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Fobos - Éxodo, Tiempo y Espacio (2015)


Texto introductorio del post

Artista: Fobos
Álbum: Éxodo, Tiempo y Espacio
Año: 2015
Género: Crossover prog / Neo progresivo
Duración: 55:29
Nacionalidad: Argentina


Lista de Temas:
1. Prefacio (instrumental)
2. Fobia
3. Etéreo (instrumental)
4. Bandidos del Tiempo
5. Atracción Interestelar
6. El Ascenso
7. Portal a Nuevos Mundos
8. Lunas de Marte
9. Efímero (instrumental)
10. El Abismo
11. Éxodo (Instrumental)
12. Suite Para un Planeta Desahuciado
13. Extinción (instrumental)

Alineación:
- Bruno Caamaño / bass, drum programming, Spanish guitar (11), piano (3, 9), backing vocals
- Pablo Cordes / electric guitar, vocals, drum programming, effects
- Cristian "Baty" Tutaglio / synthesizers, hammond, mellotron, piano, vocals

Otro disco colgado en Bandcamp, aunque lo presentamos pero no lo pueden descarga gratuitamente, pero sí escuchar y en todo caso, comprarlo. Otra banda progresiva argentina, ésta vez ya la habías presentado oportunamente, integrada por el multifacético Pablo Cordes, haciendo un neo-progresivo con muchos elementos del progresivo setentero, empezando por el sonido del mellotron, el Hammond y el minimoog. Con mucho sonido tipo Genesis o Marillion.
Como presentación del disco, que mejor que traerles éste comentario de Hugo Lagar, tremendo!:


A un año de distancia de edición de su álbum debut, FOBOS nos presenta en sociedad su segundo álbum de estudio, titulado “Éxodo, Tiempo y Espacio”, grabado íntegramente en propio estudio de grabación (La Terraza Progresiva) y producido artísticamente por la misma banda, delegando en Viajero Inmóvil Records la distribución. El álbum consta de trece composiciones (incluyendo canciones propiamente dichas y temas instrumentales); de propia autoría de sus integrantes, incluyendo un tema de colectiva creación. Bastante más prolíficos que en su disco debut.
Al escucharlo en su totalidad, mi primera consideración es que uno puede descubrir cómo la banda va evolucionando musicalmente, en el contexto de su propuesta y fiel a su estilo. Siguen en la senda del rock progresivo, lo acentúan aún más, si bien rasgos e influencias de otros estilos también anidan en esta nueva obra. Los chicos admiten expresamente como influencias a bandas como Camel y Genesis, sin olvidar la movida de Canterbury -escúchese la canción “El Abismo”-. Ahora bien, escuchando algunos tracks, los adquirentes reconocerán trazos new age, floydianos y neo-prog. Hay varias novedades muy interesantes y gratas a la vez. La primera viene dada por la composición de un álbum de tipo conceptual, partiendo de las ideas líricas (“metáforas espaciales”) de Baty sobre planetas, galaxias, etc., con el tiempo y el espacio como hilo conductor (en una entrevista radial a Claves del Sur dijo “empecé con unas metáforas espaciales”); a las cuales Pablo contribuyó con dos letras y música, mientras que Bruno se ocupó de dar unidad musical al componer varios pasajes instrumentales. En sí, la secuencia (una especie de viaje, como lo llama Pablo) es: nuestro planeta, su destrucción, el paso a otras galaxias, del viaje en el tiempo y finaliza con la extinción de la raza humana. Los músicos reconocen que cada adquirente puede hacer su propia “lectura entre líneas”, su propia interpretación de las metáforas más allá de la literalidad, sin admitir el tópico de que se trata expresamente. De hecho, Bruno me lo ha reconocido en el chat, durante la Emisión # 89 de Los Especiales del Guardián de los Cielos: “La verdad que este fue un álbum el cual disfrutamos mucho de componer y armar ya que tuvimos mucho tiempo para dedicarle tanto a la composición , mezcla y masterización .. Quedamos sorprendidos por como quedó, y algo muy importante en el concepto del disco es que tiene dos lecturas ... Una literal que como bien marcaste Hugo ... Es sobre la destrucción del planeta y la búsqueda de uno nuevo al que podamos habitar ... Y también le quisimos dar una interpretación metafórica mucho mas personal e intima sobre las relaciones humanas y la búsqueda personal de cada uno de nosotros en encontrar ese "planeta o persona " en donde uno se sienta cómodo y a gusto... Te invito a que leas la letras también bajo ese concepto ya que es un disco al que le quisimos dar dos formas de lectura.”, En tal sentido, no son partidarios de un paternalismo. Tampoco yo, que ya hice mi propia lectura.
