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Triana - El Patio (1975)




#MúsicaParaElEncierro Alto disco que nos revive La Lágrima en el blog, en este tiempo de resucitaciones. Esta vez se trata de una obra maestra española del rock progresivo andaluz que perdura en el tiempo como uno de los trabajos íconos e indispensables de aquélla movida. Vuelve a aterrizar en el blog "El Patio" de Triana en dos ediciones de CD interesantes. Una correspondiente a la primera edición sin remasterizar, y la otra a la edición 40 aniversario lanzada en 2015 con un sonido tremendo.

Artista: Triana
Álbum: El Patio
Año: 1975
Género: Progresivo andaluz  
Duración: 39:09
Nacionalidad: España


En este álbum, el primero de su grupo, De la Rosa dejó un mensaje, un doble sentido en el título de una de sus canciones más conocidas, «Sé de un lugar», que puede interpretarse de dos formas: «conozco un sitio», o bien como imperativo o consejo, «pertenece a tu territorio».

Es curioso, pero en todos lados pasa lo mismo, para que un disco sea reconocido a través del tiempo y sin importar de donde venga o si fue lanzado por un gran sello discográfico o por una pequeña tirada de maneda independiente, hay un secreto que es pertenecer profundamente a tu lugar y tu tiempo, y justamente eso hace que las obras sean universales y atemporales. Hay grandes grupos con excelentes músicos que intentan hacer la música que hacen otros, más o menos en el estilo propios de otros lugares y otros grupos, y lamentablemente quedarán (ojo que no es mi deseo, sino lo que veo que sucede) en el olvido aunque efímeramente tengan algo de repercusión. Tomemos el caso de este disco, no solamente mucha gente lo recuerda sino que las nuevas generaciones que lo escuchen lo valoran, perpetuándolo y llevándolo a cada rincón del planeta.

De Serrat a Radio Futura, ya se pueda oler el Mediterráneo o arda la calle, las grandes obras son las que sirven como catalizador de una identidad y la llevan muy arriba. Hace 40 años se editó en España «El Patio» de Triana, una de esas piezas maestras que sentaron las bases de un género, el rock andaluz, que tuvo derivaciones y repercusiones hasta en el flamenco, y que marcó a una generación por su hondura y autenticidad.

Y es que en este patio del que habla el disco vivieron algunos de los integrantes de la banda, y viven aún sus familiares, todo está impreso a fuego porque es claramente vivencial, querido, cercano y propio... Este es el patio original en el que se basó la portada del disco:
Andalucía es una tierra bendita y maldita al mismo tiempo.
Una región condicionada por su folklore, su historia y su siempre polarizado presente.
Yo siempre la he amado por ser la tierra en la que crecieron mis padres y renegado por ser la cárcel costumbrista de la que tuvieron que emigrar.
Y en esa relación especial me ha ayudado siempre este patio.
El patio de geranios. El patio de baños a mangerazos. El patio de mi abuela.
Una fábula tras otra, con la riqueza instrumental de una tierra rica en historia, y la crueldad lírica de una tierra siempre al borde de la rabia y el orgullo.
Ni progresivo flamenco ni hostias. Este disco está hecho desde el corazón y la pasión.
Es un disco de amor, de un tremendo amor. El verdadero amor es el que duele o el que se hecha de menos. El que da a luz esta pieza fundamental en mi vida.
julucha

Los temas del disco tienen la particularidad de fundir la guitarra flamenca y los punteos eléctricos de manera lisérgica y con largos desarrollos instrumentales. Si bien al principio tanto el grupo como este primer disco pasaron desapercibidos y negados, luego el fenómeno Triana sumó multitudes porque en torno al grupo se creó una mística similar a la que por estos pagos (hablo de Argentina) tuvieron grupos como Serú Girán o Los Redondos, donde su p{ublico siente que lo que está sonando en su equipo o sobre el escenario es algo propio.


Pasada la época de los grupos ‘Beatles’ y con los mejores discos de la canción de autor ya editados, los oyentes inquietos andaban perdidos. El rock progresivo venía de lejos y había que encontrar un sonido nuestro. “El disco no gustaba mucho al principio: era diferente, original”, recuerda Gonzalo. “Lo que nos iba abriendo las puertas era el concepto: mezclar nuestras raíces con el rock era totalmente innovador, algo que nadie había intentado ni siquiera en Francia”.

Las letras de El Patio están llenas de metáforas, con un sentido último político. Seguramente no era la intención, pero es cierto que en el rock subyace un sentido de libertad que acaba haciéndose político. Un album tan oscuro como brillante, con letras tan sencillas como inspiradas. Todo funciona bien en este disco, imperecedero e imprescindible.

El patio es el primer disco del grupo español de rock progresivo Triana, publicado el 14 de abril de 1975 por el sello Movieplay. Aunque el álbum no indica ningún título específico, se le conoce generalmente con el nombre de El patio debido al diseño de su portada, en la se muestra un dibujo de los tres componentes del grupo en el patio interior de un edificio. El disco se convirtió en una de las grabaciones más populares de la música rock española y en uno de los discos clave en lo que se conoció como rock andaluz, mezcla de música rock con elementos provenientes del flamenco. El patio no tuvo una buena acogida en un principio, llegando a descatalogarse de varias tiendas de discos; no obstante, un año y medio después de su publicación, el grupo comenzó a cosechar popularidad en España y el disco se convirtió en uno de los estandartes de la música popular española en la década de los 70.
Wikipedia

