Ir al contenido principal

Reptil - Reptil (2015)


¡Cuanto disco esperando por una reseña! tengo un montónb de discos de bandas nacionales y algunas latinoamericanas esperando para ser reseñados, trato de apurar el paso, y traigo a Reptil, buena banda de jazz rock con climas experimentales e intención free.

Artista: Reptil
Álbum: Reptil
Año: 2015
Género: Jazz rock / Experimental
Duración: 53:25
Nacionalidad: Argentina


Lista de Temas:
1. Reptil
2. Separador I
3. Altura y duración
4. Separador II
5. Neptuno 07:40
6. Separador III
7. Reptil I
8. Separador IV
9. Altura x duración VI (guitarra preparada a 6 manos)
10. Separador V
11. Nuevo H
12. Stratocaster
13. Separador VI
14. Nunca lo lograrás

Alineación:
- Lucas Goicoechea / alto sax, guitar
- Francisco Slepoy / guitar
- Andrés Elstein / drums, guitar


Voy a tratar de adelantar con la presentación de estas bandas under, perdón por la demora.
Trío liderado por Francisco Slepoy (guitarra) acompañado por Lucas Goicoechea (saxo alto) y Andrés Elstein (batería), interpretando música original que fusiona Jazz y rock con climas experimentales e intención Free. Revisemos un poco su biuografía:


El joven e inquieto guitarrista y compositor argentino Francisco Slepoy es uno de los artistas locales de mayor proyección en lo que respecta a la música creativa del presente milenio. Egresado como Músico Profesional de la Escuela de Música Contemporánea (Berklee International Network) y de la carrera de jazz del Conservatorio Superior Manuel de Falla, ha estudiado con varios de los referentes musicales contemporáneos de la Argentina.
Desde 2011 hasta 2013 lideró su propio cuarteto que completaban Fran Cossavella (batería), Fernando Toyos (contrabajo) y Miguel Crozzoli (saxo) y con el que ha registrado dos álbumes: El color en las sombras (2011) y Nuevo Snark (2013, editado en 2014). También ha participado en discos del mencionado saxofonista Miguel Crozzoli y del guitarrista Pablo Butelman.
Pero Slepoy (inquieto, lo dijimos), se aparta de lo antedicho y explora nuevos caminos en sus dos nuevos trabajos.
El trío Reptil ofrenda 14 composiciones originales en su álbum homónimo donde Slepoy se encarga de la guitarra y de la autoría de 12 de los temas, Andrés Elstein de la batería y Lucas Goicoechea del saxo alto. Influencias provenientes del jazz, espíritu emparentado con el rock y una atmósfera vanguardista asoman en un álbum donde conviven en adecuadas dosis la composición y la improvisación.
Y por otro lado tenemos Música sobre pintura volumen I. Aquí el guitarrista presenta composiciones escritas sobre obras de las artistas visuales Carmen Villa y Silvia Gurfein. En esta ocasión, Francisco Slepoy es acompañado por Miguel Crozzoli (saxo tenor), Santiago Leibson (piano y teclados) y Fernando Toyos (contrabajo). Fue registrado el día 2 de agosto de 2014 mientras que Reptil fue grabado el 18 de diciembre de 2014.
El Intruso

Los grupos en genral odian los encasillamientos, y está bien, ellos solamente se deben preocupar de hacer buena música sin importar el estilo, eso nos toca a nosotros, como escuchas, o como amantes de la música, o como comentaristas de discos.Resulta ineludible, a modo de elaborar un esbozo de la propuesta de Reptil, hablar de una mezcla híbrida entre elementos jazzísticos y experimentales, con ciertas tendencias al rock psicodélico setentero, extravagante y aventurero. Es una banda que reproduce música en sus propios términos y reglas. Su música no es disciplinada, y le da a cada músico la libertad de improvisar y expresarse libremente. El grupo hace caso omiso de los clichés de los estándares y pone de relieve los patrones rítmicos complejos, melodías eclécticas mientras intenta arreglos innovadores.