En segundo orden -sin alterar dicho parámetro de concepto- destaco la inclusión de dos mini-suites, receptando esas estructuras o formatos típica/os de canciones con extensa duración + división (interna) en varios movimientos: “Bandidos del Tiempo” [Cordes] y “Suite para un Planeta Desahuciado” [Tutaglio], ambas divididas en seis movimientos internos. . Al mismo nivel, destaco la incursión -también- en el terreno de las orquestaciones por parte de los músicos; quienes trabajaron y escribieron “codo a codo” en instrumentos de cuerda para el único tema colectivo, la apertura misma. “Prefacio”, obertura que determina cómo será el disco en su totalidad, la impronta que va a asumir a continuación. En líneas generales, pareciera ser que la composición se ha equilibrado un poco más en cuanto a partir tanto de los teclados como de la guitarra (algo característico en el álbum debut es que partió más desde la guitarra). Quizás, por el hecho que a Baty (básicamente tecladista) se lo puede observar como el motor de arranque o también pues Bruno ha estado más involucrado con los teclados. Pero, al escuchar el disco, creo que coincidirán en mi apreciación. Plus, han dispensado un tratamiento más moderno del sonido, principalmente a partir del uso sintetizadores. Como se lee, todas cualidades típicas del rock progresivo.
“Fobia” [Track 2º] corta como filo de navaja, con esos aires sonoros mucho más pesaditos, cargados, en los que la desgarradora guitarra eléctrica de Pablo es determinante. Teclados generan los climas, momentos y ese áura espacial que hace al concepto mismo, guiándonos hacia el primer interludio (autoría de Bruno) “Etéreo” [Track 3º], de corta duración (poco más de un minuto). Escuchado aisladamente sabe a música new age, “world music”, suena épico. Y entonces llega la primer mini-suite... “Bandidos del Tiempo”, donde la guitarra de Pablo nos va conduciendo no exento de un complejo desarrollo, con cortes rítmicos, efectos sonoros experimentales (de vagas raíces floydianas), algunos pasajes arpegiados, corales y otros más dinámicos, reminiscentes de un Genesis que pudimos apreciar en “Fadings Lights”. Aunque bastante ajustadas, sus partes de primera guitarra sobresalen y nos dejan con ganas de más. Plus: se detallan sus movimientos internos: I. Mapas; II. Odisea: a) La Revolución Francesa; b) Los Tesoros del Pasado; c) Las Guerras; III. Escape; y IV. Regreso. En mi modesta opinión aquí culminaría una primera parte o etapa del viaje.
Una especie de segunda parte tiene su inicio en “Atracción Interestelar” [Track 5º], que tiene su continuidad en un conjunto de piezas cortas, formando un interesante entramado de tratamiento sonoro más pesadito, cargadito, que aquello que solíamos conocerles desde el primer álbum. Los tres músicos han afirmado no abandonar aquellas líneas melódicas que tanto gustaron -que, por cierto, están- y simultáneamente han incorporado un tratamiento más pesadito, más cargadito (ya presente en el Track 2º) a la sonoridad de su música. Ok! Vamos por partes...