Y es notable cómo se equivocan algunos ingenuos que piensan que la escencia de lo que se conoce como "rock progresivo" est{a en la destreza técnica e intrumental. Las grandes obras de este género son grandes no por lo bien que tocan los músicos (cosa que es innegable, claro está), sino porque esa instrumentación, ese vuelo y complejidad técnica no es un fin sino una herramienta que sirve únicamente para expresar mejor lo que realmente vale: la expresión del sentimiento y la sensibilidad, hasta llegar a niveles casi viscerales. A veces celestiales (como sucede en "Close to the Edge", que tantos comentarios ha traído) o a veces oscuros (recordemos algunas de las más famosas obras de Pink Floyd, por ejemplo), pero siempre son obras profundamente emotivas, donde los sonidos sirven para transmitir fuertes sentimientos y conmueven profundamente... todo el juego instrumental solamente está a disposición para que se efectúe esa fuerte transmisición emotiva, pero nunca es un fin eso de llegar a complejas secciones instrumentales porque sí y solamente con ese fin... recuerden los grandes grupos: desde Genesis o Van der Graaf Generator hasta Tool o Riverside (por nombrar sólo algunos) siempre sucede lo mismo... siempre es música que logra transmitir muchas sensaciones y emotividad.

Al mismo tiempo en que los genios del rock progresivo, Pink floyd lanzaban tal vez su mejor álbum titulado "Wish You Were Here" justamente a eso de mediados de los setenta. Triana mostraba al mundo y más concretamente a España, su álbum debut llamado "El Patio" considerado por muchos, el disco de Rock en español más importante de la historia musical.
Seguramente notarás que esta banda tiene muchos aspectos similares a mis compatriotas "Los Jaivas" (posiblemente les conoces), ambas son bandas pioneras en mezclar el folklore local con el rock progresivo concretamente, pués esto de mezclar rock con folk, hace años ya lo habían hecho señores como Bob Dylan. En caso de Triana se fusionó el folklore andaluz y el flamenco con un rock progresivo magistral y floydiano en varios aspectos.
Nos centramos plenamente en el Patio, tal vez el mejor debut en la historia de la música en español. Déjenme decirles sinceramente que este es uno de los discos más hermosos que mis oídos han tenido el placer de saborear, y no he escuchado pocos. Las letras son generalmente de una simpleza notable y dueñas de una metáfora austera, llegando a cursilerías, pero la expresión tan auténtica y verdadera hacen de este álbum una obra maestra.
Todo comienza con la grandiosa "Abre la puerta", posiblemente el mejor tema del álbum, notamos unas especies de cascabeles y sonidos del ámbito experimental. De golpe notamos esa guitarra acústica llena de ritmo y personalidad del folklore andaluz y a ello notamos las primera líneas de presencia flamenca. Un rock progresivo que nada tiene que envidiar a grandes como Pink Floyd, con perfecta utilización de teclado e instrumentos menores de aspecto experimental, cortes de flamencos bien alineados a la canción y cabe destacar el gran solo de guitarra que se desenvuelve en el desenlace de esta gran pieza musical.
Le sigue Luminosa Mañana, al igual una de las mejores canciones de este trabajo, letra soñadora y emotiva, acompañas de unas vocales brillantes. Canciones como éstas influenciaron a lo que podemos encontrar hoy, en la escena del rock y heavy metal en español.
Recuerdos de Noche, sigue la línea sin resbalar hacia los bordes, sólida y simplemente hermosa, nada que destacar a favor o en contra respecto a los temas anteriores.
Sé de un lugar, es otro de los temas más fuertes de este proyecto, cabe a destacar las vocales brillantes nuevamente, entre la línea del ecuador del rock y el folklore andaluz en Díalogo, notamos un tema de casi aspecto místico llegando a cuento de hadas, pero acompañando esto del sentimiento insurgente y contagiador, mayor virtud global del disco.
En el lago, es otro tema de línea paralela al disco, nada que contar a favor o en contra respecto a temas anteriores. Pues como citamos "este disco no tiene puntos bajos". Además de ser un tema de línea en el disco, abre la puerta hermosa y espontáneamente para dar paso al tema final. Todo es de color finaliza el disco con un toque más prominente al folklore andaluz, me parece perfecto terminar con la calma después de tanta tormenta y vida hecha canción.
idiotecaoculta


y en este disco no puedo dejar de traer varios comentarios ya que siempre se complementan en lo que dicen y en definitiva subrayan lo que yo estoy tratando de expresar...