Algunos reptiles no cumplen con los requisitos básicos para poder ser clasificados. Francisco Slepoy (líder de la banda) deja en claro que, a la hora de hacer música, no hay límites que lo contengan. Por momentos próximo a Resistencia Chaco, Reptil es, para empezar, un monstruo de tres cabezas que no siempre piensan en una dirección, pero que sí logran adaptarse a la temperatura corporal que requiere el único corazón que los lleva.
Un trabajo sensorial que obliga a cerrar los ojos y dejarse llevar.
Todo lo que sucede en el primer disco homónimo es tan digitado como improvisado. Un recorrido que endulza con sus bases jazzísticas pero que, con el correr de las canciones, se va alejando hacia algunos estados primarios del rock desde el liderazgo de una guitarra llena de sutilezas y arreglos.
Vamos a ir adentrándonos de a poco en el mundo "Reptil", pero de a poco porque puede morder, puede atragantarse en el oído, puede impresionar ver, sentir, imaginar, a un reptil que vuele de ésta manera, tan libre, sin ataduras, sin estructuras, vamos de a poco presentando a ese monstruo en miniatura...


Un viaje sinuoso del jazz y afines
El nuevo proyecto del guitarrista y compositor Francisco Slepoy se llama Reptil y es un trío que se completa con saxo y batería.
Son tres músicos que vienen del jazz, trabajan con muchos de los conceptos del jazz y los articulan con la intensidad y ciertas sonoridades del rock. Pero no tiene nada que ver con aquello a lo que se llamaba "jazz-rock" en los años '70. ¿Qué es? Se llama Reptil y es un trío conformado por el guitarrista y compositor Francisco Slepoy, el saxofonista Lucas Goicoechea (en saxo alto) y el baterista Andrés Elstein. Sí, no hay contrabajo, no hay piano ni montones de convenciones de género.
Reptil –el flamante primer disco del conjunto– propone un viaje sinuoso, original y por momentos abrasivo que constituye uno de los lanzamientos más estimulantes del jazz y afines local surgido en 2015. ¿Referencias? El baterista Jim Black y su álbum AlasNoAxis, o la banda Big Satan del saxofonista Tim Berne, pero con ambiciones propias y conceptos más sintéticos.
Slepoy, chaqueño, ex líder de un cuarteto y también creador de Música sobre pinturas (compuesto sobre las obras de las artistas Silvia Gurfein y Carmen Villa), cuenta algunos detalles sobre su trío actual.
–¿Cómo nació Reptil y cómo decidieran trabajar con una formación poco tradicional?
–Primero, porque tenía muchas ganas de tocar con Lucas Goicoechea y Andrés Elstein. Y segundo, porque este tipo de formaciones no convencionales nos pone en la obligación de explorar el instrumento y diferentes maneras de orquestar la música.
–Reptil es un disco de jazz que dialoga con la intensidad del rock y algunos otros elementos. Pero no tiene nada que ver con lo que se llamaba jazz-rock.
–Estoy de acuerdo. La música no está concebida desde algún género en particular, y trato de partir de otras ideas al componer. Pero está claro que el jazz y el rock son músicas que tienen mucho que ver con mi formación y mis gustos.
–¿Cómo fue que trabajaste las composiciones, y cuánto espacio hay para lo escrito y cuánto para la improvisación?
–Hay mucho de improvisación en el disco. Pero desde hace un tiempo que me tomo la improvisación o lo escrito como un elemento más de la composición. Escrito o improvisado y muchas otras variantes y mezclas entre ambas, lo que me interesa es la música. Por lo general no me atrae mucho que haya solistas. Me interesa mucho la impro, pero no que "ahora viene el solo de…" y después "el de…". Me propongo pensar una música con contenido y conceptualmente sólida.
Sebastián Feijoo