“Atracción Interestelar” es uno de los anticipos del álbum y reúne dentro de sí todos esos elementos para carta de presentación que torne atractivo el acercamiento hacia el álbum: una más corta duración -que lo haga asimilable a una más amplia audiencia- el guitarrista aportando marcaciones, arpegiados acostumbrados y apropiados solos, algunos coros y climas generados desde los teclados, sin olvidarse de obsequiar un solo de teclados para la “muchachada progre”. Una canción bastante redondita que podría lograr buena rotación en la radio perfectamente. Ahora bien, “El Ascenso” [Track 6º] -pieza instrumental de corta duración y autoría Cordes- vuelve a ese tratamiento mucho más crudo y dinámico, donde su guitarra distorsionada y desgarradora lidera en los dos minutos y fracción. Sigue la “espacial” “Portal a Nuevos Mundos”, breve y con una lírica que ya nos sitúa en la etapa de la partida hacia nuevas dimensiones. Y aquí llega una de las piezas más delicadas del álbum: “Lunas de Marte” [de B. Tutaglio], emotiva balada para piano y voz, con interesantes arreglos vocales y algo de orquestación en teclados. Existe un refrán popular según el cual “lo bueno, breve, dos veces bueno”. Ok., muy apropiado para aplicar a “Lunas”. Y aquí culmina esta especie de segunda parte, ya que el interludio instrumental en piano “Efímero” [Track 9º] -breve, emotivo, con reminiscencias “New Age”- de Bruno así lo señala.
En mi apreciación personal, el repertorio del álbum -en el orden del repertorio- se dispone como una espiral en ascenso cualitativamente y nos lleva -cuan viaje- a una tercera parte superior, en la cual los cultores del rock progresivo se sentirán “en su salsa” ya desde “El Abismo” [Track 10º]. Canción que reúne dentro de sí la mejor tradición de Canterbury y Camel clásico, con algún guiño beatle (para mi gusto) y del soul; influencias que Pablo -su autor- ha reconocido en sus descripciones a varios programas radiales recientemente. La manera en que Fobos desarrolla la sección segunda -parte instrumental de la canción- los muestra mucho más desenvueltos, libres o con gran soltura en cuanto interpretación. Éste, aún con sus casi seis minutos de duración, es otro de los cortes de difusión del álbum y -la verdad- celebro que lo hayan elegido como single. Gran canción. “Éxodo” [Track 11º] es la única pieza para guitarra clásica (con arreglos orquestales en teclados) que Bruno aporta para el álbum e imprime un cambio de aire necesario. Tal pareciera que Fobos nos empieza a acostumbrar con la inclusión de una pieza de estas características por álbum, ya que su autor nos obsequió “Amanecer” en el álbum debut. Exquisita pieza, que obra como pausa, bálsamo y antesala a la otra composición de larga duración ya anticipada en el tercer párrafo de este análisis...
“Suite para un Planeta Desahuciado” es, con sus seis movimientos internos, sencillamente magistral desde su solemne arranque con piano y voz por Baty (Parte I: “Oscuros Cielos”) y las subsiguientes secciones breves en que la Suite se divide. Todas éllas tienen la virtud de ofrecernos una paleta de los variados estilos que conviven en el rock progresivo. Y sí, Camel viene a mi mente como influencia evidente y no sólo en cuanto a lo musical propiamente dicho. En esta oportunidad es Baty quien escribió las letras pero se observa eso del Camel clásico, por aquello de canciones con letras cortas (no más de dos estrofas, a lo sumo tres, por sección) para concentrarse esencialmente en los pasajes instrumentales. Como toda extensa composición, aquí hay climas y momentos varios: notar que la Parte II (“A Través del Espacio-Tiempo”) supone un corte abrupto y de un tratamiento sonoro más duro, crudo; y así alternar entre calmas (III. “Estrella Fugaz” y V. “Vertigo y Mutación”) y dinámicas partes (algo cercano al Canterburry con IV. “Revelación y Desolación”). El final de la Suite (VI. “Nova”) porta y se vislumbra con toda esa épica y solemnidad propia del rock progresivo, cerrando a puro piano; que, dicho sea de paso, fue el instrumento que lideró y condujo a lo largo de toda la suite. En su transcurso, destáquese esos solos y pasajes breves en teclados y órganos, bien reminiscentes de los setentas. Y sí, debo darle la razón a la banda cuando afirman que esas líneas melódicas que los caracterizaron en su opera prima no han sido abandonadas aquí, aún cuando el sonido ha merecido un tratamiento más cargado, más duro y crudo, en esta segunda entrega. “Suite para ...” se presenta como un cabal ejemplo.