Los pueblos no son prisioneros de las banderas, pero si dueños de sus obras y actos. Si hay una fecha a remarcar en el alma de los andaluces, es aquel 4 de diciembre del 77, en que todo un pueblo se lanzó a la calle pidiendo lo que le pertenecía, la autonomía por derecho y no por la puerta de atrás como querían darle. Una autonomía disfrazada de libertad, que costo sangre conseguirla. Un cobarde fascista mató de un disparo en Málaga a José Manuel Caparros, mientras izaba la blanca y verde.
Yo no tengo un arraigado sentimiento nacionalista, más bien me he sentido siempre ciudadano del mundo, pero aunque pueda parecer contradictorio, si que tengo un fuerte arraigo por mi tierra y sus costumbres. En casa siempre se respiró un fuerte aire andalucista, pero no tanto como nacionalismo, y si más como reivindicativo, de sentirse orgulloso de lo que uno es, de sus raíces, enarbolando como bandera, creer en la identidad de tu pueblo, pero a la vez, me inculcaron a dejarme rociar por la cultura de los demás, a enriquecer mi identidad, sin perder nunca de vista mis raíces, a ser como mi propia tierra, crisol de culturas, por donde pasaron Fenicios, Romanos, Cartagineses, Árabes... sentirme orgulloso de algo tan maravilloso como la mezcla de culturas.
En casa, no se escuchaba rock. Mis padres escuchaban a Rocío Jurado, a Lole y Manuel, a Perales.… imagino que no demasiado diferente de muchos de vosotros. Además yo soy el hermano mayor, por lo que nadie me abría el camino. Pero si que había cintas de Triana, así como de Alameda, CAI, Iman... pero las que más sonaban, según dictan mis recuerdos, eran las de Triana.
Cada generación tiene su música, y aunque esta no tenga fecha de caducidad, y se disfrute en cualquier época, no se puede negar, que el mensaje que transmite, no es recibido de la misma manera por una generación u otra. Siempre pongo de ejemplo en mi caso, el disco En un lugar de la marcha que Barón Rojo lanzaron en el 85, y yo descubrí con 13 o 14 años. En sus letras se hablaba de rebeldía juvenil, de sentirse marginado por la sociedad por el hecho de ser rockeros, de apoyarse en el rock, un mensaje que quizás ahora siga vigente, pero de otra manera. Ya nadie se asusta de ver un chaval con el pelo largo y vestido de negro, los tiempos cambian a mejor. Y con Triana pasa algo parecido. Mi padre siempre me explicaba lo que significo el Rock Andaluz en general y Triana en particular, para todos aquellos que vivieron aquellos convulsos 70. Como Triana significaban todo en lo que creían, en sentirse orgullosos de sus raíces, de sus costumbres y llevarlas siempre por delante, y a la vez, dejarse acariciar por la brisa que llegaba de otros lugares, dejarse seducir por otras costumbres y ser capaz de hacer que todo conviviese de tal manera, que fuese capaz de crear una historia. De como Triana fue banda sonora de un pueblo que quería ser libre, que anhelaba dejar atrás la imagen de ferias y panderetas, que soñaba con entrar en el futuro por la puerta grande y no por la puerta de atrás, como se empeñaban aquellos obsesionados en vivir anquilosados en el pasado.Triana fue capaz de unir ese rock que venia del extranjero y hacerlo convivir con el flamenco que corría por sus venas. Unir a los poemas de Jesús de la Rosa, el sentimiento capaz de encerrar nuestra música y envolverlo con el desarrollo y la fuerza del rock. Triana no son un grupo de flamenco, Triana no son un grupo de rock progresivo, Triana van mucho mas allá, Triana son la expresión de un pueblo, y aunque la música no debe saber de fronteras, banderas o nacionalidades, su significado no puede ser para todos el mismo.
Podría haber elegido cualquier disco de Jesús de la Rosa, Eduardo Rodriguez y mi paisano Tele Palacios, y quizás con el tiempo vaya hablando de todos y cada uno, pero hoy el cuerpo y el alma me pedían, esa joya que editaron en el 75 llamada El Patio.
El patio fue el primer disco de Triana, y fue lanzado en una época muy difícil, no era sencillo hacer llegar este tipo de música, conciertos en salas de aforo reducido y sin mucha publicidad, el disco que pasaba de mano en mano, en reuniones no muy bien vistas por la sociedad establecida en esos días………. hacen de esta grabación, un disco de culto, no solo por sus composiciones, también por todo lo que le rodeo.
La voz y la pluma de Jesús de la Rosa son el alma de Triana, eso es algo que siempre quedara marcado, habían descubierto el rock progresivo, sus largos desarrollos instrumentales, sus cambios, y quedaron fascinados por esa música. Y eso es ni más ni menos este disco, una mezcla de aquel rock progresivo y sinfónico, junto a esa música de la calle que es el flamenco.
Un disco lleno de clásicos, que se abre con el hímnico “Abre la puerta”, y su larga introducción, con una preciosa letra de Jesús de la Rosa:
“Yo quise subir al cielo para ver/ y bajar hasta el infierno para comprender/qué motivo es/ que nos impide ver/ dentro de tí/ dentro de mí“.
La comunión de la guitarra de Eduardo y los teclados de Jesús de la Rosa son los grandes protagonistas de “Luminosa mañana”. Tele no se queda atrás con la batería, siendo el colchón imprescindible para el sonido de la banda, aportándole fuerza y ritmo.
“Recuerdo de una noche” tiene mas marcado acento “andaluz”, un tema que como otros de Triana, cuya melodía es un autentico manual para todos esos nuevos cantantes de flamenco pop que dominan las listas. Otro de mis temas favoritos de Triana es “Se de un lugar”, un tema que lleva impreso un feeling tremendo, musicalmente riquísimo, y con otra preciosa letra de Jesús de la Rosa.
“Diálogo” es un tema que ofrece de sobremanera la mejor forma de observar la música de Triana, guitarras flamencas al principio del tema, la entrada de los teclados envolviendo los apergios de Eduardo, y el corte rockero de la forma de tocar de Tele, súmale unas gotas de jazz, y eso es “Dialogo”.
Uno de los temas más conocidos de la banda, por su fuerza y sentimiento, sin lugar a dudas es “En el lago”, tema de referencia junto a “Abre la puerta” de “El Patio”. “En el lago” es un tema perfecto, no solo musicalmente, sino porque además, tiene esa comercialidad necesaria, para convertirse en un himno, y por supuesto una letra digna de mencionar:
“No puedo negar que me hizo daño, /que mi corazón huyó de ti. /Has de ser como la mañana /el día que te conocí. Creo recordar que por la noche /el pájaro blanco echó a volar /en nuestros corazones y en busca de una estrella fugaz”.
Para abandonar este patio, que mejor manera que con la conocida “Todo es de color”, tema que ha sido interpretado por muchísima gente, entre ellos Lole y Manuel, y que despide con aires primaverales este disco.
Un disco histórico, que forma parte de la historia de la música de este país, y que debería estar con letras de oro. Junto a “Hijos del agobio” de 1977 y “Sombra y Luz” de 1979, forman una trilogía sencillamente genial. Supongo que casi todos habréis escuchado hablar de Triana y la gran mayoría conoceréis su música. Para aquellos que os animéis a descubrirla, avisaros, que la música de Triana no es fácil, es una música llena de matices, desarrollos instrumentales, cambios y sentimiento, pero que una vez que te atrapa, no querrás escapar nunca de el patio y dormir junto a ellos en el lago.
Carlos Tizón