En el texto sobre Almendra 2 que escribiera para este blog, el marplatense José Miccio describía al disco conocido como el doble de Almendra diciéndolo un álbum “tan propio de su época como arisco a la elucidación histórica” a la vez que afirmaba que aquel disco “obedece sólo a los caprichos del arte: usa las palabras -y las cuerdas, y los parches- de todos para hablar el idioma de ninguno”.
La cita resultó ineludible después de escuchar por primera vez Reptil, el proyecto más reciente de Francisco Slepoy, músico chaqueño que se suma a la lista de Talentos relativamente jóvenes que están llevando al jazz argentino al infinito y más allá. Lista en la que podríamos incluir a diversos grupos y solistas como Marco Sanguinetti, Octafonic, Escalandrum, Fernández 4, Sales de Baño, Alan Plachta y un largo etcétera (por no ser un cultor en profundidad de la escena, es probable que se me estén escapando de las manos otros tantos talentos igual de valorables). Músicos, todos ellos, que plantan bandera sin ocultar las raíces. Músicos, también, que crecieron al calor de otros géneros y lo hacen notar. De hecho, es injusto catalogarlos en el jazz: no necesitan del amparo de ningún género.
Pero volvamos a Reptil, el disco y Reptil, el trío, que además de Slepoy en guitarra y canto con armónicos, completan Lucas Goicoechea en saxo alto y Andrés Elstein en batería. Antes, la última pista acerca de esta fuga sonora la dará el propio Francisco: “Cuando armé Reptil me parecía que si lo llamaba Francisco Slepoy era siempre el mismo proyecto y cambiaban los músicos. Creo que los músicos con los que armo los proyectos son determinantes para la música que resulta y que cada proyecto merece un nombre propio. Por otro lado se daba esto de que algunas cosas nos sonaban muy rockeras y me parecía divertido ponerle nombre de banda de rock”.
Las palabras de todos, el idioma de ninguno.
La formación de Reptil puede decirse convencional, en tanto no hay instrumentos que rompan con cierta estructuración clásica de un grupo (sólo les faltaría lo grave). Pero si le damos este disco a un escucha promedio de música pop, saldrá horrorizado a los 30 segundos. Seguramente denueste lo que se escucha y, entre la impaciencia por encontrar de donde agarrarse, deje en evidencia lo contrario: Reptil, lejos de replicar fórmulas, nos recuerda que la música es inasible. Cuando creés que va para allá, se escapa hacia el otro lado. Como con Cortázar, Messi, o las películas modelo Memento (no debe ser la primera), lo que sucede con Reptil es que inicialmente uno no sabe muy bien qué está leyendo, porque la historia está rota, o la cuentan de a muchos a la vez, o hay escenas perdidas, o hay apariciones y fugas, o el tiempo se rebobina y luego se adelanta. Pero no se puede dejar de leer, ver, escuchar: hay que llegar hasta el final. Sí, sí, señores, estamos ante el disco más impredecible que escucharemos en 2015. Pero como con Cortázar, Messi y esas películas pastiche, hay resolución.
El trío comandado por Slepoy toma, sin dudar y parafraseando nuevamente el mágico álbum del Almendra, el camino difícil. Dificilísimo. "Uno podría componer algo de 2 o 3 minutos, con estrofa- estribillo-estrofa con solo de guitarra en el medio, porque es lo que le gusta a la gente. ¿Pero qué pasaría con las creencias, las ideas, la militancia? Yo trato de hacer una música fiel a mis creencias e ideas con la ilusión de poder compartirla con la mayor cantidad de gente posible, pero con la certeza de que no le va a gustar ni interesarle a todos, como tiene que ser", le dijo el guitarrista chaqueño a El Bondi.
Desde el comienzo del disco hay un despliegue sonoro que juega a dos puntas: la construcción de un entramado hipnótico a partir de estructuras mínimas y, a partir de ahí, la improvisación -¡demencial!- donde el trío lleva al extremo las posibilidades de sus instrumentos. Podría llamársele improvisación por saturación. Si el saxo de Goicoechea arranca amable en Reptil, el tema de apertura, y la guitarra arpegia sin parar, el uno llegará al clímax , chirriante, en el límite de lo tocable; la otra arremeterá en una incursión riffera pesadísima. De ahí, la implosión y volver a empezar, construyéndolo todo nota por nota, otra vez. Un diálogo en el que los silencios -eso que a veces incomoda tanto- son la estrella, el aire y la puntuación. Los parches de Elstein siguen el juego hasta que llega el unísono.
Altura y duración es igual de inquietante. Como su nombre lo indica, parece un experimento montado sobre esos dos parámetros, entre el tintineo de los platos de la batería, los acordes ¿random? de Slepoy y el saxo susurrado... Hasta que de golpe aparece una frase en común, todo se eleva y vuelve a bajar, o mejor: llega un solo de batería al límite de la exasperación, "acompañado" por una guitarra muteada. Parece tocado en el espacio exterior... o adentro de un lavarropas.
Y qué decir de la textura agónica y gaseosa de Neptuno: sí, es otro planeta. Pueden notarse las capas pero está prohibido separarlas. Si cae una, caen todas. Aquí hay otra gravedad, entre las notas tenidas y el continuum de esa resonancia adictiva e inquietante del canto con armónicos (si, eso que parece una cabra tocando la flauta traversa de Ian Anderson a 6 mil kilómetros de altura es una voz humana, se los juro por Diego Milito). Cuando la música borronea el tiempo no hay con qué darle: ahí hay un triunfo.
Y Neptuno es trance puro, un viaje interminable de placer confuso.
Reptil I es un laberinto. Fíjense si se animan a entrar y logran salir.
Altura X duración VI lleva la experimentación sonora a niveles dignos de la música contemporánea. Es una pieza para guitarra preparada, tocada a seis manos (o sea, los tres miembros de Reptil). A Daniel Melero le encantaría ese combo de miles de ruiditos devorándose entre ellos como si fueran loops que compiten por sobrevivir a la edición o, mejor, de la desintegración. Si aparece un nuevo Pac Man, aquí tiene servida la banda sonora.
Discos como este son revitalizantes porque redoblan la apuesta en la búsqueda de un sonido inaudito. Y no "el sonido" en cuestiones meramente técnicas, queda claro por lo dicho que la búsqueda es tímbrica, textural, y logra disolver los límites entre cada instrumento. Ahí está la clave de Reptil: cómo se desintegran algunas nociones que se nos clavan en la cabeza (la guitarra suena así, el saxo asá, se tiene que tocar de esta manera). El yeite es romper con los yeites, a niveles descomunales. Hasta en Stratocaster, que asoma como el momento más "convencional".
El broche de oro no podría llamarse de otra forma. Casi a la manera del "podrán imitarnos pero igualarnos jamás", Reptil te lo dice así: Nunca lo lograrás. ¿Se acuerdan de los Who rompiendo sus instrumentos al final de los shows? Bueno, acá se rompe la música en 8 minutos de caos que, vaya sorpresa, se resuelve en un fade out acompasado.
Anímense. Y escuchen con atención y paciencia: el idioma de ninguno podrá comprenderse. Porque parece imposible pero el Impenetrable se puede cruzar.
Santiago Segura