En el rubro gráfico, si bien trabajó el mismo equipo del primer álbum (Bruno, Pablo y Lucila Rumi), innovaron con el formato de tríptico. Como dato anecdótico, agrego que la edición del álbum se adelantó en casi un mes. Fobos tenía previsto presentar el álbum el 18 de Diciembre próximo, justo la fecha acordada por la productora local y el management de David Gilmour para su concierto en el Hipódromo de San Isidro. Por lo que, habiéndose fijado el Viernes 27 de Noviembre para su presentación oficial en el Foro de las Ciencias y las Artes, sito en Vicente López, se coordinó la publicación del mismo en este mes de Noviembre. Una velada en la que compartirán cartel con Rotten Apples y Baalbek, bandas que también cuentan con material de segundas producciones discográficas en manos pero aún pendientes de editar.
Desde luego, hay rasgos propios que siguen conservando desde su “opera prima” (“Fobos”, 2014): un equilibrio compositivo de sus integrantes, sumando una composición colectiva (“Prefacio”), estructura básica de trío (bajo, guitarras y teclado) con programación de baterías, mismos equipos en las asignación de rubros, estilo en la estética del rubro gráfico al quedar a cargo del mismo equipo, una disposición de las letras e información de ficha técnica siempre completísima y ciertos aspectos en lo estrictamente musical. Cito, a título de ejemplo: a) la apertura con un tema instrumental (“Prefacio”, en la ocasión); b) obsequio de una breve y exquisita pieza acústica al promediar la obra (“Efímero”, creación de Bruno); y c) un cierre instrumental suyo, “Extinción” [Track 13º] también con elegancia. Solo que esta vez no remite a Canterbury... se ciñe hacia algo mucho más progresivo y melancólicamente épico, amén de emocional y con reminiscencias al más puro estilo Pink Floyd de la etapa “Wish You Were Here” que ustedes puedan imaginar. Quiero decir, la banda tiene la particularidad de empezar a obsequiarnos “grandes finales”.
El instrumental “Extinción” -autorreferente título si lo hay- nos sitúa en el final mismo de la flamante obra y tiene la positiva capacidad de elevar cualitativamente a un álbum que., ya de por sí, es excelente y superador de su propio antecesor. Emocional, épico, “floydiano” (para alegría de muchos) y melancólico, nos deja mucho más satisfechos a los adquirentes y con un guiño de esperanza y la expectativa que esta banda tiene mucho más para ofrecer y crecer artísticamente. Lo increíble es que ha transcurrido escaso tiempo entre la primera obra y ésta que estamos analizando. Aún así, el crecimiento musical, la evolución de Fobos (banda) ha sido impresionante.