Triana forma parte de la historia del rock español, un mito de muy corta existencia, protagonizando una efímera y mágica carrera musical eclipsada por la fatalidad, siendo aún hoy los reyes absolutos del progresivo español de todos los tiempos.

El mejor Debut que he escuchado en mi vida, pero dejemos lo de Debut, consideremos este disco como algo más que música, consideremoslo una de las mayores expresiones del alma.
Me hace gracia como mucha gente se cree que escucha Flamenco oyendo basura de esa que ponen ahora por la radio, eso no es flamenco, y menos aún si lo comparamos con obras como esta.
Más bien mezcla de Rock, Flamenco y algo más (formandose así el Rock Andaluz, el puntazo Progresivo que hubo en España) vemos un deleite para el padalar, no se pretende mostrar nada con este disco, solo se pretende llegar hondo, y así lo ha hecho siempre durante decadas.
En España siempre ha habido buena música y Triana lo demuestra, con alardes de tecnica tanto flamenca, de fusión y de voz, pero esa tecnica expresa mucho sentimiento, díficil, increible, voraz, tengo el interior desordenado por intentar expresar esos cambios en las canciones que se sucenden en todo el disco, es expresar mil cosas en una.
Solos de guitarra, organo y batería, gritos de la voz que quebrientan el alma, sinceridad, mucha sinceridad, amor por todo, por el uno, por el otro, por el curso del rio o por la belleza de la mañana como así nos expresa esas partes sinfonicas dignas del mejor Rock Sinfonico de aquella epoca.
Este disco es volver a soñar, es emocionarse como cuando uno era niño, como lo que es ahora y como lo que será, un disco inmortal que aunque pasen 34 años más siguen pareciendo del momento, una de esas joyas que se adelantan a su epoca pero que extrañamente cuajan en las personas que en su vida han escuchado algo así.
Lo amantes del Flamenco de verdad lo tienen, los amantes del Progresivo tambien así como los que aman la música de verdad, esa que con poco te dice mucho y con mucho lo dice todo, esa música que no tapa nada y te dice las cosas y te invita a bailar eternamente a traves de sus pasajes de eterna armonía.
Triana con Jesús fue corto, pero intenso, esto y más hizo a esta banda una de las mejores de la historia. Por siempre Triana, por siempre el alma.
Nubis

M{as, bastante más de la historia y biograf{ia de la banda en el siguiente comentario:

En el nombre de la música, cruzaron los tiempos genios tan grandes, que transmitieron tanto, que a veces nos lastima su ausencia aunque no hayan ni rozado nuestras vidas, no habiendo sido ni familiares remotos, y mucho menos gente a la que hayamos podido siquiera estrecharles la mano y decirles en persona y a los ojos lo mucho que lo admiramos.
Todo eso duele mucho más cuando sabes que ese artista recorrió en vida tus mismas calles, que su inspiración fue nutrida por el mismo entorno que te vio crecer. Es un extraño nexo emocional que sólo puede ser anudado por la música, entre pocas artes más.
Sevillano como el que os escribe, Jesús de la Rosa cruzó nuestro mundo tan intensa como fugazmente, y en su estela dejó para siempre vestigios de su alma fluctuando amorosamente en los surcos de este LP del que os voy a hablar, entre otros más que conformaron la discografía de Triana, un grupo hoy legendario que resiste al olvido, tanto por ese eclecticismo con el que desafió a su propia era como por su penetrante expresión, que traspasó fronteras y corazones dejando honda huella en su camino.
Triana fue una banda formada en 1974 por el ya citado Jesús de la Rosa a la voz y teclados, Juan José Palacios (alias “Tele”) a la batería y percusión, y Eduardo Rodríguez (alias “Rodway”) a la guitarra española. Poco después se les unirían Antonio Pérez a la guitarra eléctrica y Manolo Rosa al bajo.
En el ecuador de los ’70, poco antes de que el generalísimo ingresara en el Infierno “por la gracia de Dios”, en España se bailaba “el Bimbó” (quizás para celebrar aquello por adelantado), mientras que Camilo Sesto le cantaba a una tal Melina y la dulce Cecilia nos traía un ramito de violetas. Sin duda, la apuesta musical de Triana no la esperaba nadie.
Pero la fase embrionaria de ese sonido fue nutrida por las experiencias y pasiones de cada miembro por separado, antes de que se unieran como banda. Cada uno experimentó el fatigoso y frustrante circuito underground de aquella España y aquella época, y hastiados de tantas idas y venidas en grupos donde a cada puerta que llamaban se les pedía hits repeinados para la ocasión, acabaron encontrándose y conociéndose, convergiendo desde bandas desintegradas hacia una nueva y poderosa idea plural.
En fin, más que nada expusieron juntos lo que cada uno más sentía y mejor sabía expresar: Jesús no sabía disimular ese deje andaluz que los managers intentaban censurarle (fue expulsado de Los Bravos por su acento), así que lo dejó fluir con toda su naturaleza flamenca a flor; “Tele” venía de aporrear parches en bandas experimentales que no cuajaron por la aventurada apuesta Prog que exhibían (a España eso le cogió en bragas y de las largas), así que volvió a probar suerte sin cambiar un ápice su propuesta (con dos… tambores); Eduardo huyó de la radiofórmula de Los Payos (banda a la que perteneció) y su celebérrimo single María Isabel para desinfectar de la epidemia Pop a su guitarra española y curarla con arcaico bálsamo de fraseos gitanos. Juntos dieron osamenta, piel y aura a un raro y precioso híbrido de Flamenco y Rock Progresivo, siendo el segundo un estilo que ya practicaron gustosos estos tres miembros fundadores (no sólo “Tele”) en algunas de las infructuosas bandas que tuvieron por separado, herederas éstas de formaciones “extranjeras” como King Crimson.
Fue curioso, sonaban autóctonos a la vez que forasteros, enraizados a la vez que arrancados del sonido tradicional de su tierra, que aquí sobrevivía mediante rasgueos de guitarra española y suave garganteo andalusí, no sin contar las palmas furtivas que aleteaban en cierta ocasión o algún que otro ritmo por bulerías tanteado por el pequeño “Tele”. Todo ello convivía sanamente con el melotrón, que con su luminoso abrazo era la permisiva nodriza para acunar tan distinta raza de instrumentos, no por ello menos digna y amada. Los rabiosos trinos de guitarra eléctrica que punteaba Antonio Pérez eran otro plus de extranjerización que no se debe obviar, protagonizando momentos realmente vibrantes, sin dejarnos en el tintero el grave pero sensible canturreo del bajo de Manolo Rosa, que aunque más en la retaguardia, le dibujaba en relieve la más bella sombra a todo lo que ocurría.
A la vez que moldeaba preciosas auroras musicales con su teclado, Jesús de la Rosa cantaba con un timbre muy especial y profundo. Ondeaba su voz a su propia usanza, sin una técnica vocal sobradamente docta o virtuosa, sino con las trayectorias y tonalidades justas para llegar adonde tenía que llegar: a tu alma, sin más. Y sin vuelta atrás, pues además ese nebuloso mantra que expandía con su voz era también vehículo de una poesía peculiar, tan cercana como arcana, escondiendo metáforas bajo los elementos y formas más simples de la naturaleza. Uniendo la magia que tecleaba a su voz y sus versos, él nos abducía, nos convertía en moradores de sus sueños, y eso no es poco.
El resto del plantel no se quedaba corto, queriendo de él destacar sobre todo al malabarista “Tele”, que siempre lograba hacer lo que le salía del bigote con su kit. Todo redoble era posible y a la velocidad más imposible, mostrando también una versatilidad impropia para esa época. “Él no era un batería al uso”, decía Eduardo Rodríguez en un reportaje reciente sobre la banda. Se ve que en el combo Triana nadie era del montón, por eso trascendieron hacia lo que son hoy, una leyenda eterna.
En verano de 1974, en los estudios Kirios de Madrid, fue grabado su debut discográfico, que se llamaba como la banda, pero el boca a boca que sutilmente acrecentó su éxito lo fue rebautizando a como se le conoce hoy, El Patio, gracias a la detallista portada que ilustró Máximo Moreno. El dibujante creó un típico patio sevillano que se extendía a lo largo de las dos caras de la carpeta del vinilo, y que era salpicado de sutiles toques surrealistas que desfiguraban con buen gusto tan tradicional escenario.
”Yo quise subir al Cielo para ver
Y bajar hasta el Infierno para comprender...”
El álbum comenzaba con la popular Abre la Puerta, una canción repleta de luces y sombras, sombras que aguardan tras la cara más visible de la tonada, que es su estribillo, tarareado aún hoy por todo tipo de público como hit que es del folklore moderno sevillano y andaluz. La canción es toda una fiesta a la vida y a la libertad, un canto al progreso que abría la puerta a un nuevo día, reflejándose en esa Transición española que estaba en inminente eclosión, con la dictadura franquista en trámites de derrumbe.
En ese año muchos cantautores y agrupaciones del momento escondían aún ese grito en la metáfora, un secreto a voces que todavía no afloraba en toda su concreción por lo delicado e incierto que fue ese lapso comprendido entre la muerte del caudillo y la instauración de la democracia.
Otro ejemplo y muy cercano lo tenemos en ese Nuevo Día con el que Lole y Manuel compungió a su público, narrando cómo “el Sol, joven y fuerte, ha vencido a la Luna, que se aleja impotente del campo de batalla”, lanzando luego Lole un doliente “el pueblo se despereza, ha llegado la mañana”.
La mención a ese dúo no es tan gratuita teniendo en cuenta que su Nuevo Día compartió sello y año con Triana y este “patio” por el que gustoso os estoy invitando a pasear, además de contener éste la canción Todo es de Color, escrita por Manuel Molina (de Lole y Manuel, mismamente).