"Siento como un insulto cuando me dicen que el jazz es elitista"
En diálogo con El Bondi, el guitarrista analiza sus diferentes personalidades musicales y derriba algunos mitos sobre el jazz. El sábado presenta las canciones de Reptil, el primer álbum del trío que forma con Andrés Elstein en batería y Lucas Goicoechea en saxo alto. A partir de las 20 en Roseti -Roseti 722, Chacarita-.
-¿Qué distingue a Reptil de tus proyectos anteriores?
-“Reptil” funciona más como grupo estable. Creo que los músicos con los que armo los proyectos son determinantes para la música que resulta y que cada proyecto merece un nombre propio. Tenía ganas de tocar con Andrés y Lucas y el formato me desafía a explorar tanto desde la orquestación de la composición, como desde el instrumento.
-¿Por qué la insistencia con el reptil?
-No tiene una explicación ni muy intelectual, ni muy profunda. Hace unos años un amigo bromeaba con que mi música sonaba a “reptil”, como viscosa, de pantano. No sé si le seguirá pasando eso o si seguirá sonando así, pero eso me hacía mucha gracia. Por otro lado, el grupo sonaba bastante rockero de manera espontánea, y me pareció divertido ponerle nombre como de banda de rock.
-En simultáneo editaste “Música sobre pintura -Volumen 1”. ¿Cómo estableciste el diálogo con las artes visuales?
-Una de las artistas es mi pareja, Carmen Villa, por quien tengo gran admiración y es una gran influencia. La iniciativa tiene que ver también con agotar las instancias en las que las decisiones estén guiadas por el gusto o la estética, algo siempre ligado a tendencias y herencias. Así, los materiales con los que compongo se adaptan a sistemas que representan lo más fielmente posible conceptos o estructuras que provienen de otros fenómenos o disciplinas -en este caso las obras de Carmen y de Silvia Gurfein-, por lo que el repertorio está concebido como una sola obra.
-El jazz es un género muy ligado a la improvisación. ¿Qué lugar ocupa en tu propuesta?
-Hay mucho de improvisación en el disco, pero desde hace un tiempo que me tomo la improvisación o lo escrito como un elemento más de la composición, que es lo que me interesa de la música. Sea de una u otra manera, lo que trato de hacer desde la composición es ver de qué manera puede estar mejor interpretada la idea.
-En su origen, el jazz fue un género popular, sin embargo, aquí siempre tuvo un tinte elitista. ¿Por qué sucede eso?
-Más que popular, en sus orígenes era marginal ya que venía de los esclavos, y recién se puede hablar de popularidad a partir de 1920 cuando empiezan las big bands y llega a los blancos. No es la primera vez que leo o escucho esto de que “el jazz es elitista”, y lo siento como un insulto.
-¿Por qué?
-En este momento, ni siquiera sé bien si lo que hago es jazz, y no es algo que me preocupe, pero desde que vine de Chaco a los 18 años me crié con músicos de ese ambiente. Tuve compañeros y profesores muy nobles, dedicados con mucha pasión a desarrollar su visión del mundo a través de la música con el único afán de compartir la experimentación con la gente. En su mayoría estas personas no viven de sus proyectos artísticos, los cuales tienen que defender muchísimas veces en condiciones laborales altamente desfavorables. Son una suerte de militantes.
-¿Cuál es el origen de esta situación?
-Puede tener que ver con cierta falta de infraestructura y medios, situación en la que los músicos tenemos que asumir responsabilidades y conseguir revertirla. Creo que es algo que de a poco está pasando, y ayudan los sellos independientes, los ciclos de conciertos dirigidos por músicos y la carrera gratuita de jazz en el conservatorio.
-¿Cuál es la defensa del músico ante ese panorama?
-Uno podría componer algo de 2 o 3 minutos, con "estrofa- estribillo-estrofa con solo de guitarra en el medio" porque es lo que le gusta a la gente y poder sacar una tajada de eso ¿Pero qué pasaría con las creencias, las ideas, la militancia? ¿Nosotros somos los elitistas? Yo trato de hacer una música fiel a mis creencias e ideas con la ilusión de poder compartirla con la mayor cantidad de gente posible, pero con la certeza de que no le va a gustar ni interesarle a todos, como tiene que ser.
Fuente: El Bondi

