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The Lounge Lizards - Queen of All Ears (1998)


Un super disco de la escena de más encumbrada vanguardia jazzera yanki, Marcelo nos trae un disco que se las trae y les recomiendo que conozcan y escuchen con atención. Muy bueno!

Artista: The Lounge Lizards
Álbum: Queen of All Ears
Año: 1998
Género: Jazz fusión / Avant Garde
Duración: 59:26
Nacionalidad: EEUU


Lista de Temas:
1. The First and Royal Queen
2. The Birds Near Her House
3. Scary Children
4. She Drove Me Mad
5. Queen of All Ears
6. Monsters Over Bangkok
7. Three Crowns of Wood
8. John Zorn's S&M Circus
9. Yak
10. Queen Reprise

Alineación:
- Erik Sanko / Bass
– John Lurie / Alto Saxophone, Tenor Saxophone
– Jane Scarpantoni / Cello
– Calvin Weston / Drums
– Evan Lurie / Organ, Piano
– Ben Perowsky / Percussion
– David Tronzo / Slide Guitar
– Steven Bernstein / Trumpet
– Michael Blake / Tenor Saxophone, Bass Clarinet
– Tony Faulkner, Sara Rychtarik / Coordinator


Compartido por Marcelo, un grupo que no había escuchado y les recomiendo, un genial jazz del que mucho no sé así que me remito a poner videos, comentarios de terceros y decir que lo estoy escuchando y me gusta mucho. Veamos de que va esta banda:


En el argot americano, un lagarto de salón “lounge lizart”, es típicamente representado como un hombre bien vestido, que frecuenta los establecimientos en los que los ricos se reúnen con la intención de seducir a una mujer rica con su adulación y el encanto engañoso.
Basándose en el punk rock tanto como en el jazz, los Lounge Lizards fueron un grupo muy respetado y admirado por su sonido creativo y distintivo, desde su creación en 1978 por el saxofonista John Lurie y su hermano el pianista Evan Lurie.
El grupo inicialmente fueron, además de John y Evan Lurie, el guitarrista Arto Lindsay, el bajista Steve Piccolo, y el percusionista Anton Fier. Grabaron un álbum homónimo con EG Records en 1981.
A mediados de la década de 1980 el grupo incorpora a su formación caras nuevas como el bajista Erik Sanko, el trombonista Curtis Fowlkes, el guitarrista Marc Ribot, el saxofonista Roy Nathanson y los percusionistas Dougie Bowne y EJ Rodríguez. Este grupo grabó varios álbumes en vivo y en estudio, y mostró composiciones cada vez más sofisticadas de John Lurie.
En 1998 la banda lanzó The Queen of All Ears añadiendo a Steven Bernstein, Michael Blake, Oren Bloedow, David Tronzo, Calvin Weston, y Billy Martin a sus filas. Pero a esta formación yo ya los ví juntos en directo en 1992, el Festival de Jazz de Terrassa, en un concierto inolvidable.
Fred Bouchard dijo en JazzTimes, “La música de los lagartos no es jazz, pero es inteligente y rítmica y armónicamente interesante, tampoco es rock, pero tiene una franqueza casi inocente que puede trascender de los prejuicios estilísticos “.
Juan Díez



Con miembros clave de la escena de vanguardia del downtown neoyorquino, The Lounge Lizards hacen una música singular, fusionando negras atmósferas humeantes de los ’40, sueltos y pulsantes ritmos funk, y algo del estilo free jazz, logran hacer música experimental que también accesible. Vamos a dar un poco más de info de estos tipos.