Volviendo a Abre la Puerta, musicalmente es una maravilla, sobre todo por su desarrollo, esas sombras que comentaba al principio, esa melancolía en su comienzo que va escalando desde la parsimonia a la taquicardia, con cumbre en la alegría de su pegadizo estribillo. Éste resplandece saltarín con los teclados del poeta Jesús, pero luego descendemos poco a poco por unas tinieblas confortables pero más espesas que cuando empezó a arañar la aguja esos lloros de guitarra flamenca del preludio.
A partir de aquí es cuando el exotismo de la fórmula Triana se da a conocer en todo su esplendor. Primero por esas palmas que responden a las preguntas de la guitarra de Eduardo, palmas distorsionadas en el estudio, flangeadas hasta parecerse a esos chasqueos que escupían las bases de la música Disco. Ese interludio instrumental va desmenuzando sus últimas notas elegantemente hasta que llega el silencio, el perfecto comité de bienvenida para lo que se aproxima: El famoso solo de batería de “Tele”.
Ese solo es un compás de bulería que va ensamblándose poco a poco hasta completarse y convertirse en esa marcialidad musculosa de bombo, goliath y timbales que podemos escuchar. Aquello fue novedoso, trasladar el ritmo de un palo del Flamenco a la batería moderna, actualizando el centenario son a la vez que desenterrando sus estratos más tribales y misteriosos, potenciando esa especie de trance ritual que inspira por su apabullante pulso el son de la bulería.
Ese solo de “Tele” es un hipnótico bombeo que acaba detonando la carga del resto del combo, que es reactivado súbitamente en una explosiva suerte de solos de guitarra eléctrica (magnífico aquí Antonio Pérez) bajo cielos de teclado, un vivaz desenlace que cierra este peculiar tema que es Abre la Puerta. Esos palmeros espectrales, ese marcial redoblar citado, esos casi diez minutos de recorrido, tan cambiante en fuerza, matiz y estructura… Uno no se acaba de creer que hoy esté su estribillo en los labios de tanta gente de mi tierra, de todas las edades, gustos y miras, como si fuera un producto de masas cuando es una canción absolutamente extraña, anti-comercial. Además, tal chorus tan sólo suena dos veces de forma literal, veces bien distanciadas entre sí durante toda la canción, no lo repiten más. Muy grande lo de estos Triana.
En la médula de Luminosa Mañana canta distante Jesús, sonando como un Greg Lake hispalense interpretando esta especie de Epitaph aflamencado, calmo y etéreo como el frippiano, “alto como el cielo” como ese sueño existencial que aquí narra el poeta de la calle Feria. Los suaves fogonazos de sentimiento que ocurren en ciertas frases cumbre (”Comencé a caminar…”/”Hoy he visto la luz que todos llevamos dentro”) son alumbrados y engrandecidos por esta pequeña orquesta de soñadores y la voz que los regía, penetrando en el oyente como pocas canciones han logrado. Así es Luminosa Mañana, su concreción estructural y de metraje la hace tan humilde como soberana en sus formas, siendo para mí uno de los temas de Triana que más hondo me han llegado.
Recuerdos de una Noche es otra canción que me cautiva especialmente, es una suerte de “bulería eléctrica”, de sonoridad rotunda y ritmo ensañado. No satisfechos con reproducir sólo en su batería esta rama del folklore andaluz que emergió en el siglo XIX, los Triana unen todos sus instrumentos bañándola de Rock, vistiendo a la hija de la Soleá con los sonidos más modernos de la centuria entonces reinante. Antonio Pérez le añade unos solos de guitarra eléctrica sentidos a la vez que fieros, mientras que la base rítmica de “Tele” y Manolo, sin desvirtuar fisonomía ni tempo de ese ritmo ancestral, le meten una buena inyección de hierro a la criatura, pese a haber sido ya de por sí y siempre uno de los palos más contundentes del Flamenco, una de sus ramas digamos más “heavies”, y permítanme el anglicismo en tales terrenos.
Aunque después de todo, tal expresión no es más ecléctica que lo que suena aquí, aureolado por esas graves y roncas radiaciones de melotrón que pulsa De la Rosa, enrareciendo el ambiente de esta aguerrida cabalgata que en su turbulencia esconde una canción de amor. Los matices más emocionantes de esta pista son aquéllos que a ratos interrumpen la dinámica general, esos breves medios tiempos que siempre traen las mejores estrofas (o la mejor conclusión respecto a las demás), emotivos paréntesis donde la canción casi flota en el aire para otra vez caer a plomo reemprendiendo el aplastante son por bulerías. En la despedida, la canción logra aferrarse de nuevo a esa gravedad lunar para ya no soltarla y huir con ella, entre bellísimos punteos de guitarra eléctrica que se unen a las lamentaciones musicadas de la garganta del maestro Jesús. Sencillamente mágico.
De Sé de un Lugar subrayaría el fuerte contraste que existe entre el bello paisaje que con ternura narra aquí Jesús y el tenebroso horizonte que luego dibujan juntos la guitarra eléctrica y el teclado, en su extensa sección instrumental. Las seis cuerdas de Pérez desarrollan un excitado y excitante solo que se enzarza en el flanco izquierdo del estéreo, mientras que en el derecho las teclas de De la Rosa extienden una terrorífica melodía que, tan ceremonial como umbrosa, acaba precipitándose por una catarata de flanger hacia una fosa sonora que no tiene nada que ver con lo que reza la paradisíaca temática de la canción. Volvemos a las luces y a las sombras de aquella puerta que se abría en el primer pinchazo al vinilo, pero esta vez escarbando mucho más profundo.
Esa caricia sinfónica que es Diálogo da sus primeros pasos por medio del bajo de Manolo Rosa, que es iluminado por los reflejos de ese teclado que a veces navegante de mansas olas y otras punzante según como pise el ritmo de la canción, es el instrumento que junto con los frondosos toques de guitarra española de “Rodway” da el ambiente y cielo idóneos para colgar esa Luna con la que Jesús habla de amor en la canción. Aunque es de los temas que más muestran de dónde procedían Triana, ellos no olvidan sus fuentes anglófonas del Progresivo y despiden la pieza con esa especie de ráfagas discontinuas de tan delicada y magistral factura, con la que parecen querer despertar de su propio sueño a marchas forzadas.
Pero si queremos hablar de algo magistral, debemos hablar de un clásico, ese clásico es el que precede al broche final (la ya citada versión Todo es de Color) pero que tuvo que haber sido el colofón para este Patio de ensueños. Estoy hablando de En el Lago, que además de ser la canción con la que conocí a esta banda (y con la que me embrujaron ya para siempre), es uno de los himnos indiscutibles a la hora de resumir dignamente el legado perpetuo de estos hispalenses.
Desde su gong inicial hasta ese bizarro final donde parece despegar un platillo volante, desde esa obertura como milenaria hasta esa clausura futurista, todo él señala que es un viaje, bien sea astral o simple ensoñación, pues tanto su excelsa música como su letra de metáfora alucinógena nos transporta…
”Creo recordar que por la noche
El pájaro blanco echó a volar
De nuestros corazones,
En busca de una estrella fugaz.”