Un disco muy interesante, aunque no es para todo el mundo. Pegale una escuchada, fijate si es tu onda, porque el grupo realmente es bueno y de calidad.
Lo podés escuchar desde acá: soundcloud.com/franciscoslepoy.
Dejamos el espacio en Bandcamp, no estará disponible gratuitamente, pero lo podés escuchar y ver si los reptiles te gustan o no...



Comentarios

Publicar un comentario

Lo más visto de la semana pasada

Los 100 Mejores Álbumes del Rock Argentino según Rolling Stone

Quizás hay que aclararlo de entrada: la siguiente lista no está armada por nosotros, y la idea de presentarla aquí no es porque se propone como una demostración objetiva de cuales obras tenemos o no que tener en cuenta, ya que en ella faltan (y desde mi perspectiva, también sobran) muchas obras indispensables del rock argento, aunque quizás no tan masificadas. Pero sí tenemos algunos discos indispensables del rock argentino que nadie interesado en la materia debería dejar de tener en cuenta. Y ojo que en el blog cabezón no tratamos de crear un ranking de los "mejores" ni los más "exitosos" ya que nos importa un carajo el éxito y lo "mejor" es solamente subjetivo, pero sobretodo nos espanta el concepto de tratar de imponer una opinión, un solo punto de vista y un sola manera de ver las cosas. Todo comenzó allá por mediados de los años 60, cuando Litto Nebbia y Tanguito escribieron la primera canción, Moris grabó el primer disco, Almendra fue el primer

Mauricio Ibáñez - Shades of Light & Darkness (2016)

Vamos con otro disco del guitarrista chileno Mauricio Ibáñez, que ya habíamos presentado en el blog cabeza, mayormente instrumental, atmosférico, plagado de climas y de buen gusto, "Shades of Light & Darkness" es un álbum que muestra diferentes géneros musicales y estados de ánimo. Se relaciona con diferentes aspectos de la vida humana, como la sensación de asombro, crecer, lidiar con una relación problemática, el éxito y el fracaso, luchar por nuestros propios sueños y más. Cada una de las canciones habita un mundo sonoro único, algunas canciones tienen un tono más claro y otras más oscuras, de ahí el título, con temas muy agradables, melancólicos, soñadoros, algunos más oscuros y tensos, donde priman las melodías cristalinas y los aires ensoñadores. Un lindo trabajo que les entrego en el día del trabajador, regalito del blog cabezón!. Artista: Mauricio Ibáñez Álbum: Shades of Light & Darkness Año: 2016 Género: Progresivo atmosférico Duración: 62:34 Refe