En 1990 llegó a mis manos un casete con una etiqueta que rezaba: Lounge Lizards /Fake Jazz, era una extraña mezcla de punk rock con avant garde jazz y no wave, un grupo de Nueva York que no tenía nada de convencional, su sonido era totalmente irreverente, enloquecido y muy divertido que me enganchó desde la primeras notas. Debo haber escuchado “Big Heart” cientos de veces, en ella Dougie Bowne toca los tambores con con una energía desbordante y Marc Ribot fluye ruidoso junto con el tono vibrante de John Lurie en el sax. La enigmática presencia de Lurie como actor en varios filmes de Jim Jarmusch despertó aún más mi curiosidad en ellos y 25 años después finalmente pude experimentar su música en directo.
“El grupo fue creado originalmente para tocar una especie de banda sonora de un filme que John estaba escribiendo y esperaba dirigir; nuestro primer gig fue en un sitio llamado Hurrah allá por 50th West St. y nos presentamos como The Eels, pero al final del show un amigo nos sugirió cambiar a The Lounge Lizards y como nos vestíamos con trajes y corbatas y tocábamos música influenciada por el jazz sentimos que era el nombre correcto”, compartió Evan.
Sobre el término “fake jazz”, Evan recuerda que John lo sacó de la manga cuando después de un concierto un periodista le preguntó como había que llamar su música: “Simplemente le lanzó el término pensando que era una buena descripción para ese momento, pero después, conforme el sonido se desarrolló, ya no tenía mucho sentido y a John le preocupaba que fuera un término peyorativo”.
Pero, más allá de cualquier término, los Lounge Lizards son una referencia obligada cuando se habla de música avant garde en Nueva York. Una de las cosas más valiosas de este peculiar grupo es que con el tiempo llegó a convertirse en un importante laboratorio musical por el que pasaron muchos de los que hoy son considerados los músicos más creativos y respetados del downtown neoyorquino.
La primera formación tenía a John Lurie en el saxo y Evan Lurie en el piano, Arto Lindsay -que con su banda DNA ya era un activo integrante del movimiento no wave- se encargaba de la guitarra, Steve Piccolo del bajo y Anton Fier de la batería. El primer disco se titula simplemente Lounge Lizards y lo produjo el reconocido productor de Miles Davis, Teo Macero.
Con esta alineación la banda se ganó el respeto de la audiencia y llamó la atención de la crítica pero ese line up pronto se modificaría. Entrados los años ochenta llegaría Roy Nathanson (saxo), Curtis Fowlkes (trombón) -ambos formarían después The Jazz Passengers-, Marc Ribot (guitarra), Erik Sanko (bajo), Dougie Bowne (batería) y E.J. Rodríguez (percusión). Grabaron tres álbumes –Live in Tokyo, Voice of Chunk y No Pain for Cakes- en los cuales Lurie comenzó a añadir diversas capas de sonidos provenientes de la música africana, folclórica, del tango y otras influencias.
Cuando Marc Ribot llegó a NY proveniente de Maine, se topó con una escena musical muy experimental y al poco tiempo se unió a la banda: “Con los Lounge Lizards tuve oportunidad de solear sin cambios cromáticos donde no existían los doce compases regulares, de hecho ninguno. Grabé tres discos y luego –suelta una risa- me corrieron de la banda. Evan Lurie era un gran fan del tango y trajo esa influencia, no era exactamente un pianista discreto, hacía muchos ruidos en el teclado y creo que el tango le ayudó a regresar a lo melódico”.
Para 1990 The Lounge Lizards seguía explorando el camino del avant garde con una nueva formación que incluía a Steven Bernstein (trompeta), Michael Blake (saxo), Oren Bloedow (bajo), David Tronzo (guitarra), Calvin Weston (batería) y Billy Martin (percusión).
“John me ayudó a encontrar mi propio sonido. Él es muy firme con lo que hace en su instrumento, especialmente con el tono y su concepto sónico. Unirme a los Lounge Lizards me abrió un nuevo mundo. Ya no me sentía como un jazzista sino simplemente un músico. Es como cuando conectas con la idea de ser parte de una sociedad global”, evoca Michael Blake.
A la par de su carrera como actor y compositor de música para cine y TV, Lurie mantuvo activo el grupo hasta finales de los años noventa y luego de grabar Queen of All Ears con nuevos colaboradores, como Ben Perowsky y Oren Bloedow, se retiró de la música por motivos de salud –padece desde hace años la enfermedad de Lyme- y se volcó de lleno en la pintura y también realizó una interesante serie de TV (Fishing with John) que tuvo como invitados a Tom Waits y Matt Dillon entre otras figuras.
“Los Lizards son verdaderamente una banda neoyorquina. Se formó con nativos de la ciudad o que crecieron muy cerca y se mudaron motivados por el arte. La ciudad era mucho más dura en ese entonces. Había una escena real y un movimiento en el lower east side donde arte y música, moda, graffiti y danza se mezclaban entre sí. Una noche a principios de los años noventa estaba en un loft de SoHo en una fiesta de una famosa compañía de actores llamada Wooster Group. Lurie estaba ahí así como David Byrne entre otros. Recuerdo haber tomado un té de hongos y de alguna forma terminé charlando con Lurie a quien ya había visto un par de veces quizá a través de Erik o Dougie. Tiempo después, cuando Billy Martin no pudo colaborar más con la banda, Lurie me invitó a tocar percusiones con ellos”, recuerdó Ben Perowsky
“She Drove me Mad”, del álbum Queen of All Ears, “Spymasher” y la clásica “Incident on South St” entre otras piezas, nos envolvieron con una sensación cálida, en momentos nostálgica y con la emoción de estar viviendo algo único e irrepetible. Al final, alineados al frente del escenario, diez geniales músicos reciben el aplauso prolongado y festivo del público satisfecho, ellos visiblemente conmovidos sonríen entre sí con una complicidad que no se da fácilmente.
La gente se dispersa hacia la salida, es de madrugada y camino hacia Bleecker St. para encontrarme con unos amigos y volver juntos a Brooklyn, mi aliento dibuja una pequeña nube blanca y pienso que no hay mejor forma para definir la música de los Lounge Lizards: extraña y hermosa.
Sara Valenzuela

Maravilloso y vanguardista, otro gran disco del blog cabezón, vamos con algunos comentarios en inglés y no pierdan más tiempo.


The Lounge Lizards are a jazz group formed in 1978 by saxophonist John Lurie and his brother, pianist Evan Lurie. In American slang, a "lounge lizard" is typically depicted as a well-dressed man who frequents the establishments in which the rich gather with the intention of seducing a wealthy woman with his flattery and deceptive charm.
Drawing on punk rock and no wave as much as jazz, The Lounge Lizards have since become respected for their creative and distinctive sound.[neutrality is disputed] In October of 1986, Robert Palmer of The New York Times wrote "the Lounge Lizards...have staked their claim to a musical territory that lies somewhere west of Charles Mingus and east of Bernard Hermann and made it their own."
Wikipedia

John Lurie's so-called "non-jazz" approach is in full flower on this fascinating record. The ever-growing (nine-piece at this point) band builds layers of rhythm and melody with unique effect throughout. On "The Birds Near Her House," a serpentine melodic line weaves through a steady rhythmic bed, building to a frenetic climax. "Scary Children" is a foreboding dirge that still manages to exude true humor. Perhaps that is the most significant aspect of this music: it has real character and life. It doesn't just groove -- it starts a conversation.
Tim Sheridan

Un caleidoscopio de estados de ánimo, texturas y timbres que los invito a conocer mientras agradecen a Marcelo. Discazo!




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