Ya hablé al principio de la capacidad de abducción que tenía la voz de Jesús de la Rosa, y este Lago es uno de los temas que mejor demuestra su embrujo, vestido por sus propios dedos con las sedas del teclado y sobrevolando rasante ese precioso arrecife de cuerdas de nylon que erigen las manos de su gran amigo Eduardo. Todo ello y más a un compás parsimonioso, logra gravitar y penetrar hasta hacer nuestra su experiencia, la vivencia que él aquí narra con tanta alma y tanto símbolo. Nunca sabes si realmente fue solo o acompañado a ese lago, si ese lago fue el espejo acuoso de lo que vio o todo él una ilusión, o si ésta es una canción de amor con su posterior traición o que hace alusión a la droga (más traidora aún), o quizá las dos cosas… Sólo escuchamos a un somnílocuo, o a alguien que nos lee en voz alta el fruto de su escritura automática, nacida de un trance que emigra a nosotros y en el que cada uno buceamos y sacamos nuestras propias conclusiones.
Dignos de apuntar aquí son esos licks tan bluesies de la eléctrica de Antonio, o el velocísimo y triunfal redoblar de “Tele” en la recta final… Pero de todas formas, en esencia, intentar explicar el desarrollo musical de esta pieza es como querer ponerle pies y cabeza a un aroma, así que sólo me queda recomendar encarecidamente la más serena y reflexiva escucha de esta canción, pues lo merece y mucho.
Cerramos con trinos de pájaros, para encontrarnos con Todo es de Color y esa lenta letanía de su título repitiéndose como un sobrio rito gitano. Es una canción que divaga serena, nacida para fogatas bajo las estrellas pero sin jaleo, con calma y clase, aunque no exenta de corazón. De esta creación de Lole y Manuel, Jesús sólo se trajo el estribillo y completó el resto con un canto a la primavera de su propia cosecha. La versión original, más extensa, era un canto contra la guerra que aquí os adjunto para comparar, y porque es digno de ser escuchado. Aunque con ello no nos salgamos del sello Movieplay y su serie Gong, perdónenme la licencia de citar tanto a aquella mítica pareja flamenca, pero su conexión casi cósmica con Triana trabajó en más ámbitos de los que ya he citado. Entre otras cosas, en el line up inicial que “Tele” proyectó para la banda, el nombre de Lole figuraba en el plantel. Al final no fue posible, pero hubiera sido más que interesante.
Así, en ese orden, se grabaron en el vinilo las canciones de El Patio, el mejor álbum de Triana junto con su posterior Hijos del Agobio (1977), fraguando así el oro de un principio de carrera colosalmente creativo, carrera que injustamente no fue todo lo extensa que debió ser (sólo 6 discos), pues fue clausurada y marcada por una tragedia.
Más como promesa que como propuesta, un día Jesús le dijo a su buen amigo Eduardo que si a alguno del grupo le pasase algo malo, la banda debía disolverse por completo. Como cruel capricho del destino, el que ideó tal juramento fue el mártir que hizo acatarlo, y el 14 de Octubre de 1983, un coche de matrícula M-4643-FJ quedaba destrozado en la carretera nacional cercana a Burgos. Dentro iba Jesús de la Rosa, y con su muerte en el quirófano del hospital General Yagüe (donde entró por su propio pie), moría también la banda, pero nacía una leyenda.
Lejos de su tierra, en Madrid, bajo una lápida que no para de recibir flores, descansa Jesús de la Rosa Luque, una mente que traspasó el folklore que lo vio nacer y que aunque la Muerte nos lo arrebató muy joven, ella cree que se lo llevó todo de él, pero se dejó aquí algo que nunca nos quitará: las canciones de Triana, sus canciones.
Su voz insepulta venció a la Muerte sola, sin su dueño, pues éste tuvo que soltar lastre para alcanzar la cantera donde sus sueños nacieron. Y es que, aunque haya desaparecido hace décadas de nuestro planeta, Jesús aún nos canta al oído para hablarnos de luminosas mañanas y de aquel lago donde aprendió algo nuevo, esa nueva expresión artística que nació de fusionar sus dos adentros, el Flamenco como raíz primaria de su lenguaje y la inquietud por la experimentación con la que encontró vehículo en el entonces tan latente movimiento progresivo del Rock. Antes de dejarnos, él desencriptó “la triste melodía que brota de la tierra” y nos la cantó en andaluz arropándola con sonidos entonces nuevos para el oído de sus paisanos. Así era Jesús de la Rosa, uno de los artistas más grandes del panorama musical español. Que descanse en paz en los bucólicos parajes que siempre describió en sus eternas canciones.
Triana, tan callejeros como siderales, mundanos e inmortales, aún con corazones nuevos por enamorar con su música pese a su disolución en 1983. Un horizonte de generaciones aún se avista, y todo él ha de conocer la magia de aquel Rock Andaluz que gestaron estos sevillanos.
Cuericaeno