Bosón de Higgs - Los Cuentos Espaciales (2023)

Para terminar la semana presentamos un disco doble muy especial, desde Ecuador presentamos a una banda que ya tiene un nombre particular que los define: Boson de Higgs, que como ópera prima se manda con un concepto inspirado en el cosmos, la astronomía en un viaje interestelar de 15 temas que tienen además su versión audiovisual, en un esfuerzo enorme que propone la divulgación científica y cultural de un modo nuevo, donde se aúnan la lírica en castellano, el rock alternativo, la psicodelia, el space rock, el hard rock y el rock progresivo. Un álbum doble sumamente ambicioso, con muy buenas letras y musicalmente muy bien logrado y entretenido en todos sus temas (algo muy difícil de conseguir, más pensando si es su primera producción) y donde puede verse en todo su esplendor en su versión audiovisual que obviamente no está presentado aquí salvo en algunos videos, pero que pueden ver en la red. En definitiva, dos discos muy buenos y realmente asombrosos para que tengan para entretenerse

Soft Machine - Facelift (France & Holland) (2022)

Cerrando otra semana a pura música en el blog cabeza, volvemos a traer un registro histórico de Soft Machine en vivo, o mejor dicho, dos registros pero este disco dobre muestra a los muchachos en el 2 de marzo de 1970 en el Théâtre de la Musique, París, Francia, mientras que en el segundo álbum se los puede escuchar en el 17de enero del mismo año en Concertgebouw, Amsterdam, Países Bajos. Y como esto no tiene ni necesita mucha presentación, paso a despedirme hasta el miércoles de la semana próxima, y espero que no me extrañen porque les dejé bastante música y reflecciones como para que estén entretenidos en sus momentos de ocio. Artista: Soft Machine Álbum: Facelift (France & Holland) Año: 2022 Género: Escena Canterbury Duración: 1:55:59 Referencia: Discogs Nacionalidad: Inglaterra Acá podrán disfrutar a los Soft Machine en vivo y tocando en la cima de su mejor momento. Rutledge, Hopper, Wyatt y Dean parecen juntos una fuerza de la naturaleza a la que nada se

Skraeckoedlan - Vermillion Sky (2024)

Entre el stoner rock, el doom y el heavy progresivo, con muchos riffs estupendos para todos y por todos lados, mucha adrenalina y potencia para un disco que en su conjunto resulta sorprendente. El segundo disco de una banda sueca que en todo momento despliega su propio sonido, a 4 años desde su anterior álbum, "Earth". Saltarás planetas, verás colisionar cuerpos celestes, atravesarás galaxias y te verás arrastrado hacia la nada que lo abarca todo, conocerás el vacío y el fuego abrasador de los soles, y también encontrarás algunos arcoíris desplegándose bajo el cielo bermellón. He aquí un viaje interestelar por el universo de los sonidos, en una búsqueda tremenda y desgarradora, un disco muy bien logrado, que muestra una de las facetas de los sonidos de hoy, donde bandas deambulan por el under de todos lados del mundo en pos de su propio sonido y su propia identidad, y también (al igual que muchos de nosotros) su lugar en el mundo terrenal, tan real y doloroso. Los invito

Guranfoe - Gumbo Gumbo (2022)

Como corresponde al comienzo de semana, empezamos un lunes con un gran disco, y ahora de una de esas nuevas bandas que no tienen nada que envidiarle a los grandes monstruos de antaño. ahora con su segundo y último disco. En una entrega totalmente instrumental y a lo largo de todo el disco estos músicos ingleses nos brindan una exposición de como un disco puede ser melódico, apasionado, imaginativo, complejo, temerario, dinámico, adrenalítico y muchos adjetivos más que no alcanzan para describir toda la música de estos chicos, ahora arremetiendo con temas que fueron creados en sus inicios, incluso que fueron interpretados en vivo pero nunca grabados, y razones tienen ya que este material no da para que se pierda en el olvido, ya que este álbum suena tan hermoso como se ve su portada. Cinco temas que son técnicamente brillantes y que recuerdan a una colisión entre Zappa y Camel. Una fusión de folk, jazz y Canterbury que es tan psicodélica como progresiva, intensamente melódica y fá

