @ y el smartphone, se siente con la libertad para insultar, descalificar, ningunear al que opina de otra forma y se creen con vía libre como para publicar, ante cualquier situación conflictiva típica de una sociedad movilizada como la argentina, una foto del genocida Videla con la frase "esto lo arreglo en tres minutos". Aquí en nuestro blog lo tenemos a nuestro denunciador, que tanto se molesta por nuestras ideas, pero sobretodo ¡Por expresarlas abiertamente!.
La cultura como medio de resistencia
A través de toda la Historia, en las dictaduras y los regímenes fascistas los primeros perseguidos fueron los artistas y los intelectuales. Las bibliotecas, fuentes de conocimiento, fueron sistemáticamente incendiadas, ya que se prohíbe cuestionar el orden establecido por medio de la denuncia.
Hoy, los "mass media", los medios de masas, multimedios, emporios de medios o como quieran llamarlos, conforman un verdadero complejo industrial-ideológico-político que baña con su propaganda todo el espectro del accionar humano, constituyéndose no sólo en un verdadero formador de opinión y de "realidades", sino de formas de vida: qué debes consumir, cómo debes esparcirte, qué debes pensar, etc. en un sometimiento y dominación engañosa donde como esclavos nos creemos enteramente libres.
por ello, en las sociedades capitalistas neoliberales se privilegia más la inteligencia lógico-matemática, el cerebro izquierdo, las tareas repetitivas, el molde, el condicionamiento, mientras que el arte permite abrir el campo de las posibilidades y alimentar las inteligencias emocionales. Las artes y las culturas, especialmente las culturas populares contemporáneas, permiten desarrollar el potencial cognitivo, el pensamiento, el espíritu crítico, la benevolencia y la empatía. Las artes y la cultura son la piedra angular de la humanidad y lo demuestran en cada absolutismo y autoritarismo.
Por ello, nuestra principal arma y escudo ante los males del mundo sólo puede ser abrir los ojos y alimentar nuestra inteligencia, nuestro pensamiento crítico y nuestra libertad creativa.
En las sociedades capitalistas, se capacitan consumidores y no actores de aprendizajes. Siempre por la misma razón: es útil contar con ovejas dóciles. Por ello, hoy más que nunca; saber, estar atentos y ser críticos, es poder.
Eso para empezar... porque no alcanza ni es el único medio de resistencia al avance del odio, pero es un comienzo.
Tenés que entender que existe una poderosa fuerza que intenta conmover tus cimientos insultándote, maltratándote con un discurso único y generalizado, agraviando tus ideas. Será preciso una resistencia que debe comprender cómo el odio del relato oficial se mete en nuestras vidas, porque como decía Freud, cuando se empieza a ceder con las palabras, se termina cediendo en las cosas. Se trata de tu lengua y tu cultura, esa que puede llenarse de poesía y gracia. Esa, tu lengua, que permite que te expreses en el mundo y expresa tus pensamientos. Si se apropian de nuestra lengua, de nuestra cultura, de nuestra manera de hablar, de nuestra manera de estar con los otros, se apropiarán también de nuestro pensamiento y de todo.
Nuevos modelos sociales desde la base mediante la desobediencia y la autogestión y de recuperación de las relaciones humanas son posibles, hay ejemplos actuales en todo el mundo, y su crecimiento podría implicar una vuelta de tuerca al actual dominio del mercado totalitario. Pero para que puedan crecer nuevas alternativas a un mundo mejor deberemos dejar de aceptar la realidad que nos impone el actual sistema social y su odio creciente.
Yo no se si no tiene nada que ver con el post o tiene todo que ver, pero quería comentarles que El Mocase-Vía Campesina denunció el ataque a la comunidad de Iacu Chiri – Bajo Hondo. Con armas de grueso calibre destruyeron y quemaron ranchos, corrales y el único pozo de aguas de la comunidad fue envenenado, por un grupo de 50 personas armadas que responden al dueño de la fabrica de gaseosas Manaos Orlando Canido.
ResponderEliminarUna nueva ola de violencia por parte de los empresarios, con la complicidad de jueces como Tarchini, Moreno, Llanos, Mansilla y Torrellio, se está extendiendo por la provincia de Santiago del Estero. Hace menos de un mes fue apuñalado un campesino por defender sus tierras.
La comunidad agraria pide justicia, pero parece que nadie los quiere escuchar.
Sería interesante que copies del medio que publicó eso y lo pegues en cada Facebook o blog que se pueda.- Podrías hacerlo aquí y nosotros también nos encargaríamos de pasarlo por la mayor cantidad de medios posible.-
EliminarAcá va uno de los tantos links, donde podes encontrar la nota completa.
EliminarLa verdad que tendría que haberlo puesto dentro del comentario, gracias Marcelo por hacérmelo notar.
https://notas.org.ar/2016/07/05/manaos-contrata-paramilitares-atacar-comunidades-campesinas/
Aca les dejo uno de los links donde pueden ver la información sobre el ataque a la comunidad de Iaci-Chiri Bajo Hondo, tendría que haberlo publicado junto con el comentario, pero mas vale tarde que nunca, gracias Marcelo por hacermelo notar.
Eliminarhttp://www.laotravozdigital.com/otro-ataque-de-manaos-a-las-comunidades-campesinas-en-santiago-del-estero/
Me falto una parte el objetivo de los ataques a los campesinos es sacarlos de sus tierras para instalar allí plantaciones de soja.
ResponderEliminarQue reverenda porquería todo esto. No hay que dejar de denunciar y hacer conocer estos atropellos... Esto es el despostimo del 1% hacia toda la poblaciòn. Que asco.
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