Comentarios en inglés hacen falta??? dejo uno solo, nuestro colaborador involuntario de siempre ahora escribiendo en inglés:

Triana's debut album was not a commercial success at first, but it really helped the band to reinforce the cult status they managed to create from day one (all three members were already veterans in both the rock and flamenco fusion scenarios): it wouldn't be long before posterior re-releases came around and sold out in record stores, just in the late 70s when Triana was a properly popular band in the whole country. The relevance of "El Patio" was also significant since it opened the door to the latent irruption of many flamenco- tinged prog bands that were emerging in many cities of Southern Spain. How about the repertoire itself? Well, it's astoundingly beautiful, emotionally captivating, and full of that special mystique that only flamenco folk has; and yet, it's not plain folk, but a progressive reinvention of flamenco, a reinvention based on a permanent dialogue between Spanish guitar phrases and keyboard (organ, mellotron, synth, piano) orchestrations and solos, compactly sustained by Palacios' flamenco-jazz drumming. The Spanish singing (accentuated in a cante jondo manner with such amount of passion, that it makes it unnecessary for the listener to understand the language or to be familiar with flamenco to let themselves be carried away by that uncanny fire). A special mention goes to the guest on electric lead guitar, which serves as a stimulator of the main synth solos and a source of powerful, rocky pyrotechnics, well adjusted into the flamenco-tinged stuff. 'Abre la Puerta' kicks off the album setting these rules clearly, and so is it continued on the next track, 'Sé de un Lugar' (my fave track from this album). Another masterpiece is the compelling symphonic ballad 'El Lago', something that can only be described as Paco de Lucia-meets- Dark Side Pink Floyd, with added touches of Crimsonesque emotional somberness. These three numbers alone are impressive enough to make the whole album shine in itself; but of course, the less ambitious songs are also quite brilliant. 'Luminosa Mañana' and 'Diálogo' are sheer beauty, while 'Todo es de Color' takes us back to the acoustic simplicity of the most relaxed side of flamenco, and 'Recuerdos de una Noche' lifts up the mood with a sense of naïve joy. The only minor flaw I find in "El Patio" is the lack of a major consistency in some arrangements (that would be solved in their following album "Hijos del Agobio"), but this small thing won't keep this record from being what it certainly is: a splendorous work of Southern Spanish prog.
Cesar Inca

Otro disco muy recomendado. Otro disco que entraría dentro de un estilo que yo defino como "etnoprog", y que bien podría definir al estilo principal de este humilde espacio. Un disco que no te va a dejar indiferente y que tenés que conocer.
 

Lista de Temas (edición CD 1988):
1. Abre la Puerta
2. Sé de un Lugar
3. Todo es de Color 
4. Luminosa Mañana
5. Dialogo
6. En el Lago
7. Recuerdos de una Noche

Lista de Temas (edición CD 40th aniversario):
1. Abre la Puerta
2. Luminosa Mañana
3. Recuerdos de una Noche
4. Sé de un Lugar
5. Diálogo
6. En El Lago
7. Todo es de Color
8. Recuerdos de una Noche (En directo) (Bonus)
9. En el Lago (En directo) (Bonus)
10. Luminosa Mañana (En directo) (Bonus)
11. Abre la Puerta (En directo) (Bonus)


Alineación:
- Jesus de la Rosa / vocals, keyboards
- Juan Jose Palacios / drums and percussion
- Eduardo Rodriguez / flamenco guitar
With:
Antonio Perez / electric guitar
Manolo Rosa / bass






Comentarios

  1. El password está en e Pastebin.
    Saludos!

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  2. Estimado Moebius, usted es un grande , postea discos imperdibles para un melomano,, desde ya le agradezco el compartirlos, ahora no encuentro el pass de esta joya andaluza,,, probe con varias convinaciones pero no lo pude descomprimir... seguro que debe ser algo simple,,, pero no lo veo,,, gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Alejandro, gracias por los halagos pero algunas de las cosas que compartimos nos las envían nuestros visitantes, como los links de este disco que nos los envió Nico para compartirlo con todos. Eso es buena onda colectiva.
      Como dije antes, la contraseña está en el link de Pastebin y es: elsiete

      Que lo disfrutes!!!!

      Eliminar
  3. Alejandro. ansereno@hotmail.com10 de junio de 2015, 12:25

    Gracias Moebius, gracias a vos consegui muchas cosas , soy coleccionista sobre todo Italia y del mundo,,, lo que te haga falta o no puedas conseguir pedimelo y decime que tengo que hacer para pasartelo,,, tengo todo en wav tracks separados,,, es una forma mas de colaborar y devolverte todo lo que tomo de tu pagina, gracias. ...

    ResponderEliminar
  4. el link esta roto :( porfa resubelo hermano

    ResponderEliminar

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