Video de Los Viernes - Nostalgia del Hogar "Feel Like Going Home" 2003

The Blues es una serie documental producida por Martin Scorsese en 2003, declarado "Año del Blues" en Estados Unidos, genero que influyo al jazz y al rock. Cada una de las siete películas que componen la serie ha sido dirigida por un cineasta entusiasta del género y en ellas se hace un repaso su origen y desarrollo a lo largo del siglo xx Hoy toca el turno de Nostalgia del Hogar " Feel Like Going Home 2003" Dirigida por el propio Scorsese, este primer film de la serie rinde homenaje al Delta blues, a los orígenes del género, recorriendo el Estado de Misisipi de la mano del músico Corey Harris, para continuar después viajando por el continente africano en busca de las raíces del Blues. Feel like going home habla de músicos que se criaron alrededor de los algodonales, sin dinero ni comida, allí surgieron unos músicos que aliviaban las vidas de la gente como John Lee Hooker, Willie King, Son House o Robert Johnson. Músicos que se adaptaban a los tiempos, como O

Rick Miller - One of the Many (2024)

Para empezar el día y la semana nos vamos a Canadá de la mano del veterano multi-instrumentalista Rick Miller que presenta su último y mejor trabajo. Desplegando un rock progresivo atmosférico muy emocional, con muchas texturas sonoras y lleno de buen gusto, inspirado en artistas como Pink Floyd, The Pineapple Thief y Steve Hackett (ojo, solo inspirado), siempre con temáticas líricas ambiciosas, sombrías y bellas como su música y la tapa de sus discos. Este es un viaje a través de paisajes sonoros ricos, cinematográficos, etéreos melancólicos, nostálgicos y oscuros, con mucha sensibilidad melódica, ofreciendo capas, sofisticados arreglos que brindan una experiencia inmersiva que nunca deja de sorprender e impresionar, pero al mismo tiempo accesible y atractivo. Te invito a un mundo sonoro intrigante, con cautivadoras melodías de música atractiva, estimulante y gratificante, ideal para comenzar la semana en el blog cabeza. Artista: Rick Miller Álbum: One of the Many Año: 2002

Los Dos - Caminos (1974)

En nuestra recorrida por el rock mexicano hoy revisamos un disco humilde pero bien logrado, sin esperar demasiado tampoco, y copio un comentario que hace referencia justamente a ello: "Es refrescante escuchar a músicos que se limitaban a hacer lo que les venía en gana, sin preocuparse de ser considerados autores geniales y con ideas nuevas. Los Dos eran Allan y Salvador, un dúo muy limitado musicalmente; no obstante, esas carencias la suplen con honestidad: mucha honestidad. Su mezcla, algo burda, de rock-folk, música tradicional latina y canto nuevo chileno, tiene momentos por demás emotivos y conmovedores. Sus letras eran muy sencillas y poco rebuscadas, en su mayoría acerca del amor". Disco raro, muy poca información se encuentra en la red, a mi parecer uno de los pocos discos hechos en México en los 70’s con un sonido muy jipi y folk. Eso lo describe bien, bien jipi y folk... Artista: Los Dos Álbum: Caminos Año: 1974 Género: Rock psicodélico / Folk rock Dura

Tadeusz Woźniak - Odcień Ciszy (1974)

Ayer, gracias al aporte de Mariano, presentamos al cantautor polaco Tadeusz Woźniak con su primer disco, y para cerrar otra semana a pura buena música en el blog cabeza, ahora vamos a presentar su segundo trabajo discográfico. Un disco hermoso, rico, atmosférico de paisajes sonoros electroacústicos, donde la mayoría de los temas son acústicos y cantados, con algunos sonidos folk adornados con pasajes orquestales, mientras que la voz melancólica de Woźniak lo hace todo atractivo, con una canción principal mezcla de psiodélico, folk y prog que es realmente genial e intensa y excelentes partes vocales. Aquí, el disco elegido para cerrar la semana, algo muy emocional, con mucha sensibilidad pero no sensiblero barato, al contrario, esto es arte enfocado al rock que busca tocar las fibras más íntimas del alma humana. Y aquí hay mucho para escuchar y deleitarse como para que siga hablando de ello... esto hay que escucharlo! Artista: Tadeusz Woźniak Álbum: Odcień Ciszy Año: 1974 Gén

Ideario del arte y política cabezona

Ideario del arte y política cabezona


"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.