Hugo Lagar


Y ya que estamos, y como hace mucho tiempo que no lo traemos por éstos parajes, aquí el comentario de nuestro eterno columnista involuntario de siempre:

Hoy se da la ocasión de centrar nuestra atención en la gente del grupo argentino FOBOS y su segundo disco, “Éxodo, Tiempo Y Espacio”, un álbum conceptual de temática apocalíptica que nos muestra a un grupo firmemente asentando su camino de sólida evolución para la propuesta progresiva que es su leitmotiv. El trío de Bruno Caamaño [bajo, guitarra española, piano, programación de ritmos y coros], Pablo Cordes [guitarra eléctrica, efectos, programación de ritmo, voz y coros] y Baty Tutaglio [sintetizadores, órgano Hammond, mellotrón, piano, programación de ritmos, voz y coros] realizó una ardua labor de grabación para este disco entre los meses de febrero y agosto del 2015, concretando a inicios de noviembre del mismo año su publicación física. Este disco sucesor de su obra homónima del 2014 es, tal como indicamos pocas líneas más arriba, la manifestación de una evolución sólida para su ideario musical, lo cual se traduce en una actitud más afirmativa a la hora de proyectarse a composiciones más ambiciosas o articular arreglos más variopintos, dado el caso. Además, la misma portada de “Éxodo, Tiempo Y Espacio” nos muestra la misma casa que ocupaba el centro de la imagen del primer disco pero desde una perspectiva más alejada, lo cual sirve para mostrarnos a un monje de hábito rojo mostrando un reloj durante el amanecer por un lado, y a un paisaje desolado bajo un crepúsculo indefinido. El concepto de este disco ya no apunta al tránsito de la plenitud a la decadencia como vivencia sino como destino fatal de una especie humana empecinada en forjarse un destino propio de caos y destrucción; esta noción cosmológica también tiene un correlato existencialista en cuanto que a veces las letras parecen invitarnos a apreciar el camino de la introspección como vía para liberarse del aspecto destructivo del mundo. Veamos ahora los detalles del repertorio del disco mismo.
Con la dupla de ‘Prefacio’ y ‘Fobia’, la maquinaria del concepto narrativo del álbum se pone en marcha: la primera pieza trabaja con atmósferas flotantes de teclado signadas por un imponente carácter orquestal, mientras que la segunda entra de lleno en un dinamismo rockero que se siente razonablemente sofisticado, a la par que retiene el poderoso gancho que se apoya en un medio tiempo ceremonioso. Más o menos puede describirse como una cruza entre el clásico ‘Squonk’ de GENESIS y el arquetipo del IQ del nuevo milenio. El instrumental ‘Etéreo’ exhibe unas sonoridades de guitarra y teclado que rinden debido homenaje a su título, cumpliendo así con la misión de preparar el terreno para la primera de las dos canciones que duran más de 10 minutos: ‘Bandidos Del Tiempo’. Esta pieza desarrolla un aplicado ejercicio de sinfonismo de vieja escuela Genesiano-Cameliana, con algunos guiños pasajeros al lirismo de vertiente jazz-rockera que nos regaló el colectivo de SERÚ GIRÁN en sus momentos más sublimes. A través de su formato de mini-suite, ‘Bandidos Del Tiempo’ se revela como una canción pletórica de melancólica belleza con los meticulosos desarrollos de sus motivos melódicos sucesivos. Valga una mención especial a un estupendo solo de guitarra de talante Hackettiano que apuntilla un particular clímax impresionista de teclado, y otra mención debe ir para un pasaje Floydiano: ambos crean sendas cimas dentro del bien cohesionado esquema musical. Las cuatro partes de ‘Bandidos Del Tiempo’ se titulan ‘Mapas’, ‘Odisea’, ‘Escape’ y ‘Regreso’, respectivamente – además, ‘Odisea’ se subdivide en ‘La Revolución Francesa’, ‘Los Tesoros Del Pasado’ y ‘Las Guerras’. La siguiente canción se titula ‘Atracción Interestelar’ y está a cargo de virar hacia senderos de extroversión, haciendo hincapié en fórmulas melódicas usualmente asociadas al paradigma del neo-progresivo (pensamos en PENDRAGON como el primer referente coincidente que se nos viene a la cabeza).
Lo siguiente que nos regalan FOBOS es la secuencia de ‘El Ascenso’, ‘Portal A Nuevos Mundos’ y ‘Lunas De Marte’, logrando con ella plantear un momento álgido de ambientes épicos y coloridos sonoros sumamente interesantes. ‘El Ascenso’ porta un vigor llamativo que el trío maneja con nervio, concretando un sólido ejercicio de rock duro melódico con su debido talante progresivo. Por su lado, ‘Portal A Nuevos Mundos’ nos devuelve a la ceremoniosidad robusta de ‘Fobia’ con unos arreglos de teclado más abundantes, rayanos con lo cósmico, y es justamente esto lo que permite que se dé una transición fluida hacia la luminosidad señorial y serena de ‘Lunas De Marte’, canción que nos remite a la faceta introspectiva de los álbumes conceptuales legendarios de RICK WAKEMAN, pero además, con esa aura platense que hallamos en las composiciones intimistas de CHARLY GARCÍA (ya para SERÚ GIRÁN, ya para su catálogo solista). El breve instrumental ‘Efímero’ sigue obedientemente por esta senda para tender un puente hacia ‘El Abismo’, canción que dura casi 6 minutos y que sirve para que la banda siga ahondando convincentemente en su capacidad para crear ambientes envolventes y reflexivos. El primer motivo consiste básicamente en una balada en tempo de blues-rock, el mismo que posteriormente vira hacia una exaltación extrovertida donde la nostalgia precedente deja campo a la emergencia de una gracilidad espiritual renovadora; ‘El Abismo’ empieza sólidamente orientado hacia una cruza entre SERÚ GIRÁN y SPINETTA JADE, con la adición de innegables dejos Floydianos que se plasman en ciertos fraseos de la primera guitarra y ciertas capas de teclado que se manifiestan antes del momento de exaltación antes mencionado. ‘Exodo’ es un bello instrumental con base de guitarra española que abre la puerta a la otra pieza que supera los 10 minutos de duración: ‘Suite Para Un Planeta Desahuciado’. También hay títulos autónomos para las secciones integradas en esta pieza: ‘Oscuros Cielos’, ‘A Través Del Espacio-Tiempo’, ‘Estrella Fugaz’, ‘Revelación Y Desolación’, ‘Vñertifo Y Mutación’ y ‘Nova’.
Con todo lo odiosas que son las comparaciones, ‘Suite Para Un Planeta Desahuciado’ es nuestra mini-suite preferida del álbum porque contiene pasajes rockeros más rotundos y su dinamismo eléctico goza de un nivel más elevado de inspiración musical… especialmente en los solos y orquestaciones de teclado. De hecho, la labor de los teclados conforma tanto la arquitectura general de esta mini-suite como la ingeniería que dirige a las interacciones entre todos los instrumentos participantes. También cabe resaltar el mayor espacio que se da para ambientes sombríos y otros de tendencia cósmica, lo cual guarda estricta coherencia con respecto al mismo título de la pieza. Los últimos 3 minutos del disco están ocupaos por ‘Extinción’, un instrumental marcado por una majestuosa languidez que nos remite irremediablemente al paradigma de CAMEL (la etapa del “Stationary Traveller” y el periodo entre “Dust And Dreams” y “Rajaz”). La añoranza por algo grandioso que se difuminó hasta perderse para siempre está bien plasmada en el arreglo envolvente que delinea al sencillo motif central. en fin, todo esto fue “Éxodo, Tiempo Y Espacio”, el hermoso álbum conceptual con el que la gente de FOBOS refuerza su rol como referente renovador del rock progresivo-sinfónico argentino de los últimos años. Gracias a los Sres. Caamaño, Cordes y Tutaglio por el bello nuevo repertorio que nos han brindado en esta ocasión: claro está, quedamos a la espera de nuevas obras magníficas de su cosecha en el horizonte próximo.
César Inca

Les dejo esos comentarios, creo que basta y sobran! Sobretodo si no tengo mucho tiempo como para ponerme a escribir.




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